miércoles, 5 de octubre de 2022

POEMAS DE MANUEL BANDEIRA


POÉTICA

 

 

Estoy harto del lirismo comedido

Del lirismo bien portado

Del lirismo funcionario público con lista de asistencia y manifestaciones de aprecio al Sr. director

Estoy harto del lirismo que se detiene a buscar en el diccionario el carácter vernáculo de un vocablo

 

Abajo los puristas

 

Todas las palabras sobre todo los barbarismos universales

Todas las construcciones sobre todo las sintaxis de excepción

Todos los ritmos sobre todo los innumerables

 

Estoy harto del lirismo enamorador

Político

Raquítico

Sifilítico

De todo lirismo que capitula ante aquello que quiere ser fuera de sí mismo.

 

Lo demás no es lirismo

Será contabilidad de bancaria secretario del amante ejemplar con cien modelos de cartas y las diferentes maneras de gustarle a las mujeres etc.

 

Antes prefiero el lirismo de los locos

El lirismo de los borrachos

El lirismo difícil y punzante de los borrachos

El lirismo de los clowns de Shakespeare

 

—No quiero saber más del lirismo que no sea liberación.

Tomado de:

https://circulodepoesia.com/2020/06/una-poetica-de-manuel-bandeira/

 

 

POEMA DEL CALLEJÓN

 

¿Qué importa el paisaje, la Gloria, la bahía, la línea del horizonte?

- Lo que veo es el callejón.

 

ARTE DE AMAR

 

Si quieres sentir la felicidad de amar, olvida tu alma.

El alma es la que estropea el amor.

Sólo en Dios ella puede encontrar satisfacción.

No en otra alma.

Sólo en Dios – o fuera del mundo.

 

Las almas no se comunican.

 

Deja a tu cuerpo entenderse con otro cuerpo.

 

Porque los cuerpos se entienden, mas las almas no.

 

NEOLOGISMO

 

Beso poco, hablo aún menos.

Mas invento palabras

Que traducen la ternura más honda

Y más cotidiana.

Inventé, por ejemplo, el verbo te adorar.

Intransitivo.

Teadoro, Teodora.

 

A MÁRIO DE ANDRADE AUSENTE

 

Anunciarán que usted murió.

Mis ojos, mis oídos testimonian:

El alma profunda, no.

Por eso no siento ahora su falta.

 

Sé bien que ella verá

(Por la fuerza persuasiva del tiempo).

Verá súbitamente un día,

Inadvertida para los demás.

Por ejemplo así:

A la mesa conversarán de una cosa y otra,

Una palabra lanzada por acaso

Batirá en la franja de los lutos de sangre,

Alguien preguntará en qué estoy pensando,

Sonreiré sin decir que en usted

Profundamente.

 

Mas ahora no siento su falta.

 

(Y siempre así cuando el ausente

Partió sin despedirse:

Usted no se despidió.)

 

Usted no murió: se ausentó.

Diré: Hace tiempo que no escribe.

Iré a Sâo Paulo: Usted no verá mi hotel.

Imaginaré: Está en la casita de campo de San Roque.

Sabré que no, usted se ausentó. ¿A la otra vida?

La vida es una sola. Su continuación

En la vida que usted vivió.

Por eso no siento ahora su falta.

Tomado de:

http://salmoscompulsivos.blogspot.com/2007/08/poemas-de-manuel-bandeira-traduccin-de.html

 

 

El martillo

 

Las ruedas rechinan en la curva de los rieles

Implacablemente.

Pero yo salvé de mi naufragio

Los elementos más cotidianos.

Mi cuarto resume el pasado de todas las casas

que habité.

En la noche

En el duro corazón de la ciudad

Me siento protegido.

Desde el jardín del convento

Viene el trinar de la coruja.

Dulce como arrullo de paloma.

Sé que mañana cuando despierte

Oiré el martillo del herrero

Golpear animoso su canción de certidumbres.

 

 

Desnudo

 

Cuando estás vestida,

Nadie imagina

Los mundos que escondes

Bajo tus ropas.

 

 

(Así, como en el día,

No tenemos noción

De los astros que lucen

En el profundo cielo.

 

 

Pero la noche se desnuda,

Y, desnuda en la noche,

Palpitan tus mundos

Y los mundos de la noche.

 

 

Brillan tus rodillas

Brilla tu ombligo

Brilla toda tu

Lira abdominal.

 

 

Tus senos exiguos.

-Como dos frutos pequeños

En la rigidez

Del tronco robusto-

 

 

Brillan.) ¡Ah, tus senos!

¡Tus duros pezones!

¡Tu torso! ¡Tus flancos!

¡Ah, tus hombros!

 

 

Con la desnudez, tus ojos

también se desnudan;

Tu mirar es más difuso,

Más lento, más líquido.

 

 

Entonces, en ellos,

Floto, nado, salto,

¡Me sumerjo

perpendicular!

 

 

Bajo hasta lo más hondo

De tu ser, allá donde

Me sonríe tu alma,

Desnuda, desnuda, desnuda.

Tomado de:

https://blogpoemas.com/manuel-bandeira/

 

 

Momento en un café

 

 

 

Cuando pasó el cortejo

las gentes del café se descubrieron

maquinalmente

saludando al muerto distraídos

estaban volcados en la vida

absortos en la huida

confiados en la vida.

 

Sólo uno se descubrió con gesto

amplio y demorado

contemplando el cortejo largamente

solo él sabía que es inútil

la feroz agitación de la vida

que la vida es traición

y saludó a la materia que pasaba

libre para siempre de su alma muerta.

Tomado de:

https://campodemaniobras.blogspot.com/2020/09/manuel-bandeira-momento-en-un-cafe.html

 

Oración por los aviadores

 

Santa Clara, alivia

estos aires.

Danos vientos regulares,

de característica.

Estos mares, estos aires claros

.

 

Santa Clara, danos sol.

Si la niebla baja,

Ilumina

Mis ojos en la niebla.

Estas colinas y horizontes

claros.

 

Santa Clara, en el mal tiempo

Sustenta

Nuestras alas.

A salvo de árboles, casas y peñascos, gobiernan

nuestras alas.

 

Santa Clara, déjalo claro.

Eliminar

todo riesgo.

Por amor de San Francisco,

vuestro maestro, nuestro padre,

Santa Clara, todo riesgo

Disipar.

 

Santa Clara, déjalo claro.

 

(Manuel Bandeira)

 

*

 

vieja granja

 

La casa estaba por aquí…

¿Dónde? Lo busco y no lo encuentro.

Escucho una voz que he olvidado:

es la voz de este mismo arroyo.

 

¡Ay, cuánto tiempo ha pasado!

(Fueron más de cincuenta años.)

¡Tantos que se llevó la muerte!

(Y la vida… nos damos por vencidos…)

 

La usura ha hecho borrón y cuenta nueva

De la vieja y triste granja:

La casa ya no existe…

 

“Pero el niño todavía existe.

 

( Manuel Bandeira )

 

*

 

Testamento

 

Lo que no tengo y quiero

es lo que más me enriquece.

Tenía algo de dinero, lo perdí...

Tenía amor, lo olvidé.

Pero en la mayor desesperación

oré: gané esa oración.

 

Vi tierras de mi tierra.

He viajado a otras tierras.

Pero lo que quedó marcado

En mi mirada cansada,

Fueron tierras que inventé.

 

Me gustan mucho los niños:

no tuve un hijo propio.

¡Un niño!… No fue así… Pero llevo a mi hijo por nacer

dentro de mi pecho.

 

Él me creó, desde que era un niño

Para el arquitecto de mi padre.

Un día se me fue la salud…

¿Me hice arquitecto? ¡No pude!

¡Soy un poeta menor, perdóname!

 

Yo no hago versos de guerra.

No lo sé porque no lo sé.

Pero en un torpedo-suicida Con

mucho gusto daré mi vida ¡

¡En la lucha que no peleé!

Tomado de:

https://poesiaspoemaseversos.com.br/manuel-bandeira-poemas/

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