martes, 19 de diciembre de 2023

POEMAS DE ISMAIL KADARÉ

 


Poesía 

 

Poesía,

¿Cómo hallaste el camino hacia mí?

Mi madre no habla albanés bien,

Escribe cartas como Aragón, sin comas ni puntos,

Mi padre vagaba por los mares en su juventud,

Pero tú has venido,

Caminando por la acera de mi tranquila ciudad de piedra,

Y has tocado tímidamente la puerta de mi casa de tres pisos,

En el número 16.

Hay muchas cosas que he amado y odiado en la vida,

Para muchos problemas he sido una “ciudad abierta”,

Pero de todos modos....

Como un joven regresando a casa a altas horas de la noche,

Exhausto y quebrantado por sus vagancias nocturnas,

Aquí́ también estoy yo, de regreso a ti, Agotado después de otra aventura, Y tú,

Sin rencor por mi infidelidad,

Me acaricias tiernamente el cabello,

Mi última parada,

La poesía.

Traducción:  Robin Urquhart

Tomado de:

https://www.lamajadesnuda.com/ismail-kadare/

 

 

PAPÁ

 

Una noche llegó borracho,

sentándose cerca del fuego tiró lejos

su vieja gorra, sacó

el diario del bolsillo.

 

Nada contó por qué había bebido.

Mamá dijo: "Vaya una a saber".

Alguien había criticado en el diario

los versos de su hijo mayor.

 

En el bar repleto de ruidos y humo

le mostraron el recorte del diario,

alguien dijo: "Jodida

la poesía de tu hijo".

 

A los versos de su hijo nunca nadie le prestó

un interés particular.

Esa noche fue la primera vez,

entre el espeso humo del estrecho bar.

 

 

CREDO

 

Pros ternándome sobre tu suelo, Albania,

como el oráculo del templo de Dodene,

siento tu vapor rojo que me embriaga

y entonces canto.

Y si suele suceder que la canción no tiene hilación,

quiere decir que debo andar borracho

y, en consecuencia

mucho más sincero.

 

 

NOCHE DE HELSINKI

 

De repente la lluvia se detuvo,

la gente se apura.

En fila corren

abrigados

hacia los dancings.

Solamente las estatuas quedan en sus pedestales,

como si temiesen que sus lugares fuesen ocupados

por los seres vivientes.

 

En la calle los dos corremos.

Las estatuas bien pueden tomarse un descanso,

no queremos sus lugares a ningún precio;

¡Oh, qué aburrimiento quedarse en un pedestal!

Bajo la lluvia somos eternos

esta noche, juntos los dos.

Tomado de:

https://inutilesmisterios.blogspot.com/2015/02/al-rescate-los-poemas-de-ismail-kadare.html

 

 

‘Pijamas y aeropuertos’

Zumbando se posan las moscas

 

sobre las listas de los pijamas,

 

y los aviones, con estruendo,

 

sobre las pistas de los aeropuertos…

 

No me abandones jamás, vasto mundo.

 

¡Jamás tus puertas me cierres!

 

Hay amores pequeños,

 

primeros amores (nº 1),

 

devaneos

 

que zumban en la memoria como moscas,

 

que preparan chocolate,

 

que lavan camisetas;

 

hay amores grandes, libres como el viento,

 

desperdigados al azar por todo el mundo,

 

que no saben dónde estamos,

 

que dónde se encuentran no sabemos.

 

El amor pequeño reclama la devolución de fotografías;

 

a los grandes amores se los lleva el viento en los andenes;

 

son sus sollozos semejantes a sirenas,

 

a las sirenas resonantes de las separaciones.

 

¡No me abandones jamás, vasto mundo!

 

¡Sobre las listas de mis pijamas

 

sigan descendiendo los aviones!

 

Que en la cuerda de mi ventana cuelguen,

 

agitadas por el viento,

 

las camisetas de las nubes;

 

que se instale el sol

 

en el casquillo de mi lámpara de noche.

Tomado de:

https://blogs.20minutos.es/poesia/category/ismaaal-kadarao/

 

 

Incluso cuando

 

Incluso cuando mi recuerdo debilitado

 

ya no se detenga más que en las paradas principales,

 

como los tranvías después de la medianoche,

 

yo no te olvidaré jamás.

 

 

 

Guardaré en la memoria

 

el crepúsculo inmenso y silencioso de tu mirada,

 

y este gemido ahogado contra mi boca

 

como los copos de una nieve loca.

 

 

 

Es hora de separarnos.

 

Me voy lejos de ti.

 

No hay que extrañarse.

 

Sin embargo, alguna noche, los dedos

 

de otro en tus cabellos vendrán

 

a entrelazarse con los míos, unos dedos

 

de miles de kilómetros de largo.

 

 

Horarios de trenes 

 

Adoro los horarios

 

fijados en las pequeñas estaciones,

 

plantado en un andén mojado contemplando

 

los raíles hasta el infinito.

 

Lejano grito de locomotora. ¿Qué dice?

 

(¡Vaya usted a entender lo que farfullan las máquinas de vapor!)

 

 

 

Trenes abarrotados, vagones cisterna, vagonetas llenas de mineral

 

desfilan sin cesar

 

por la estación. Así pasan a través de ti los días de tu vida

 

cargados de voces, de señales, de ruidos

 

y del pesado mineral de los recuerdos.

 

 

En el golfo de Riga 

 

Hacia Suecia han partido las nubes

 

derramando a cántaros la lluvia sobre las playas

 

y sobre nuestros grises pensamientos.

 

Pronto me alejaré yo también,

 

Birgit, en dirección opuesta.

 

 

 

Tú te quedarás aquí

 

en el taciturno repiqueteo de la lluvia ininterrumpida.

 

Las locomotoras silbarán día y noche

 

pero ningún convoy me llevará a ti.

 

 

 

Serás tú la que vengas desde la lejanía bañada por la noche, las olas,

 

como una estatua que camina sobre las aguas.

 

Oscura, la gravilla;

 

azulada, la arena del desierto;

 

así te acercarás a mí sin tregua,

 

hermosa extranjera.

 

 

 

Sin poder jamás atracar,

 

te mantendrás siempre a distancia,

 

bañada por la noche, las olas que danzan,

 

los recuerdos transformados en estatuas.

 

 

 

El abrigo sobre el hombro, en una mano

 

la maleta, en la otra un ramo de claveles rojos;

 

tal vez conserves aún

 

esta imagen de mí, de pie en el último vagón

 

del convoy,

 

en la estación de Riga Norte,

 

hace ya tiempo.

 

 

Túneles 

 

Estación de Arbatskaya.

 

Una rama se va por la izquierda,

 

otra huye por la derecha.

 

Adiós, nos hemos dicho.

 

Los empleados del metro

 

han levantado sus banderitas

 

y los túneles nos han engullido

 

como las fauces negras del olvido.

Tomado de:

https://www.revistaaltazor.cl/ismail-kadare-2/

 

 

Campos invernales

 

Campos sembrados

con cabezas de visires y bajaes,

condes y coroneles:

silba el viento sobre ellos.

Una hoja que vuela,

una crin de caballo

y las plumas de un ave

se convierten de repente

en símbolos, enseñas y grados.

El llano desolado invoca viejos fantasmas

(cuántas veces en verano

dictaron que aquí era invierno).

Pero el trigo brotará dentro de poco,

se esfumarán esos espectros por ahora,

hasta que, tras la cosecha y las primeras lluvias,

otra vez se presenten.

 

 

Exorcismo

 

¿Qué era ese vago resplandor como de la otra vida?

¿Por qué un fuego pareció engendrar otro fuego,

aunque helado, y dentro del gemido,

qué fue esa especie de queja?

Aéreas máscaras se proyectaban aquí y allá

como llamas en busca de un rostro en que posarse.

¿Por qué una mujer se incorporó gritando en sueños:

“me estoy quedando estéril”?

Y ¿qué risa era aquella

que se rasgó por dentro

y desplomó como ruina?

 

Otra vez vagan en busca cada cual de su cabeza,

angustiados por no hallarla. ¿Dónde, dónde? ¿Cuál?

En la llanura invernal quedará flotando su congoja.

 

Troya resucitaba.

Y Grecia se estremeció de angustia.

Los hombres de Estado se reunieron.

Por todas partes cundió la alarma.

El ejército estaba alerta. La policía. Los filósofos.

Las cárceles y los diplomáticos.

Todo estaba a la espera.

 

Se debatió largo tiempo qué partido tomar.

Se abrieron los archivos,

las crónicas antiguas fueron consultadas.

Hasta que al fin se halló la solución:

llamar a lo aedos

para calmar los ánimos, amputar Troya.

Separar Troya de Grecia

como se extirpa un tumor,

para salvar a Grecia.

Y así se hizo.

 

Ismaíl Kadaré (Gjirokastra, Albania, 1936), Antología poética, Pre-Textos, Valencia, 2014

Traducción de Ramón Sánchez Lizarralde

Tomado de:

https://campodemaniobras.blogspot.com/2017/01/ismail-kadare-dos-poemas.html

 

 

El vuelo en forma de V de los gansos salvajes

 

Formaron la letra

la única que conocen:

la magnífica V

y se fueron volando.

 

Algo que dejaron atrás,

algo que atraparon en las nubes.

Gracias, alas,

por todo lo que hiciste.

 

Con esa sola letra

en el gran cielo,

como una estantería,

nos despertaron añoranza.

 

 

El águila y la media luna.

 

Cinco siglos lucharon en frentes

en el cielo de Albania

junto a las chispas

Sin embargo, sería Derrota a la luna creciente,

un día,

un águila con dos cabezas.

Tomado de:

https://logopeia.com/poemas-de-ismail-kadare/

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