SE PROHÍBE LA ENTRADA DE LOS MUERTOS
“No escupa sobre el suelo”.
“No fumes”. “Haga silencio”,
que están cortándole las manos a un hombre
en el salón vecino.
No escupa, que la saliva
suena sobre el piso
como el golpe de una moneda muerta
en el sombrero de un mendigo.
No fume, que el tabaco
y el humo nos recuerdan
la producción en serie de cadáveres
salida de las fábricas.
“No pase”, este trayecto está vedado
para todos aquellos que respiran,
para viajar por este sitio se precisa
estar vestido de madera y haber dado una
cuota
al artesano experto que hace cruces.
“Se prohíben visitas”,
de aquí no pasa nadie,
nadie más que las pinzas
y nadie más que el éter,
que el algodón y el éter,
que las gasas y el éter,
que el éter y sus frascos.
De aquí se sale muerto o no se entra.
“Suelte la llave al agua”,
pero, ¿quién suelta el agua?
¿Por qué encierran el agua como un loco?
“No hable en los pasillos”.
Dé paso a esa camilla y no sonría;
si no sabe rezar agache la cabeza
sin sombrero y sin ganas.
El cloroformo hace oír cosas…
“No se reciben muertos”.
Los cementerios se cerraron.
“Se necesitan hombres sanos”,
ésta es la voz de un hospital.
“Por motivo de viaje se vende una granada”,
esto dice un soldado.
Y una mujer exclama:
“Vendo mi vientre para cántaro”.
“Compramos agua y peces”,
van gritando los ríos.
“Se necesita un Dios para los negros”,
repiten los tambores en el África.
“Aquí hay un muerto”,
se espanta un cementerio.
Mientras tanto vamos diciendo todos:
¿Una granada para qué? ¿Un vientre para
qué?
¿Por qué los ríos buscan agua y peces?
¿Para qué Dios los negros
si sus dientes son blancos?
¿Un cementerio se asusta de los muertos?
Cómo es de extraño todo, y sin embargo
tienen razón los cementerios.
¡Soy el mejor postor del vientre!
¡Lo compro por dos hijos!
Traedme la granada
que yo tengo un buen precio por ella,
la cambio por una aguja de bordar
o por la lágrima de un huérfano.
¡Yo tengo el Dios para los negros!
¡Yo tengo el Dios que viaja al África!
Vale una risa blanca y treinta y dos
caminos.
Puedo surtir los ríos,
del último naufragio me quedó un mar
y un batallón de peces.
¡Por fin, por fin!, yo tengo un hombre
para espantar los cementerios.
Vale una cruz, un desfile de amigos
y cuatro hombres que suden debajo de mi
frío.
EL FIN
Ahora sí, se han secado todas las fuentes.
Ahora sí, se me cayeron las miradas sobre
el pecho,
se me cayeron tristemente sobre el pecho.
Recuerdo que tenía pensadas muchas cosas,
buscar una mujer, sembrar en ella un hijo
y cantar en la tarde porque aún tenía
cantos
y no pensaba en más.
Pero los días tienen la muerte de las
cosas,
y mi esperanza era una cosa, pero los días…
los días son así, nunca meditan
que van hundiendo el tiempo
y van de luz a luz.
Recuerdo también el tacto suave de mis
dedos
y el tacto suave de las rosas,
y el tacto suave de las rosas en mis dedos,
y el candil de mi abuela
que se enredaba al hilo y a los ojos,
y el perro desteñido como un retrato
antiguo
sobre un amplio cojín;
y las palabras de una tía sin lumbre
entre su ajado sexo, ajado y duro,
que apenas conoció la palabra deseo
se constriñó y siempre fue una ostra
encerrando su perla desesperadamente.
Ningún cuchillo pudo levantar sus dos
valvas,
y así murieron, ostra y perla,
perdidas junto al perro que olfateaba,
y mirando el candil, la aguja, el hilo,
y la llama que estaba sobre la aguda punta.
Y recuerdo también que las miradas,
mis jóvenes miradas,
iban siempre hacia arriba.
Ahora, se me cayeron sobre el pecho,
sobre el pecho.
ÁRBOL
Los árboles tienen sus fechas escritas
las del fruto
la de la muerte
y la del sol
los árboles tienen sus pájaros escritos
y sus ramas hechas a mano por el tiempo
los árboles tienen el corazón grabado por
su
misma vida
y en ese corazón leñoso se lee
que un día caerán de viejos
de pesados, de secos
de pájaros
que caerán de agua y de viento
y llegarán al pasto para aconsejar otros
arbustos
que también traerán sus fechas escritas;
los árboles tienen puesta la vida
y puesta la muerte
como sus demás compañeros de tierra:
hombres, larvas, sedas, gotas, gorras,
palabras
aunque las palabras se fundan en el aire
y tomen un nombre, el nombre de aire.
Pero los árboles vienen con su sombra
escrita
con letras que crecen al lado del sol
y de su tronco.
Y escrita está la fecha del cotiledón
y del hachazo y el día de la hoguera en la
casa
desconocida.
Todo acaba en la fiesta del fuego.
La fecha del incendio.
Tomado de:
https://literariedad.co/2015/03/01/oscar-hernandez-las-contadas-palabras/
Los nombres
De repente aparecen
Aquellos amados fantasmas amados de los
nombres
Más persistentes que su voz y su carne
Maruja como una gota de miel entre la mano
Ricardo con la frescura de la lluvia joven
Tatiana y su dulce capullo
Margarita y su palabra azul
La lejanísima Carmen de una noche
Y Octavio mi hermano a quien no conocí
Pero lo siento andar en mi memoria
Lento desfile de unos nombres
Que son vidas escritas en el alma
Nombres que viven por encima
De la oscura muerte
Nombres amados
Perdidos entre sílabas sin nombre.
La voz del hombre
Y además, para que todos sepan,
yo no puedo decir nada distinto
de lo que dicen todos.
La voz del hombre siempre estará prendida
al eco de las otras.
Estas palabras son las mismas,
las mismas que dijera un condenado a
muerte,
o las solas palabras que diría el hombre
que da trigo
al pico de los pájaros.
Si yo dijera ahora:
El crepúsculo duerme su sueño de violetas
o si cambiara el ritmo que marca el ritmo
mío,
y dijese:
El mundo es una hoguera que consume los
brazos
de los hombres como leños de carne;
tal vez una mentira se me asomase al
rostro.
Por eso, yo digo esto y aquello,
lo de los marineros, lo de la piel del
negro,
lo que tiene de blanco el lecho de la
esposa
y la sangre que tiene el mismo lecho.
No puedo decir más,
nunca he entendido las raras abstracciones
de los hombres
pesar de ser hombre
y decir como todos cuotidianas palabras,
cuotidianas y blancas, porque siempre he
querido
que sean blancas las voces de los hombres.
No he dicho nada nuevo,
Simplemente, he hablado una vez más.
Las contadas palabras
Escribe hermano, escribe
para que hagamos un poema,
pero ha de ser escrito con las manos,
con nuestras manos de hombre.
¿Y por qué así un poema, con tan pocas
palabras?
Porque todas las cosas deben hacerse así,
como Dios hizo al mundo,
con su fe, con sus ojos y con su voluntad.
Además, conocemos apenas muy contadas
palabras,
sabemos dos, o tres o cuatro…
hombre, caballo, alambre, arroz.
Que digan los poetas:
Atardecer, crepúsculo, navío;
nosotros no entendemos más que cuatro
palabras,
la última es arroz.
Hay que escribir para los hombres,
para el ladrón y para el santo.
Los hombres del mundo dicen sencillamente:
hombre, caballo, alambre, arroz.
Que este poema, hermano,
sea claro a los ojos de los que no
comprenden:
atardecer, crepúsculo, navío.
Y es que todos los hombres, iguales a
nosotros,
entienden solamente:
hombre, caballo, alambre, arroz.
Desde la humilde esquina de mi casa
mi mano grande dice adiós
y se mueve en el aire para todos.
Decid conmigo, amigos:
hombre, caballo, alambre, arroz.
La patria en la puerta
Golpean la puerta
como para que no se oiga,
con aquel sonido que tiene
la pobreza que va de sitio a sitio.
Van a dejar tamales?
El chico no es más que un envoltorio
de miseria y una frase
para todas las horas.
Lo miro allí, en la puerta,
ocupando esa raya de luz
que deja el ala abierta
y se oscurece la palabra patria
porque ella es la que ha tocado
en los nudillos de tanto abandonado.
Son de arroz…
los hacen en la casa.
Adentro huele la sopa
de los míos.
Unos segundos más y la patria,
esa patria andrajosa,
está sentada en el pasillo
con sus tamales a un lado
y un plato lleno de alegría y de humo.
Los hacen en la casa…
Tomado de:
https://www.isliada.org/poetas/oscar-hernandez-monsalve/
HE SENTIDO UNA MANO
Hoy he sido más feliz que nunca
No amanecí ni director ni dueño
Ni jefe ni padre de la patria sólo uno de
tantos
De tantos hijos únicos de la soledad
No abrí el almacén que no tengo
Hoy dejé sin llave la puerta de la casa
Y encontré roto el bolsillo del pantalón
Hoy fui feliz cuando me dijeron
Buenos días buen hombre pobre hombre
Desdichado y a veces olvidado
Tienes un agujero en la camisa
Fui
más feliz cuando alguien me decía te quiero
Y lloré de alegría al tocar una mano
Y sentir que tenía el calor de la vida
Y la voz de esa mano no preguntó
Ni
cuánto ni por qué ni donde ni hasta cuándo
Solamente dijo la voz amada de la mano
Todo está bien entre estas cuatro manos
En su ceremonial callado de saludos
Y fui feliz con el canto de un hombre
Que llenaba el parque con su voz solitaria
Su
canción congregante
El tango y su liturgia de hojas pájaros y
escaños
Y el balsámico coro silente de los árboles
Fui feliz señoras y señores
En el hueso en la carne y en la sangre
Y les ruego perdonar el abuso
Ofrezco mis disculpas
Por esta repentina crisis de alegría
CUENTO
Me he dado siempre en espíritu y carne
Y a veces me han devuelto
La luz que entrego en sombras
El espíritu en ceros infinitos
El cuerpo dividido en turbios trozos
La caricia que pongo
Se convierte en adioses
Los te quiero en distancias
Cuento sólo con mi propio camino hacia el
olvido
Y si ven un parral no es mi sustancia
Porque soy de ceniza y no de vino
Después de todo puede decirse ahora
Que nunca fue verdad tanta mentira
Pero que tanta mentira sí fue amada
Si tomaba unos dedos en los míos
Escondían su mano
Detrás de una sonrisa entre la nada
Este podría ser el fin
Con un final feliz pero lo siento
Amargamente triste y doloroso
En fin como me lo he contado te lo cuento
CONDENAMOS RECHAZAMOS
Nos han quitado la camisa
pero nos han regalado un disparo
podríamos mitigar la sed
siempre que nos devolvieran la garganta
se han llevado la música
y hemos quedado con el ruido
estamos perdiendo el amor
y sin embargo seguimos amando
se llevaron vendada la esperanza
y a nosotros nos han puesto un trapo en los
ojos
nos arrebatan la luz y ni siquiera
nos muestran una hermosa sombra
ayer no apareció la mañana
y nadie preguntó donde había ido
pero se descubrió guardada en cuentas
llamadas
“rechazamos condenamos repudiamos
Exigimos nos solidarizamos”
investigaremos robaremos iremos a prisión
se ha perdido la claridad de los pasos
y todos marchamos pisoteando los jardines
pero otra vez rechazamos y negamos
y seguimos con la ruleta de la hermana
muerte
y ahora me pregunto por dónde andan
y qué predios mancillan los rechazadores
los robadores de papeles lingotes y
verdades
no tiene fin la mascarada de los
“condenamos
solidarizamos rechazamos”
no tiene fin aquella brutal delicadeza de
Vallejo
que ahora usan los rechazamos al meter la
mano
y sacarla llena de oro sangre mentiras y
promesas
no nos han quitado la camisa
nos la han robado
y pegada a ella se han ido pedazos de la
piel
los rechazamos tienen la fórmula de
salvación
pero no la aplicaron
los condenamos saben cómo se maneja el
mundo
pero lo ven rodar y destrozarse a sus pies
los nos solidarizamos han sido descubiertos
pero nadie quiere decir claramente sus
nombres
no nos han quitado la camisa ni nos la han
robado
nos han arrancado la camisa
y por eso saludamos a los “rechazamos
repudiamos
condenamos solidarizamos exigimos”
después de todo qué otras cosas
puede perder un hombre
que no sean su piel y su camisa.
PETICIONES
Pedimos ser llevados a la fiesta de la
derrota
para que podamos templar el ánimo
y hacer el aprendizaje de los vencidos
pedimos un poco de sed
y amar así la ausencia del agua
pedimos a los grandes vivientes
que nos olviden como una mala historia
de nada sirve a nuestras almas
su saludo sonriente y su palmada en el
hombro
suplicamos ser tenidos en cuenta
para no estar en las listas de los elegidos
esperamos ser vilipendiados públicamente
para saber que no han podido borrarnos
rogamos que pidan a Dios por nuestra
desgracia
pues así aprenderán a orar
y de paso nos podrán maldecir
apoyados en el que todo lo puede
pedimos a nuestros amos terrenales
que no pisen la grama
porque es mejor pisarnos a nosotros
y así se irá ablandando el barro ancestral
que un día amasaron los abuelos
mientras las hachas reposaban en la
habitación
también pedimos a los dueños de todo
que olviden la invitación al baile de las
victorias
estaremos ocupados limpiando un poco de
agua
para un segundo bautizo
en el nombre del hombre
de la tierra y del aire
y finalmente pedimos que nos disculpen
un imperdonable detalle:
perdimos la dirección en que lloran por
nosotros
los que pedimos ser olvidados
hasta de su deseado olvido
Atentamente, un amigo secreto
también calentado por el sol
que algún día intentareis vender a plazos
un abrazo de todos los felices vencidos.
POR ESO ESTAMOS AQUÍ
Vivió más el primer manzano que el primer
hombre
y pese a que fuimos traídos para el beso
para estrenar la eternidad
perdimos el jugo de los labios
y nos fue dado el sabor de la sangre
condenados a muerte antes de la primera
cosecha
fuimos inventores de todo lo peor
y a veces de todo lo mejor
entre las manos todavía oliendo a humus
encontramos el giro mágico de la rueda
y la apretamos a los carros de guerra
descubrimos la sonrisa y el llanto
la rosa y el átomo asesino
descubrimos el saludo la sal la locura de la estrella
y nos fueron ensanchados los ojos
para ver el horror de lo pasado
el horror de lo que viene
y para desconocer el nombre de Dios
escondido entre yavé y alá
o tal vez cifrado entre los dos
yalá y alvé
nos enseñaron el camino del pecado
y desde entonces lo transitamos alegremente
porque la palabra pecado a veces se ha
santificado
cómo se peca entre las sabanas
si estamos besando glorificando la dulce
lana
el dulce abrazo la dulce queja de la dulce
enemiga
que también es la más dulce amiga?
cómo se peca si hay vidas terribles
que tendrán que ser terribles muertes
por manos nuestras o por otras manos
que siempre son las mismas manos?
nos han engañado con las palabras
y con las posiciones
la filosofía nos ha llenado de basura toda
el alma
y solo podemos seguir siendo criaturas
celestes
si atendemos la voz del gran espíritu
enviado hace miles de años y no acaba de
llegar
cuando llegue el gran espíritu
podremos volver a saludar, a dar la mano
a conversar con el lirio
y a sobar el pelo a los conejos
es mucho pedir a un condenado a muerte
desde el principio de su primer manzano
que haga una pasta babosa con la palabra
amor
y que mienta levantando los ojos
y que guarde su corazón en el bolsillo
y lo sienta palpitar sin esperanzas
cuando sepa que ha caído
entre un pequeño pueblo de monedas
por todo eso estamos aquí los poetas los
leprosos
los desposeídos y los desencantados
por eso hemos venido
los locos y los infectados
para esto hemos venido
estamos aquí para decir las amargas
palabras
las de la otra cara de la moneda
donde los mentirosos leen felicidad
amor solidaridad
paloma esperanza caridad
por eso hemos venido a romper la máscara de
oro
y recibir al hombre nuevo
venido también marcado con la muerte
pero una nueva y fresca y blanca muerte
que lleve en su semilla
la luz que nos quitaron
en la catástrofe del paraíso
para esto hemos venido.
LLEGADA
Qué árabes ni que álgebra ni que uno ni que
dos
El amor lo hiciste vos
Hojita de lechuga recopilando sueños
Hermana de tantos crepúsculos y ayeres
Vos suave sandalia de verano
Saludo al medio día a media boca vos
Cansancios tuyos en el viento y vos
Mirando el pueblo de las nubes
Crecer en tu mirada más arriba de vos
Y vos y vos en mí y la agonía
De unas largas esperas
Que se pagan después con tu alegría
Con tu llegada al sitio de los dos
Sitio fijado para que vengas vos
Las voces las pisadas
Los refrescos
Lo inesperado y vos
Los árboles las calles
Las puertas los hermanos
Los recuerdos la vida
Y sobre todo vos
MAGIA INVERTIDA
El desencanto es la magia al revés
Es palabra inventada por un duende
Un hombrecillo de tricornio verde
Un monje tibetano barba- vieja
Es la palabra final después de las
victorias
Los bailes muertos el carnaval vencido
El no va más escrito con tintas invisibles
En el corazón árido de todas las monedas
Es el destriunfo de los ganadores
Cuando miran atrás y ven castillos en
pedazos
Ruinas de amores y de abrazos
El desencanto ganador en harapos
Después de ver la osamenta de los éxitos
El vaho triste de la triste opulencia
Perdida en la mirada opaca de los perros
hambrientos
Camina detrás de las batallas ganadas
Es la sombra de los vencedores
El callado castigo de los que rieron y
sonrieron
De los que lucharon y reclamaron las
medallas
La gran presea del ominoso vencedor
Cuelga del cuello del último ahorcado
Adelante y detrás marcha en silencio
Espera a los que cantan y aplauden y
festejan
A los que exhiben una felicidad de utilería
A los que cuentan y suman
A los que dilapidan y acumulan
A los buhoneros que venden alegría
El desencanto parece sólo una palabra
Y un hombrecillo de sombrero verde.
SALUDO
Mi saludo al trigo al vino y al arroz
A los pasos de quien no sabe adonde va
Al que ha llegado a ningún sitio
Y al que llegó cantando a su destino
Mi saludo a la mano derecha
Del que no tiene nada en ella
Y en la otra tampoco
Mi abrazo al poderoso para salvarlo
De la montaña de oro que le sepulta el alma
Y mi saludo al alma de los animales
Olvidados desde que fue acusada la primera
serpiente
Un apretón de manos a la higuera
Y a los que van en busca de los parques
A dialogar con el color de las ardillas
Un saludo de pan y de sudores
Para aquellos que cultivan canciones
De harinas piedras y legumbres
Un
saludo de hermano a mi otra mano
Esa que no sabrá lo que hago con la otra
En fin un abrazo total para este mundo
Donde Caín y Abel son uno solo
Tomado de:
https://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/Revista/ultimas_ediciones/88_89/hernandez.html

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