viernes, 16 de mayo de 2025

POEMAS DE ÓSCAR HERÁNDEZ MONSALVE

 


SE PROHÍBE LA ENTRADA DE LOS MUERTOS

 

“No escupa sobre el suelo”.

 

“No fumes”. “Haga silencio”,

 

que están cortándole las manos a un hombre

 

en el salón vecino.

 

No escupa, que la saliva

 

suena sobre el piso

 

como el golpe de una moneda muerta

 

en el sombrero de un mendigo.

 

No fume, que el tabaco

 

y el humo nos recuerdan

 

la producción en serie de cadáveres

 

salida de las fábricas.

 

“No pase”, este trayecto está vedado

 

para todos aquellos que respiran,

 

para viajar por este sitio se precisa

 

estar vestido de madera y haber dado una cuota

 

al artesano experto que hace cruces.

 

“Se prohíben visitas”,

 

de aquí no pasa nadie,

 

nadie más que las pinzas

 

y nadie más que el éter,

 

que el algodón y el éter,

 

que las gasas y el éter,

 

que el éter y sus frascos.

 

De aquí se sale muerto o no se entra.

 

“Suelte la llave al agua”,

 

pero, ¿quién suelta el agua?

 

¿Por qué encierran el agua como un loco?

 

“No hable en los pasillos”.

 

Dé paso a esa camilla y no sonría;

 

si no sabe rezar agache la cabeza

 

sin sombrero y sin ganas.

 

El cloroformo hace oír cosas…

 

“No se reciben muertos”.

 

Los cementerios se cerraron.

 

“Se necesitan hombres sanos”,

 

ésta es la voz de un hospital.

 

“Por motivo de viaje se vende una granada”,

 

esto dice un soldado.

 

Y una mujer exclama:

 

“Vendo mi vientre para cántaro”.

 

“Compramos agua y peces”,

 

van gritando los ríos.

 

“Se necesita un Dios para los negros”,

 

repiten los tambores en el África.

 

“Aquí hay un muerto”,

 

se espanta un cementerio.

 

Mientras tanto vamos diciendo todos:

 

¿Una granada para qué? ¿Un vientre para qué?

 

¿Por qué los ríos buscan agua y peces?

 

¿Para qué Dios los negros

 

si sus dientes son blancos?

 

¿Un cementerio se asusta de los muertos?

 

Cómo es de extraño todo, y sin embargo

 

tienen razón los cementerios.

 

¡Soy el mejor postor del vientre!

 

¡Lo compro por dos hijos!

 

Traedme la granada

 

que yo tengo un buen precio por ella,

 

la cambio por una aguja de bordar

 

o por la lágrima de un huérfano.

 

¡Yo tengo el Dios para los negros!

 

¡Yo tengo el Dios que viaja al África!

 

Vale una risa blanca y treinta y dos caminos.

 

Puedo surtir los ríos,

 

del último naufragio me quedó un mar

 

y un batallón de peces.

 

¡Por fin, por fin!, yo tengo un hombre

 

para espantar los cementerios.

 

Vale una cruz, un desfile de amigos

 

y cuatro hombres que suden debajo de mi frío.

 

 

EL FIN

 

Ahora sí, se han secado todas las fuentes.

 

Ahora sí, se me cayeron las miradas sobre el pecho,

 

se me cayeron tristemente sobre el pecho.

 

Recuerdo que tenía pensadas muchas cosas,

 

buscar una mujer, sembrar en ella un hijo

 

y cantar en la tarde porque aún tenía cantos

 

y no pensaba en más.

 

Pero los días tienen la muerte de las cosas,

 

y mi esperanza era una cosa, pero los días…

 

los días son así, nunca meditan

 

que van hundiendo el tiempo

 

y van de luz a luz.

 

Recuerdo también el tacto suave de mis dedos

 

y el tacto suave de las rosas,

 

y el tacto suave de las rosas en mis dedos,

 

y el candil de mi abuela

 

que se enredaba al hilo y a los ojos,

 

y el perro desteñido como un retrato antiguo

 

sobre un amplio cojín;

 

y las palabras de una tía sin lumbre

 

entre su ajado sexo, ajado y duro,

 

que apenas conoció la palabra deseo

 

se constriñó y siempre fue una ostra

 

encerrando su perla desesperadamente.

 

Ningún cuchillo pudo levantar sus dos valvas,

 

y así murieron, ostra y perla,

 

perdidas junto al perro que olfateaba,

 

y mirando el candil, la aguja, el hilo,

 

y la llama que estaba sobre la aguda punta.

 

Y recuerdo también que las miradas,

 

mis jóvenes miradas,

 

iban siempre hacia arriba.

 

Ahora, se me cayeron sobre el pecho,

 

sobre el pecho.

 

 

ÁRBOL

 

Los árboles tienen sus fechas escritas

 

las del fruto

 

la de la muerte

 

y la del sol

 

los árboles tienen sus pájaros escritos

 

y sus ramas hechas a mano por el tiempo

 

los árboles tienen el corazón grabado por su

 

misma vida

 

y en ese corazón leñoso se lee

 

que un día caerán de viejos

 

de pesados, de secos

 

de pájaros

 

que caerán de agua y de viento

 

y llegarán al pasto para aconsejar otros arbustos

 

que también traerán sus fechas escritas;

 

los árboles tienen puesta la vida

 

y puesta la muerte

 

como sus demás compañeros de tierra:

 

hombres, larvas, sedas, gotas, gorras,

 

palabras

 

aunque las palabras se fundan en el aire

 

y tomen un nombre, el nombre de aire.

 

Pero los árboles vienen con su sombra escrita

 

con letras que crecen al lado del sol

 

y de su tronco.

 

Y escrita está la fecha del cotiledón

 

y del hachazo y el día de la hoguera en la casa

 

desconocida.

 

Todo acaba en la fiesta del fuego.

 

La fecha del incendio.

Tomado de:

https://literariedad.co/2015/03/01/oscar-hernandez-las-contadas-palabras/

 

 

Los nombres

De repente aparecen

Aquellos amados fantasmas amados de los nombres

Más persistentes que su voz y su carne

Maruja como una gota de miel entre la mano

Ricardo con la frescura de la lluvia joven

Tatiana y su dulce capullo

Margarita y su palabra azul

La lejanísima Carmen de una noche

Y Octavio mi hermano a quien no conocí

Pero lo siento andar en mi memoria

Lento desfile de unos nombres

Que son vidas escritas en el alma

Nombres que viven por encima

De la oscura muerte

Nombres amados

Perdidos entre sílabas sin nombre.

 

 

La voz del hombre

Y además, para que todos sepan,

yo no puedo decir nada distinto

de lo que dicen todos.

La voz del hombre siempre estará prendida

al eco de las otras.

Estas palabras son las mismas,

las mismas que dijera un condenado a muerte,

o las solas palabras que diría el hombre que da trigo

al pico de los pájaros.

Si yo dijera ahora:

El crepúsculo duerme su sueño de violetas

o si cambiara el ritmo que marca el ritmo mío,

y dijese:

El mundo es una hoguera que consume los brazos

de los hombres como leños de carne;

tal vez una mentira se me asomase al rostro.

Por eso, yo digo esto y aquello,

lo de los marineros, lo de la piel del negro,

lo que tiene de blanco el lecho de la esposa

y la sangre que tiene el mismo lecho.

No puedo decir más,

nunca he entendido las raras abstracciones de los hombres

pesar de ser hombre

y decir como todos cuotidianas palabras,

cuotidianas y blancas, porque siempre he querido

que sean blancas las voces de los hombres.

No he dicho nada nuevo,

Simplemente, he hablado una vez más.

 

 

Las contadas palabras

Escribe hermano, escribe

para que hagamos un poema,

pero ha de ser escrito con las manos,

con nuestras manos de hombre.

¿Y por qué así un poema, con tan pocas palabras?

Porque todas las cosas deben hacerse así,

como Dios hizo al mundo,

con su fe, con sus ojos y con su voluntad.

Además, conocemos apenas muy contadas palabras,

sabemos dos, o tres o cuatro…

hombre, caballo, alambre, arroz.

Que digan los poetas:

Atardecer, crepúsculo, navío;

nosotros no entendemos más que cuatro palabras,

la última es arroz.

Hay que escribir para los hombres,

para el ladrón y para el santo.

Los hombres del mundo dicen sencillamente:

hombre, caballo, alambre, arroz.

Que este poema, hermano,

sea claro a los ojos de los que no comprenden:

atardecer, crepúsculo, navío.

Y es que todos los hombres, iguales a nosotros,

entienden solamente:

hombre, caballo, alambre, arroz.

Desde la humilde esquina de mi casa

mi mano grande dice adiós

y se mueve en el aire para todos.

Decid conmigo, amigos:

hombre, caballo, alambre, arroz.

 

 

La patria en la puerta

Golpean la puerta

como para que no se oiga,

con aquel sonido que tiene

la pobreza que va de sitio a sitio.

Van a dejar tamales?

El chico no es más que un envoltorio

de miseria y una frase

para todas las horas.

Lo miro allí, en la puerta,

ocupando esa raya de luz

que deja el ala abierta

y se oscurece la palabra patria

porque ella es la que ha tocado

en los nudillos de tanto abandonado.

Son de arroz…

los hacen en la casa.

Adentro huele la sopa

de los míos.

Unos segundos más y la patria,

esa patria andrajosa,

está sentada en el pasillo

con sus tamales a un lado

y un plato lleno de alegría y de humo.

Los hacen en la casa…

Tomado de:

https://www.isliada.org/poetas/oscar-hernandez-monsalve/

 

 

HE SENTIDO UNA MANO

Hoy he sido más feliz que nunca

No amanecí ni director ni dueño

Ni jefe ni padre de la patria sólo uno de tantos

De tantos hijos únicos de la soledad

No abrí el almacén que no tengo

Hoy dejé sin llave la puerta de la casa

Y encontré roto el bolsillo del pantalón

Hoy fui feliz cuando me dijeron

Buenos días buen hombre pobre hombre

Desdichado y a veces olvidado

Tienes un agujero en la camisa

 Fui más feliz cuando alguien me decía te quiero

Y lloré de alegría al tocar una mano

Y sentir que tenía el calor de la vida

Y la voz de esa mano no preguntó

 Ni cuánto ni por qué ni donde ni hasta cuándo

 Solamente dijo la voz amada de la mano

Todo está bien entre estas cuatro manos

En su ceremonial callado de saludos

Y fui feliz con el canto de un hombre

Que llenaba el parque con su voz solitaria

 Su canción congregante

El tango y su liturgia de hojas pájaros y escaños

Y el balsámico coro silente de los árboles

Fui feliz señoras y señores

En el hueso en la carne y en la sangre

Y les ruego perdonar el abuso

Ofrezco mis disculpas

Por esta repentina crisis de alegría 

 

 

CUENTO

 

Me he dado siempre en espíritu y carne

Y a veces me han devuelto

La luz que entrego en sombras

El espíritu en ceros infinitos

El cuerpo dividido en turbios trozos

La caricia que pongo

Se convierte en adioses

Los te quiero en distancias

Cuento sólo con mi propio camino hacia el olvido

Y si ven un parral no es mi sustancia

Porque soy de ceniza y no de vino

Después de todo puede decirse ahora

Que nunca fue verdad tanta mentira

Pero que tanta mentira sí fue amada

Si tomaba unos dedos en los míos

Escondían su mano

Detrás de una sonrisa entre la nada

Este podría ser el fin

Con un final feliz pero lo siento

Amargamente triste y doloroso

En fin como me lo he contado te lo cuento

 

 

CONDENAMOS RECHAZAMOS

 

Nos han quitado la camisa

pero nos han regalado un disparo

podríamos mitigar la sed

siempre que nos devolvieran la garganta

se han llevado la música

y hemos quedado con el ruido

estamos perdiendo el amor

y sin embargo seguimos amando

se llevaron vendada la esperanza

 

y a nosotros nos han puesto un trapo en los ojos

nos arrebatan la luz y ni siquiera

nos muestran una hermosa sombra

ayer no apareció la mañana

y nadie preguntó donde había ido

pero se descubrió guardada en cuentas llamadas

“rechazamos condenamos repudiamos

Exigimos nos solidarizamos”

investigaremos robaremos iremos a prisión

se ha perdido la claridad de los pasos

y todos marchamos pisoteando los jardines

pero otra vez rechazamos y negamos

y seguimos con la ruleta de la hermana muerte

y ahora me pregunto por dónde andan

y qué predios mancillan los rechazadores

los robadores de papeles lingotes y verdades

no tiene fin la mascarada de los “condenamos

solidarizamos rechazamos”

no tiene fin aquella brutal delicadeza de Vallejo

que ahora usan los rechazamos al meter la mano

y sacarla llena de oro sangre mentiras y promesas

no nos han quitado la camisa

nos la han robado

y pegada a ella se han ido pedazos de la piel

los rechazamos tienen la fórmula de salvación

pero no la aplicaron

los condenamos saben cómo se maneja el mundo

pero lo ven rodar y destrozarse a sus pies

los nos solidarizamos han sido descubiertos

pero nadie quiere decir claramente sus nombres

no nos han quitado la camisa ni nos la han robado

nos han arrancado la camisa

y por eso saludamos a los “rechazamos repudiamos

condenamos solidarizamos exigimos”

después de todo qué otras cosas

puede perder un hombre

que no sean su piel y su camisa.

 

 

PETICIONES

 

 

Pedimos ser llevados a la fiesta de la derrota

para que podamos templar el ánimo

y hacer el aprendizaje de los vencidos

pedimos un poco de sed

y amar así la ausencia del agua

pedimos a los grandes vivientes

que nos olviden como una mala historia

de nada sirve a nuestras almas

su saludo sonriente y su palmada en el hombro

suplicamos ser tenidos en cuenta

para no estar en las listas de los elegidos

esperamos ser vilipendiados públicamente

para saber que no han podido borrarnos

rogamos que pidan a Dios por nuestra desgracia

pues así aprenderán a orar

y de paso nos podrán maldecir

apoyados en el que todo lo puede

pedimos a nuestros amos terrenales

que no pisen la grama

porque es mejor pisarnos a nosotros

y así se irá ablandando el barro ancestral

que un día amasaron los abuelos

mientras las hachas reposaban en la habitación

también pedimos a los dueños de todo

que olviden la invitación al baile de las victorias

estaremos ocupados limpiando un poco de agua

para un segundo bautizo

en el nombre del hombre

de la tierra y del aire

y finalmente pedimos que nos disculpen

un imperdonable detalle:

perdimos la dirección en que lloran por nosotros

los que pedimos ser olvidados

hasta de su deseado olvido

Atentamente, un amigo secreto

también calentado por el sol

que algún día intentareis vender a plazos

un abrazo de todos los felices vencidos.

 

 

POR ESO ESTAMOS AQUÍ

Vivió más el primer manzano que el primer hombre

y pese a que fuimos traídos para el beso

para estrenar la eternidad

perdimos el jugo de los labios

y nos fue dado el sabor de la sangre

condenados a muerte antes de la primera cosecha

fuimos inventores de todo lo peor

y a veces de todo lo mejor

entre las manos todavía oliendo a humus

encontramos el giro mágico de la rueda

y la apretamos a los carros de guerra

descubrimos la sonrisa y el llanto

la rosa y el átomo asesino

descubrimos el saludo la sal  la locura de la estrella

y nos fueron ensanchados los ojos

para ver el horror de lo pasado

el horror de lo que viene

y para desconocer el nombre de Dios

escondido entre yavé y alá

o tal vez cifrado entre los dos

yalá y alvé

nos enseñaron el camino del pecado

y desde entonces lo transitamos alegremente

porque la palabra pecado a veces se ha santificado

cómo se peca entre las sabanas

si estamos besando glorificando la dulce lana

el dulce abrazo la dulce queja de la dulce enemiga

que también es la más dulce amiga?

cómo se peca si hay vidas terribles

que tendrán que ser terribles muertes

por manos nuestras o por otras manos

que siempre son las mismas manos?

nos han engañado con las palabras

y con las posiciones

la filosofía nos ha llenado de basura toda el alma

y solo podemos seguir siendo criaturas celestes

si atendemos la voz del gran espíritu

enviado hace miles de años y no acaba de llegar

cuando llegue el gran espíritu

podremos volver a saludar, a dar la mano

a conversar con el lirio

y a sobar el pelo a los conejos

es mucho pedir a un condenado a muerte

desde el principio de su primer manzano

que haga una pasta babosa con la palabra amor

y que mienta levantando los ojos

y que guarde su corazón en el bolsillo

y lo sienta palpitar sin esperanzas

cuando sepa que ha caído

entre un pequeño pueblo de monedas

por todo eso estamos aquí los poetas los leprosos

los desposeídos y los desencantados

por eso hemos venido

los locos y los infectados

para esto hemos venido

estamos aquí para decir las amargas palabras

las de la otra cara de la moneda

donde los mentirosos leen felicidad

amor solidaridad

paloma esperanza caridad

por eso hemos venido a romper la máscara de oro

y recibir al hombre nuevo

venido también marcado con la muerte

pero una nueva y fresca y blanca muerte

que lleve en su semilla

la luz que nos quitaron

en la catástrofe del paraíso

para esto hemos venido.

 

 

LLEGADA

 

Qué árabes ni que álgebra ni que uno ni que dos

El amor lo hiciste vos

 Hojita de lechuga recopilando sueños

Hermana de tantos crepúsculos y ayeres

Vos suave sandalia de verano

Saludo al medio día a media boca vos

Cansancios tuyos en el viento y vos

Mirando el pueblo de las nubes

Crecer en tu mirada más arriba de vos

Y vos y vos en mí y la agonía

De unas largas esperas

Que se pagan después con tu alegría

Con tu llegada al sitio de los dos

Sitio fijado para que vengas vos

Las voces las pisadas

Los refrescos

Lo inesperado y vos

Los árboles las calles

Las puertas los hermanos

Los recuerdos la vida

Y sobre todo vos

 

 

MAGIA INVERTIDA

 

El desencanto es la magia al revés

Es palabra inventada por un duende

Un hombrecillo de tricornio verde

Un monje tibetano barba- vieja

Es la palabra final después de las victorias

Los bailes muertos el carnaval vencido

El no va más escrito con tintas invisibles

En el corazón árido de todas las monedas

Es el destriunfo de los ganadores

Cuando miran atrás y ven castillos en pedazos

Ruinas de amores y de abrazos

El desencanto ganador en harapos

Después de ver la osamenta de los éxitos

El vaho triste de la triste opulencia

Perdida en la mirada opaca de los perros hambrientos

Camina detrás de las batallas ganadas

Es la sombra de los vencedores

El callado castigo de los que rieron y sonrieron

De los que lucharon y reclamaron las medallas

La gran presea del ominoso vencedor

Cuelga del cuello del último ahorcado

Adelante y detrás marcha en silencio

Espera a los que cantan y aplauden y festejan

A los que exhiben una felicidad de utilería

A los que cuentan y suman

A los que dilapidan y acumulan

A los buhoneros que venden alegría

El desencanto parece sólo una palabra

Y un hombrecillo de sombrero verde.

 

 

SALUDO

 

 

Mi saludo al trigo al vino y al arroz

A los pasos de quien no sabe adonde va

Al que ha llegado a ningún sitio

Y al que llegó cantando a su destino

Mi saludo a la mano derecha

Del que no tiene nada en ella

Y en la otra tampoco

Mi abrazo al poderoso para salvarlo

De la montaña de oro que le sepulta el alma

Y mi saludo al alma de los animales

Olvidados desde que fue acusada la primera serpiente

Un apretón de manos a la higuera

Y a los que van en busca de los parques

A dialogar con el color de las ardillas

Un saludo de pan y de sudores

Para aquellos que cultivan canciones

De harinas piedras y legumbres

 Un saludo de hermano a mi otra mano

Esa que no sabrá lo que hago con la otra

En fin un abrazo total para este mundo

Donde Caín y Abel son uno solo

Tomado de:

https://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/Revista/ultimas_ediciones/88_89/hernandez.html

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