El árbol
Los enamorados se juntaron debajo del árbol.
También vino el anciano, ensimismado en sus recuerdos.
Cuando no hay nadie la copa del árbol cuelga sola,
y el tronco, un pilar olvidado es un suceso en desarrollo.
Una vez soñé con sus raíces
como un grupo de ascetas:
demasiados años en la oscuridad,
ahora solo les interesa la luz de mi sueño.
—Es imposible que todos los árboles se conviertan en sabios.
Unos morirán de las burlas y otros
de culparse a sí mismos. Y entonces,
algunos eligen vivir en secreto, ocultándose entre otras cosas.
Y los demás aprenderán a caminar entre sus hojas,
lidiando con su excesiva pasión.
Fuera de la ventanilla
Solo, en el tren, cansado del largo viaje,
podrásdartecuenta de que aparte del silbato ocasional del tren
hay otros sonidos que nunca se han detenido en este invierno.
Fuera de la ventanilla, la tierra gira
como un disco compacto.
Rostro pegado al frío vidrio, escucha con atención:
La suave pero majestuosa voz de las montañas;
El tiple de los gansos salvajes, casi quieto y adherido a las
nubes grises;
En el campo profundo, un campesino: agachado el cuerpo,
como un grano de polvo en el disco:
un sonido tan débil que apenas se escucharía.
De la isla Yongxing a Qilianyu (1)
1
Después del rugido de los aviones de combate,
los pájaros comenzaron a cantar de nuevo.
Su alegría fue consumida por los turistas.
Y el bullicio es hoy superior al de las aeronaves
que pasan por encima de las nubes.
2
No, este no es simplemente otro lugar.
Estas pequeñas islas donde no conocías
la tormenta, el coco y el cangrejo ermitaño
que acaba de subir a la playa.
Esta es nuestra tierra ancestral.
3
El viento agita las escévolas de la playa.
¿Qué dijo el viento?
Piedras y corales tienen edad.
¿Por qué el mar no envejece?
Alguien está sacando ostras del arrecife.
La hermosa puesta de sol no se puede usar para
intercambiar las ostras en sus manos.
El mar ha recogido tanto azul del cielo,
pero todavía necesita llegar
al mapa con el tipo de azul correcto.
4
No puedo decir que esta cadena de pequeñas islas
es como un collar
al igual que una patria no es solo una belleza.
También quiero que sean niños traviesos
jugando todo el día sin preocupaciones.
También espero que sean siete hermanos jóvenes,
vibrantes, duros y fuertes.
5
Tal vez esto es tan bueno como puede ser el amor,
olas arremolinándose sobre el arrecife, y éste
inmóvil, tranquilo, firme, como si todas las palabras fueran
innecesarias.
Tal vez esta es la mayor felicidad,
un coco cae al agua y se menea entre las olas,
ahora contiene un agua diferente en su interior.
Tomado de:
https://www.laotrarevista.com/2020/07/hu-xian-insecto-en-el-ambar/
Leyendo las montañas en Pingwu
Amo estas montañas y ríos que se deshacen una y otra
vez, amo los peligrosos barrancos,
tal como amo los tiempos turbulentos del pasado.
Inclinadas las rocas. Amo
el orden controlado por la furia.
… Entre los ecos, la tierra
de repente se arquea. Amo la fuerza rota
en el aire, también los recuerdos que aquella capturó
sobre las cicatrices y las estrellas.
Amo la cumbre de la montaña, pero también
amo la roca gigante que rueda desde la cima hacia abajo
por su amor al abismo:
Por el resto de la vida, un corazón fallido
ama los grandes desastres.
En Nanjing
En Nanjing, me gusta escuchar
las campanadas del Templo Jinghai. Si decido
esquivar los ruidos de la gente,
por ejemplo, evitarlos a las ocho de la mañana,
prefiero caminar por las avenidas Yihe o Luojia.
He recogido hojas caídas, en algún instante
cartas enviadas por alguien no identificado.
A veces, en el restaurante giratorio
observo desde arriba la ciudad, como un cielo estrellado,
sus centros cambiantes entre luces y sombras,
rotando lentamente.
A la orilla del río, o en el camino
de los elefantes de piedra,
todo lo que surge ante mis ojos
parece revelar una ignota lejanía.
Diviso la montaña Zhongshan, donde hay
pabellones y alturas verdes, parecen contener en sí mismos las
antípodas del mundo.
Farolas
En las profundidades del universo, flotan
los agujeros negros.
Las estrellas más lejanas están sumergidas
en el azul oscuro.
Paso por un pequeño camino.
Bajo una farola aparece la sombra.
Percibo el apego de la sombra: la luz
es su hogar.
No quiere irse.
Y yo necesito seguir caminando, como disculpándome,
como avanzando por un área desconocida.
Tras una larga caminata, al darme la vuelta, la farola
de un charco de luz
en el suelo se ha hecho un diminuto brillo
que aún se ve en la distancia.
Quizás, alguien camina en lo profundo del cosmos
y las estrellas son farolas.
Yo he pasado por la última y entro
en la oscuridad total.
El universo es majestuoso,
pero no es más pequeña que él
la soledad de un minúsculo sendero sobre la Tierra.
Sigo marchando, y el sonido de mis pasos
parece el eco remoto de alguien que anda desde muy lejos.
Leer
Si lees demasiado rápido,
el lector que llevas dentro desaparecerá.
Lo que nos atormenta no son los pensamientos,
ni la ruptura de una mala suerte,
sino la paciencia en un discurso narrativo.
El libro está en el estante, como un pedazo de pared rota
guardado en una colección.
—Sigamos leyendo, para que la tormenta se escape
de las páginas apretadas.
O, esperemos un minuto,
para permanecer en la breve quietud
antes del rugido.
Gran caos en el mundo, eso no es importante.
Más importante es que
en un libro recién cerrado,
la tormenta destructiva
haya vuelto,
para vigilar el silencio que abraza a un corazón inquieto.
Momentos jóvenes
En el piso de arriba, un niño toca el piano,
repite una simple sonata sin cesar.
—Conoce algunas notas, otras no.
Al escucharlo, siento que esos sonidos discordantes
están marcando el tono
para este momento de vida.
En la habitación de al lado,
mi madre y mi tía chismorrean
sobre asuntos menores
y un dios al que ambas adoran.
El río fluye por la ventana,
llevando sus secretos en la misteriosa corriente,
una fuerza controladora
de la que aún no estoy al tanto.
En la pared, en una foto amarillenta,
mi abuela, con las manos blancas
sobre un apoyabrazos
negro como la tinta,
joven y serena, parece también aguzar el oído.
Tal vez, escucha el milagro que se repite
en las profundidades de la sonata.
Insecto en el ámbar
Él sabe observar ahora, como también lo sabía en el momento de
morir.
La lenta solidificación le quitó la ansiedad y el miedo inicial.
Incluso se ve más vivo después de su muerte.
Estás casi vivo—, se dice a sí mismo, —excepto que
no puedes moverte ni envejecer, estás igual que antes.
Le parece curioso tener nuevas ideas.
Como no puede almacenarlas en la quietud que lo rodea, las
mantiene en el fondo de su corazón.
La luz proyecta su sombra como un deseo en el mundo exterior.
Sus ojos compuestos ven innumerables deseos, por ejemplo:
Debajo de sus pies inmóviles, siempre está colocada una escalera
brillante, casi invisible, moviéndose lentamente
y confundiendo su larga quietud por un breve instante.
Tomado de:
https://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/Festival/31/HuXian/
Campos de caña de azúcar
En esta vida puede que pases ocasionalmente por campos de caña
de azúcar,
puede que atravieses por casualidad la madrugada de los pobres.
Los días son amargos, pero la caña es dulce.
A la caña no le importan los cambios del mundo humano.
Tiene una dulzura persistente, envía el azúcar, sin falta,
a los días que preparamos café.
Algunas veces, susurraba el bosque de cañas y un pobre
estaba con su dios: encierra la amargura en la boca.
Y cuando habla, siempre son dulces sus palabras.
El molino de azúcar tampoco está lejos.
Muy poderosa es la máquina: saca azúcar y escupe residuos.
—El impulso ya pasó hace tiempo, pero este acero y su fuerza
saben
algo que el azúcar y el campesino ignoran.
En esta vida, puede que pases eventualmente por campos de caña
de azúcar.
En la tenue neblina, los vástagos acaban de brotar del suelo,
junto a las extensas marcas de cuchillo del año pasado.
Los grillos
En las profundidades del universo, flotan los agujeros negros.
Las estrellas más lejanas están sumergidas en el azul oscuro.
Paso por un pequeño camino.
Bajo una farola aparece la sombra.
Percibo el apego de la sombra: la luz
es su hogar.
No quiere irse.
Y yo necesito seguir caminando, como disculpándome,
como avanzando por un área desconocida.
Tras una larga caminata, al darme la vuelta, la farola
de un charco de luz en el suelo se ha vuelto un diminuto brillo
que aún se ve en la distancia.
Quizás, alguien camina en lo profundo del cosmos
y las estrellas son farolas.
Yo he pasado por la última y entro
en la oscuridad total.
El universo es majestuoso, pero no es más pequeña que él
la soledad de un minúsculo sendero sobre la Tierra.
Sigo marchando, y el sonido de mis pasos
parece el eco remoto de alguien que anda desde muy lejos.
Tomado de:

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