martes, 3 de junio de 2025

POEMAS DE ISABEL DE LOS ÁNGELES RUANO


Los farsantes

 

Para ir decapitando monumentos

hace falta el silencio,

los santones hicieron sus columnas

pero no tienen estandartes.

 

Qué lugar daremos a cada quién

en nuestra historia?

Ya ni siquiera importa,

los héroes están muertos

y cada quien fabrica sus hazañas.

 

El tiempo es un invento malévolo,

nunca aprendió a creer

en la verdad

porque nació desnudo como los hombres,

y, además, es que existe la verdad?

 

 

Muerte en el tiempo

 

Telarañas oscuras,

cárcel amarga,

sombras luctuosas,

arena,

tumba que adviene

en cada escalón

sin sentido

bajado

a escondidas,

ocultando el rostro

para negar

un nuevo amanecer.

 

 

Mis manos

 

Estas manos mías conocen la ascensión suprema

y la más burda ignominia.

 

Son como dos relámpagos audaces

o como dos humildes golondrinas cautivas.

 

Se entrecruzan en una plegaria o aman

con santidad o con delirio

y se asustan del fuego

y chocan contra un rostro.

 

Estas manos mías saben mentir

y son urgentes. Me han dado la pasión sublime

y la ternura de un ángel de luz.

 

Tienen reminiscencias de ala desteñida

y saben de los surcos del vuelo

Conocen todas las fiebres.

Tomado de:

https://www.zendalibros.com/5-poemas-de-isabel-de-los-angeles-ruano/

 

 

Alas de mi nombre

Alas, tengo alas en la lengua,

mi cuerpo está cubierto de alas,

son miles de alas que me crecen,

una multitud de pequeñas alas sonoras.

Mis palabras son alas blancas,

alas, alas de espuma o nube,

alas tremendas que me cubren, que me laceran.

Y sin embargo no vuelo con mis alas.

Alas de mis ángeles,

dulces alas que me renuevan,

alas tristes con que me envuelvo,

aladas alas por las que vivo.

Soy un árbol de alas

con alas que me brotan como hojas,

con hojas muertas que me vuelan como alas.

Soy un mar de alas,

un cielo de alas que resuenan.

Alas de mi nombre,

Sinfonía de alas en mí misma.

¡Cómo suenan mis alas!

¡Cómo intentan mis alas batir el vuelo!

¿Cómo estoy en la tierra con mis alas a cuestas?

¿Cómo estoy en el viento sin volar con mis alas?

Soy un ala gigante,

soy millones de alas minúsculas,

soy un porvenir, un destino de alas,

y junto al infinito de mis alas peregrinas

pronuncio esta oración de alas aleteantes

para redimirme en nombre de esas alas sonoras.

Tomado de:

https://vindictas.unam.mx/sitio/sites/default/files/teasers/P%C3%A1ginas%20desdematerial%20de%20lectura-VPL-06%20IA%20Ruano-Difusion.pdf

 

 

Hora sin soporte

 

Hoy pierdes un objeto, mañana otro,

como si te arrancaran a pedazos la vida;

te mutilan la voz, te quedas sin lágrimas

te cuentan del suicidio de un amigo.

 

Mueres a pausas tu también.

de ayer a hoy

cada dolor es una nueva llaga,

en cada instante hay una herida

 

El mundo de las cosas, caprichoso,

no responde a tus ideas, se te escapan los

objetos

como pequeños tiranos, se te esconden,

y te hacen girar y girar, golpearte la cabeza,

o mascar trozos de papel con ira desbordada.

 

Pierdes todo lo que has amado,

te hundes sin retorno en cada pliegue del

pasado

 

Y de súbito un caos interior,

la tempestad, la locura, toda la rebeldía,

lo indescriptible se te mete dentro,

tensos los nervios, los dientes encorajinados

y el tedio invencible de las horas vacías

 

 

La noche

 

Qué edad, qué frío, qué tormenta

puede ser más terrible

que una noche

a solas,

una noche sin nada, una caverna

olvidada, un pasaje secreto,

de hielo.

 

Y digo una noche a solas

una noche de tiempo.

 

Y no hablo de sexo

ni del calor de un cuerpo,

no hablo de alguien, de algo,

hablo de una noche a solas

frente al universo,

en el infinito,

a solas con el cosmos chispeante,

con preguntas fósiles,

con nosotros mismos,

con todo.

 

 

Los del viento

 

Nosotros, los del viento,

los que llevamos versos incrustados

al centro del timón de nuestra sangre.

 

Nosotros, los portadores de enredaderas turbias

nacida en lo incierto de la raza.

 

Sí, los que llevamos el destino broquelado

más allá del color de nuestro sexo,

más allá de las voces de la herencia,

más allá del dolor de nuestro grito.

 

Sí, iremos cantando, cantando,

como si germinaran las palabras

y no fuera prestado nuestro aliento;

como si en verdad la luz nos recubriera

y no tocara la muerte a nuestra puerta.

 

Desde el corazón al alma

nos vemos royendo nuestras propias ansias,

nosotros, los seres de la tarde aniquilada,

los del perdido otoño, los del viento,

los que llevamos nuestra vida

más atada a los cielos que a la tierra

y que vamos cantando, desde siempre, cantando.

 

 

Caricatura de la verdad

 

Vengo de mitos desbaratados

donde se quiebra el tiempo.

 

Armo en mi ser nuevas estructuras.

necesito el mármol de las viejas creencias

para apoyarme en algo.

 

Definitiva ha sido mi luz y mi ceguera,

ha sido tajante su alucinada escarcha

y mi intento triste de huir de cualquier dogma.

 

Así, regreso a buscar el techo de una casa,

el calor de las mentiras conocidas,

el cristal que deforme una visión

con los gastados sueños rosa.

 

Huí de falacias acreditadas,

me despojé de su facilidad y sus cristales,

y de pronto en la gruta de Platón vi mi silueta

terriblemente deformada.

 

 

Cinematógrafo

 

Luz azulada y besos distraídos,

amnesia momentánea, afuera llueve.

 

Siluetas, siluetas de días desaparecidos,

alardear de vida, sin telones, con butacas

inmóviles.

 

Humo de cigarrillos, almas calladas

con espirales de sonrisas anestesiadas.

 

Afuera llueve, los carros encienden sus faroles

pero la sala quieta

se estremece ante sueños encadenados con ceniza.

Tomado de:

https://laparadapoetica.blogspot.com/2018/06/isabel-de-los-angeles-ruano.html

 

 

LA CASA NO TIENE PAREDES

 

La casa no tiene ni paredes

ni puertas,

pero es mi casa,

como mi caballo sin cascos,

mi caballo sin silla,

como mis sueños agrestes

y la palabra al aire, volandera,

como esta garganta de nardos,

mi garganta.

Me monto sobre el alba

y descuartizo a las rosas en la nada.

Mi rosa no tiene pétalos,

sólo espinas

pero es mi rosa.

Mi palabra es áspera

y montaraz

yo no tengo requiebros para nadie,

puedo regocijarme con las rosas

monto mis sueños y mi caballo.

Vivo en mi casa

y hablo con mi palabra.

 

«Mi casa y mi palabra, 1», de Tratados de las olas, en Torres y tatuajes, 1988.

 


MENDIGARÉ

 

Mendigaré

a través de las increíbles ciudades del otoño.

 

Mendigaré la sal, el agua

y el día venidero.

 

Mendigaré no importa

porque ahora que provengo de territorios

olvidados

puedo decir con verdad a mis hermanos

me cortaron la lengua y me pusieron marcas al

rojo vivo

pero en nombre de ustedes yo sufrí en el

silencio.

 

Mendigaré en los parques la luz y los colores

mendigaré la risa de los niños

y el sobresalto y el júbilo de tu corazón.

 

Y esta tarde en que el llanto entrecruza mi

pecho

sólo puedo decirles en nombre de mis versos

mendigaré, mendigaré para dejar regada la

canción

y hacer que mis palabras sean un arco iris de mi

ser ante ustedes.

 

De «Los muros perdidos», en Torres y tatuajes, 1988.

Tomado de:

https://poeticas.es/?p=512

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