jueves, 15 de octubre de 2020

POEMAS DE FERNANDO BANDINI

( Vicenza , 30 de julio de 1931 - Vicenza , 25 de diciembre de 2013 )

TÚ NO ME REPROCHES

 

por este disfraz de ornitólogo

 

si ingenuo pajarero echo redes

 

para capturar fantasmas,

 

poniendo entre paréntesis otra historia

 

con otras muertes.

 

 

 

Poniendo lápidas

 

donde había una vez vuelos y gritos,

 

cuando todos ya habían olvidado

 

los nombres de la especie y los más no entendían los moldes

 

de Linneo en lengua lunar.

 

 

ESTOY AQUÍ EN LA SOMBRA DECLINANTE DE LOS AÑOS

 

y leo en los periódicos que está por llegar

 

el cometa Halley.

 

Pocos lo ven dos veces, hay

 

quien nace después de su paso y muere

 

antes de su vuelta.

 

 

 

Su cuerno apunta

 

a un futuro que se precipita pronto

 

en salas de memorias.

 

Volvía a zambullirse en su

 

espaciada y larga oscuridad

 

y la infancia de los padres se desvanecía

 

en los débiles contrastes de una película muda.

 

 

 

Los pájaros y las cigarras

 

no recuerdan nada de las estrellas:

 

para picos y élitros

 

el tiempo es una borra de primaveras muertas.

 

La huida indescifrable de estaciones terrestres

 

se fija en arrugas humanas.

 

 

 

Cuando muchacho seguí a Gordon Pym

 

hasta el embudo blanco que lo traga.

 

Ahora está todo conocido, todo

 

ya escrito. Sólo el cielo permanece cerrado

 

en sus siete sigilos.

 

 

JANO BIFRONTE

 

 

Él no ha separado nunca

 

el presente del pasado.

 

Porque detrás de su cara

 

no hay nuca sino otra cara más.

 

Sigue sin volverse el largo vuelo

 

del halcón peregrino desde la aurora

 

hasta el poniente que se oscurece, donde

 

hará su nido

 

entre despeñaderos o rocas.

 

 

 

No existe para él desprendimiento

 

entre el antes y el después, sale de sus dos bocas

 

un solo grito vigilante.

 

 

BERCEUSE

 

 

Y hecha la hermosa costura en los párpados,

 

¡duerme, mi niño, duerme!

 

Ni una gota de sangre te ha salido

 

de las pestañas. Estrellas enormes

 

flotan por el aire, tu manita

 

cuelga de la cama. ¡Cómo te asemejas

 

al pequeño rey de los Cimerios

 

que duerme en la orilla del Mar Negro!

 

 

 

Y ahora que tienes la hermosa costura en los párpados,

 

duerme, mi niño, vuela

 

por etéreos reinos donde es débil el pensamiento.

 

Tu sueño es un polluelo en su cáscara.

 

Yo soy un paso y te rozo aquí cerca,

 

yo soy el ramito del calicanto

 

en su jarro y ansío

 

el aire frío de invierno de tu letargo.

 

 

 

Que los otros se larguen,

 

yo incubaré tu sueño en su huevo.

 

Emplearé látigos de zarzas con que lastimar

 

el lomo de los perros callejeros

 

que vagan alrededor de tu sepulcro.

 

 

RIÑA 

 

Seco con el pañuelo

 

la sangre que me cae

 

por el labio.

 

 

 

No te oigo. Soy sordo, sí,

 

soy sordo. Ve tú

 

que eres tan listo

 

y recupera los cables

 

del ocaso

 

ahora que la noche desciende.

 

 

 

Me echas en cara la sombra

 

como si fuera yo

 

quien la sembrara.

Tomado de:

https://circulodepoesia.com/2014/05/poesia-italiana-fernando-bandini/

 

Entonces

 

Entonces las palabras salen

despegadas de los vicios del corazón

y sin el más mínimo temblor

se enarbola la página.

 

Entonces extraemos el jugo

de los significados, cerezas

que no se presumen ricas

de noble sangre.

 

Entonces no nos importa si el pulso

acelera o no el latido

porque por dentro ya todo ha nacido,

el ladrido, el ciclón y el relámpago.

 

 

***

 

Arriba y abajo

 

El espanto de la tortuga

volcada sobre el lomo

agitando sus patas locamente,

somos nosotros, somos nosotros

con el lomo de hueso pesado,

y abajo del lomo basaltos,

minerales, fósiles, esquistos,

y arriba: las estrellas;

y abajo del lomo manantiales,

terremotos, candiles de lava,

y arriba: las estrellas;

y abajo del lomo cavernas,

esqueletos de osos y de niños,

y arriba: las estrellas;

y abajo del lomo la espada de los Hunos

y el escudo de Aquiles oxidado,

y arriba: las estrellas;

y las patas que rápidas se mueven

y ruegan

que el viento se detenga

que el gallo cante

que las estrellas

tan implacables

ya no sigan brillando.

 

***

 

En estas tardes

 

Te prometí un concierto de violines sin mantenerlo

ofreciéndote sólo un coro de claxones

en estas tardes de estambres tendidos, en estas

tardes de pistilos abiertos, en estas

tardes de perros que ladran, en estas

tardes con relámpagos de calor, en estas

tardes con velos sobre las ubres de la vía láctea, en estas

tardes con desesperadas ascensiones a colinas-hembras, en estas

tardes con gritos suavísimos en los patios, en estas

tardes de espantadas huidas de desnudos, en estas

tardes con rifles que aturden, en estas

tardes con charlas de generales que dan náuseas, en estas

tardes con planes de invasión en mapas que se encrespan, en estas

tardes con bombas H en polígonos vastos que se estremecen, en estas

tardes en que el sexo está hinchado, la muchacha violada pierde sangre, en estas

tardes con cáscaras de sandía en un rincón,

que no hay nada para mí para ti

sino tan sólo objetos que se compran

y el polvo en la luz de la luna.

 

 

***

 

Minotauro

 

Ahora que el nuevo gobierno

mueve las piezas en el tablero

acoplando al caballo blanco

la reina de negro

 

(y nace una cosa

entre rosa y amarilla,

mixtum genus prolesque biformis);

 

ahora que el viento

empolva de nieve el barandal

y tú te quedas tras los vidrios sin dormir

obstinado en no hacerte matar;

 

agita el pañuelo del adiós

y despídete de los peones del rey

o el minotauro también a ti te comerá:

 

abogados con sus villas,

médicos con sus camillas,

inocentes niñas de ojos

malvados, rameras

de mirada dulcísima:

 

y su excelencia el obispo

recién salido del concilio,

con su bonito pastoral

donde brilla un berilio.

 

***

 

La fuerza de vivir

 

La fuerza de vivir se adquiere

con rara moneda.

No nos basta el salario de la alegre

juventud, despilfarrado en manos pródigas,

ni el agobiante capital de los días

juntado en la edad madura.

Quizá en algún lugar del mundo

haya quien tenga la pura

caridad que libera del mal

y ocupa el tiempo fatal

como el oriol amarillo la cima

del manzano florido:

cada trama de actos en la urdimbre

de su vida es un verso que hace rima.

 

 

***

 

De manera evidente

 

Ahora, compañeros, que la primavera

enciende flores entre los árboles secos

y promete canastas de fruta

para el próximo otoño,

es preciso tomar plena conciencia

de la vida que libre florece

y hacer inventario

de la natural evolución

que desde el año pasado

han sufrido el canto del verderón

y el color de la hoja de maple

y el perfume del membrillero.

 

Alguien entre nosotros

es irremediablemente anti-algo

y hay que expulsarlo.

Conocedor abstruso de las reglas

que según él presiden

las ciertas floraciones de la tierra,

no se atreve a salir

de los caminos subterráneos,

aún aturdido por el letargo invernal

cuando la nieves ya se derritieron.

 

Pero la estrella que esta noche

se acoplaba al rígido aliso,

el muchacho al que aventando

la última bola de nieve

se le derretía en la mano

contradicen de manera evidente

las cabezas de piedra.

El que no avanza retrocede.

La luna de primavera

pasa cada año a través de nuestro cielo

como la sangre a través del corazón.

 

Entonces proclamo por moción de orden

mi furor

en contra de los sutiles doctores del no-hacer,

deseo que la secta de los topos sea disuelta,

y enfrento el argumento

del impasible viento

que en marzo alborota las cosas

por enésima vez.

Tomado de:

http://letras.mysite.com/fban150718.html

 

 

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