sábado, 5 de diciembre de 2020

POEMAS DE JUAN DEL VALLE Y CAVIEDES



Endechas

 

Atiende, ingrata Dafne,

mis quejas, si escucharlas

te merecen mis penas,

siquiera por ser tú quien me las causas.

Bien sé que son al viento

decirlas a una ingrata;

pero yo las publico

para que sepas solo a quien agravias.

Escucha mis suspiros,

que no porque mis ansias

con sentimiento explique

te han de obligar mis voces a pagarlas.

Pues no tan fácilmente

se mueve una tirana,

y asi puedes sin riesgo

serme benigna y entenderme, ingrata.

Si bien te pareciera,

¿qué mucho me amaras?

porque el favor, advierte,

se hace más fino cuando más se ama.

Merecer tus cariños

y dármelos es paga,

y el que paga no deja

la voluntad afecta ni obligada.

Finge que amor me tienes

y aunque me engañes, falsa,

haz siquiera de vidrio

una esmeralda para mi esperanza.

No me des desengaños

con claridades tantas,

que el infelice vive

el tiempo que se engaña o que le engañan.

]Solo un triunfo consigues

si de una vez me matas:

Dame un vez la vida

para que muchas tenga que quitarla.

Tomado de:

https://www.poemas-del-alma.com/juan-del-valle-y-caviedes-endechas.htm

 

A mi muerte próxima

 

Que no moriré de viejo,

que no llego a los cuarenta,

pronosticado me tiene

de físicos la caterva.

Que una entraña hecha gigote

al otro mundo me lleva,

y el día menos pensado

tronaré como arpa vieja.

 

Nada me dicen de nuevo;

sé que la muerte em espera,

y pronto; pero no piensen

que he de cambiar de bandera.

Odiando las melecinas

como viví, así perezca;

que siempre el buen artillero

al pie del cañón revienta.

 

Mátenme de sus palabras

pero no de sus recetas,

que así matarme es venganza

pero no muerte a derechas.

Para morirme a mi gusto

no recurriré a la ciencia

de matalotes idiotas

que por la ciudad pasean.

 

¿Yo a mi Diente del Parnaso

por miedo traición hiciera?

¡Cuál rieran del cronista

las edades venideras i

JesuCristo unió el ejemplo

a la doctrina, y quien piensa

predicando ser apóstol,

de sus obras no reniega.

 

¡Me moriré i buen provecho.

¡Me moriré i en hora buena;

pero sin médicos cuervos

juntos de mi cabecera.

Un amigo si está avis

rara mi fortuna encuentra y un franciscano que me hable

de las verdades eternas,

y venga lo que viniera,

que apercibido me encuentra

para reventar lo mismo

que cargada camareta.

 

A un médico tuerto

 

Tuerto dos veces, por vista

la una y la otra por ciencia,

pues en la endiablada tuya

nunca haces cosa a derechas.

No llames siempre ante-ojos

a los que traes, porque a medias

ante-tuerto has de llamarlos,

pues la mitad está a ciegas.

Si no tienes más que un ojo

ociosa está una vidriera;

parece remedio tuvo

por cosa que no aprovecha.

Sin embargo eres el rey

en la medical ceguera;

si todos a ciegas curan tú no,

que curas a tuertas.

Tu vista nadie la entiende,

pues ni se repara en ella

tú no miras sino apuntas,

tú no ves sino que asestas

¿Cómo si apuntando curas

no atinas con las recetas,

pues das tan lejos del mal

que todas las curas yerras?

A los enfermos les comes

las comidas y aun las cenas

para hacerles este mal

y que se mueran de dieta.

Aýudales a beber

tus malditas purgas puercas,

y les darás media vida

y tu tendrás otra media.

De las ayudas eleves

parte también, que les echas,

y ejercitarás dos ojos

que en un tuerto es cosa nueva.

Que el comerles las viandas

no es curarle las dolencias,

sino curarte del hambre

canina que te atormenta.

Si con los enfermos curas

tus hambres y tus pobrezas

ellos los médicos son

tú el enfermo que remedian.

Media visita debián pagarte,

en Dios y en conciencia,

que quieren medio ve al enfermo

no debe llevarla entera.

Del Callao te han echado

con descrédito de albéitar,

por enjalma de Galeno,

por limillo de Avicena.

Hínchate, doctor, de paja,

que las albardas rellenas

no matan tanto, y tendrás

hecho tu plato con ellas.

Que eres albarda no hay duda,

y me remito a la prueba,

pues la medicina tuya

por ser de albarda está en jerga.

Tomado de:

https://www.buscapalabra.com/poetas.html?nombre=Juan%20del%20Valle%20y%20Caviedes

 

LOS PRIVILEGIOS DEL POBRE

 

El pobre: Es tonto, si calla;

y si habla: Un majadero

si sabe, es hablador

y si es afable:Un embustero,

si es cortés: Entrometido

y cuando no sufre: Soberbio

 

cobarde, cuando es humilde

y loco cuando es resuelto.

Si es valiente: Temerario

y presumido si es discreto.

 

Adulador si obedece

y si se excusa: Grosero

Si pretende es atrevido;

si merece es sin aprecio

su nobleza es nada vista

y su gala: Sin aseo;

 

si trabaja codicioso

y por el contrario extremo

un perdido si descansa...

!Miren si son privilegios!

Tomado de:

https://diarioinca.com/poemas-de-juan-del-valle-caviedes

 

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