miércoles, 3 de enero de 2024

POEMAS DE LUIS ALBERTO ARELLANO


Y una grande mariposa amarilla

Cuando muera seré japonés

de digna figura bajo el manto

o un albatros

de rotas alas

Seré un romo silencio de bordes finos

una lluvia de ceniza en Sydney

un alcatraz gobernando el mundo

cuando yo muera

 

Cuando ella muera, mi bestia negra

en la espuma negra de sus 36

será un engrane de titanio

un lamento murmurado a gritos

o un tirio a mitad del báltico

 

será una ortiga que llora el relámpago

 

Cuando muera Dios, si es que hubo dios

será un edificio en llamas

un ángel de alas pequeñísimas

cayendo

una fronda de raíces enanas

Cuando muera Dios, sabiendo que ha vivido

tendrá las pupilas rotas

de los necios

el frío de las focas en los belfos

la saliva espesa de los hombres

que nada temen

Será Dios, una libra de carne en la Habana

un dedo extendido en la calle

o un contorno de estrellas negras

que grite por lo bajo lo callado de su ausencia

 

 

Una roca por mitades

Tiembla

cielo

han llegado

son los bárbaros que asoman

al horizonte de la acrópolis.

 

Han venido de tan lejos, distinta tierra

a la que nombramos madre

con sus batallas deslizándose en la niebla

con sus caballos de formas extrañas, sus magos que todo

lo crean, con sus cacharros y sus vicios

con el cruel hábito de los vientres unidos

en mutua soledad

hembra y macho olvidando

en otra boca.

 

Son ellos, los bárbaros, después de tanto desenlace

ellos sabrán qué hacer

con nuestros dioses, mudos y furiosos

los desbocados augurios

y el silencio sospechoso de las aves.

Ellos podrán, lo sabemos, aliviar

los despojos de nuestra ruina.

 

Ha ya tiempo que nuestros hombres

solo miran placer en otro hombre

que las féminas se desquician solitarias

como la roca partida por mitades

llorando agua

como los avisos

de líquidos minerales que se dejan escuchar

en boca de los ciegos o las vírgenes.

Ellos, los otros, vendrán cargados de sus hijos y sus madres

llevando a cuestas el hogar y las cenizas

sus muertos, la peste, el fuego.

 

El vigía en torre grita paciencia

que no son ellos. Los harapos y el desánimo

son nuestro viejo rey y la corte

el polvo que les cubre es de esta tierra

por muy lejano que haya sido el viaje.

 

Él partió a su encuentro siendo joven

hubo quien juraba haberles visto.

Ahora regresa y la ciudad tiene puertas selladas.

Creímos que eran ellos, lo juro

pero es sólo la maldita costumbre de esperarlos.

 

 

La doctrina del fuego

Habrá Dios enfurecido y marcando las cartas

lanzado su fúrica mano sobre la mesa

sin importarle demasiado los comensales

y otros reunidos para el pokarito

que han dicho ese Alberto qué calamidad

mira que perder con tercia en un lugar de mala muerte

y mirando a Dios en su berrinche

- terrible pataleta de scholar ante los proverbios-

murmuran ahora es que Arellano está en problemas

más vale correr y no mencionar su nombre

solo apellido que eso confunde

negarle tres veces antes del alba enrojecida

 

Hay que ser afecto al vodka antes que a la vida

para gritarle así, como si tal cosa

Soy acaso yo guardián de mi hermano

y reír acremente, Pedro desde aquí veo tu casa

eres piedra y sobre ti construiré mi iglesia

una cama, una cómoda cocina, un arbolado espejo

 

Ahora ya no importa demasiado

ese necio pagará bien la cuenta antes

de retirarse en un mutis oportunamente alegre

 

Es menester que salgamos en silencio todos del casino

e ignoren este penoso accidente

que al Señor Dios le retiren la bebida

que se olvide ese bruto embrutecido de rimar

cosas que a nadie valen

Y por favor, alguien avise prontamente a su madre

que es sin duda hora de su muerte.

 

 

Te miro mirarte en mi cuerpo...

Te miro mirarte en mi cuerpo, ser el eco de mis miembros. Atrevo el contorno de tu sexo. Nada puede vencer la crudeza del silencio. Nada puede el fragor de la carne ni el húmedo roce, nada la memoria del estruendo. Nada puede el silencio en contra del silencio. Es esta la materia del Deseo: Cifrar el sonido que baten las olas en la orilla. Vértice es un hueco que se aleja; la

lluvia, una pacífica labor de lo divino, que se aviene con el alma fatigada.

Tomado de:

https://www.poemas-del-alma.com/luis-alberto-arellano.htm

 

 

ESCRITO CON CENIZA

 

Lo feliz me viene del lado materno:

Todas esas charlas al filo de la mesa

dieron para un hijo y ciertas noches,

en que, por temor a la oscuridad,

escondía mi cuerpo desnudo en los límites

de una mujer desnuda (creía que la luz llama

a la luz, por tanto frotaba hasta encenderla).

Con el resto de las cosas tengo problemas:

Mi memoria no sirve, recuerdo toda una sola vez

y luego olvido hasta las letras del alfabeto.

¿De qué color es la moneda que sostengo en mi mano

izquierda?

¿Qué es color, qué es izquierda? corro a preguntarme

en voz alta.

Tampoco sé volar.

A veces bebo y bebo,

hasta que el orden vertical del mundo

se altera: lo bajo por lo alto, o los costados en el cielo.

Entonces el mundo es de agua y corre vertiginoso

en espirales que se hacen más grandes.

No controlo mi risa en lugares públicos

y mis palabras ofenden a las colegialas.

También desconozco mi nombre o el significado

de estos papeles.

Olvidaba, es cierto, ya lo dije, que estoy loco

y tengo un miedo personal a los aviones.

 

 

ESCRITO CON CENIZA

 

El hombre que duerme hace dos años

en el parque frente a mi casa

me ha dicho que mis poemas

le transmiten mensajes cifrados

desde un planeta más allá

de Alfa Centauro

 

me ha pedido que pare

que detenga mis ganas de joder

y que ya nada le diga de los genios

que habitarán la Tierra dentro de mil años.

 

Que me guarde las coordenadas precisas

de la abducción

y otras minucias siderales que a nadie convienen.

 

Que no le recuerde lo que ha visto con horror

con ganas de volver las entrañas.

Que me calle

que no escriba

que no dé la razón a los ángeles

de tristes alas que le recitan el Código Civil

en vocales muy cortas todas las tardes.

 

Yo lo miro y tiemblo de pies a cabeza

como un pez fuera del agua

que empieza a boquear con resistencia

y se deja ir lentamente

hacia la muerte.

 

Le he dicho que sí

que nunca más

que esto no puede seguir

que también a mí me resulta insoportable.

 

Así que estas líneas

no tienen ningún mensaje oculto

ni nada que se le parezca

aunque haya quien /lleno de esperanza/ afirme lo contrario.

 

 

ESCRITO EN EL POLVO

Gritar es digno.

JOAN BROSSA

 

Al fondo de las mesas me mira una niña que está por

cumplir los veinte.

Es viernes y el lugar está lleno, de boca en boca corre

el licor

y el humo congelado en el aire.

Pero al fondo de todo esto brilla una niña.

La miro sonreír y mi mujer me atrapa en el arrebato.

La niña tiene la belleza a media piel de la que será fémina

en la redondez exacta de sus formas, y lo sabe.

Tiene el contorno preciso que levanta las miradas a su paso

y que se sorprende, todavía, de ser la deseada.

Y me mira en el ardor de los iniciados.

Yo seré cómplice permanente de sus ojos

que serán ojos en otro rostro, y en otro que aún no nace.

Me llamarán de mil modos, en mil maneras infames

pero seré la otra parte de la belleza incompleta:

el sucio espectador que descifra la voz del dios de las

pequeñas cosas

como el perverso que ama la cerradura y no el cuerpo

que se desnuda,

las manos y no la caricia, el rouge y nunca el beso.

Me llamará su sonrisa, así se esconda en otros dientes.

 

Y la serena certeza de la muerte

Poemas de Plexo (Tierra Adentro, 2011)

Publicación autorizada por Juan Adolfo Arellano Hernández.

Tomado de:

https://loslenguasuelta.blogspot.com/2018/04/3-poemas-de-luis-alberto-arellano.html

 

 

Blackwater

     Es por eso que pregunto

     si sabes descifrar los sueños.

     Espero tu respuesta pronta, amable, afirmativa.

     O es que los sueños,

     aquella actividad craneana que se despliega en estado rem y nos limpia poro a poro,

     decía, los sueños están condenados

     a terminar en el arroyo continuo de la nada.

     El olvido viene en pliegues.

     Es por eso que pregunto.

     Todo comenzó como un domingo cualquiera, habían caído las bombas: no internet, no gobiernos, sólo tribus y astucia. El tipo de pueblo que te gustaría conocer.

     Vino uno que se llama

     como cualquiera de los apóstoles

     y me pidió acompañarlo con otro que vende medicamentos.

     Es decir, que antes de las bombas y la fuga eléctrica administró farmacia

     y tiene bajo su custodia (armas y fuego permanente)

     grandes pociones que alivian

     las membranas sutiles del cuerpo.

     Siempre he dicho que lo cutáneo es un estuche de terciopelo.

     Dentro encontrarás bisutería que algunos ahora comen golosos por falta de cabra.

     Éste, el bíblico, tenía auto que aún funcionaba.

     En la cajuela cargaba un zombie que intentó morderme.

     Lo guardaba ahí porque el zombie olía

     perfecto el combustible para el auto.

     Como un zombie varita de zahorí, pero para hidrocarburos refinados.

     Llegamos al otro, el de los narcóticos y los niños jugaban con cabras montañesas, evidentemente radiactivas, su pelaje cubría hasta las pezuñas y su cornamenta se cruzaba por su frente en una X muy glamourosa. Muy alfa centauri. Cómo dices que se llama

     a eso: glosolalia, oráculo o esquizofrenia.

     Oligofrénico me decían en las calles.

     Los tipos del mendicamento, pareja, querían a cambio el zombie zahorí.

     Lo dejamos, lo comieron.

     Así de simple el mercado cuando no hay leyes.

     Trataron de venderme un niño de los de la calle.

     Pero tú sabes que ya tengo hijos, uno.

     Para qué más reveses argumentales,

     para qué la retórica del yo lo digo.

     Entonces los niños empezaron un juego que les divertía mucho.

     Tomaron a una cabra, la mayor,

     le rompieron las piernas con una barra de hierro

     y luego azuzaban al animal para que los embistiera.

     Entre gemidos de dolor y furia la cabra lanzaba cabezadas que eran débiles empujones para los niños.

     Qué crees que signifique.

     Significa algo, seguro.

     Como los temblores de tierra, que significan acomodo de las placas tectónicas. Liberación de energía. Puntos para el planeta.

     Como los ovnis que significan nunca estuvimos solos.

     Como los árboles secos que significan destierro.

     Somos un ciclo de caballos batiendo la estepa sin mucha certeza de sus límites.

     Por eso las estrellas permanecen mudas, porque no saben hablar como nosotros.

   

     *

     Sé que no has respondido.

     Tus razones tienes: horror, olvido o ignorancia.

     Todo es válido ahora que la vida flota

     como a capas entre los humos de los cadáveres.

     No sueño frecuentemente.

     Por eso me pregunto qué significan.

     Los egipcios lo tomaban en serio.

     El faraón soñaba peste y ¡paff!,

     caían las langostas a volver noche el día.

     Los griegos no andaban muy lejos.

     También tenían que interpretar los sueños.

     Además había truco.

     Los durmientes podían comunicarse con los muertos.

     Aesclepio fundó una práctica de sanación

     basada en el sueño.

     El asunto era sencillo.

     Llegabas, como podías, a cualquiera de sus templos,

     dormías esa noche en el piso

     y el dios médico brujo te visitaba,

     auscultaba y receteba en sueños.

     Al amanecer procedía pagar el hospedaje de esa noche única. O sea que el sueño era una avenida de ida y vuelta.

     Pero nosotros ni la gracia de Moctezuma que soñó su caída. Porque hemos

     perdido la claridad onírica.

     Soñamos en idiomas extranjeros,

     con vicios extranjeros.

     Normal para esta decadencia.

     Pero seguro tú sabes qué significan.

     Los has estudiado.

     Seguro tú reconoces sus bordes.

     Te molesto con esa certeza.

     Vino otro sueño.

     Dos días después del primero.

     Yo cuidaba un flanco de un fuerte militar.

     Estábamos armados y entrenados.

     Y vino una granada a volar la puerta en la que me apoyaba. Perdí un ojo y la mandíbula colgaba.

     No sentía dolor, sino presión en el ojo.

     Como cuando tienes un ojo flojo: ambliopía.

     Síndrome del ojo perezoso.

     Algo de eso se esconde en mis dioptrías cotidianas.

     Y yo hablaba y hablaba con la gente,

     pedía instrucciones, recibía y transmitía órdenes,

     pero nadie se atrevía a decirme que todo era un sonido gutural y que mi mandíbula colgaba del lado izquierdo,

     unida por el tendón al cráneo,

     pero que el lado derecho había caído

     y estaba y no estaba.

     Nadie me advertía que no hablaba más,

     sino gemía muy mamífero,

     pero que la comunicación oral había pasado sin dejar muchas huellas.

     Aparecía en el sueño el mismo del nombre bíblico

     y con cara de asco unía mi mandíbula

     al lado derecho del cráneo, pero no se ajustaba.

     Los sonidos eran peores en su definición.

     Hice lo único sensato en ese momento y tiré con fuerza del lado izquierdo para desprenderla toda.

     Qué crees que signifique esto.

     Las cabras radiactivas y la mandíbula suelta tendrán relación entre sí.

     Te mando saludos.

     Espero que tu familia encuentre sosiego pronto.

     Todos por acá estamos contigo y los tuyos en este momento.

     Espero tu respuesta pronta, amable, afirmativa.

Tomado de:

https://luvina.com.mx/blackwater-luis-alberto-arellano/

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