domingo, 28 de enero de 2024

POEMAS DE NEBOJŠA VASOVIĆ

 

***

 

 

El domingo: la gente se aburre

 

como las ruedas del Boeing

 

a 15000 metros sobre la tierra.

 

 

***

 

 

Cuanto más amo a los cipreses,

 

más amo a los eucaliptos.

 

El amor monógamo no existe.

 

 

***

 

 

Me acuerdo de aquellos hermosos

 

días cuando no tenía

 

que acordarme

 

de los días hermosos.

 

 

***

 

 

Mientras masticamos los hongos mexicanos

 

para ver el sol,

 

los hongos nos usan

 

como gafas de sol.

 

 

***

 

 

Oh, cómo se baten las gaviotas

 

por una bolsa de la basura.

 

Reconozco a Churchill,

 

a Stalin, a Tito.

 

 

***

 

 

La piel de la serpiente

 

es más bella que el oro.

 

El oro brilla siempre,

 

la serpiente a veces.

 

 

***

 

 

En el Juicio Final,

 

lo más terrible son las moscas

 

que vuelan y molestan al Juez.

 

 

***

 

 

En esta hambruna

 

bienvenidas son las migajas,

 

pequeñas mamas de harina.

 

 

***

 

 

Hace 2556 años,

 

nació Confucio.

 

Parece que fue ayer.

 

 

***

 

 

La noche estrellada,

 

como hecha para los poetas y la poesía.

 

Alguien interroga a alguien

 

en Guantánamo Bay.

 

 

***

 

 

Que él fue un gran poeta

 

podía verse desde el satélite.

 

Y entonces llegaron los americanos

 

y repararon el satélite.

 

 

***

 

 

El que ama a sí mismo

 

no sale de su cuarto

 

y el grano de amapola lo está llamando

 

 

***

 

 

Los mejores años de su vida

 

pasó como fogonero en el barco;

 

mantuvo el fuego, sobre el agua.

 

 

***

 

 

En el museo: miro una gran

 

columna de los soldados

 

que no se mueven

 

porque son de cerámica.

 

 

***

 

 

 

 

 

En la noche despierto y veo:

 

junto a mí está tendido

 

aquello que he anhelado.

 

Sólo falta que le dé forma.

Tomado de:

https://www.vallejoandcompany.com/poesia-desde-serbia-nebojsa-vasovic-poemas-cortos/

 

 

La iniciación

 

Esta fue la primera vez

que ella pernoctó

conmigo

en mi departamento

en mi cama

 

El contacto con su piel

fue como el cálido

vapor del baño

romano,

como los vilanos del

diente de león

 

Al son de la música

de Caetano Veloso

hacíamos el amor

luego nos dormíamos

 

Pero en hora de la noche cerrada

ella de repente 

tiró la cobija

y me dejó

desnudo.

 

Por todo un minuto

fui como un montón

de piedras

allá lejos

en los Andes.

 

 

***

 

 

Nuestra hija

 

Después del aborto

mi mujer regresó del hospital

a la casa, se acostó en

la cama y se durmió.

 

Callado, estoy sentado en la cocina

para no despertarla,

tomo cerveza, miro por la ventana

y me pregunto:

 

Si nuestra hija hubiera nacido,

¿Cómo se hubiera llamado?

¿Alguien sin nombre

puede estar muerto?

 

 

***

 

 

Magali Prespa

 

A la redonda: las colinas,

y en el valle, el pueblo alfarero,

los dedos untados de barro.

 

En medio de la casa: la rueda del alfarero

y la estufa para cocer formas

esculpidas en barro.

 

En los estantes: cacharros, ánforas,

jarros, cántaros,

botijos de barro que por años

 

esperan a su dueño,

con una mosca muerta en el fondo

de la larga espera.

 

Versiones de Jelena Rastovic

Tomado de:

https://www.jornada.com.mx/2011/09/18/sem-nebojsa.html

 

 

 

De todos los talentos humanos, quizás el más escaso sea el talento para morir: la capacidad de despedirse de este mundo sin ningún gesto superfluo.

 

 

A los hombres nada los mantiene tanto a distancia como la modestia. Por eso, el misántropo a menudo se pone la máscara del hombre modesto.

 

 

Existen libros en los cuales subrayamos lo más importante. También existen libros que subrayan lo más importante de nosotros.

 

 

De todas las artes, el cine es el que más prontamente envejece, porque es el arte que más depende de la tecnología. Las películas filmadas hace cincuenta años parecen más viejas que la epopeya de Homero.

 

 

Las ideas se parecen a los emigrantes seniles: no recuerdan de dónde vinieron, qué hacen ahí ni dónde se encontraron en algún momento.

 

 

Después de diez años de matrimonio, el marido y la mujer son como hermano y hermana. Después de veinte años, son como dos hermanas.

 

 

Hay dos cosas para las cuales el hombre siempre tiene tiempo: para ser sirviente y ser amo.

 

 

Los hombres se maquillan con las ideas como las mujeres se maquillan con lápices para ojos y labios. No es milagro alguno que las mujeres sean más bonitas.

 

 

¿De qué nos sirve la libertad de opinión si todos pensamos igual?

 

 

Es interesante cómo el hombre, cuyo cuerpo se compone de setenta por ciento de agua, es tan avaro cuando se trata de las lágrimas.

 

 

Lo que está enterrado más hondo, se excava con las manos.

 

 

Hoy en día, a menudo, el hombre hace reverencias al dinero más veces que nunca antes lo hiciera al tótem, el ídolo o Dios. Esto, para algunos, es el progreso.

 

 

Los esclavos sabían los nombres de sus faraones. Nosotros, hombres libres, podemos conjeturar libremente los nombres de nuestros amos.

 

 

Hoy en día se consideran grandes sólo aquellos intelectuales que luchan por la aniquilación de los pueblos pequeños. Su propia grandeza no soporta la existencia de nada que sea pequeño.

 

 

A un dictador constantemente se le critica por la ausencia de ideas. Pero, ¿acaso el hombre no domina mejor a los otros cuando no tiene idea alguna?

 

 

Habría que reproducir en un casete algún capítulo de Hegel, y luego oírlo desde el principio hasta el final, como se escucha la música. Sólo así nos percataríamos de que la filosofía se encuentra en el límite de la locura.

 

 

La vida nos ofrece demasiado material para la literatura; la literatura, demasiados pocos motivos para la vida.

 

 

El hombre que vive demasiado rápido, un día u otro puede pensar que es un genio. No es milagro alguno que la genialidad sea una enfermedad exclusivamente urbana. Quienes viven en los pueblos, los desiertos y las montañas, muy raramente se enferman de genialidad.

 

 

Dios creó la voz humana; Satanás, los instrumentos. Esto también se puede comprobar en que la voz humana, a diferencia de los instrumentos, no se puede comprar con dinero.

 

 

Sí existen los grandes hombres. Son los que murieron a tiempo para no estar entre nosotros aquí y ahora.

 

 

En nuestras vidas, generalmente, actuamos papeles secundarios. ¿Qué papeles, entonces, actuamos en las vidas ajenas?

 

 

En los ancianos se puede percibir cierto pudor, propio sólo de ellos. Se avergüenzan no tanto de seguir vivos, a pesar de su ancianidad; ellos se avergüenzan de aquello que han vivido y que la muerte no podrá borrar.

 

 

Aquello que perdimos, paulatinamente se vuelve aún más grande. Aquello que conservamos, paulatinamente disminuye.

 

 

¡No supieron vivir en esta vida, pero ya se imaginan a sí mismos en aquella otra, eterna!

 

 

No está de más recordar que Leopold von Sacher–Masoch, en nombre del cual hoy llamamos masoquismo a determinadas predisposiciones caracterológicas, fue profesor de historia.

 

 

“Yo, por primera vez en mi vida, mentí recientemente”, dice con emoción un hombre de cincuenta años. Luego, continúa: “Me gustó tanto que, desde ahora, voy a mentir constantemente para compensar lo que perdí.”

 

Traducción de Jelena Rastovic

Tomado de:

https://www.jornada.com.mx/2008/03/23/sem-diario.html

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