viernes, 6 de julio de 2018

POEMAS DE ANGELUS SILESIUS


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(25 de diciembre de 1624, Breslavia, Polonia - 9 de julio de 1677, Breslavia, Polonia)

La rosa es sin porqué,
florece porque florece, 
no tiene preocupación por si misma, 
no desea ser vista.

16.

si no quieres llevarme
más allá de ti

te forzará mi amor




43.

amo
una sola cosa

no sé lo que es

y porque no sé

la elijo





57.

mis pies tullidos y vacilantes
mis ojos nublados

cuando mejor te veo





71.

no es tan fácil amar
tal y como haces tú

ser yo mismo el amor





91.

no necesito darte las gracias
no se interpondrán
entre nosotros
los obstáculos de la debilidad





97.

estoy tan unido a ti
que no puedes condenarme

a no ser que te arrojes conmigo
a las llamas y a la muerte





154.

al que sea claro
como la luz

puro
como la fuente

lo elegirás
para hacerlo tuyo

me pregunto
¿qué harás conmigo?





169.

añoro la sabiduría
estar inmerso en tu paz
poseer la beatitud

infinita mi ambición

pero los sabios no desean nada

Soy tan grande como Dios: Él es tan pequeño como yo; Él no puede estar encima de mí, ni yo por debajo de Él.

(Angelus Silesius)

A la eterna Sabiduría,
a Dios,
al espejo sin mácula
que los querubines y todos los espíritus bienaventurados
contemplan con admiración eterna,
a la luz que ilumina a todos los hombres
que vienen a este mundo,
al manantial inagotable y a la fuente originaria
de toda sabiduría,
Le dedica y restituye
estas mínimas gotitas graciosamente
derramadas de Su vasto mar,
Su
de incesante deseo de contemplarLo
siempre agonizante

II, 021: Tú debes ser lo supremo.
EL mundo es nada vana, los ángeles, vulgares:
Por eso debo yo ser Dios y hombre en Cristo Jesús.

II, 024: El centro.
QUIEN ha escogido el centro por morada,
ve de una ojeada lo que está en la periferia.

II, 046: Quien es Dios, ve a Dios.
PUESTO que he de ver la verdadera luz, tal cual es,
Debo yo mismo ser ella: si no, no puede acontecer.
II, 068: Se lo dice con silencio.
HOMBRE, si quieres expresar el ser de la eternidad,
Debes despojarte antes de todo discurso.
II, 140: La aniquilación de sí.
NADA te eleva por sobre ti, sino la aniquilación:
quien está más aniquilado, tiene más divinidad.

II, 142: Debes serlo tú mismo.
NO preguntes qué es lo divino: pues si no lo eres,
no lo sabrás aunque lo oigas, cristiano mío.
II, 149: Tú mismo eres todas las cosas.
¿CÓMO puedes desear algo? Tú mismo puedes, solo,
Ser el cielo, la tierra, y aun mil ángeles.

II, 015: La pobreza mística.
¿QUIÉN es un hombre pobre? El que desorientado y desvalido,
No tiene criatura, ni Dios, ni cuerpo, ni alma.
II, 016: El sitial de Dios.
HOMBRE si no eres tan vasto como la divinidad de Dios,
Jamás serás escogido para sitial suyo.
I, 017: Dios no se niega a nadie.
TOMA, bebe, tanto como quieras y puedas, queda a tu arbitrio:
La entera divinidad misma es tu festín.
II, 018: La sabiduría de Salomón.
¿CÓMO? ¿Tienes sólo a Salomón por el más sabio?
Tú también puedes ser Salomón y su sabiduría.
II, 019: Lo sumo es estar sereno.
ESTAR ocupado es bueno: pero mucho mejor es orar;

II, 052: La nueva Jerusalén.
LA nueva Jerusalén eres tú para Dios, cristiano mío,
Cuando del Espíritu de Dios, has renacido por completo.
II, 053: Sólo tú haces falta.
AY, si pudiera tan sólo hacerse pesebre tu corazón,
Se haría Dios otra vez niño en esta tierra.
II, 054: Debes despojarte de la imagen.
DESPÓJATE de la imagen, niño mío, así te harás semejante a Dios,
Y serás, en calma inmóvil, para ti tu propio reino de los cielos.
II, 055: Dios es, no vive.
DIOS, propiamente, sólo es: Él no ama ni vive,
Como se dice de mí, de ti, y de las otras cosas.
En la ed. de 1675: »…Er lebt und Liebet nicht /«: «…Él no vive ni ama».
II, 056: Pobreza y riqueza.
EL que no tiene lo que tiene, y todo estima por igual,
Es pobre en la riqueza, rico en la pobreza.
II, 057: Hay que crecer más allá de sí.
SI creces más allá de ti mismo y de toda criatura,
Te imbuyes de la naturaleza divina.
II, 058: Morir para Dios y vivir para Dios.
MUERO y vivo en Dios: en ambas cosas haces bien,
Pues hay que morir para Dios, y se debe también vivir para Dios.
II, 059: ¿Quién es más Dios que hombre?
QUIEN ama sin sentir, y sabe sin conocer,
Se llama con justa razón más Dios que hombre.

II, 206: Un hombre, y también un niño.
UN hombre no es un niño: mas sabe que un hombre,
si tan sólo lo quieres, niño mío, bien puede vivir en ti.
II, 207: Dios es en ti la vida.
NO eres tú el que vive ahí: pues la criatura es muerte,
la vida que en ti te hace vivir, es Dios.
II, 208: Hay que abandonarse eternamente.
QUIEN no haya de perderse, ni aun en el paraíso,
ese hombre debe estar vacío eternamente, aun de Dios.
II, 209: La verdadera vacuidad.
LA verdadera vacuidad es como un noble vaso
que tiene néctar en sí: tiene, y no sabe qué.
…néctar…: [gr. <X6J"D] en la mitología griega, era la bebida de los dioses (como ambrosía la comida), que prometía la inmortalidad y juventud eterna. Cf. notas a I, 159.
II, 210: La santidad divina.
HOMBRE, si en serio lo quieres, puedes sin toda falsa apariencia
ser tan santo y justo como Dios, tu Creador.
II, 211: ¿Qué es la santidad?
LA santidad sincera es como un vaso de oro,
absolutamente pulido y puro. Ve, y contémplalo.


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