(25 de diciembre de 1624, Breslavia, Polonia - 9 de julio de 1677, Breslavia, Polonia)
La rosa es sin
porqué,
florece porque
florece,
no tiene
preocupación por si misma,
no desea ser
vista.
16.
si no quieres llevarme
más allá de ti
te forzará mi amor
43.
amo
una sola cosa
no sé lo que es
y porque no sé
la elijo
57.
mis pies tullidos y vacilantes
mis ojos nublados
cuando mejor te veo
71.
no es tan fácil amar
tal y como haces tú
ser yo mismo el amor
91.
no necesito darte las gracias
no se interpondrán
entre nosotros
los obstáculos de la debilidad
97.
estoy tan unido a ti
que no puedes condenarme
a no ser que te arrojes conmigo
a las llamas y a la muerte
154.
al que sea claro
como la luz
puro
como la fuente
lo elegirás
para hacerlo tuyo
me pregunto
¿qué harás conmigo?
169.
añoro la sabiduría
estar inmerso en tu paz
poseer la beatitud
infinita mi ambición
pero los sabios no desean nada
Soy tan grande como Dios: Él es tan pequeño como yo; Él no puede estar
encima de mí, ni yo por debajo de Él.
(Angelus Silesius)
A la eterna Sabiduría,
a Dios,
al espejo sin mácula
que los querubines y todos los
espíritus bienaventurados
contemplan con admiración eterna,
a la luz que ilumina a todos los
hombres
que vienen a este mundo,
al manantial inagotable y a la fuente
originaria
de toda sabiduría,
Le dedica y restituye
estas mínimas gotitas graciosamente
derramadas de Su vasto mar,
Su
de incesante deseo de contemplarLo
siempre agonizante
II, 021: Tú debes
ser lo supremo.
EL mundo es nada vana, los
ángeles, vulgares:
Por eso debo yo ser Dios y
hombre en Cristo Jesús.
II, 024: El centro.
QUIEN ha escogido el centro
por morada,
ve de una ojeada lo que
está en la periferia.
II, 046: Quien es
Dios, ve a Dios.
PUESTO que he de ver la
verdadera luz, tal cual es,
Debo yo mismo ser ella: si
no, no puede acontecer.
II, 068: Se
lo dice con silencio.
HOMBRE, si quieres expresar
el ser de la eternidad,
Debes despojarte antes de
todo discurso.
II, 140: La
aniquilación de sí.
NADA te eleva por sobre ti,
sino la aniquilación:
quien está más aniquilado,
tiene más divinidad.
II, 142: Debes
serlo tú mismo.
NO preguntes qué es lo
divino: pues si no lo eres,
no lo sabrás aunque lo
oigas, cristiano mío.
II, 149: Tú mismo
eres todas las cosas.
¿CÓMO puedes desear algo?
Tú mismo puedes, solo,
Ser el cielo, la tierra, y
aun mil ángeles.
II, 015: La pobreza mística.
¿QUIÉN es un hombre pobre?
El que desorientado y desvalido,
No tiene criatura, ni Dios,
ni cuerpo, ni alma.
II, 016: El sitial de Dios.
HOMBRE si no eres tan vasto
como la divinidad de Dios,
Jamás serás escogido para
sitial suyo.
I, 017: Dios no se niega a nadie.
TOMA, bebe, tanto como
quieras y puedas, queda a tu arbitrio:
La entera divinidad misma
es tu festín.
II, 018: La sabiduría de Salomón.
¿CÓMO? ¿Tienes sólo a
Salomón por el más sabio?
Tú también puedes ser
Salomón y su sabiduría.
II, 019: Lo sumo es estar sereno.
ESTAR ocupado es bueno:
pero mucho mejor es orar;
II, 052: La nueva Jerusalén.
LA nueva Jerusalén eres tú
para Dios, cristiano mío,
Cuando del Espíritu de
Dios, has renacido por completo.
II, 053: Sólo tú haces falta.
AY, si pudiera tan sólo
hacerse pesebre tu corazón,
Se haría Dios otra vez niño
en esta tierra.
II, 054: Debes despojarte de la imagen.
DESPÓJATE de la imagen,
niño mío, así te harás semejante a Dios,
Y serás, en calma inmóvil,
para ti tu propio reino de los cielos.
II, 055: Dios es, no vive.
DIOS, propiamente, sólo es:
Él no ama ni vive,
Como se dice de mí, de ti,
y de las otras cosas.
En la ed. de 1675: »…Er
lebt und Liebet nicht /«: «…Él no vive ni ama».
II, 056: Pobreza y riqueza.
EL que no tiene lo que
tiene, y todo estima por igual,
Es pobre en la riqueza,
rico en la pobreza.
II, 057: Hay que crecer más allá de sí.
SI creces más allá de ti
mismo y de toda criatura,
Te imbuyes de la naturaleza
divina.
II, 058: Morir para Dios y vivir para Dios.
MUERO y vivo en Dios: en
ambas cosas haces bien,
Pues hay que morir para
Dios, y se debe también vivir para Dios.
II, 059: ¿Quién es más Dios que hombre?
QUIEN ama sin sentir, y
sabe sin conocer,
Se llama con justa razón
más Dios que hombre.
II, 206: Un hombre, y también un niño.
UN hombre no es un niño:
mas sabe que un hombre,
si tan sólo lo quieres,
niño mío, bien puede vivir en ti.
II, 207: Dios es en ti la vida.
NO eres tú el que vive ahí:
pues la criatura es muerte,
la vida que en ti te hace
vivir, es Dios.
II, 208: Hay que abandonarse eternamente.
QUIEN no haya de perderse,
ni aun en el paraíso,
ese hombre debe estar vacío
eternamente, aun de Dios.
II, 209: La verdadera vacuidad.
LA verdadera vacuidad es
como un noble vaso
que tiene néctar en sí:
tiene, y no sabe qué.
…néctar…: [gr. <X6J"D] en la
mitología griega, era la bebida de los dioses (como ambrosía la comida), que
prometía la inmortalidad y juventud eterna. Cf. notas a I, 159.
II, 210: La santidad divina.
HOMBRE, si en serio lo
quieres, puedes sin toda falsa apariencia
ser tan santo y justo como
Dios, tu Creador.
II, 211: ¿Qué es la santidad?
LA santidad sincera es como
un vaso de oro,
absolutamente pulido y
puro. Ve, y contémplalo.
Grandioso , gracias 🙏🥰
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