lunes, 2 de julio de 2018

POEMAS DE HILDA HILST


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(21 de abril de 1930, Jaú, Estado de São Paulo, Brasil - 4 de febrero de 2004, Campinas, Estado de São Paulo, Brasil)


NO HABLEMOS.


Y que las voluntades primeras
permanezcan
gigantes y sin forma
sin ningún camino
para el mundo de los hombres.

IV

[fragmento]
               A Vinicius de Moraes
En la hora de mi muerte
estarán a mi lado más hombres
infinitamente mas hombres que mujeres.
(Porque fui más amante que amiga)
Sin duda dirán las cosas que no fui.
Como entonces con gran generosidad:
No era mal poeta la pequeña Hilda.
Tendré rosas en el cuerpo, en las manos, en los pies.
Son todos tan delicados
tan delicados…
                         de: Balada do Festival [1955]


16

No es verdad.
No todo fue tierra y sexo
en mí
si soy poeta
es porque también
se hablar de amor
suavemente.
Y como nadie se
acariciar
la cabeza de un perro
en la madrugada.

19

Prométeme que te quedarás
hasta que la madrugada te sorprenda.
Aunque no sea abril
esta noche que desciende
aunque no haya estrella y esperanza
en este amor que amanece
                         de: Roteiro do silêncio [1959]


I

Nave
ave
molino
y más todo seré
Para que sea leve
mi paso
en vuestro
camino
                         de: Trovas de muito amor para um amado senhor [1960]


III

Tu sueño no es un sueño común.
Extiendes la vigilia
y aprendes a través de la oscuridad.
También así
el mar reposa.
                         de: Pequenos funerais cantantes ao poeta Carlos Maria de Araújo[1967]


IV

¿Qué boca ha de roer el tiempo? ¿Qué rostro
Ha de llegar después del mío? ¿Cuantas veces
el tejido leve de mi soplo ha de posarse
sobre la blancura agitada de tu pecho?
¿Atravesáremos juntos las grandes espirales
la arteria extendida del silencio, el vacío
la planicie del tiempo?
Cuantas veces dirás: vida, estrella vespertina, magna-marina
y cuantas veces diré: eres mío. Y en las distendidas
tardes, de largas lunas, de madrugadas agónicas
sin poder tocarte. Cuantas veces, amor
Una nueva vertiente ha de nacer en ti
y cuantas han de morir en mí.
                         de: Júbilo, memória, noviciado da paixão [1974]


XIX

Si yo supiese
tu nombre verdadero
te tomaría
húmeda, tenue
y entonces descansarías.
Si susurraras
tu nombre secreto
en mis caminos
entre la vida y el sueño
Te prometo, muerte,
la vida de un poeta. La mía:
Palabras vivas, Fuego, Fuente.
Si me tocaras,
amantísima, blanda
como fui tocada por los hombres
en vez de Muerte
te llamo Poesía
Fuego, Fuente, Palabra viva
Suerte.

XXII

No me busques ahí
donde los vivos visitan
a los llamados muertos.
Búscame
dentro de las grandes aguas
en las plazas
en el fuego corazón
entre caballos, perros,
en los arrozales, en el arroyo
o junto a los pájaros
o en el reflejo
de otro alguien,
subiendo un duro camino
Piedra, semilla, sal
pasos de la vida. Búscame ahí.
Viva.
                         de: Da morte. Odes mínimas [1980]


VI

Hoy te canto y después en el polvo que he de ser
te cantaré de nuevo. Y tantas vidas tendré
cuantas me darás para otra vez amanecer
intentándote buscar. Porque vives de mí, Sin Nombre,
sutilísimo amado, relincho del infinito, y vivo
porque sé de ti tu hambre, tu noche de herrumbre
tu pasto es mi verso rociado de tintas
y de un verde negro tu casco en los arenales
donde me pisas hondo. Hoy te canto
y después enmudezco si te alcanzo. Y juntos
iremos a teñir el espacio. De luces. De sangre.
De sangre.
                         de: Sobre a tua grande face [1986]


XXII

Que las barcazas del Tiempo me devuelvan
la primitiva urna de palabras.
que me devuelvan a ti y a tu rostro
como lo conocí desde siempre: punzante
pero centellante de vida, renovado
como si el sol y el rostro caminasen
porque venia de uno la luz del otro.
Que me devuelvan la noche, el espacio
para sentirme tan vasta y poseída
como si aguas y maderas de todas las barcazas
se hiciesen materia rediviva, adolescencia y mito.
Que te devuelva la fuente de mi primer grito.


III

Descansa.
El hombre ya se hizo
el oscuro ciego rabioso animal
que pretendías.
                         de: Amavisse [1989]

Selección y traducción: Leo Lobos

Del libro Balada de Alzira (1951):

III


En aquel momento
la risa acabó
y vino el espanto
y de mis lágrimas
la incomprensión
y de las manos unidas
vino el temblor de los dedos
y de las ganas de vida
vino el miedo.
En aquel momento
vino de ti el silencio
y el llanto de todos los hombres
brotó en tus ojos traslúcidos
y los míos se apartaron de los tuyos
y de los brazos largos
vino el corto adiós.

En aquel momento
el mundo se detuvo
y de las distancias
vinieron aguas
y el bullicio del mar.
Y del amor
vino el gran sufrimiento.

Y nada quedó
de las infinitas cosas presentidas
de las promesas en llamas.
Nada.



XIII


Existe siempre el mar
sepultando pájaros
renovando sollozos
rompiendo gestos.

Existe siempre una partida
que comienza en ti
que toma forma
y contigo desaparece.

Existe siempre un amigo perdido
un encuentro que se deshace
y amenazas de llanto en la retina.

Existe un canto de gloria
que no se inició nunca
pero está guardado en mi pecho
disolviendo la memoria.

Y más allá de la canción incontenible
de tu amor ausente
más allá de la amargura no revelada
de esta espera
existe siempre la tierra
que deshace
las primeras ganas de Existir.



XVI

“Lo que vemos de las cosas son las cosas”
    Fernando Pessoa

Las cosas no existen.
Lo que existe es la idea
melancólica y suave

que nos hacemos de las cosas.

El escritorio está hecho de amor
y de sumisión.
Sin embargo,
nadie lo ve
como yo lo veo.
Para los hombres
está hecho de madera
y cubierto de tinta.
Para mí también
pero la madera
sólo le protege el interior
y el interior es humano.

Los libros son criaturas.
Cada página un año de vida,
cada lectura un poco de alegría
y esta alegría
es igual al consuelo de los hombres
cuando estamos inquietos
en respuesta a sus inquietudes.

Las cosas no existen.
La idea, sí.

La idea es infinita
igual que los sueños de los niños.



Del libro Balada del festival (1955):



X

CANCIONCITA TRISTE


E hice de todo…
Fui auténtica, durante un tiempo.
Fui inquietud y fragilidad.
Brillé en ronda de amigos.
Practiqué el deporte con violencia
y una vez (¡trágica melancolía!)
nadé con aparente desenvoltura
(el pecho jadeante y desgarrado)
mil metros mariposa…
Fui amante, amiga, hermana,
sonreí cuando él me dijo cosas amargas…

Y nada lo conmueve.
Nada lo espanta.
Y él miente
y miente amor
como los niños mienten.


XIVBALADA DEL FESTIVAL


De veras apareció
venido de tierras distantes
un hombre casi poeta
que me amó y que se dio
a mí y también a otras.
Y decía por teléfono
cosas tan tiernas, tan todo,
que sólo por oírlo y esperarlo
muchas mujeres se perdieron.
Muchas mujeres… también yo.
Lo amé en aquella prisa
de horas programadas y hoteles…
dentro de mí la promesa
de amarlo aunque estuviese
en la vieja China, por los mares,
dentro de algún avión.
Y cuando me llamaba
yo toda nerviosa
iba y venía y presentía
al hombre que huía de mí
pasaporte en mano.
Ahora estoy tan cansada
me perdí en la confusión
de ser amante y amada.
Si todavía voy a buscarlo
en París o Viena
no me pregunten, amigos,
que la mirada se me pone tan triste
tan triste que da pena…
De veras apareció
venido de tierras distantes
un hombre, alas y Orfeo.


XVII

a Luiz Hilst

El poema se deshace. Bien lo sé.
Y muere de a poco.
Si el genio del poeta consiguiese
la palabra con sabor a eternidad.
Decir sobre la amiga que se fue
y abría los ojos nocturnos sin voluntad.
Decir sobre el amante alguna otra cosa
más allá de la espera.
Decir sobre la madre, oh, amadísima,
todo lo que la boca no dice
y se pierde.

Tan solos están los hombres y la palabra.
¿Por qué no habrá otro mundo
sin ruido ni boca,
mudo, espléndidamente mudo?


Selección a cargo del escritor, poeta, editor y traductor Salvador Biedma.


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