lunes, 26 de febrero de 2024

POEMAS DE LUIS ALVARENGA


POEMA SELVA OSCURA (I)

 

Es selva y desierto

la playa que encuentra

los restos de mi día deslumbrado.

«Hombre he sido», dice la Palabra,

que ciego me toma

y me resguarda

de los cristales del sol

de las fieras

que a todo solitario acechan

a mitad del camino.

 

 

ONANISTICA

Te imagino

saliendo recién parida húmeda

de una quebrada que sólo yo sé

el cabello apenas en el lunar

dos lunas líquidas de pronto endurecidas

 

 

Te sabés acosada

por las pandillas del deseo

los niños de la bala

aún no se han quitado los pasos

 

 

Te sabés acosada por los poetas que te hablan

y luego duermen

acompañados de su mano.

Tan sólo un poro tuyo

bastará para salvarnos

 

 

CINE DARIO

 

La viruta de la tarde

fluye     reina

por el alambique del cine

 

sos el único

entre los que fuman su lluvia

el único

amo del silbido y el salto mortal de la palabra

el único

que retuerce sus venas

con las de la pantalla

el único el de la saliva

el único

el que gritaaaaaaaaaaaaaaatrapado

          en la pupila de Alguien

que acaba de salir

orientado por las luces a medias.

 

 

LA SIERPE

 

—¿Es este el día? —pregunté.

Su mirada no me dijo nada.

Ella miraba a mis muertos

cuando miraba hacia mis ojos.

 

 

CAMPOS DE DIANA

 

La caravana de los días

pasa con sus falsas ocupaciones.

Busco otra manera

de preguntar por esa facilidad,

de decir sencillamente

la grandeza del ínfimo equipaje del hombre.

Y no hallo más cosa

que contar esta historia

de una semilla ciega

que no subió al carro de Diana.

 

*

Mínimo mundo, el que brota

cuando buscamos más allá

de nuestras manos entrelazadas

en el segundo eterno de la sal.

Eres el grano perdido en el delirio de gigante

que tiene el mar.

Mínimo mundo, y sin embargo,

¡tú soportas en los hombros

la esperanza!

 

*

A los anuales ritos de Diana

no concurrió hoy la esfera.

Rota es la magia diminuta.

Roto su navío, cuando jugaba

a contar gaviotas.

¿Qué palabra hay

para cuando amanezco

arrojado de las puertas del mundo?

 

*

Lo que me queda

es la ciudad que me persigue.

Se introduce en mis venas

como extraño deliquio de la destrucción.

Mis palabras no logran irse con el aire.

No soy el que propicia levaduras,

el que panifica el silencio.

Tan sólo me describe

el temor al acantilado.

Tomado de:

http://diarioinca.com/poemas-de-luis-alvarenga

 

 

Islas en el tiempo

En medio de este tiempo                        

En que la vida es marejada                    

Y se quiere conservarla así sin atarla        

Se convocan se desean islas en el tiempo      

Treguas minúsculas pues el deber agobia        

Y el futuro es inmenso                        

Y el aliento escaso                            

                                              

Así nos sumergimos en las islas en el tiempo  

Las imágenes parecen estacionarse en el umbral

(pero se convierten en animalitos microscópicos

que en cualquier respiro entran y fundan algo)

se tornan en retrato                          

y cuando al fin nos ponemos la isla en el tiempo

rápido notamos que nos queda pequeña          

como camisita de niño                          

de tanta tregua y descansos de guerrero        

sentimos que nos interroga como un hambre      

la vida que no cree en lazos                  

que nos llama como luz de túnel                 

el futuro inmenso y profundo                  

y acudimos con el aliento escaso              

con la vida enmadejada.

 

 

Diría el doctor fausto al ver una iglesia del norte de san salvador

Esto no puede seguir así.                                                                 

Extraña flor, me indocumento e invento una senectud cercana, navegando en las espumas    

de una tibia ceguera y leyendo para ti. Hoy hemos presenciado, oh rito fiel, oh sangre  

describiendo sus barrocos lo que en Asterión fuera don unísono es ese baile y ese poema de

mira y clave y una rara manera de ejercer hilanderías.                                  

Bailarina en clase de electricidad, esto no puede seguir así.                            

Tienes un mar en la boca y no puedo ya ver el color azul.

 

 

Acaso

Acaso las pupilas son cierta llovizna  

Serán garantía de caer heridos          

O los paraguas rotos                    

Urgencia de ir a hacer la guerra.      

                                         

Palabras como las presentes serán      

Peligrosas dentro de este templo        

Hambre cual la mía                      

Desvelo innecesario                    

                                        

La mano que te di                       

Será acaso tu perdición tu muerte      

Sentir cierta canción visceral          

Y telúrica a la vez                    

La seguridad de ser parias              

                                        

Esta hora que he perdido                 

Podrá confundirse con locura            

Suicidarse con semejante calma          

Una invitación a cambiar de mundo.

 

 

Posible diálogo con la mujer que amo

A la mujer que amo preguntaré                                                

Qué hacés con los poemas que te regalo                                      

A dónde te llevas los minutos los golpes los anhelos                        

Y la incertidumbre que aprisiono en sus versos                              

Será que los metés en un crisol a fundirse con mis recuerdos                

O que los ves pasar una y otra vez como un río que nunca termina            

Mis poemas están enraizados perennemente en tus pupilas                      

                                                                Y en tu piel

Son un tanto mi simiente inolvidable                                        

Y quieren cantar a aquel gran sueño que nos quita el sueño                  

                                                                             

Cargá mis poemas                                                            

Como si fueran un clavel                                                    

Ellos tienen la tarea de levantarte toda                                    

Si acaso caés.

Tomado de:

http://www.poemaspoetas.com/luis-alvarenga

 

 

MANE, TECEL FARES

 

 

como una bendición horrible

Mario Benedetti

 

 

Entonces, ordenarás que salga cada criatura

a recibir el aire exterior,

a contar las estrellas

que te contemplarán, frías.

Pero no saldrá nadie,

ni las lágrimas que salieron

como ríos generosos

cuando todos estaban como crisálidas

a una voz tuya,

ni el más ínfimo insecto,

ni el moho, ni la herrumbre,

ni la descomposición de las cosas.

Nada, ni el silencio

saldrá a recibirte ese día.

 

Entonces, ordenarás que salga el sol,

pero tus dones estarán vacíos,

o henchidos, como una vieja lata de conservas,

como las pastillas

o los pasteles

que ordenaste quitar

por obscenos.

 

Pero no saldrá el sol.

Saldrá, eso sí, un sol negro,

una mancha oscura

como si de la plaga de langostas

enviada al Faraón se tratara.

 

Saldrá, eso sí, la luz

suficiente como para querer

leer tu destino

pintado a prisa en un muro.

 

Y te pudrirás, y tu trino

nadie lo leerá

y serás una flor mustia.

 

Y nadie estará ahí para celebrarlo

o para llorarte.

 

 

(Del CoroNación, 2020)

Tomado de:

https://elescarabajo.com.sv/poetas-el-salvador/luis-alvarenga/

 

 

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