miércoles, 28 de febrero de 2024

POEMAS DE NORMAN CAMERON

 

Rusia Virginal

 

Buscando El dorado en la nieve

o una furia sutil, ¿quién lo sabe?

mi ejército partió de sus cuarteles

(Darío, Carlos de Suecia, Bonaparte)

marchando sobre la Rusia virginal. Y cada uno

encontró la derrota por el mero hecho

de quemar los pueblos antes y no al final.

La única huella sobre aquella tierra virgen

es de aniquilados ejércitos extendidos como larga cicatriz

con la nieve sanadora sobre la piel.

 

¿Cuál es el precio de esas guerras inútiles?

En la destrucción de las tropas no veo tanta pérdida.

Podría reclutar un nuevo ejército

fácilmente para esta campaña.

Pero no mis ricos maizales, que una vez marcaran

la frontera rusa, rotos por el paso

reunidas para la invasión, de mis propias fuerzas.

 

***

 

Confidencias en el bar

 

Bueno, al ser tú de la otra punta de la ciudad

te diré como conservar un trabajo cómodo.

En las salas de diseño y en el laboratorio

llevo puesto mi traje de faena y parece

de tal manera, que me envían de la fábrica.

Piensan los trabajadores que vengo de otra sección.

Los intermediarios y elegantes encargados

creen que debo tener alguna influencia con el jefe.

Así que llave y pluma conjugando

nunca dejo que transmitan rumores

de que para ellos soy inútil

y obtengo, por no hacer nada, de todos el salario.

 

***

 

El pequeño y sucio acusador

 

¿Quién le invitó? ¿Qué hacía aquí aquel gañán

pequeño e insolente, grosero y compulsivo?

Al dejar el sofá, dejaba tras de sí una mancha.

Según mi esposa incluso intentó sobarla.

 

Pero era peor, si, como ocurría con frecuencia, le pillábamos

robando o pellizcando el trasero de la doncella; miraba lascivo,

el morro brillante, en el labio un cigarrillo

dando a entender: “Tú y yo estamos en el mismo barco¨.

 

Ayer le obligamos, casi por fuerza,

a ir a la parroquia o morir de hambre,

de lo segundo quedamos en no sentir remordimiento.

 

He aquí de nuestro justo regocijo el comprobante

ahora huido el pequeño acusador, claro está,

de responder a su acusación nunca seremos capaces.

 

***

 

Lucifer

 

No quiso Lucifer matar a Dios,

sino reducir su autoestima.

Cansado del esplendor donde la sombra no moraba,

la quimera del rebelde era el sueño

 

de un Dios desconcertado, enojado sin medida

y llevado casi en el llanto a implorar

“Yo construí este Cielo para satisfacer a Mis ángeles,

y aun así no te gusta. ¿Qué más quieres?”

 

En este punto, claro, con la más Divina compasión,

Lucifer, misericordioso y hábil,

mostró pronto a su Señor un Cielo tal

que los ángeles no podrían rehusar.

 

—————————————

 

Autor: Norman Cameron. Traductor: Imanol Gómez Martín. Título: Poesía. Editorial: El Desvelo. Venta: Todostuslibros, Amazon, Fnac y Casa del Libro.

Tomado de:

https://www.zendalibros.com/5-poemas-de-norman-cameron/

 

 
Balada a su amante

Falsa belleza que, aunque en apariencia hermosa,

arte rudo en acción, y me ha costado caro,

duro como el hierro y más difícil de desgastar,

nombre que significó el final de mi carrera,

encanto que hace daño, constructor de mi féretro,

ohgresa que exiges la muerte de tu amante, ¡

joven sin piedad! Mujer, ¿me oyes?

¡Debería ayudar a un hombre, no arrastrarlo al fango!

 

Mucho mejor hubiera sido buscar

ayuda y reposo en otra parte y mantener limpio mi honor,

en lugar de dejarme llevar por la desesperación

a huir en angustia y deshonra.

"¡Ayuda ayuda!' Yo lloro: "Vosotros, vecinos todos, acercaos;

¡Cada uno traiga agua para mi fuego furioso!'

La compasión exige que todo verdadero competidor

ayude a un hombre, no lo arrastre al fango.

Tomado de:

https://www.poetrynook.com/poem/ballade-his-mistress#google_vignette

 

 

Confianza en las tabernas

Bueno, ya que eres del otro lado de la ciudad,

te contaré cómo tengo un trabajo fácil,

en las salas de diseño y en el laboratorio

estoy vestido con un mono, y así finjo

que estoy por negocios desde la fábrica. .

Los trabajadores creen que soy del otro lado.

Los intermediarios y los comisionados inteligentes

creen que debo tener alguna influencia con el jefe.

Así que, jugando con la llave inglesa y la pluma,

nunca dejo que se corra el rumor

de que no sirvo para nada en ninguno de los dos

y recibo la paga de ambos por no hacer ninguna de las dos cosas.

Tomado de:

https://www.oatridge.co.uk/poems/n/norman-cameron-publichouse-confidence.php

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