(La Habana, 1948- 1993)
HACIA PAÍS INACCESIBLE
A Marcia
Entonces reconozco que ha llegado el momento
de hacerme a la mar lo antes posible.
Moby Dick 1.
IYa no basta la vieja biblioteca
visitada por los encantadores.
Un noviembre se filtran adonde mueven
hoscos duendes extraños torbellinos;
ya fracasa la luz: los ojos tiemblan,
la tierra tiembla, las espumas mueren
sobre aquel valle de las flores blancas
donde la luz es fúnebre y el ojo,
torvo, imagina barcos enlutados.
Ya no basta la vida, hay que viajar.
Porque la luz fracasa, y ya no sabes
cómo eran sus manos, qué pedía
al viento, sola, aquella extraña tarde,
por el embozo del desdén cubierto,
un viaje está soñando en lo remoto,
un viaje está esperando antiguamente.
II
¿Qué severo país entre sus pechos batía como el mar?
Las olas cruzan sobre un rostro que jamás interroga,
sobre un vuelo de pájaros que miran
únicamente las ramas altas de su redención
y la fronda cargada de paisajes.
Y en el ajado país que se ensombrece
y se incendia sobre los caducos cabellos, sobre las viejas frentes,
una sola señal de anunciación podía traernos la luz,
pero nos fue vedada como la salida maravillosa de una princesa antigua.
III
Teníamos el sol.
Teníamos el sol como un gran lago
de luz, y en nuestros juegos fuimos lanzando piedras
sobre su faz inerme. Teníamos el árbol
que no sabe qué significa,
el árbol antiquísimo, cargado de inscripciones
y leyendas. Y fuimos arrancando
sus hojas, para cartas que no llevaba el viento
y que la luz pudiera haber escrito.
Las ramas no podían ya soportar el peso de un paisaje.
Las raíces de cieno.
El corazón se fue quedando solo.
IV
Qué país de humo podía sellar el pacto de los ojos
que se abrieron sobre el mar, si era la tierra un baile
de brazos ágiles, como peces traspasados por la misma dolorosa
luz. Al interrogar a un árbol antiguo
¿qué oscura mariposa saltaría del sol?
Ave de mar, visión de flor, visión
de tierra balbuciente, y muchedumbre de vestidos marinos,
aloja los futuros espejos insondables,
la pequeña mirada infinita.
V
Hacia el país que recobra, con el ruido
cada vez más cercano de tus pasos
un perfil familiar, hacia las olas anunciadoras.
Y que nunca te borren la tristeza
que sobrevive en tu rostro como un perdido niño.
Puedas llevarlo de la mano.
Hacia el lugar que afirman
los desterrados pájaros blancos. Las olas intocadas
como instancias del fuego, las que no tienen cuerpo en el reposo.
Aquella su respiración de imposible familia.
Las aves, otra vez, y la flor de la espuma.
VI
Mas no llamemos a la puerta del bosque
cuyo corazón es una niña dormida.
A la bella que duerme no despertemos. No
turbemos su sueño de hojas y raíces, donde canta
el duende de las aguas, donde
un caballero avanza, y a su paso
las ramas se despiertan. No toquemos
su estrella preferida. Porque ella
quizá ansía dormir, o quién sabe,
porque no eres el caballero, sino el ciego cantor que lo acompaña,
vamos,
quede su corazón hilando en el silencio,
y ella sea una historia,
la leyenda que sueña
y en el umbral de tus ojos recobra su vestido, su reino.
VII
Ve,
quizá haya una ínsula de perdón para ti
en el balnco país que no perdona.
¿Recuerdas su respiración, las graves olas
congeladas? ¿Era la muerte
quien revolvía en la ceniza esos fantasmas?, pero
¿estaba ella mezclada en estos juegos? ¿Atizaba
la suave danza de sus figuras, sonaba su organillo,
componía un rostro familiar con nubes, con paisajes?
Los labios, sí, como olas también, los ojos
venían de lo hondo, las manos
eran estatuas sumergidas en el sol.
El cabello llovía en un rostro lejano.
Cuando el grave paisaje dobló el árbol
el viejo fruto se perdió en el río.
VIII
Señores, un viajero de paso... ¿Podrá estar con ustedes hasta mañana,
sólo hasta mañana, por última vez, en este cuarto?
Los hermanos Karamazov, VIII, vii
Y no podré decir nunca cómo éramos
aquella vez que cenamos juntos, fiel, amablemente...
Éramos jóvenes, sí, y estábamos alegres. Nunca
fuimos tan jóvenes, y hablábamos de nada, sonriendo.
Allí, unos a otros, nos dimos la mirada, las voces,
y todos nos hacía recordar lo futuro, y yo temblaba.
"Y tú, tú sola, qué dijiste entonces, di, oh, sin duda
no era nada importante, ya es muy tarde, sin duda, ya no importa
que no fuese nada interesante
pero dime aún, di, es tan puro
verte sonreír..."
Y no alentamos, lo adivino,
cada cual su alta prisión,
cada cual su alta prisión,
¿verdad? Y aun escuchando y pensando
cada cual en una llave, ¿afirmaremos,
afirmaremos que existe una prisión?
Señores,
un minuto,
Señores,
(termina la cena, algo muy grato tenía que decirles...),
sólo un momento, una vez más.
Aquí.
Sólo una vez, amigos, y siempre.
Hasta mañana.
IX
Termina
Termina el viaje que ardía en la memoria.
Termina, la región desolada vuelve a su antiguo dueño.
Ya no verás las claras batallas del horizonte, a la mañana se extingue
la llamarada de los pájaros que emigran, el mar
tan leve, movido por la luz, el ejército
de las nubes, la estrella que aún alienta
sobre el océano del polvo.
Las antiguas mareas, la prosecución de las rutas
de las caravanas, las olas del desierto
como esfinges, termina el irrisorio
viaje al Toboso, los planes de conquista
y destrucción, el cruce del Danubio, termina
el viaje de la estepa en nuestros cascos.
La Cruz del Sur entre los hielos, el grito
desgarrador del pájaro blanco, en un idioma que no entiendes.
La luz que crea los recuerdos y pierde las imágenes
que no podremos recobrar:
¿Quién dice, entonces
que no has partido, que
nunca has partido, que siempre
cruzaron las imágenes sobre tu rostro inmóvil que alababa
extrañamente? Y los mares te poblaban,
trayéndote noticias
de cielos extranjeros y tú, sonriendo,
agradecías.
Termina el viaje, y es un anillo, un horizonte roto
lo que las olas devuelven, tocando el desengaño, y encuentras
a aquél que fuiste, frente al mar tan pequeño
que sólo puede contener todos sus gestos y sus islas
Regresas,
cuando el naufragio ha cortado los hilos, la ruta
se pierde en tu corazón, y ya no puedes descansar.
Un naufragio
que alienta antiguamente, un perfume
no recobrado, un jardín olvidado por la luz,
y todo lo que pierde su resuello y descansa en la costa que no
duerme te dice
que el viaje no termina.
X
Y tú, quizá, que guardas
la intocada sonrisa
de infancia, la pequeña
grave mirada, puedas
recoger las palabras
latentes, las que no
tenían cuerpo en mi silencio.
Pequeña luz. Pues miras,
aun cercana, desde otro
país, desde otra orilla
(el mar ha vomitado
un gran pez en la arena)
¿serás tal vez el sueño
de un sueño, lo real,
el reverso que mira
(la turba de borrachos
contempla el pez de fuego)
desde otra orilla, desde
otro país el hueco
de mi ser, la danza
de mi muerte?
XI
y no sabes qué significas en tu silencio,
porque te miro como el que marcha condenado
y agradece un poco de sol, unas palomas,
¿me perdonas el ser?, ¿el triste manchón eterno?
¿me creerás si nombro una estrella, un claro árbol?
¿Y quién nos creerá que vivimos, que dijimos
tantas palabras como conjuro para un viento
que hacía arder la tarde, la aciaga bandera desplegada
sobre los jóvenes cabellos, sobre las altas frentes,
y qué país podría haber dicho otra palabra?
¿No teníamos el cielo, sobre nosotros, no confiábamos
aun en su arduo ajedrez, su marejada, su presunción de muerte?
Y si en su costa la luz moría, ¿no era también un buen augurio?
Teníamos el sol, teníamos el árbol
que no sabe qué significa. ¿Y éramos
no más, palabras de un idioma oscuro?
Y quién nos creerá si le decimos
hemos vivido, esos fueron los años,
aquella tarde ardió la eternidad sobre las frentes...
Porque una dicha que entre las hojas se derrumba
hoy hace signos sobre tu piel, que no comprendes,
pero sabes que ha muerto aquella tarde imantada
en que marchábamos, sonriendo, al mar lejano,
y no puedes reconquistar la ciudad vetusta
que se rendía ante tu paso, por siempre abierta
a la mirada, a la sonrisa de un astro joven.
Porque has pedido la tarde en esos dulces diálogos.
Porque has perdido la sagrada mañana, inclínate:
verás un río, la tierra abierta ante tu beso,
el viaje incógnito, temblando junto a la orilla.
Mas oye al hada que en tu frente comienza el canto,
no extrañarás un remoto astro que te nombre
y en los zarzales de la noche queme sus iras.
Ya la luz guarda para siempre la vieja estrofa.
Se abate el árbol de las estrellas, inscripciones
desmembradas, que un día fueron legible espuma,
ya inencontrable en el sereno crecer del árbol.
Otros verán los nuevos signos, rostros del cielo.
"No temas, duerme. Se apaga el tiempo. Estoy contigo..."
cruzaron las imágenes sobre tu rostro inmóvil que alababa
extrañamente? Y los mares te poblaban,
trayéndote noticias
de cielos extranjeros y tú, sonriendo,
agradecías.
Termina el viaje, y es un anillo, un horizonte roto
lo que las olas devuelven, tocando el desengaño, y encuentras
a aquél que fuiste, frente al mar tan pequeño
que sólo puede contener todos sus gestos y sus islas
Regresas,
cuando el naufragio ha cortado los hilos, la ruta
se pierde en tu corazón, y ya no puedes descansar.
Un naufragio
que alienta antiguamente, un perfume
no recobrado, un jardín olvidado por la luz,
y todo lo que pierde su resuello y descansa en la costa que no
duerme te dice
que el viaje no termina.
X
Y tú, quizá, que guardas
la intocada sonrisa
de infancia, la pequeña
grave mirada, puedas
recoger las palabras
latentes, las que no
tenían cuerpo en mi silencio.
Pequeña luz. Pues miras,
aun cercana, desde otro
país, desde otra orilla
(el mar ha vomitado
un gran pez en la arena)
¿serás tal vez el sueño
de un sueño, lo real,
el reverso que mira
(la turba de borrachos
contempla el pez de fuego)
desde otra orilla, desde
otro país el hueco
de mi ser, la danza
de mi muerte?
XI
Those were the days
Porque eres parte de la leyenda de mis ojosy no sabes qué significas en tu silencio,
porque te miro como el que marcha condenado
y agradece un poco de sol, unas palomas,
¿me perdonas el ser?, ¿el triste manchón eterno?
¿me creerás si nombro una estrella, un claro árbol?
¿Y quién nos creerá que vivimos, que dijimos
tantas palabras como conjuro para un viento
que hacía arder la tarde, la aciaga bandera desplegada
sobre los jóvenes cabellos, sobre las altas frentes,
y qué país podría haber dicho otra palabra?
¿No teníamos el cielo, sobre nosotros, no confiábamos
aun en su arduo ajedrez, su marejada, su presunción de muerte?
Y si en su costa la luz moría, ¿no era también un buen augurio?
Teníamos el sol, teníamos el árbol
que no sabe qué significa. ¿Y éramos
no más, palabras de un idioma oscuro?
Y quién nos creerá si le decimos
hemos vivido, esos fueron los años,
aquella tarde ardió la eternidad sobre las frentes...
Porque una dicha que entre las hojas se derrumba
hoy hace signos sobre tu piel, que no comprendes,
pero sabes que ha muerto aquella tarde imantada
en que marchábamos, sonriendo, al mar lejano,
y no puedes reconquistar la ciudad vetusta
que se rendía ante tu paso, por siempre abierta
a la mirada, a la sonrisa de un astro joven.
Porque has pedido la tarde en esos dulces diálogos.
Porque has perdido la sagrada mañana, inclínate:
verás un río, la tierra abierta ante tu beso,
el viaje incógnito, temblando junto a la orilla.
Mas oye al hada que en tu frente comienza el canto,
no extrañarás un remoto astro que te nombre
y en los zarzales de la noche queme sus iras.
Ya la luz guarda para siempre la vieja estrofa.
Se abate el árbol de las estrellas, inscripciones
desmembradas, que un día fueron legible espuma,
ya inencontrable en el sereno crecer del árbol.
Otros verán los nuevos signos, rostros del cielo.
"No temas, duerme. Se apaga el tiempo. Estoy contigo..."
De: Da Capo (1978).
Mención Premio UNEAC "Julián del Casal" 1978
SOLO HE VENIDO
Solo he venido para decir qué milagro se hace cuando llueve,
Qué milagro desciende, qué manantial o estrella tiembla
En los ojos y en el pecho de la cólera y el duelo. Solo
He venido a decr qué hace el mar en la costa
Desde antiguo, y en qué carroza se va camino al sol.
Siento la luz que muere, su semilla y la esperanza,
Quiero que el cielo me muestre una ancha faz propicia.
Yo no diré que no conozco aquellas hojas de niebla,
Las manos de los muertos, aquellas nubes en los ojos
Que solo una vez veremos, aquellas soledades
Y caminos por donde somos conducidos como niños
Con el mismo paso de la tarde entre árboles muertos.
Por tus labios, por la soledad desvestida y el manto entregado
Cuando tanto frío hacía en los balcones, por la mano
Que arranca, por la mano que quita generosa
Y construye con lo caído y lo apagado, y amasa
Un barro virgen con estrellas muertas,
No quiero
Abjurar de ti.
Y si llegan los vientos agoreros,
Y si el mar prepara un
Cataclismo,
Si el mar de la mirada –el que resta en los ojos
Cuando ya se ha marchado con el sol- prepara una muerte,
Su muerte,
No pensaré que me hayas traicionado,
Pues me dejaste nombrar mi destino
Y el milagro que siempre advenía con la lluvia,
El manantial o estrella que se arrancan los ojos ahítos.
Desecados.
MUERTE DE UN PAYASO
Qué ha pasado una aguda hora ha sobrevenido
un oscuro país se ha adentrado por mis ojos
y aquí dentro algo como sueño del corazón labra o destruye un nido
Dime madre ¿es qué no soy yo mismo?
Sobre la tierra tenía una cabaña
una pobre carpa una tienda en el desierto
y yo mismo grité un día hasta cuándo
hasta cuándo este ridículo oficio
este hilo por el aire, esta máscara cruel
Pero ahora una oscura caverna multiplica mis pasos
de la que no han de sacarme ni gemidos de niños
Qué ha pasado cuervos llegan incesantes
Sobre la tierra tenía un dominio
una pobre heredad que mis abuelos araron con sus huesos
Qué sueño parece vestirse otra vez de carne
de una carne prestada o robada a los muertos
Qué ola parece contar con un susurro los años
sobre las arrugas de las frentes
¿Qué ruina plagada de preguntas como un rey se levanta?
Sólo ante el mar el juglar ofrece su última función
torpe volatinero y pestidigitador frutos vuelan de sus manos
a sus manos de sus manos a la tierra
No sabe que el mar es implacable
y solo en medio de la playa va perdiendo sus maravillas
porque los frutos ruedan cansados hacia el mar
atraídos y devorados por el soberbio mar
lentamente su tienda se esfuma cae sobre la arena sin aliento
¿Quién es este hombre que ha dado su respiración al mar
quién es este hombre que todo lo ha dado mar
que sobre la arena exánime descansa
o brotando del mar parece arrastrar una cruz o mujer desnuda?
Madre era la oscuridad lo que deseaba
mi paso se hundía en la piel de la noche
y yo era feliz
No vale oscuridad sin mano de madre
En este sueño temeroso un castillo fabricaron tus manos con caricias
era el vientre de la noche lo que yo deseaba
mi madre la noche bajo cuyas estrellas ofrezco este espectáculo sin sentido
no veía que como un hijo pródigo
funánbulo sobre un hijo regresaba al ciego padre abismo
Mas ya nada deseo
sólo estoy tendido junto al mar con el rostro en el cielo y no deseo nada
estoy oyendo un trueno incansable ¿o eres tú mar de fuego?
estoy tendido junto al mar y en mis ojos las nubes se reúnen
corre la lluvia por mi rostro ¿o es que estoy llorando?
Ay qué oscuro sueño siento
adentrarse en mi pecho qué perfume
de mar ha sobrevenido
Era la noche lo que deseaba y ya la tengo.
QUIÉN SERÉ SINO EL TONTO
But the fool on de hill
sees the sun going down
and the eyes in his head
see the world spinning round
Lenon y Mccartney
Quién seré sino el tonto que en la agria colina
miraba el sol poniente como viejo achacoso,
miraba el sol muriente como un rey destronado,
el tonto que miraba girar el mundo,
guardando en su rostro las huellas de la noche.
Quién seré sino el tonto de siempre atraído por el mar,
aquel que en el mar feroz dejó su nombre.
Quién sino el tonto que lloraba
y lloraba por el mar, las flores, las muchachas,
la esbelta luna sonriendo.
Sobre la colina está solo and nobody seems to like him,
pero él ve el mundo moverse a su alrededor,
el sol rebotar como una pelota roja
en el horizonte. El sol tragado por el mar, frío
entre los peces.
Quién seré sino aquel que ya no mira,
no oye, no palpa, absorto, esas tierras astrales,
esos frutos,
las viñas de la realidad, airoso manto.
El que ve la noche descender como un cuerpo
inapresable, el que siente la luna caer sobre sus
hombros
como una tela delicada, aquel que en la marisma
jugaba a rey, a payaso, a rey, a oscuro caballo.
Absorto, solo, en la colina, gritando
como loco, bajo los pájaros que emigran
señalando un carcomido rumbo. Yo
el loco, el tonto que siempre he sido, girando
en la burla,
torpe bufón de florida pirueta, riendo,
con dientes podridos, la realidad inapresable
como implacable cuerpo, a nuestro lado,
descansando en las hierbas
brotadas de los muertos, entre sonrisas de nocturnas
flores.
quién seré, dios mío, sino el loco tonto, el oso
bronco, el jorobado torpe,
bufón bailando, reuniendo rumbos entre su brazos,
flores
para una mujer que no existe, quien mira al sol
dormirse cual tembloroso viejo
y al mundo girar en burla alrededor de sus hombros
destronados.
miraba el sol poniente como viejo achacoso,
miraba el sol muriente como un rey destronado,
el tonto que miraba girar el mundo,
guardando en su rostro las huellas de la noche.
Quién seré sino el tonto de siempre atraído por el mar,
aquel que en el mar feroz dejó su nombre.
Quién sino el tonto que lloraba
y lloraba por el mar, las flores, las muchachas,
la esbelta luna sonriendo.
Sobre la colina está solo and nobody seems to like him,
pero él ve el mundo moverse a su alrededor,
el sol rebotar como una pelota roja
en el horizonte. El sol tragado por el mar, frío
entre los peces.
Quién seré sino aquel que ya no mira,
no oye, no palpa, absorto, esas tierras astrales,
esos frutos,
las viñas de la realidad, airoso manto.
El que ve la noche descender como un cuerpo
inapresable, el que siente la luna caer sobre sus
hombros
como una tela delicada, aquel que en la marisma
jugaba a rey, a payaso, a rey, a oscuro caballo.
Absorto, solo, en la colina, gritando
como loco, bajo los pájaros que emigran
señalando un carcomido rumbo. Yo
el loco, el tonto que siempre he sido, girando
en la burla,
torpe bufón de florida pirueta, riendo,
con dientes podridos, la realidad inapresable
como implacable cuerpo, a nuestro lado,
descansando en las hierbas
brotadas de los muertos, entre sonrisas de nocturnas
flores.
quién seré, dios mío, sino el loco tonto, el oso
bronco, el jorobado torpe,
bufón bailando, reuniendo rumbos entre su brazos,
flores
para una mujer que no existe, quien mira al sol
dormirse cual tembloroso viejo
y al mundo girar en burla alrededor de sus hombros
destronados.
SOBRE EL NIDO DEL CUCO
IEllos tienen unas vitrinas y usan unos zapatos.
En esas vitrinas alternan el maniquí con el quebrantahueos disecado,y todo lo que ha pasado por la frente del hastio
del búfalo solitario.Si no miramos la vidriera, charla
de nuestra insuficiente desnudez que no vale una estatuilla de Nápoles.
Si la atravesamos y no rompemos los cristales...
José Lezama Lima. «Pensamientos en La Habana»
En las tardes medrosas
en que no llama nadie a la puerta
y no suenan los timbres y la casa
es un gran frigorífico lleno de silencio
en estas tardes que gravitan sobre los parques
impidiendo la vida y los juegos
-tardes que pesan como un fardo hiriente
sobre los hombros de la estatua inmóvil-
en medio de esta lluvia que no cae y moja
los huesos tan desnudos en la ausencia de voces
sin nadie en mi experiencia I think of you Billy
yo también pienso en ti Billy
reconstruyendo mis memorias de piedra
tan pesadas como fuente de sangre
y no tengo nada que decirte porque no llama nadie
y no hay nadie en mi experiencia
Quizás jugamos en el mismo parque
un teléfono mudo entre nosotros
un eléctrico hilo que devano temblando
trabajando en la blanca rueca de la distancia
la senda en cuyo fin cae una nieve triste
un vuelo de pájaro callado
un empeño de ave que emigra
viste con tierra de Wisconsin mis huesos al garete
un telegrama que las aves llevan y entre nosotros
no más una vitrina luminosa
que yo atravieso sin romper los vidrios
II
Qué gaviota de azúcar rozó las olas
de aquellos mares de Virginia
donde viaja la barca de los locos
con todos nosotros Billy con todos nosotros
Dios mío somos nada más unos pendejos
somos unos locos en un barco que gira
y echamos velas y anclas y gobernalle al mar
y echamos a suerte el viento enemigo y estamos esperando
esperando a Jaws y Jaws no viene
y no hunde el barco y la ballena blanca
como una tumba de cristal no viene
Mac Mac Mac Dónde te has metido
me has dejado al timón y yo no sé
gobernar esta nave y te escondiste te escondiste with candies
pero en vez de ocultarte riendo estabas triste
Por qué dime te escondes con tu dulce
luminoso en los labios y nos dejaste solos por qué hermano
por qué padre nos has dejado solos en esta barca de los locos
que no sé gobernar
denme el cuaderno
de bitácora que han repasado las sirenas
con esas manos verdes como nubes
con sus manos de algas y jacintos
Y en el cuaderno de bitácora
tras la noche estéril sin dulces y sin juegos
tras el juego soñado without candies
sin estrella de azúcar en la boca
vacía la piñata de los cielos
y el garrote tierno en nuestras manos el garrote
con que hemos de golpearnos a ciegas sin dar con la piñata
poniéndonos el rabo vergonzoso y las orejas del indecible burro
sin dar con la pelota redonda como el mundo en el vacío estadio
después del halloween lluvioso y de puertas cerradas
(han envenenado los dulces han enterrado agujas en las manzanas)
y mudas calabazas sin luz las calabazas de ella
junto a un cuerpo de estrellas parpadeante
en el cuaderno en blanco de bitácora
Billy yo escribo rien como el monarca
tras la noche vacía de sus bodas
III
You know
If you break my heart I´ll go
But I´ll be back again
«Y le llevé las flores y así le dije Would you
marry me anyway? Would you have my baby?
y ella sonrió con labios de caramelo con sus colmillos de azúcar el ángel vigilaba el telón de las hojas del jardín soñoliento y yo le dije quieres compartir esta suerte la barca sin estrella mar hiel enamorada»
no es usted a quien aman
compréndalo
renuncie gentilmente
«Le llevaba unas flores el retablo vacío
descorrían las hojas su telón soñoliento
una escena una escena el carnaval del mundo
en medio de la turba de feos monigotes
una estrella riendo como un ángel de azúcar
tan sólo un torbellino que la dejara a ella
ángel y marioneta en el jardín del sueño»
no es usted a quien aman
«El tablado vacío seguiría aplaudiendo
las luces se apagaron me quedo sin embargo
siempre hay algo que ver se hizo lo oscuro ahora
vendrán caras extrañas sobre el tablado a ciegas
compréndalo las hojas del telón se cerraron
y cerraron las puertas de la ciudad hiriente»
renuncie gentilmente
«Que la siga leal en extramuros
el perro de la casa es un consuelo
ser gozque de su falda el halloween lluvioso
por los lejanos pueblos que la siga llevando
el cántaro de flores junto al jardín dormido
velado por el ángel con su espada de fuego
ante el telón cerrado junto al jardín me dijo»
no es usted a quien aman
compréndalo
renuncie gentilmente
«Lleva el cántaro al río trae el cántaro a casa
llénalo de tu leche la leche de tu piel
las olas de tu pecho hondos cielos de leche
los hilos de tu entraña filamentos de nube
muñeca descosida alada marioneta
escucha esta vasija sus latidos de barro
trae el cántaro a casa lleva el cántaro al río»
«la lecherita ciega
quebró mi corazón»
...but I´ll be back again
IV
I never lost as much but twice and that was in the sodCerré la puerta y dejé el mundo fuera
Emily Dickinson
me recluí intramuros de mí misma
y no había nadie en mi experiencia
y no se lo dije a mi madre
y no se lo dije a mi padre
Cuando cerré la puerta a la tarde vacía de Amherst
y me quedé intramuros los ángeles llegaban recibía
la visita de walt con sus barbas de nieve
su pecho tormentoso sus regalos
de blanca navidad yo estaba sola
y había perdido y ganado dos veces
todo ocurrió en la tierra y en el césped
sólo llevaba pequeños presentes
a los graves vecinos a mi dueño
dulces pequeñas estrellas de azúcar
y fui dos veces dueña del tesoro
y no se lo dije a mi madre
y no se lo dije a mi padre
y me encerré a morir entre los muros
para guardar avara mi tesoro
sedosos intramuros de mi misma
Padre
Estoy llamando tirándote la puerta
mira mis dedos aún vacíos
de los anillos de la felicidad
y yo gritaba ¡despierta!
burglar banker father
I am poor ance more!
V
Someone is knocking at the door
Somebody is ringing the bell
Someone is knoking at the door
Somebody is ringing the bell
Open the door
Let them in
Billy I have long dreamed without candies
la estrella de azúcar et rien
et rien nada ha pasado
que no lo sepa el padre que no lo sepa madre
ni el maestro y su mujer la señorita
las personas mayores
estoy en la habitación vacía
en el viaje vacío de los locos
en el hueco oscuro del árbol que cruje
como un frigorífico de silencio
Billy crece la sombra
como una marea sin estrellas
y está muy oscuro
hello darkness my ild friend
Billy yo estoy contigo
¿Vendrá el doctor Noel con sus barbas de nieve
a dejar caramelos en las habitaciones
a abrir los corazones y restañar los cántaros deshechos?
¿Vendrá a despertar al niño muerto
al que durmió a tu lado without candies?
No hallo las indicaciones señorita enfermera
miss Ratched la enfermera está hablando co su lengua de fuego
y de su boca salía una espada aguda de dos filos
una espada de fuego para guardar el camino del árbol
Billy yo estoy contigo
Déjenlo que entre let him in
a la terraza donde están dormidos
a los dormidos los cuidará quejoso
se agrupará la mañana helada en terrones de azúcar
Let the sunshine
Let the sunshine in
the sunshine in
Alguien está tocando a la puerta
a la puerta cubierto de rocío
pasa las noches del invierno
Open the dooor
Let him in
Billy un teléfono mudo entre nosotros
estás sangrando en el manicomio helado
Let it be Let it bleed
Déjenlo déjenlo que sangre abrigue al mundo
Let him bleed que hable su corazón por la herida
con sílabas de sangre
con que ha de convencer al mundo
y mellar la espada del ángel
la espada de la boca de miss Ratched
Let it be let him bleed
Billy yo estoy contigo
tú estás bajo la nieve yo en mi cuarto
yo estoy con los dormidos without candies
ruedan mis ojos por la nieve
es una blanca estepa ¿se da cuenta?
allí vi a un conocido y lo detuve gritándole ¡Hernández!
rueda la nieve en pelotas que no hemos de golpear
muñeca de la nieve como blanca mujer
en pelotas que no hemos de acertar
que no hemos de acertar con nuestros leños
en este juego en el vacío estadio
las pelotas fantásticas de nieve
blancas esferas de algodón dulce
y no podremos romper la piñata del cielo
para que caigan las estrellas de azúcar
Billy yo estoy contigo
en la tarde medrosa y vacía donde no suenan timbres
en el juego vacío donde no acude nadie
en el cuarto vacío donde todos dormimos sin dulces con pastillas
en la barca vacía de los locos que gira como el mundo
en la noche vacía de las bodas del rey
en la casa callada como un gran frigorífico vacío
en el parque vacío donde la tarde abruma los hombros de la estatua
Billy yo estoy contigo yo estoy contigo madre
padre yo estoy contigo
río manzanares
yo estoy contigo
señorita Ratched
déjame pasar
entremos todos juntos
let us in
Alguien está tocando a la puerta
Alguien está sonando el timbre
Abran la puerta
Déjenlos entrar
VI
Como sueñan humillarnos
repitiendo día y noche con el ritmo de la tortuga
que oculta el tiempo en su espaldar:
ustedes no decidieron que el ser habitase en el hombre...
Como quieren humillarnos les decimos
the chief of the tribe descended the staircase
.............................
Ellos que cargan con sus maniquíes a todos los puertos
y que hunden en sus baúles un chirriar
de vultúridos disecados
Ellos no quieren saber que trepamos por las raíces
húmedas del helecho...
y que aunque mastiquemos su estilo
we don´t chose aur shoes in a show-window
José Lezama Lima: «Pensamientos en La Habana».
Let us enter the tree
Let us enter the room
Let us enter the garden
Romped la sórdida vitrina
Quitad al ángel de la puerta
con su espada flamígera
la tierra será el paraíso
el guardián a las puertas de la ley
poned en su lugar al cherokee de roble
con la frente de hastío del búfalo diezmado
y vio en sueños una escala
el jefe de la tribu descenderá la escala
porque no entre el ángel de exterminio
con su lengua neutrónica de fuego
que crezca el Gran Teatro de Oklahoma
para cubrir para abrigar al mundo
como la sangre cálida del tonto en la colina
y en la muralla china otra torre de Babel
para escalar el árbol de la vida
para tocar las barbas de nieve del cielo
como el pecho finísimo de Walt
la hierba perfumada de los muertos
Venga Noel a repartir regalos
dulces de miel a las habitaciones
a reparar los viejos corazones
de hiriente maquinaria enmohesida
y a restañar los cántaros deshechos
Somos los humillados los pendejos
Los abalorios que nos han regalado
han fortalecido nuestra propia miseria
Somos los parias íngrimos del mundo
ah look at all the lonely people
los descosidos los amarrados los ateridos
trepamos por las raíces del helecho
no escogemos nuestros zapatos en una vitrina
nuestra alma no está en un cenicero
aquí estamos los negros y los indios
a la puerta cubiertos de rocío
allí vi un conocido y lo detuve gritándole ¡Billy!
somos un tal chatterjee un tal hernández
somos un tal zuzuki un tal kuusinen
un tal jones un tal müller un tal nguyen
Aquí estamos todos los negros
Que no venimos a rogar
Estamos
Llamando tirándote la puerta
Y yo gritaba ¡despierta!
Let us in
Let us in
Don´t worry Billy
Te enviaré un telegrama con las aves
viajeras:
Romperemos la piñata
del cielo
Y habrá estrellas para todos
Soneto al crítico Prats Sariol
En el sangriento campo de batalla
se oye ¡prats! ¡prats! formar tremenda bulla
que hace que el flojo pusilánime huya
para que no lo alcance la metralla.
Y en la cocina, donde está la olla
junto al caldero, el jarro y la botella,
se oye también ¡prats! ¡prats! la bulla aquella,
inseparable, como la cebolla…
Y al escuchar la alocución tan tuya
que proferiste con palabra bella
de la memoria de Navarro brilla,
Oh Pepe ¡Prats! -perdóname la pulla-,
quiero saber si tu onomatopeya
es la de un pedo o de una trompetilla…
**
El odio es ciego
Óyeme, amigo lector,
y sabrás, si bien me sigues,
por qué Osvaldo Rodríguez
no canta con Tejedor.
Quise unirlos con amor
pero nunca pudo ser:
jamás pude resolver
que ambos subieran al podio…
y sabrás, si bien me sigues,
por qué Osvaldo Rodríguez
no canta con Tejedor.
Quise unirlos con amor
pero nunca pudo ser:
jamás pude resolver
que ambos subieran al podio…
¡Si se tienen tanto odio
que no se pueden ni ver!
que no se pueden ni ver!
**
Regalos de Santi-Claude
Ven, Cari, rubia divina,
a trabajar en mi agencia,
que sin duda tu presencia
me salvará de la ruina.
Allí tendrás…Adivina,
mi adorada Caridad:
un cuartico, que en verdad,
todo lo bueno atesora,
con una computadora
y…mucha privacidad.
Tendrás en ese locál
de la mecanografía
agua fría todo el día
y un buró fenomenal.
La máquina es colosal:
¡Lo último en el mercado!
Habrá aire acondicionado
y, con permiso de Usama,
tendrás allí un sofá-cama
y hasta baño intercalado!
Allí estaremos tú y yo
en un esfuerzo profundo,
ovidados de este mundo
y sin mirar al reló.
Yo seré tu Santi-Claude…
y quiero que me perdones
si entre tantas emociones
del almuerzo no te hablé:
en mi agenda, te diré,
¡hay sevicios a habitaciones!
No tendremos que salir
de ese local ni un segundo.
¡Que trabajo tan fecundo
nos podremos repartir!
Para ese esfuerzo cumplir
tendrás tu computadora
computando a toda hora,
y los dos computaremos
hasta que exhaustos quedemos
por la labor creadora…
Y estaremos en mi agencia
trabajando con ahínco
hasta después de las cinco…
(el horario es de conciencia).
Aunque es mucha mi exigencia,
sihaces todo lo que pido
con constancia y sin descuido,
la llegar al home, sweet home
tendrás la satisfacción
noble del deber cumplido…
–Deja, deja, Santi-Claude,
deja tu beneficencia,
que lo que haces en tu agencia
de sobra me los é yo.
Si tu mente pretendió
llevarme por esas rutas
a la agencia que disfrutas,
deja la computadora,
pues yo supe en buena hora
¡que trabajas!…¡y computas!
Pero yo no soy de esas
que les gusta computar
con su jefe y…trabajar
por divisas y promesas.
Ahórrate las cervezas,
ahórrate el agua fría,
que esa mecanografía
no me da buena impresión
porque esa computación
es más bien conputería…
No me hables, te lo pido,
del deber que es tu prisión,
porque tu satisfacción
es la del beber cumplido…
Sabes que tengo un marido,
que me es fiel y que me espera,
que por mi se desespera
y si al home no llego, honrada,
a la hora acostumbrada,
tú serás out en primera…
¡Deja la computadora!…
¡No me toques el teclado…
que lo que ahí está grabado
la memoria lo atesora…!
No vengas así a deshora…
no pongas la mano ahí…
¡Vete….! ¡Aléjate de mí…!
¡Respeta mi desaliento
y no quieras darme aliento
con olor a Bacardí…!
Tú no eres un Rey-Mago,
tú no eres Papá NOel,
yo, yo que soy esposa fiel,
no quiero de ti un buen pago,
ni promesas, ni un halago,
ni divisas quiero yo…
Si tu orgullo pretendió
colmarme a mí de regalos,
¡por lo visto son muy malos
regalos de Santi-Claude!
PARADOJA
En todas partes las cosas
cumplen sus propias funciones:
llevan cargas los camiones,
dan su perfume las rosas,
revuelan las mariposas
y los caballos relinchan,
las esponjas de agua se hinchan
y brilla la flor de lis,
pero Cuba es el País
donde los pinchos no pinchan…
*
KARATEKA A TU KARATE
¿Que te pasa, dime, Dimas,
dime, Dimas Juantorena,
por qué tu mente está llena
de tantos ripios y rimas?
Mientras más pules y limas
esos lírieos dislates,
llenando un escaparate
de versos como confites,
no faltará quien te grite:
¡Karateka, a tu karate!
Basta ya de esa porfía,
pues bien dijo un juez artístico:
“Más de un golpe karatístico
le has dado a la poesía.”
Le has destrozado la encía,
entre ella y tú no hay empate,
y con tanto disparate
que lanza tus fuerzas brutas,
Dimas, no hay quien lo discuta:
¡karateka, a tu karate!
Y ahora, para colmo, quieres
dártelas de bailarín
(te prendaste de Charín?)
y entrar al ballet prefieres…
¡Pa’su abuela! Ya no esperes
que alguien convencerte trate
de que en tu pecho no late
un miocardio de artista
y que estás fuera de lista…
¡karateka, a tu karate!
dime, Dimas Juantorena,
por qué tu mente está llena
de tantos ripios y rimas?
Mientras más pules y limas
esos lírieos dislates,
llenando un escaparate
de versos como confites,
no faltará quien te grite:
¡Karateka, a tu karate!
Basta ya de esa porfía,
pues bien dijo un juez artístico:
“Más de un golpe karatístico
le has dado a la poesía.”
Le has destrozado la encía,
entre ella y tú no hay empate,
y con tanto disparate
que lanza tus fuerzas brutas,
Dimas, no hay quien lo discuta:
¡karateka, a tu karate!
Y ahora, para colmo, quieres
dártelas de bailarín
(te prendaste de Charín?)
y entrar al ballet prefieres…
¡Pa’su abuela! Ya no esperes
que alguien convencerte trate
de que en tu pecho no late
un miocardio de artista
y que estás fuera de lista…
¡karateka, a tu karate!
Si tu pirueta, al lanzarla,
alcanzas a la bailarina,
es muy posible, monina,
que haya que hospitalizarla…
Déjate de tanta charla:
tirarán más de un tomate
que de una vez desbarate
esas ínfulas extrañas
y tus locuras tamañas…
¡karateka a tu karate!
alcanzas a la bailarina,
es muy posible, monina,
que haya que hospitalizarla…
Déjate de tanta charla:
tirarán más de un tomate
que de una vez desbarate
esas ínfulas extrañas
y tus locuras tamañas…
¡karateka a tu karate!
Aunque “Di-más” es tu nombre,
¡no digas más, Juantorena!,
que tu poética vena
no ha de ganarte renombre.
No hagas más el tonto, hombre,
y ” cállate, che, cállate”,
mira que Kid Chocolate
no necesitó rimar
para la fama alcanzar…
¡Karateka, a tu karate!
¡no digas más, Juantorena!,
que tu poética vena
no ha de ganarte renombre.
No hagas más el tonto, hombre,
y ” cállate, che, cállate”,
mira que Kid Chocolate
no necesitó rimar
para la fama alcanzar…
¡Karateka, a tu karate!
¡Por tu madre, quedaté
allí en el karate-do,
no se te ocurra, por Dio,
llegar al karate-tres!
No espere tu buena fe
que tu astro se desate
y a las musas arrebate
inspiración sorprendente,
porque oirás la voz poetente:
¡karateka, a tu karate!
*
allí en el karate-do,
no se te ocurra, por Dio,
llegar al karate-tres!
No espere tu buena fe
que tu astro se desate
y a las musas arrebate
inspiración sorprendente,
porque oirás la voz poetente:
¡karateka, a tu karate!
*
SEMEJANZA
En la tempestad violenta
va el relámpago primero,
al instante el rayo fiero
y luego el trueno revienta.
Pues igual a la tormenta
cualquier asamblea es:
primero un mitin --tú ves-
relámpago, como ensayo,
luego te echan con el rayo
y el trueno viene después.
va el relámpago primero,
al instante el rayo fiero
y luego el trueno revienta.
Pues igual a la tormenta
cualquier asamblea es:
primero un mitin --tú ves-
relámpago, como ensayo,
luego te echan con el rayo
y el trueno viene después.
*
SON
Toledo Sande,
Raúl Hernánde’.
Aunque ambos riman,
uno es chiquito
¡y el otro es grande!
Uno es chiquito
y el otro es grande,
aunque ambos riman:
Toledo Sande,
Raúl Hernande’).
Uno es chiquito
(Toledo Sande)
y el otro es grande:
(Raúl Hernánde’.
Aunque ambos riman,
Toledo Sández
es chiquitico
y el otro es grande:
Raúl Hernández.
Ya la noticia
corre y se expande,
cruza el Caribe,
sube a los Andes.
Caballo grande,
ande o no ande:
Toledo Sández,
Raúl Henández:
aunque ambos riman
uno el chiquito
¡y el otro es grande!
(Montuno)
y el otro es grande,
aunque ambos riman:
Toledo Sande,
Raúl Hernande’).
Uno es chiquito
(Toledo Sande)
y el otro es grande:
(Raúl Hernánde’.
Aunque ambos riman,
Toledo Sández
es chiquitico
y el otro es grande:
Raúl Hernández.
Ya la noticia
corre y se expande,
cruza el Caribe,
sube a los Andes.
Caballo grande,
ande o no ande:
Toledo Sández,
Raúl Henández:
aunque ambos riman
uno el chiquito
¡y el otro es grande!
(Montuno)
¿Que no va, no va,
que no va?
que no va?
¡Que si va, sí va,
que sí va!
que sí va!
Que se va, se va…
¡y volverá!
¡y volverá!
¿Que no va, que no va?
Toledo Sande
¡Que sí va, que sí va!
Raúl Hernánde’!
¿Que chivó, que chivó
Toledo Sande?
Toledo Sande?
Que se va, que se va
Raúl Hernánde’!
Raúl Hernánde’!
Que se va, se va,
que se va, se va,
que se va, se va
volverá
(Caballo grande…)
y volverá (…ande o no ande)
y volverá (¿Toledo Sández?)
y volverá (¡Raúl Hernández!)
y volverá Uno es chiquito…
y volverá ...y el otro es grande,
y volverá
y volverá
y volverá
y volverá
y volverá
que se va, se va,
que se va, se va
volverá
(Caballo grande…)
y volverá (…ande o no ande)
y volverá (¿Toledo Sández?)
y volverá (¡Raúl Hernández!)
y volverá Uno es chiquito…
y volverá ...y el otro es grande,
y volverá
y volverá
y volverá
y volverá
y volverá
¡Y volverá!
*
CONSTERNACIÓN EN EL FOXA
Un grave mal amenaza
al Foxa y sus inquilinos,de cualquier edad o raza.Desde La Habana a Kinshasa,de Cuba a Tel-el-Amarna,su difusión hoy encarna
una amenaza patente
que pone ansiosa a la gente¡el peligro de la sarna!
Los Vecinos se han quejado
y esta gran preocupación
ha causado irritación
y ronchas ha levantado.
El MINSAP se ha preocupado
en encontrar al autor:
¡y el agente transmisor
(noticia que se recibe)
es una rubia que vive
subiendo el elevador!
Muy rápido los expertos
personáronse en el Foxa
y su opinión ortodoxa
ya nos deja boquiabiertos.
Aunque aún no hallaron muertos,
sí hallaron gente dolida
rascándose estremecida,
y un vecino dijo entonces:
“¡y la rubia del piso once
amenaza nuestras vidas!”
Ya se han tomado medidas
contra amenaza tan grave
y se aplicaron (se sabe)
fungicidas, raticidas,
biocidas y sarnicidas
al apartamento que
propaga, según se ve,
el mal que nos enajena
¡y se ha puesto en cuarentena
la habitación 11-D!
Un compañero del Medio
Oriente, llamado Usama,
al MINSAP a diario llama,
pide que encuentren remedio.
No aguanta más el asedio,
quiere saber lo que pasa,
su encerramiento lo arrasa
y ya le entra sofoco,
¡y teme volverse loco
si no sale de su casa!
El Ministro ha aconsejado
mantener muy vigilada
a la tal rubia que, osada,
este mal ha propagado.
Pues según se ha detectado -
-sean burlas o verdades-
ella ningún mal evade
y con insistencia rara
asegura que acapara,
todas las enfermedades.
Los afamados galenos
opinaron que esa rubia
es de males una lluvia
con nubes, rayos y truenos.
Y le hallaron -más o menos-
bronquitis y neumonía,
nefritis, hidropesía…
y de todo dieron fe
(si no la vieran en pie
creyeran que se moría).
El CDR ha aplicado,
usando toda su lógica
una prueba sarnológica
a ese Foxa tan mentado.
Y cuentan que, apresurado,
el Jefe de Protección a la Fauna,
en previsión de más percances y yerros,
evacuó todos los perros
del edificio en cuestión.
El problema se hace mítico,
se enmaraña y se complica,
y este mal que no se explica
ya tiene matiz político:
el Brasil se hizo muy crítico
con nuestra cubana grey:
Cuba aclaró, en buena ley,
que Brasil no tiene culpas
¡y hubo que pedir disculpas
al presidente Sarney!
Yo prometo, por mi parte,
respetar la cuarentena:
no meterme en cosa ajena
será desde hoy mi estandarte.
Cari, no quiero olvidarte,
mas esas enfermedades
y, aunque nada te reprocho,
¡iré en el 88 a darte Felicidades! 22/1/1987.
*
al Foxa y sus inquilinos,de cualquier edad o raza.Desde La Habana a Kinshasa,de Cuba a Tel-el-Amarna,su difusión hoy encarna
una amenaza patente
que pone ansiosa a la gente¡el peligro de la sarna!
Los Vecinos se han quejado
y esta gran preocupación
ha causado irritación
y ronchas ha levantado.
El MINSAP se ha preocupado
en encontrar al autor:
¡y el agente transmisor
(noticia que se recibe)
es una rubia que vive
subiendo el elevador!
Muy rápido los expertos
personáronse en el Foxa
y su opinión ortodoxa
ya nos deja boquiabiertos.
Aunque aún no hallaron muertos,
sí hallaron gente dolida
rascándose estremecida,
y un vecino dijo entonces:
“¡y la rubia del piso once
amenaza nuestras vidas!”
Ya se han tomado medidas
contra amenaza tan grave
y se aplicaron (se sabe)
fungicidas, raticidas,
biocidas y sarnicidas
al apartamento que
propaga, según se ve,
el mal que nos enajena
¡y se ha puesto en cuarentena
la habitación 11-D!
Un compañero del Medio
Oriente, llamado Usama,
al MINSAP a diario llama,
pide que encuentren remedio.
No aguanta más el asedio,
quiere saber lo que pasa,
su encerramiento lo arrasa
y ya le entra sofoco,
¡y teme volverse loco
si no sale de su casa!
El Ministro ha aconsejado
mantener muy vigilada
a la tal rubia que, osada,
este mal ha propagado.
Pues según se ha detectado -
-sean burlas o verdades-
ella ningún mal evade
y con insistencia rara
asegura que acapara,
todas las enfermedades.
Los afamados galenos
opinaron que esa rubia
es de males una lluvia
con nubes, rayos y truenos.
Y le hallaron -más o menos-
bronquitis y neumonía,
nefritis, hidropesía…
y de todo dieron fe
(si no la vieran en pie
creyeran que se moría).
El CDR ha aplicado,
usando toda su lógica
una prueba sarnológica
a ese Foxa tan mentado.
Y cuentan que, apresurado,
el Jefe de Protección a la Fauna,
en previsión de más percances y yerros,
evacuó todos los perros
del edificio en cuestión.
El problema se hace mítico,
se enmaraña y se complica,
y este mal que no se explica
ya tiene matiz político:
el Brasil se hizo muy crítico
con nuestra cubana grey:
Cuba aclaró, en buena ley,
que Brasil no tiene culpas
¡y hubo que pedir disculpas
al presidente Sarney!
Yo prometo, por mi parte,
respetar la cuarentena:
no meterme en cosa ajena
será desde hoy mi estandarte.
Cari, no quiero olvidarte,
mas esas enfermedades
y, aunque nada te reprocho,
¡iré en el 88 a darte Felicidades! 22/1/1987.
*
¡SOLAVAYA, SOLDEVILLA!
¡Congratulaciones, viejo!
Que muy orgulloso estarás
ahora que te las das
de especialista en Alejo…
Para qué darte un consejo
si al conocerte tan tralla,
retranquero y rinquincalla,
sé que al dogma no renuncias
y en la forma en que te anuncias
eres mejor “Sol-de-boya”…
Eres buen equilibrista:
toda tu maroma estriba
en caer siempre p’arriba
y hacerte un especialista,
de la crítica un artista
al que todo el mundo apoya,
del intelecto una joya
que una enciclopedia agotas
te dirían “Sol-de-boya”…
Tú sirves mejor de ujier
o , si tu Omar no te salva
- para lustrarle la calva-
al busto de Carpentier.
A mi modesto entender,
mereces más de una pulla:
por esa manera tuya
de vestirte mil disfraces
y por el ruido que haces,
más bien eres “Sol-de-bulla”…
Ya, al pasar por esta Casa,
mostraste tu baja estofa
propia de una mente fofa
que de “dura” se disfraza
y de marxista sin tasa.
Por ahora, osado, brilla.
Pero no me maravilla
que al ver tu verdad se irriten
y, cual nosotros, te griten:
¡Solavaya, Soldevilla!
o , si tu Omar no te salva
- para lustrarle la calva-
al busto de Carpentier.
A mi modesto entender,
mereces más de una pulla:
por esa manera tuya
de vestirte mil disfraces
y por el ruido que haces,
más bien eres “Sol-de-bulla”…
Ya, al pasar por esta Casa,
mostraste tu baja estofa
propia de una mente fofa
que de “dura” se disfraza
y de marxista sin tasa.
Por ahora, osado, brilla.
Pero no me maravilla
que al ver tu verdad se irriten
y, cual nosotros, te griten:
¡Solavaya, Soldevilla!
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