(Gran Bretaña, 1834 - 1896)
Amor completo.
¿Has anhelado, a través de los cansados días,
La visión fugaz del rostro amado?
¿Has clamado por un instante de paz
En medio del dolor de las penosas horas?
¿Has rogado por el sueño y la muerte,
Cuando el dulce e inesperado consuelo
Fue sólo sombras y aliento?
Hace mucho, demasiado, que el miedo no disminuye
Sobre estas ilusorias y reptantes flores.
Ahora descansa: pues aún en el reposo
Podrás conservar todos tus anhelos.
Debes descansar y no temer
Al acechante y sordo despertar
De una vida que transcurre a ciegas;
Llena de desperdicios y penas.
Debes despertar y pensar en lo dulce
Que es tu amor, en su íntimo ardor.
Será más dulce para los labios que conocerás,
Más dulce de lo que tu corazón intenta ocultar:
Anhelos absolutos e insatisfechos.
La respuesta a todas las esperanzas
Se cierran sobre tí, muy cerca.
Recordarás los antiguos besos,
Y aún el frío dolor que crecía.
Recordarás aquella poderosa dicha,
Y aún los ojos y las manos perdidas.
Recordarás todo el remordimiento
Por lo escasos que fueron sus besos,
El sueño perdido de cómo se conocieron
Es el sabor a miseria en tus labios marchitos.
Entonces parecía Amor, pero nacido para morir,
El Hoy es inquietud, dolor:
La bendición es el olvido, el silencio;
Mi Amor es solitario, más nunca será un secreto.
ECOS DE LA CASA DEL AMOR
El amor da cada don por el cual viviremos mucho tiempo.
"El amor toma cada don, y nada da a cambio".
El amor abre los labios donde otros permanecen siempre sellados:
"El amor bloquea los labios de donde todas las cosas buenas pueden venir".
El amor hace evidente a los ojos donde otros nunca verían:
"El amor hace enceguecer los ojos de todos, salvo los tuyos y los míos."
El amor transforma la vida en alegría hasta que nada quede por ganar:
"El amor transforma la vida en dolor hasta que la esperanza sea nada y vana."
El amor que todo lo cambia, !nunca me cambies¡
“El amor que todo lo cambia, !cambia mi enorme dolor¡”
El amor consume el mundo en un cielo inmutable y bendito,
“El amor consume el mundo en un vacío de todo disturbio.”
Y allí nosotros dos estamos desvalidos, y no necesitamos obrar más:
“Y estoy en paz, y ¿mí trabajo será prestar atención?”
Ah !yo te alabo, amor, por la alegría absoluta que he ganado¡
“Y ¿no es mi alabanza nada digna de enmendar toda mi vida?
LA BATALLA DE LOS BURGUESES
Aumenta el grosor del asta de la lanza sobre la tierra
Que antaño hizo la cosecha;
La espada es pesada en la mano,
Y no volveremos más.
El Zorro rojo surca los mares sobre el viento suave,
Nuestra bandera de guerra,
Y los susurros en la Carrera del Ocelote,
Y no volveremos más.
A través de nuestros acres de rastrojo ahora
Los equipos van de cuatro en cuatro;
Pero los patriarcas desfasados guían el arado,
Y no volveremos más.
Y ahora las mujeres de ojos grandes
A su vez por la puerta abierta
contemplando por el ancho de la carretera,
Donde no volveremos más.
Las sombras de los frutos caídos
el suelo del vestíbulo rucio luego del derroche;
Yacen nuestros perros, el sueño y el sopor,
Y no volveremos jamás.
Por debajo de la torre de la catedral, hoy
cae el suave carillón de antaño
Entre el juego del parloteo de las grajillas :
Y no volveremos jamás.
Pero abajo de las calles aún están;
Al mediodía, ¡el mercado ha concluido!
Atrás van las comadres por la colina;
Porque no volveremos jamás.
¿Qué comerciante a nuestras puertas ha de venir?
¿Qué hombre sabio nos trae la tradición?
Qué el abad viaje a Roma,
¿Ahora no volveremos jamás?
¿Qué alcalde se pronunciará en el salón que hemos construido?
¿Cuál rojo escarlata barre el piso?
Qué juez condenara la culpa del ladrón,
¿Ahora no volveremos jamás?
Nuevas viviendas en las calles se levantarán
Donde edificamos antes,
Con otros tipos de piedra, labrada de otro modo;
Porque no volveremos jamás.
Y los cultivos cubrirán campo y montaña
A diferencia de lo que una vez dieron,
Y todo se hace sin nuestra voluntad,
Ahora no volveremos jamás.
¡Observa! las flechas siembran el cielo,
Los cuernos rugen en la batalla;
Las largas lanzas más bajas, se acercan,
Y no volveremos jamás.
Recuerda cómo al lado de la carroza,
Pronunciamos la palabra de la guerra,
Y sé sembró esta cosecha en la llanura,
Y no volveremos jamás.
¡Pusimos las lanzas sobre el Zorro Rojo!
Los días antiguos han concluido;
¡Levanta la espada sobre la Carrera del Ocelote!
Porque no volveremos jamás.
ESPERANZA MUERTA: AMOR VIVO
Fuertes son tus brazos, amor mío, fuerte
Tu corazón vive, y el amor, por largo tiempo;
Pero tú eres casada con el dolor y el mal:
Vivimos, pues, y mucho, ¡aunque espero estar muerto!
¡Perdura, y Trabaja a través de los años!
Obtened imágenes a través de la niebla de lágrimas,
Del inolvidable y afortunado temor
Que cruzó la esperanza antes del tiempo muerto.
Nos acercamos al lugar donde una vez permanecimos
En medio de una avalancha cargada y rápida de alegría,
Y a nosotros y a todo el mundo le parecio bien
Tampoco es necesario esperar ahora el frio y la muerte.
Sueño en la aurora, voy a ti
¡Llorando por cosas que no pueden ser!
¡Sueño que tú labios se posan sobre mí!
Despierta, despierta abraza el cuerpo muerto de esperanza
Cuenta una y otra vez, y uno a uno
Los minutos de sol feliz
Mientras que los labios besan enloquecidos el brilló,
Cuento, no con el resto, porque la esperanza esta muerta.
Llorar, aunque sin la amplitud del cabello te moverás
La Tierra viva, los cielos en las alturas
¡Por toda la amargura del amor!
Llorar y no cesar, ahora ¡la esperanza ha muerto!
Suspiros, restos no de ti, las lágrimas no traen la calma,
La vida no tiene alegría, y con la muerte no hay paz:
Los años no cambian, aunque disminuyen,
La esperanza ha muerto, la esperanza está muerta.
Habla, amor, te escucho: lejano
Bendigo los labios trémulos, que dicen:
"No te burles de la tarde del día,
¡No te burles de la corriente cuando la esperanza ha muerto! "
Te bendigo, oh mi amor, que dijiste:
"No te burles de los residuos que carga el cardo;
Tengo la mano del amor, y lo hago sin prisa
Por el camino más largo, ahora la esperanza está muerta.
Con otros nombres nombramos el dolor,
Los largos años desgastan en vano nuestros corazones
No te burles de nuestras pérdidas que han crecido hasta convertirse en ganancia,
No te burles de nuestra esperanza perdida que yace muerta.
Nuestros ojos no miran a el lucero del alba,
No hay destellos del amanecer distante;
Somos caminantes en completo silencio
Desde antes de la marea del mediodía, la esperanza yacía muerta.
He aquí la falta de felicidad
El maestro, el amor, bendijo nuestros corazones
Para que no pensáramos menos en él :
El amor no muere, aunque ¡la esperanza halla muerto! "
ERROR Y PÉRDIDA
Tras la víspera me senté y lloré,
Porque el mundo para mí no me parecía bien de ninguna manera;
Sin embargo el otoño esta aquí, y duermen las praderas,
Las colinas brumosas sueñan, y la madera esta silente
Parecía escuchar el dolor de mi estado de ánimo:
Yo no sabía si la tierra sufría conmigo ,
O si se burlaba de mi dolor en aquella víspera amarga.
A continuación, entre mis lágrimas vi una doncella,
Quién corrió sobre la hierba cubierta de hojas y se acerco a mí,
Luego se levantó y me miró lastimosamente
Con los ojos gastados por el dolor, hasta que mi infortunio pasó
De mí a ella, y sin lágrimas, estaba ahora,
Y ella entre lágrimas me estaba preguntando por alguien
Ella siempre había buscado sin ayuda y sola.
Yo no sabía de él, y ella se dio vuelta
Al bosque oscuro, y con mi gran dolor
Aún me sostenía allí, hasta el anochecer, había muerto el día,
Y perecieron al aproximarse el amanecer gris de nuevo;
Luego desde el bosque una voz gritó: "Ah, en vano,
En vano yo te busco, ¡oh dulce-amargo!
¿En lo qué para la tierra solo somos un par de pies ansiados? "
Entonces la miré, y he aquí, que allí, vino un hombre
De entre los árboles, y se quedó mirándome
Hasta que mis lágrimas se secaron con mucha vergüenza;
Entonces gritó: "¡Oh doliente, ¿dónde está ella
A quien he buscado sobre toda la tierra y el mar?
Y aún, yo la amo y ella me ama,
Nos encontraremos con no más que con el verde que encontremos en la colina."
Con que olvido su tristeza, y yo sabía
Que se habían reunido y se perdieron en la noche oscura,
Enceguecido por el mundo falso,
Que esconde el amor y hace lo incorrecto por lo correcto.
Entonces entre mi piedad y su alegría perdida,
Sin embargo, más con el anhelo estéril, me debilité,
Sin embargo, más lamenté que no tenía nada que buscar.
EL DÍA DE LOS DÍAS
Cada víspera la tierra cae bajo la oscuridad,
Como si su esperanza se acabara;
Sin embargo, el sol se esconde cuando el día se acaba
Detrás de la puerta del mañana.
El gris crece con el amanecer mientras que los hombres del pueblo duermen,
Se propaga sin ser vista la luz,
Hasta el zorzal canta a las cosas de colores,
Y la tierra se olvida de la noche.
No de otro modo se enfoca en nuestra esperanza:
Exactamente como un cuento dijo que
Son justas vidas perdidas, y a todos les costa
La del sabio, la del verdadero y el audaz.
Hemos trabajado y hemos fallado, nos habló la palabra;
No escuchamos nada; mudos, mentimos;
Nuestra esperanza está muerta, propagamos la semilla
Cayó sobre la tierra para morir.
¿Qué es esto? Por gozo nuestros corazones permanecen,
Y la vida es amada y querida,
La Causa perdida y encontrada la hemos coronado,
El Día de los Días está aquí.
A LA MUSA DEL NORTE
Oh, musa que gobiernas la triste Canción Norteña
Tu mano derecha llena de remordimientos y de injusticias,
Tu mano izquierda sostiene la piedad; y tu mama
Bullente con la esperanza de que el descanso es tan cierto:
Tú, con un tipo de ojos grises y sin miedo,
Los suaves labios no temblaban, a pesar de que han dicho
El destino del mundo y de aquellos que en él habitan.
Los labios que no sonríen, aunque tus hijos ganen
El predestinado Amor que señala a la predestinada Muerte.
Oh, impulsa la corriente fresca de tu aliento,
Deja que alguna palabra alcance mis oídos y toque mi corazón,
Que, si puede ser, me puede tener una parte
En ese gran dolor de tus hijos muertos
Que veja la frente, y que doblega la cerviz,
Encanece el cabello, hace de la vida un sueño maravilloso,
Y de la muerte el murmullo de un arroyo tranquilo,
Pero deja sin mancha a aquellas almas tuyas
Cuya grandeza brilla a través del mundo enmarañado.
Oh Madre, Amor y Hermana, todo en uno,
Entra tú, pues, de seguro estoy bastante solo
Que tus brazos deberías ponerlos alrededor de mi corazón,
Y envolverme en el dolor de hace mucho tiempo.
COSECHANDO LAS CORRIENTES DEL AMOR
Dibuja sin apartar tus manos , mi amor,
El viento solo mueve las ramas,
Y aunque, arriba las hojas son escasas
El otoño no nos avergonzara.
Di; Deja el frío y lúgubre mundo de cera,
¿Qué es lo peor de todo el año
Sino la vida, la que puede hacernos daño, querida,
O la muerte, y quién deberá culparnos?
Ah, cuando llega el verano de nuevo
¿Cómo nos dirán, que hemos sembrado en vano?
La raíz era la alegría, el tronco era el dolor,
El oído una mezcla sin nombre.
La raíz está muerta y enterrada, mi amor,
Un fuste del tronco es nuestra verdad a demostrar;
Lo que conserva el oído por nada se mueve
Hasta que el cielo y la tierra tienen fin.
UNA CANCIÓN DE MUERTE
¿Qué es lo que viene aquí guiado desde el oeste al este?
¿Y quiénes son estos, adustos y lentos manifestantes?
Llevamos el mensaje que los ricos han enviado
Sorprendió a los que se les pidió que despertasen y lo conociese.
Nadie, ninguno, ni miles deben morir,
Pero todos y cada uno si ensombrecen el día.
Les pedimos una vida de trabajo arduo,
Nos mandaron ha aguardar el tiempo libre para nuestro pan;
Ansiábamos hablar para contar nuestro aprendizaje lamentable:
Volvemos sin palabras, llevando de nuevo a nuestros muertos.
Nadie, ninguno, ni miles deben morir,
Pero todos y cada uno si ensombrecen el día.
No aprendieron, no tienen oídos para escuchar.
Giraron sus rostros a los ojos del destino;
Sus salones iluminados y alegres dejaron por fuera a los cielos que se oscurecen.
Pero, ¡he aquí que! este hombre muerto esta llamando a la puerta.
Nadie, ninguno, ni miles deben morir,
Pero todos y cada uno si ensombrecen el día.
Aquí se encuentra la señal que romperá nuestra prisión;
En medio de la tormenta ganó el alivio del prisionero;
Pero en el amanecer nublado surgió el sol
Nos trajo nuestro día de trabajo que gano el vencedor.
Nadie, ninguno, ni miles deben morir,
Pero todos y cada uno si ensombrecen el día.
PAREJA DE PRIMAVERA
La primavera recorrió el bosque hoy,
El pie suave invierno ladrón,
Y encontró donde el dolor estaba ocioso
Entre flores y hojas descoloridas.
Lo miró , y lo encontró hermoso
Para ella todo había sido dicho;
Se arrodilló junto a él allí,
Y cantó de días antiguos.
Abre sus ojos y contempló su nada,
Sin embargo, comenzó a mover sus labios;
Pero la vida y los hechos estaban en su pensamiento,
Y cantó de amor.
Así que cantaron hasta que sus ojos se encontraron,
Y se desvaneció el miedo y la vergüenza;
Más audaz él creció ella más dulce,
Hasta que cantaron lo mismo.
Hasta que, dijeron quien conoce la cosa
Sus labios se besaban,
Y la pena se tendió en cama con la primavera
Engendró una felicidad terrenal.
REUNIÓN EN INVIERNO
El invierno en el mundo está,
Alrededor del beso inesperado
Por cuyo sueño por mucho tiempo lloré ;
Alrededor de un enorme anhelo,
Que el toque tuyo volverá
En júbilo muy profundo que quema.
Alrededor de tus ojos y alrededor de tu boca
No pasa el murmullo del sur,
Cuando mis labios por un rato
Dejaron tu temblorosa y tierna sonrisa,
Cuando los dos, mano a mano,
Una vez más, permanecimos juntos.
Dulce es lo que, es dulce como todo;
Con la deriva blanca te encontrarás,
Un tipo de respuesta fría y la mía propia,
Envuelta en traje de un sucio profundo
En la carroza de anchas ruedas:
Entonces al norte no nos liberara;
Lo baldío es de gran alcance en la nieve
lo agreste, más solo aún crecerá
Como el sol enrojecido cae.
Pero los guardianes de la ciudad,
Cuando el destello de las antorchas se extinga
Sobre la nieve en medio de sus dudas,
Y sus ojos, por fin contemplen
Tu cabello rojo de Litten y de oro;
Se llevara a cabo, o temerán
Grito: "¡Ay! ¿Qué viene aquí?
¿De dónde ha venido este ser Celestial
A decir de todo el mundo esta deshacido?"
Lo llevarán a cabo, y ya veremos
Escasamente por la larga calle Litten
Por la corriente de luz antes de tiempo
Por la puerta entreabierta del vestíbulo del invitado;
Y las campanas de nuestros caballos cesarán
Al llegar al lugar de paz;
Temblaras, como en el pasado
El umbral desgastado esta sobre pasado,
Y la luz del fuego te ciega :
Temblorosa te aferras a mí
Como la mirada somnolienta de los mercaderes
Tus manos frías, delgadas y hermosas
Tus ojos indulgentes y labios alegres
Merecen todo el embarque de sus buques.
Oh mi amor, qué dulce y lo dulce
Como esa primera vez que bese tus pies,
Cuando el fuego se sumió en lo más bajo,
Y el vestíbulo quedo vacío
Solemne crecimiento, ¡atenuado y enorme!
Oh mi amor, la noche durará
Más que los hombres digan lo mismo
¡Cargados con nuestro amor solitario!
DOLOR Y TIEMPO DE NO LUCHAR
¿Qué parte de la eternidad aterradora
Son los minutos extraños que he ganado?,
Asombro con la duda del amor y del dolor,
Cuando puedo ver tu rostro delicado,
¿Un poco antes del adiós?
Qué parte de la anhelante marea del mundo
Que destella, cuando el nuevo día se desnuda y es blanco
Borra mi leve deleite en medio del sueño,
¿Y no hay nada a mi lado,
Y recuerde bien esa despedida?
¿Qué pasará en el diluvio de lágrimas grises
En ese momento, cuando a través del trabajo duro del día,
Desgastado, no muestre nada para mí,
Y no vale la pena mi carga laboral
La añoranza de aquel último adiós?
Qué lástima de los cielos,
Qué presta atención desde la eternidad,
¿Qué palabra rápida para mí del mundo?
Hablar, escuchar, y la piedad, Oh un amor tierno,
¡Quién sabia días antes de la despedida!
El cuervo y la hija del rey
Hija del Rey, sentada en la alta torre,
Mientras el verano es el escudo de muchos,
¿Porqué te lamentas mientras las nubes pasan?
Entre la costa y el campo los altivos cisnes cantan,
¿Porqué te lamentas sentada en tu ventana,
Hasta que por tus frágiles dedos corran las lágrimas?
La Hija del Rey:
Lloro porque me siento sola
Entre estos muros de cal y piedra.
Los hombres se sientan en el salón de mi padre,
Pero para mí él construyó esta torre vigilada.
Y desde aquí he visto el dorado sobre el verde,
Sin noticias sobre mi verdadero amor.
El Cuervo:
Hija del Rey, sentada sobre el mar,
Cantaré una historia que os pueda alegrar.
Ayer he visto navegando un barco enorme,
Cuando el viento soplaba feliz desde el norte.
Sobre aquel labrado mástil me senté,
Y mi corazón se estremeció con fe,
Pues entre la tabla y el oscuro azul del mar,
Su espada cantaba dulce los hechos que serán.
La Hija del Rey:
¡Océano estéril! ¡Amarga entre todas las aves
Un estéril cuento mis oídos han escuchado!
El Cuervo:
Los hombres de vuestro padre fueron severos,
Ataviados con escudos y brillantes yelmos.
La Hija del Rey:
¡La peor de las historias me narras,
Las palabras como saetas me desgarran!
Vuela al sur, hacia los campos de la muerte,
Y que nada dulce en tu lápida pueda leerse.
El Cuervo:
Oh, allí estuvo Olaf, el de los lirios rosas,
Tan justo como cualquier roble que crece.
La Hija del Rey:
Oh, tierna ave ¿Qué hizo él entonces,
Entre las lanzas de los caballeros de mi padre?
El Cuervo:
Entre la tabla y el azul oscuro del mar,
Él cantó: Mi verdadero amor me espera.
La Hija del Rey:
Así como esta dura losa conoce mi dolor,
Aún no estoy agotada, mi amor.
El Cuervo:
Él cantó: Así como una vez tuve su mano,
Al final sus labios volverán a mis labios.
La Hija del Rey:
Y así como nuestros dedos se entrelazaron,
También volverán a unirse nuestros labios.
El Cuervo:
Él cantó: Que venga la ruina, el hierro y las llamas
¿Pues qué otra cosa romperá la torre sino la fama?
La Hija del Rey:
Oh, Sol, Ascended y caed con premura,
Para que la esperanza triunfe sobre la muerte.
El Cuervo:
Hija del Rey, sentada en la alta torre,
Dádme un regalo por mi cuento y volaré:
El oro de tu dedo frágil y pálido deseo,
Pues sólo eso tienes de tu viejo anhelo.
La Hija del Rey:
Junto al anillo de mi padre hay otro,
Con un beso me fue dado por mi madre.
Vuela, vuela a través de los mares
Para ganar otro de mis presentes.
Vuela al sur a traerme noticias reales,
Mientras en verano sea el escudo de muchos.
La hierba crece roja con el rocío de la batalla,
Entre la costa y el campo los altivos cisnes cantan.
El Cuervo:
Hija del Rey, sentada en la alta torre,
El verano brilla sobre el escudo de muchos,
Las noticias de la marea hablan de muerte,
Mientras en la costa y el campo los altivos cisnes cantaban;
En la tierra de los Francos él se encontró con sus lanzas,
Y la planicie entera con sangre fue sembrada.
Alta creció la fría luna cubriendo el sol,
Cuando los cuernos sonaron sobre la batalla ganada.
La Hija del Rey:
¡Caed bajo la justicia, ave! Cantad sólo la verdad
De los hechos que aquel hombre en su día realizó.
El Cuervo:
Steingrim se plantó ante su bandera,
Y los yelmos fueron rotos y las astas cayeron.
La Hija del Rey:
¿Un hombre temerario, bueno y necesario,
Puede cantar las hazañas de otro?
El Cuervo:
Donde Steingrim pasaba la batalla sonaba,
Sin embargo el pie de Olaf era más rápido.
La Hija del Rey:
¡Ah, con hechos de gloria el mundo ha de crecer!
¿Pero a qué tierras lejanas ha llegado mi amor?
El Cuervo:
Sobre la cubierta junto al mástil,
Allí yace ahora, descansado profundo.
La Hija del Rey:
¿Lo habéis oído antes de que caiga en el justo sueño?
¿Pronunció palabras ante sus hombres?
El Cuervo:
Creo que a su dama dedicó una canción,
Pero luego nada más pronunció.
Antes de que la batalla los uniera,
Steingrim una palabra le dijo:
“Si volvemos con las banderas de paz,
En la casa del rey mi fama crecerá,
Las puertas no estarán cerradas,
Y para mí siempre se abrirán.
Luego, hacia la íntima alcoba iremos,
Donde el amor su dorado manto cose.
Te llevaré adentro, y pondré su fina mano
Sobre el cuello adornado de lirios.
Dejaré al rey el radiante satisfacción,
Mientras aquella noche sea de ustedes dos”.
Ahora corre hacia el norte la proa de Steingrim,
Y la lluvia y el viento golpean desde el sur.
La Hija del Rey:
Mirad, ave de la muerte, el anillo de mi madre;
El canto nupcial aún debo aprender,
Y ya no veo desagradable mi cuarto solitario;
Pues el viento, el viendo ha de gemir
Mientras ordeno el lecho de bodas.
El verano brilla en el escudo de muchos,
Pues la lluvia, la lluvia roja ha de caer,
Mientras en la costa y el campo los altivos cisnes cantan.
Antes de que el día surja de la noche,
El verano brilló sobre los escudos,
Ella escuchó el cuerno de Steingrim
Mientras los altivos cisnes cantaron.
Antes de que el día oscuro concluyera
Se oyeron los pasos de Steingrim en la escalera.
La lanza y la flecha cayeron lejos,
Mientras los pesados pies subían.
¡Oh, pesados son los pies de aquel que porta
El anhelo de los días y el dolor de los años!
Reposad, reposad, dulce lirio,
Sobre tu cuello descansará la mano.
No importa si el rey vibraba en radiante satisfacción,
Pues aquella cama fue ocupada por los dos.
Inmóvil cuando él permanece inmóvil,
El corazón yace junto al corazón.
Tal vez mis oyentes quieran hablar,
Debatir sobre esta triste historia,
Por lo tanto los dejaré piadosamente
Bajo el verano sobre los escudos.
Los días descansan hoy bajo la piedra,
Mientras en la costa y el campo los altivos cisnes cantan.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario