domingo, 28 de febrero de 2016

POEMAS DE IVAN TUBAU



(España, 1937)


Cuatro Rubaiyyat de Cambridge


Queremos alcanzar el alma de la piel.
Queremos empaparnos de gozo y de sudor.
Mañana Dios dirá, si hay Dios y si se digna
decir alguna cosa. Bésame el corazón.


* * * * *

                                                                      A Merce

Nos teñiremos pelos, almas y corazones.
Juraremos amor eterno si es preciso
para ser algo más felices un instante.
Ni la mejor mentira, amor, es la verdad.

* * * * *
                                                  «Une orange sur la table
                                                  ta robe sur le tapis
                                                  et toi dans mon lit.»
                                                                   Jacques Prévert


Son un placer muy dulce los dieciocho años.
Juntos lo celebramos, amor, esta mañana.
Cuando llegue la noche, si Dios y Prévert quieren,
me dejarás probar tus nuevos diecinueve.


* * * * *

                                                                  En Sinera de Munt
Cuando yo no esté aquí se habrá acabado el mundo
y no habrá nunca más olor de madreselva
ni el perfume tenaz de entrepierna mojada
ni el aroma del vino ni el azul de la mar.

De "Vendrán meses con erre" 1982-1991

La rosa y la metáfora
1
Aunque seas aún
una metáfora
                            Rosa,
me place tocar
tu muslo con la mano.

5
                                      «A rose is a rose is a rose is a rose.»
                                                                                Gertrudis Stein


Eres Rosa la rosa más rosa
de todas las rosas de aquí y de París
Rosa por delante rosa por detrás
con pezones rosa y mejillas rosa
con labios de rosa bajo nariz rosa
y labios de rosa bajo ombligo rosa
un agujerito de color de rosa
una blusa rosa y unas bragas rosa
un alma de rosa bajo la piel rosa
y una voz de Rosa de color de rosa.

6
                                                                    1984
Hube de conocerte,
                                          Rosa,
para saber lo que era
un ser equidistante
del propio nacimiento
y del fin del milenio.

7
                                  «Lénine, Trotsky, Rosa, Mao...»
                                                                         Edgar Morin
                                                      Journal de Californie


Rosa,
           la más perfumada
de los jardines
de Luxemburgo.

De "Vendrán meses con erre" 1982-1991




PERRO VIEJO


Ladra poco,
sin pasión,
no se si con pereza,
sucintamente,
con eficacia
y economía.

Tampoco sé
si ladras así porque eres sabio y sabes
que toda pasión es indeseable
    -mejor será decir innecesaria-
y la eficacia mayor cuanto más parca y controlada.

o porque te han domados
con canina eficacia
para ladra así.


Hoy llueve todo el día y el termómetro

Hoy llueve todo el día y el termómetro
marca fuera dos grados sobre cero.
Seguramente vale
la pena que la humanidad,
recorriendo a través de los siglos,
las abominaciones
y los millones de años luz en el camino
que lleva a la calefacción central
pueda ofrecer a un estornino
posado en la ventana, justo encima
del radiador,
los dieciocho grados del confort.

Lleva un buen rato tras el cristal. He abierto
la ventana pero no quiere entrar. No deja de mover
el pico emitiendo sonidos. ¿Qué debo hacer, Liz
Taylor? No sé ornitología, soy de letras y nací
en la ciudad. Cuando se vaya dentro de once minutos
no sabré si cantaba feliz o chillaba desesperado.
Ayúdame, Liz Taylor, tú que sabes de pájaros heridos




El holograma



               

Coge, mi dulce amigo

–ya hemos hecho el amor–,

el negativo de la fotografía

de nuestro día de sol en la playa.

 

Corta por la mitad ese negativo,

positiva los trozos:

en uno estaré siempre yo tan solo,

tú estarás en el otro solo siempre.

 

Pero tenemos una holografía.

Desgárrala en siete o mil pedazos

y pon uno cualquiera bajo el láser:

ahí estamos, al sol, juntos, los dos.

 

Cada ínfimo trozo de holograma

contiene entera y compacta la escena

donde tú y yo somos para siempre

un solo instante de amor de verano.

 

Si preguntas a un sabio te dirá

que es la inseparabilidad

de la experiencia cuántica: dos granos

de luz de un todo universal.

 

No es verdad que algún dios nos haya hecho

según su imagen y semejanza:

cada átomo tuyo, mío, nuestro,

era ya Dios entero, como la holografía. 

LA ISLA

Me gustaría
saber por qué
siente la gente
fascinación
por esos trozos 
de tierra firme
como excrecencias
dentro del mar
a las que solo
puede llegar
surcando el aire
o tras navegar.
Me gustaría
saber por qué
es Formentera
la predilecta
de cierta gente
guapa y selecta
que solo puede
llegar allí
en barco propio
o acarreando
la impedimenta
y el frenesí.
Me gustaría
saber por qué
la gente rica
rica muy rica
compra una isla
muy pequeñita
para sentarse
en aquel sillón
frente a la misma
televisión
que contemplaba

en su gran mansión.

Poesía 


No te quiero pura 
ni purificada o purificadora 
ni purista 
dioses 
ni depuradora 
ni depurativa 

El amor existe si haciéndolo estamos 
mientras mestizamos 
salivas mezclamos 
cunilinqüizamos y felacionamos 

Yo te quiero impura 
y verde y madura 
promiscua y cachonda 
y dulce lesbiana puta sabihonda 

Yo te quiero impura 
mojándolo todo 
y haciendo el amor 
como yo te hago. 



PATRIA


Nací
En un tiempo triste y en un triste país
Donde las cosas bellas tenían nombres feos
Donde pecado
Era el nombre que daban al amor y donde
Tristes gentes hablaban de la guerra y se tocaban
El sexo en las tinieblas y con prisas furtivas
En la noche del sábado tras haber contraído
Matrimonio buscando
Patrimonio y remedio
A la concupiscencia o a la sífilis.

Nací en un tiempo triste
Y en un triste país
Donde la gente iba vestida
De negro casi siempre
Y llevaba bigotes cuadrados en el alma. Donde
Ya no servían los nombres de las cosas
Porque las cosas estaban prohibidas
O eran obligatorias: levantar el brazo
Con la mano extendida
Para que los brazos no pudieran
Abrazar y las manos
Llegaran siempre tarde a la caricia.

Nací en un tiempo triste y en un triste
País
Donde los niños se llamaban flechas
O pelayos cuando eran ya mocitos
Y llevaban camisa
Azul y la cabeza
Rapada por la parte de dentro y por defuera:
Mitad monje y soldado les decían
Que tenían que ser cuando crecieran
Y hubieran de avanzar gallardamente
Por Dios hacia el Imperio o viceversa.

Nací en un tiempo triste y en un triste país
Donde las niñas
Se llamaban Begoña y aceptaban
Mansamente un futuro
De monjas o matronas gordezuelas
Cuando la superiora colocaba
Duros sostenes sobre sus tetas tiernas
Y más duros aún sobre la parte
Más tierna del cerebro para que las ideas
No desbordaran nunca el límite preciso
De su destino de mujer: virgen o madre
Y si fuera posible las dos cosas.

Nací
En un tiempo triste y en un triste país:
Abjuro para siempre
Jamás de aquella patria
Donde un millón de muertos velaban el cadáver
De los supervivientes.


EL HOMBRE QUE FUE VIERNES


Un día me contabas
Como quien cuenta un cuento
La historia de aquel hombre
Rubio y de ojos azules
Que bajaba los viernes
De sus altas montañas
Para hacerte el amor
Y volvía a marcharse.

Prohibid
la música y el mar y los atardeceres:
dan placer.


LA CLAU QUE OBRE EL PANY



Escribo poemas
para que descubras
que no soy el mismo
que escribe poemas.



‘Atlantas

Son suyas las praderas de Ripoll
y de Setcases y de Sant Joan
y el mar de Bellaterra y las montañas
más altas de la sierra del Montsant.
Algunos llaman patria a los paisajes
y a las lenguas e incluso al indumento
de los antepasados y a su historia
y a la muerte de antiguos enemigos.
Piensan ellos que son suyas las patrias
porque las llevan en el pasaporte
o que son suyas todas las mujeres
que ante el juez han firmado unos papeles.
Pero él sabe que es suya aquella playa
de Sausalito que pisó una tarde
y el tranvía de cable y la bahía
de San Francisco y la Jack London Place.
Son suyas esta lengua que aquí escribe
y aquella con la cual dice Je t´aime
o Help Ich liebe dich Ti voglio bene
Ves-te´n a fer punyetes Obrigado.
Él sabe que son suyas para nunca
todas las calles por las que pasó
y que su matria son las cien mujeres
que aún habitan su cuerpo y su memoria.
El mundo está preñado todavía
de Atlantas que le esperan, de praderas
abiertas como libros que desean
ser leídos un día con los pies.

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