( Ecuador, 1926)
INVOCACIÓN A LA VIDA
¡Ven a mí, agitación universal,
inmunda Vida amada!
¡Envuélveme en la velocidad de tus llameantes torbellinos,
quebrántame con terrores y relámpagos,
mis huesos pon a sonar
con el sonido demente del festín de las moscas,
ábreme en llaga y abandóname en un pozo de sal!
¡Amor, que los buitres perciban mi poderosa hedentina!
¡Que el perro muerto ola flor pisoteada
me pongan a llorar!
¡Qué en los barrancos calcinados de mis ojos se frustre
la frescura insidiosa de las semillas de las apariencias!
¡Que se agriete mi corazón
igual que los labios del sediento
y mi sexo despierte con un alarido,
como si un enorme cangrejo lo aprisionara entre sus pinzas!
Hiende los muros, ¡Amor,
puta Vida adorada!
Arrásalos con tu cola de planetas enloquecidos;
piedra a piedra demuele
las construcciones del conocimiento.
Dame la sabiduría del puñal,
que sólo cree en la sangre;
la seguridad de la serpiente,
que únicamente fía del veneno;
la libertad del viento que se persigue a sí mismo,
como el alucinado.
Rompe los candados de la locura
y entrégame sus cofres de mariposas aturdidas;
redímeme las gotas corrosivas del antes y el después,
de las esperas
y sus vientres ahítos de relojes congelados;
permite que las relaciones
entre la muerte y yo, sean, apenas,
las del hombre solitario que acaricia su gato.
Y, sobretodo, concédeme que nada me sea indiferente,
que cuanto se desnude en mi ojo
remonte al mundo con nitidez de lámpara o espada;
que todo deje un reguero de vísceras en la conciencia:
la agonía del escorpión dentro del círculo de fuego,
el paladar del prójimo
azotado por las espinas del hambre,
el pequeño fragmento de madera roído por el océano…
Porque si nada de esto
me tritura los testículos, Amor,
es porque hay sitios de mi alma que no conozco todavía…
TRES DESIGNIOSEN INTENSIDADES AGUDAS
su pasiónsu posición
(¿suposición?)
mi posesiónsu pasión
su presión
su precisión
mi supresiónsu pasión
su misión
sin remisión
mi sumisión
CIRCULO FATAL
del fuerte es la suertela suerte del fuerte
la muerte es la suerte
la muerte del fuerte
la muerte muerde
muerde la muerte
muerde la suerte
la suerte muerde
fuerte muerde la muerte
la muerte muerde la suerte
la muerte muerde fuerte
suerte es la muerte del fuerte
la suerte de la muerte del fuerte
la muerte es la suerte del fuerte
la muerte de la suerte del fuerte
la muerte muerde la suerte del fuerte
la muerte del fuerte muerde la suerte
suerte de la muerte
muerte de la suerte
¡coño!
y no hay etcétera
no hay etcétera
EN LA ALFOMBRA, SENTADA, ESTÁS DESNUDA
Lo mismo que la antorcha, estás desnuda,
perfección de la llama es tu belleza.
Perfección, desnudez, abstractas, hablan
no a los sentidos, al entendimiento.
Primor y perfección suman belleza,
delicado equilibrio de las formas:
serenidad de las constelaciones,
glacial incandescencia del diamante.
En la alfombra, sentada, estás desnuda;
repliegas contra el pecho las rodillas:
sin ofrendarte exhibes tu inocencia.
Ausente, me sonríes, como en sueños.
Desnuda eres irreal de tan perfecta.
¡No veo el cuerpo, miro tu hermosura!
GRACIAS POR DARME, AMOR, TU AIROSA FLECHA.
Gracias por darme, Amor, tu airosa flecha
que me ensangrienta en horas ya de ocaso:
lapso en que al corazón ronda el misterio
con su respiración de leopardo...
Tiempo y conocimiento no menguaron
mi intrepidez, mecida entre relámpagos.
La intemperie es mi patria, no el sosiego.
Amo la intensidad, no lo que dura.
Y gracias por Preciosa. Hallé en sus ojos
al enigma enfrentado en el espejo:
si hay que morir, que sea enamorado.
Desde que hundí mi rostro entre sus senos
nostalgia apenas soy de su tersura,
nunca más voluntad ni pensamiento.
Estructuras para una elegía (fragmento), de Sollozo por Pedro Jara" Desesperado revoloteo del instante nosotros los insensatos los alimentadores de desmesuras y de tumbas los que nos desvelamos por saber qué hacemos aquí anhelamos la inmensidad del océano y sólo nos pertenece la indecisión de la lágrima pedropiélago te quise te tuve pedrogota pedromar te ansié te perdí pedroespuma como a la playa la marea debías sobrepasarme pero tu muerte crecía más rápido que mi amor delicada espina de erizo sombrilla errante de la medusa agonía de terciopelos del deslizamiento del pez chillido de la gaviota entre el fragor dula rompiente todo se ahonda se hunde se difunde parecías forjado con la tenacidad del arrecife farallón olvidado del tiempo indeclinable jabalina del albatros ¡pero fuiste aleteo de golondrina en el vendaval! imaginé disparándose tus huesos con la gracia tenaz de las columnas con la agresiva terquedad de las madréporas ¡pero fuiste apenas resplandeciente estertor del róbalo aventado en las arenas! ay pedroesteladealgas ay pedrosalpicaduradeola en el rutilante acantilado de la vida " Sollozo por Pedro Jara(Estructuras para una elegía) I 1.1el radiograma decía "tu hijo nació. Cómo hemos de llamarlo" yo andaba entonces por las islas dispersa procesión del basalto coágulos del estupor secos ganglios de la eternidad eslabones de piedra en la palma del océano rostros esculpidos por el fuego sin edad soledad terquedad relampagueante de la duración enconado olor seminal de los esteros andaba anduve y dije mientras vociferaban la sangre y las gaviotas se llamará pedro pedrohuesosdepedernal pedrorrisadepiedra piedra inflamada por la lumbre de meteoros de la vida 1.2 el radiograma decía "tu hijo nació, envía su nombre" yo andaba entonces por el archipiélago renegrida osamenta del basalto sílabas del silencio sillares de la eternidad guirnalda de piedra en el pecho del océano coloquio de cíclopes sin edad soledad orfandad deslumbrante del espacio desgarramiento de túnicas del viento andaba anduve y dije en tanto aullaban el sexo y las focas te llamarás pedro pedrovenasderroca pedrollamadepiedra piedra enardecida por el aliento de leones de la vida 1.3 el radiograma decía "tu hijo nació. Cómo lo llamaremos" yo andaba entonces por las galápagos cetrinas encías del basalto alvéolos del desamparo dentadura de la eternidad diadema de piedra en la testa del océano mantos de lava sin edad soledad oquedad fulgurante del tiempo hervor continuo de astros al pie de los acantilados andaba anduve y dije entre el bramido de los sueños y las olas te llamaré pedro pedroespinazodepeña pedropiedrasinedad piedra tenaz e incandescente que ha de sobrevivirme II 2.1 ¡hijo mío! mordido implacablemente por los nitratos de los días parecías tallado en diamante hechoparaempiedradurar hechoparaperdurar entre las proliferaciones de herrumbre del tiempo pero todo cuanto arde en la sangre o la inteligencia suena a caída de hojas y aniquilamiento ay cinceles de piedra para hendir la roca ay impacto sordo de fruto del golpe de las masas ay facciones abrasadas por la lengua de la caducidad rostros de piedra rastros de piedra semblantes de piedra rapa-nui pómulos curtidos por la soledad del mundo friso del desamparo cuencas imperturbables donde se agazaja el tiempo como un pequeño animal despavorido sienes de piedra mandíbulas de piedra pedrobasalto o pedroisladepascua piedras contaminadas por la pasión del hombre piedras corroídas por las sales del exterminio piedras que han ido aligerando el volumen en el polvo sollozante de les adioses 2.2 ¡hijo mío! azotado salvajemente por la desesperación de las olas Parecía cincelado en granito hechoparaempiedraendurar hechoparaperdurar entre la frenética agitación de las aguas pero todo cuanto se enciende en el corazón o el tacto se infecta de perecimiento ay puntas de obsidiana de las armas de mis abuelos ay graznido de halcón de las hachas arrojadizas ay lajas de las calzadas imperiales rótulas de piedra vértebras de piedra escalones de piedra de macho-picchu cresta en la que afilan su alfanje las centellas balcón arisco del cóndor goterón de silencio donde anida el tiempo como flor entre los costillares triturados del trueno fémures de piedra párpados de piedra pedroasperón o pedromachu-picchu piedras dejadas de la mano del hombre piedras caldeadas por los tizones de la agonía piedras que han ido desvaneciendo el afuera en el polvo de las despedidas 2.3 ¡hijo mío! desgarrado despiadadamente por las uñas de la sombra parecías labrado en pedernal hechoparaempiedramadurar hechoparaperdurar entre la silenciosa violencia de las cenizas pero todo cuanto toca la mano o el amor empieza a vacilar y desmenuzarse ay guijarros vueltos silbo de dardo por la honda ay hornacinas de donde el cierzo expulsó al guerrero ay volúmenes arrancados al sueño de la geología muros de piedra hombros de piedra dinteles de piedra de inga-pirca proa despedazada en los arrecifes de lo perecedero encordadura del aguacero gran ábside donde golpea el viento como un muñón de cólera torso de piedra cejas de piedra pedropórfido o pedroinga-pirca piedras contagiadas por el desvelo del hombre piedras carcomidas por los líquenes del exterminio piedras que han ido consumiendo su presencia devoradas por la supuración de la muerte III 3.1 desesperado revoloteo del instante nosotros los insensatos los alimentadores de desmesuras y de tumbas los que nos desvelamos por saber qué hacemos aquí anhelamos la inmensidad del océano y sólo nos pertenece la indecisión de la lágrima pedropiélago te quise te tuve pedrogota pedromar te ansié te perdí pedroespuma como a la playa la marea debías sobrepasarme pero tu muerte crecía más rápido que mi amor delicada espina de erizo sombrilla errante de la medusa agonía de terciopelos del deslizamiento del pez chillido de la gaviota entre el fragor dula rompiente todo se ahonda se hunde se difunde parecías forjado con la tenacidad del arrecife farallón olvidado del tiempo indeclinable jabalina del albatros ¡pero fuiste aleteo de golondrina en el vendaval! imaginé disparándose tus huesos con la gracia tenaz de las columnas con la agresiva terquedad de las madréporas ¡pero fuiste apenas resplandeciente estertor del robalo aventado en las arenas! ay pedroesteladealgas ay pedrosalpicaduradeola en el rutilante acantilado de la vida 3.2 fulminante incandescencia de lo efímero nosotros los desatinados los alimentados con desvaríos _v frustraciones los que nos obstinamos por justificar el júbilo de estar aquí codiciamos la vastedad del bosque y sólo nos pertenece la vacilación de la hoja pedroselva te quise te retuve pedropecíolo pedrofronda te ansié te perdí pedrohojarasca como al girasol la semilla debían sobrevivirme pero tu sangre corría más rápido que mi desvelo quebradiza aguja de pino titubeante pupila de la resina frenesí de mariposas de la lámpara del polen trino de ruiseñor entre el estruendo de la catarata todo se ahonda se hunde se refunde parecías erguido con la reciedumbre del olivo encina olvidada del tiempo orla inabarcable del vuelo del gavilán ¡pero fuiste colibrí en el embudo del huracán! concebí perfilándose tu frente con la dulce pertinacia de las cortezas con el agria avidez de las raíces ¡pero fuiste apenas crujido de ala de ángel de la espiga pisoteada por el casco! ay pedrohuelladegarza ay pedrorrasguñodeviento en el resplandeciente promontorio de la vida 3.3 incesante remolino del ahora nosotros los obcecados los urdidores de discordias y silogismos los que nos desesperamos por descifrar los signos de la incertidumbre ambicionamos la imperturbabilidad de la montaña y solo nos pertenece la postración del polvo pedromegalito te quise te tuve pedroguija pedrorroca te ansié te perdí pedroarena como a la colina la luna debías desbordarme pero tu angustia cundía más rápido que mi dolor trizada lámina de lapislázuli deslumbradora llaga del diamante relampagueante éxtasis de la vena aurífera arrullo de paloma entre la vociferación del alud todo se hunde se funde se confunde parecían implantado con la serenidad del nevado filón olvidado del tiempo majestuosa rúbrica del vuelo del gerifalte ¡pero fuiste empeño de mariposa en la tempestad! pretendí recortándose tus hombros con la poderosa simplicidad de las cumbres con la perseverancia de las murallas ¡pero fuiste apenas súbito centelleo del guijarro machacado en el torrente! ay pedrocráterextinguído ay pedrodesmoronamiento-de arena en el desfiladero insondable de la vida IV 4.1 en verdad ¿fue verdad?, ¿eras tú el que pendía de la cadena del higiénico como seco mechón de sauce sobre el río? ser ido ser herido sal diluida suicida ah surco de paloma del pensamiento borrado por el sonido atronador del desdén ah soberbia del astro que manda al diablo su órbita ah pertinaz repudiador de lo establecido pedrogorralrevés pedromuertealospájaros pedrorrompelosvidrios y el eterno brazo entablillado pedro fermentación de vísceras de la vida ¡sólo que ya no estás! sólo que al cerrarte los párpados para velar el relámpago congelado en tus ojos ya no te reconocía ¿eras tú en verdad? ¿eso de helada indolencia de témpano? ¿eso de pavesas que la desesperación insta a soplar? ¿eso que se desmorona en las tinieblas para siempre? 4.2 en verdad ¿fue verdad? ¿eras tú quien colgaba de la cadena del higiénico como polea inútil de una construcción abandonada? ser ido ser sido sol de huida suicida ah recinto de espejos del pensamiento empañado por el vaho de amapolas de la pasión ah fascinación siniestra por el ojo de remolino del vacío ah sempiterno impugnador de los acatamientos pedrocalzoncillos al revés pedrocabezarrasurada pedroceroengramática y los faldones de la camisa afuera pedro ofuscación de enredaderas de la vida ¡sólo que ya no estás! sólo que al ponerte las manos sobre el pecho para devolverte a la inocencia delirante de la materia ya no te reconocía ¿eras tú en verdad? ¿eso de vana crispación de mano de náufrago? ¿eso de cenizas que el viento no tardará en dispersar? ¿eso que devoró su reserva de lumbre en una sola fulguración? 4.3 en verdad ¿fue verdad? ¿eras tú el suspendido de la cadena del higiénico como un péndulo paralizado en la eternidad? ser ido ser sido ser huida suicida ah palacio de cristal de la inteligencia invadido por las emanaciones coléricas del instinto ah obstinación de mariposa por el otro lado del espejo ah perpetuo opositor a lo constituido pedrocálcetinesalrevés pedroojosemplomados pedrochaquetasestrafalarias y los cuadernos extraviados pedro exasperación de jaguares de la vida ¡sólo que ya no estás! sólo que al mirarte por última vez antes de entregarte a la humedad y a la disipación ya no te reconocía ¿eras tú en verdad? ¿eso de melancelía de estandartes abatidos? ¿eso de inmovilidad que antecede al furor subterráneo? ¿eso de luto y gérmenes ya alimento de los tréboles? V 5.1 pedro ya no tan sólo piedra grumo devuelto a las opresivas láminas del esquisto al congelado silencio de la cantera nunca más la aventura únicamente a la ventura al ensañamiento vesánico de las depredaciones a lo que sólo deja residuos nunca huellas nunca sonido de enramadas y raíces en el pecho estela de tizones del tiempo pero refulges en mí como una espada al fondo dé un arroyo pero suspiras en mí amas todavía en mí golpeas en el corazón como un animal anhelante de otra oportunidad ¡hijo mío! somos fervor de espuma de un piélago insondable. 5.2 pedro ya no tan sólo estalactita mineral devuelto a la rapacidad del polvo a la vulva del huracán de la metamorfosis nunca más la aventura únicamente la desventura a la vengativa eficacia de la disgregación a lo que sólo exige espacio nunca tiempo nunca aleteo de petreles y golondrinas en las sienes reguero de brasas de la perseverancia pero rutilas en mí como una ola que por fin hace playa en el corazón pero parpadeas en mí alientas todavía en mí animas en la sangre como una semilla ávida de nuevas germinaciones ¡hijo mío! somos el murmullo de un follaje inmarcesible 5.3 pedro ya no tan sólo cuarzo bloque devuelto al estupor de palomas de la roca a la desaforada perversidad de los ácidos nunca más la aventura únicamente la envoltura a la tosudez metálica de lo inerte a lo que sólo impone sombras nunca formas nunca arterias de diamantes y de rosas en la frente pisada de ascuas de la duración pero fosforecer en mí como el meteoro cuando irrumpe en la atmósfera pero sueñas en mí vives todavía en mí ardes en la memoria como las viejas tonadas de la tribu en los labios de los adolescentes ¡hijo mío! somos los ecos de un tañido inextinguible.
El Lecho
Este es un lecho,
digo. Y sé que no fue un lecho, sino un acantilado batido por espumas y hogueras de delirio; bosque donde el amor atronó; con torrentes de espadas y tropeles de animales en llaga. DESNUDEZ MAS PRIMOR SUMAN PUREZALo mismo que la antorcha, estás desnuda: perfección de la llama es tu belleza. Desnudez, perfección, abastractas, hablan no a los sentidos, a la inteligencia. Desnudez más primor suman belleza: auroral inocencia de las formas, serenidad de las constelaciones, glacial incandescencia del diamante... En la alfombra, sentada, estás desnuda; pliegas las piernas contra el pecho: entregas al ojo tu esplendor, sin ofrendarte. Ausente, me sonríes, como en sueños. Desnuda eres irreal, de tan perfecta, ¡no veo el cuerpo, miro tu hermosura! TRÍPTICOIII Y de este ardiente amor, rabioso y triste, como el ojo del tigre que agoniza, ¿qué quedará? ¿Qué logrará salvarse del desapego y de la desmemoria? Amor no niega al tiempo: los amantes truecan en apariecia su transcurso; arrobados, lo abrevian o dilatan. ¡Sus instantes demoran lo que siglos! Fingen la eternidad, pero los días ni a los amantes ni al amor perdonan: sueños del polvo, han de rendirse al polvo. De ti, de mí, ni quedará el gusano. Mas este amor, que no confió en palabras, airoso, en canto ha de sobrevivirnos... |
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