jueves, 29 de noviembre de 2018

POEMAS DE SRI AUROBINDO


Resultado de imagen para SRI AUROBINDO

(15 de agosto de 1872, Calcuta, India - 5 de diciembre de 1950, Puducherry, India)



LIBERACIÓN 

Me libero  
     de la danza giratoria  
                          de mi mente 
y me suspendo  
en el Espíritu libre del silencio. 
Criatura más allá  
                       del tiempo  
                                 y de la muerte 
de mi propia eternidad 
vislumbro el centro. 
Me he escapado  
y el pequeño ego está muerto, 
soy perpetuo,  
                 solo e inefable. 
He salido del universo que cree, 
he crecido sin nombre y sin mesura. 
Calla mi mente  
en la luz infinita 
y se deleita en paz  
mi solitario corazón.  
Mis sentidos sin lazos por el tacto,  
                                         los sonidos,  
                                        la Visión; 
mi cuerpo  
          es un punto  
              entre blancos infinitos. 
Soy la Gracia pura e inmóvil  
  en el Uno:  
Nadie Soy, Aquél que Todo Es.


El pájaro azul 

Soy pájaro del Hacedor  
en su azul más primigenio 
–divinamente alto y claro– 
canto dulces notas, verdaderas  
para los oídos de Dios y sus Serafines. 
 
 
De la tierra mortal  
me yergo como una flama 
hacia un cielo sin desgracias 
y vierto en la afligida tierra  
    de su nacimiento 
semillas de éxtasis,  
                        de fuego. 
 
 
Mis credos sobrevuelan 
el tiempo y el espacio 
hacia una luz inextinguible; 
traigo la felicidad 
de la cara del Eterno 
y la bendición 
de la Visión del Ser. 
 
 
Instaurado en las ramas 
                 del Árbol del saber, 
mesuro los mundos  
                  con ojos de rubí 
aglomerado con lo que cerne  
por los torrentes de la eternidad. 
 
 
Nada se esconde  
a mi vehemente corazón, 
mi mente inmóvil  
carece ya de costa, 
mi canto  
es el místico arte del arrobo, 
mi vuelo...  
un inmortal deseo.

poema sobre la muerte


Todo aquí es un misterio de contrarios:
la oscuridad un prodigio de Luz ocultándose a sí misma,
el sufrimiento la trágica máscara de un secreto éxtasis
la muerte un instrumento que perpetúa la vida.
A pesar de que la Muerte nos acompaña en el camino de la Vida,
sombría presencia al comienzo del cuerpo
y última sentencia de los fútiles trabajos del hombre,
otro es el enigma de su ambigua faz:

a Muerte es un escalón, una puerta, una zancada vacilante
que el alma debe dar para cruzar de nacimiento en nacimiento,
una gris derrota preñada de victoria,
un azote que nos fustiga hacia nuestro estado inmortal.
El mundo inconsciente es el habitáculo que el espíritu se construyó,
la Noche eterna la sombra del eterno Día.
No es la Noche nuestro comienzo ni nuestro fin;
es la oscura Madre en cuya matriz nos hemos escondido
a salvo de un despertar demasiado rápido a un mundo de dolor.
Llegamos a ella desde una Luz suprema,
por la Luz vivimos y hacia la Luz nos dirigimos.

Los campos más grandes

Hay un éter más brillante que esta
pretensión azul de una bóveda celestial envolvente,
investidura de Royaler que este asalto en masa
del éxtasis esmeralda perlado con lágrimas de rocío.
Espacios inmortales de color cerúleo
están a nuestro alcance y campos sin esta falla.
De tierra marrón y arroyos que nunca se detienen
En su profundo murmullo que flores blancas desparraman

flotando como estrellas sobre una franja de cielo.
Este mundo detrás está hecho de cosas más verdaderas
que el tejido fabricado de la gracia de la tierra.
Allí podemos caminar y ver pasar a los dioses
y beber lo suficiente del néctar de la taza de Hebe
para hacernos un miembro celestial y una cara inmortal.


La Divinidad


Me senté detrás de la danza de los cascos del Peligro
En la calle que gritaba, que parecía un capricho futurista,
Y de repente sentí, superando los surcos de la Naturaleza,
En mí, envolviéndome el cuerpo de Él.


Sobre mi cabeza se veía una cabeza poderosa,
un rostro con la calma de la inmortalidad
y una mirada omnipotente que sostenía la escena
en el vasto círculo de su soberanía.


Su cabello estaba mezclado con el sol y la brisa;
El mundo estaba en su corazón y él era yo:
alojé en mí la paz eterna,
la fuerza de Uno cuya sustancia no puede morir.

El momento pasó y todo fue como antes;
Sólo ese recuerdo inmortal que llevaba. 


Trance

Una estrella desnuda y puntiaguda
flotando cerca del halo de la luna;
Un estante para tormentas, la franja y el bar del cielo pálido,
sobre las aguas que se aquietan y desaparecen.

Mi mente está despierta en trance stirless,
silenció mi corazón, una carga de deleite;
Disipado es el baile flicker de los sentidos,
silenciar el cuerpo aureate con luz.

¡Oh, estrella de la creación, pura y gratuita,
Halo-luna de éxtasis desconocida,
Aliento de Tormenta del cambio de alma que aún está por suceder,
Océano auto-cautivado y solo! 


No hay comentarios.:

Publicar un comentario