lunes, 24 de diciembre de 2018

POEMAS DE JABRA IBRAHIM JABRA


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(Belén en 1920 - Bagdad, 1994)

QIBYA*


Balas
en la noche de luna llena
surcaron las colinas y los caminos.
Balas
chocaron contra los muros
y golpearon las puertas y las ventanas.
Iban dirigidas a los corazones y a las entrañas.
Balas
por detrás de las piedras,
a través de los desfiladeros,
por detrás de los sacos de arena.
Balas.
Se esparcen por las piedras arrayanes de sangre
y se pegan adornos de sangre en las paredes.
Balas
y gelignita
arrojan los cuerpos a las hienas.
Sembramos el trigo pero no lo recogimos,
regamos las vides pero no bebimos el vino.
En vano se bañó nuestra noche con la fragancia de los naranjos.
Nuestra sangre corre por la tierra roja
y sobre las piedras.
Buscad nuestras manos bajo los ejércitos de hormigas.
Cerrad las puertas,
apartaos de las ventanas,
ocultaos de la luna,
protegeos de la noche.
Pero las puertas son de madera
y las ventanas no se construyen para evitar
el aire, la luna,
la gelignita
y los colmillos de las hienas.
El corazón es de hierro pero
para las balas, la gelignita y los colmillos
es más débil que la madera.
Los brazos de Fátima rodean el cuerpo de Hasan:
una alberca de sangre,
y del padre de Hasan no queda
más que el qunbaz hecho jirones.
Buscadlos bajo las piedras
y juntad los brazos a los cuerpos.
Sembramos el trigo pero no lo recogimos,
regamos las vides pero no bebimos el vino.
En vano se bañó nuestra noche en la fragancia de los naranjos.
Nuestra sangre fluye por la tierra roja
y sobre las piedras.
Buscad nuestras manos bajo los ejércitos de hormigas.
Balas
golpean las piedras.
Gelignita.
La noche se desgarra
entre nuestros olivos y viñas.
 Ver versión árabe
Del poemario Tammuz fi l madina (Adonis en la ciudad). Beirut, 1959.
* QIBYA es un pueblo palestino de Cisjordania, cuyos habitantes fueron masacrados por tropas israelíes en la tarde del 14 de octubre de 1953. El actual primer ministro israelí, Ariel Sharon, fue quien dirigió las tropas en aquel día.

En los desiertos del exilio

Primavera tras primavera, 
En los desiertos del exilio, 
¿Qué estamos haciendo con nuestro amor, 
cuando nuestros ojos están llenos de escarcha y polvo?

Nuestra Palestina, tierra verde nuestra; 
Sus flores como si estuvieran bordadas de vestidos de mujer; 
La marcha adorna sus colinas 
con la peonía y el narciso como joyas; 
Abril se abre en sus llanuras 
con flores y flores de novia; 
Mayo es nuestra canción rústica 
que cantamos al mediodía, 
en las sombras azules, 
entre los olivos de nuestro valle 
y en la madurez de los campos 
, esperamos la promesa de julio 
y la danza alegre en medio de la cosecha.

Oh, nuestra tierra donde transcurrió nuestra infancia, 
como sueños a la sombra del naranjal, 
entre los almendros de los valles. 
Recuérdanos ahora vagando 
entre las espinas del desierto, vagando 
en montañas rocosas; 
Recuérdanos ahora 
en el tumulto de las ciudades más allá de los desiertos y los mares; 
Recuérdanos 
con nuestros ojos llenos de polvo 
que nunca se aclaran en nuestro incesante deambular. 
Aplastaron las flores en las colinas que nos rodeaban, 
destruyeron el houess sobre nuestras cabezas, 
dispersaron nuestros restos desgarrados, 
luego desplegaron el desierto ante nosotros, 
con valles retorciéndose de hambre 
y sombras azules destrozadas en espinas rojas
Inclinados sobre los cadáveres dejados como presa para el halcón y el cuervo.

¿Es de tus colinas que los ángeles cantaron a los pastores 
De paz en la tierra y buena voluntad entre los hombres? 
Solo la muerte se echó a reír cuando vio 
Entre las entrañas de las bestias, 
Las costillas de los hombres, 
Y a través de la carcajada de las balas 
, fue bailando un baile alegre 
sobre las cabezas de las mujeres que lloraban.

Nuestra tierra es una esmeralda, 
pero en los desiertos del exilio, 
primavera tras primavera, 
solo el polvo silba en nuestra cara. 
¿Qué hacemos entonces con nuestro amor? 
¿Cuando nuestros ojos y nuestra boca están llenos de escarcha y polvo?


El brocal del pozo 

Jabrâ Ibrâhîm Jabrâ

Brocal del pozo, 
lugar donde se juntaban manos de jóvenes alegres 
en compañía, llenando 
de agua clara los cántaros 
entre risas y cantos 
Es de pronto voraz hueco; se ha tornado 
boca del exterminio obstruida de muchachas 
y mujeres embarazadas, del que mana 
un reguero de sangre emplomada 
¿Se han secado a su alrededor los racimos? 
¿se ha agostado el trigo y fugado 
el aceite de sus odres? 
¿y sobre ellos crucificado de nuevo el Mesías?

Del brocal del pozo, nuevo Gólgota 
de su cavidad sangrienta brotará 
lava negruzca, ardiente, furiosa 
con carnes de muchachas y mujeres embarazadas 
para abrasar 
a los sembradores de muerte 
y alimentadores de los buitres de nuestra tierra, 
y entonces de su sacra y fructífera abundancia 
renacerán, renacerán 
nuevamente nuestras aldeas


Buscando una patria


Miré en los bosques del cielo.
un nombre para invocar mi patria ...
ninguna fruta ha caído
el silencio pesa en mis debilidades
Mis pasos vacilan en la calle.
Ho ceduto, mi sono aggrovigliata su me stessa
Como los racimos al final de la cosecha.
Sin pausas galopé,
caballo de madera
el eco de sus pasos que perturba el horizonte,
Destruí mis puentes en las orillas.
Me dije: Vivo todo este silencio.
y esto no me molesta
¡Como el país cuando llovió de mis heridas!
Volví mi mirada al pasado.
La mirada está de vuelta en el agua.
Bailé un poco con mi desolación,
Tiré la bufanda de gritos al aire.




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