(14 de febrero de 1946, Caracas, Venezuela - 31 de diciembre de 2002, Caracas, Venezuela)
Atracción de lo vasto
Ese canto resonante
de Cuerpo
esa expectoración primera
inicialmente contenida
bufido o eructo desarticulado
de Cuerpo
esa expectoración primera
inicialmente contenida
bufido o eructo desarticulado
Ese pujar vocal
Estertor físico del soy que se busca
Y esa primera abolición del ser en la palabra inicial
Ah voz en ahogo
violencia y voluptuosidad cercada
Ah tránsito de ser a mí
violencia y voluptuosidad cercada
Ah tránsito de ser a mí
Ah gorgojeo
rasgadura de garganta
ruido
pobladura de lo vasto
rasgadura de garganta
ruido
pobladura de lo vasto
Eco
Inserción de lo inmenso en lo breve
Imagen
Consecución
Y esto: lo que puedo decir desde mí mismo
hoy
ahora que he aprendido a articular mi discurso
Esto, para decir:
Oh escena terrible para espectáculo
Oh espantosa contemplación de lo solo
No calma desde esta calma
No suficiente sin sentido desde esta ausencia
Inserción de lo inmenso en lo breve
Imagen
Consecución
Y esto: lo que puedo decir desde mí mismo
hoy
ahora que he aprendido a articular mi discurso
Esto, para decir:
Oh escena terrible para espectáculo
Oh espantosa contemplación de lo solo
No calma desde esta calma
No suficiente sin sentido desde esta ausencia
Desierto y ruina
–y decirlo se torna ridículo–
Ah, mira la contorsión del cuerpo, la siempre en oposición
Pero me contorsiono
y profiero
sólo yo puedo hacerlo
desde lo que me cerca y me abre
Ah canto siempre devuelto
Siempre no nacido todavía o a destiempo
Tajada, sí…
–y decirlo se torna ridículo–
Ah, mira la contorsión del cuerpo, la siempre en oposición
Pero me contorsiono
y profiero
sólo yo puedo hacerlo
desde lo que me cerca y me abre
Ah canto siempre devuelto
Siempre no nacido todavía o a destiempo
Tajada, sí…
Y muero por lo vasto que cercena
como los dioses mueren por la nada y se levantan
contra ese soy que en extensión cubre
como los dioses mueren por la nada y se levantan
contra ese soy que en extensión cubre
¿Lo signo, lo fijo, lo canto?
lo dilatado ineludible?
Lo canto, lo signo
porque también habita en mí el deseo de su posibilidad
en franca oposición a lo permanente
en rechazo al borde demasiado preciso
y a la costumbre de esta piel
en distancia de mi propio cuerpo
hacia la instauración de lo breve
por atracción a la ausencia
erguido el canto en regreso al soy
lo dilatado ineludible?
Lo canto, lo signo
porque también habita en mí el deseo de su posibilidad
en franca oposición a lo permanente
en rechazo al borde demasiado preciso
y a la costumbre de esta piel
en distancia de mi propio cuerpo
hacia la instauración de lo breve
por atracción a la ausencia
erguido el canto en regreso al soy
De Hasta que llegue el día y huyan las sombras (1983)
El horno
El horno es un estuche, un vientre secreto
una madre mecánica que manejo con mis fuegos y mi apetencia
una madre mecánica que manejo con mis fuegos y mi apetencia
Lo obligo a encender sus paredes
lo gradúo
Le digo: abrasa a tu presa
quema su superficie
ablanda su centro
Le digo: trescientos grados… y su pasión obedece
Amante sólo amante suda fuegos y se deja
invadir por el aroma se deja
regar por los desbordes de aquello que quema.
No es un ángulo
ni se abisma en su centro como una esfera
Es sólo caja de calor
alma no circular cuyos ritmos determino.
El horno es una hechura
un preludio
una red, una trampa
el centro de la casa y de la farsa
lo gradúo
Le digo: abrasa a tu presa
quema su superficie
ablanda su centro
Le digo: trescientos grados… y su pasión obedece
Amante sólo amante suda fuegos y se deja
invadir por el aroma se deja
regar por los desbordes de aquello que quema.
No es un ángulo
ni se abisma en su centro como una esfera
Es sólo caja de calor
alma no circular cuyos ritmos determino.
El horno es una hechura
un preludio
una red, una trampa
el centro de la casa y de la farsa
Por él la saciedad, el olvido, el sueño, la embriaguez
Ronca el horno y no lo sabe
apaga vigilias y luces
quema la presa aniquila al comensal
Se fuga el animal, se hunde un diálogo en la noche
se entibian las razones
el horno se enfría
quedan manchas, huellas de la cena
Ronca el horno y no lo sabe
apaga vigilias y luces
quema la presa aniquila al comensal
Se fuga el animal, se hunde un diálogo en la noche
se entibian las razones
el horno se enfría
quedan manchas, huellas de la cena
Los hombres recogen sus abrigos y un cuaderno ahí, una cosa…
Cae
melancólico el sopor.
melancólico el sopor.
Es el trabajo del horno impuesto a la fiesta
el rigor del horno
exacto regular
implacable adormidera
mecánica calidez
vientre de la casa
secreto de abuela de hierro y de rejillas.
el rigor del horno
exacto regular
implacable adormidera
mecánica calidez
vientre de la casa
secreto de abuela de hierro y de rejillas.
La reja es otra cosa
y otra el dibujo de la reja
otra y más honda, secreta, es mi división
y otra el dibujo de la reja
otra y más honda, secreta, es mi división
Y ese invitado, ¡fuera!
si no fuese por mis rejas,
la casa
el otro horno que aquí quema!
si no fuese por mis rejas,
la casa
el otro horno que aquí quema!
Febrero 14, 1982
De Plegarias y penumbras (1986)
Rezo
Tengo miedo
Desconozco
No sé moverme
El río me habla de lo raro
de lo inmenso
Rezo
no sé de la montaña
sólo que es grande, magnífica
no debo decir de lágrimas en su pena
Rezo, está el mar
y el golpe apresurado de ola a ola
Y hay cosas que olvido
las más pequeñas
corpúsculos de luz
lamentos
Mi llanto no tiene fin
y debo consagrarme
atenta
Tengo miedo
Desconozco
No sé moverme
El río me habla de lo raro
de lo inmenso
Rezo
no sé de la montaña
sólo que es grande, magnífica
no debo decir de lágrimas en su pena
Rezo, está el mar
y el golpe apresurado de ola a ola
Y hay cosas que olvido
las más pequeñas
corpúsculos de luz
lamentos
Mi llanto no tiene fin
y debo consagrarme
atenta
Nuestra soledad cubierta de objetos y paredes
entretejida de risas
amigos, hornos, crecimiento de plantas
esa distancia entre habitación y alcoba
beso y caricia
y el lazo obligatorio, tácito
lo convenido para el resguardo
cuidos, protección.
entretejida de risas
amigos, hornos, crecimiento de plantas
esa distancia entre habitación y alcoba
beso y caricia
y el lazo obligatorio, tácito
lo convenido para el resguardo
cuidos, protección.
La casa, ese edificio soñado por nosotros
llena, plena de lenguajes
«puesto que de ti y de mí nada puede irse
nada puede ser fuga»
los lazos, las tijeras, los pespuntes
que atan tela a tela
cuerpo a cuerpo.
llena, plena de lenguajes
«puesto que de ti y de mí nada puede irse
nada puede ser fuga»
los lazos, las tijeras, los pespuntes
que atan tela a tela
cuerpo a cuerpo.
Y al fondo una ventana
para quien mira
solo.
para quien mira
solo.
De El reino donde la noche se abre (1987)
Ser
Estoy en una playa sin fin
mi alma se despliega
inconsulta
hacia una rara nada
mi alma se despliega
inconsulta
hacia una rara nada
No sé de mi nombre
de mi cuerpo
absuelta de todo ser
de toda obligación
me entrego
a solas
al ardor
me adormezco
de mi cuerpo
absuelta de todo ser
de toda obligación
me entrego
a solas
al ardor
me adormezco
Infinita, soy esta arena
lo que me borra
lo que quiero ser
lo que me borra
lo que quiero ser
1983
De Cielo, tu arco grande (1989)
Si no viene
si no llega
déjalo estar
si no llega
déjalo estar
Ello está allí, siempre
como convocatoria
como convocatoria
Si no viene
espera
La canción de la luna hace su tiempo.
espera
La canción de la luna hace su tiempo.
Octubre, 1987
De Casa de agua y de sombras (1992)
El estanque
Mi infancia es hoy un gran estanque
donde me miro
en su fondo verde liquen
piedras alcanzadas por el musgo
peces de rara y brillante especie.
donde me miro
en su fondo verde liquen
piedras alcanzadas por el musgo
peces de rara y brillante especie.
Yo hundo allí mis manos
y agito las aguas
para alcanzar una sombra
siempre evanescente.
y agito las aguas
para alcanzar una sombra
siempre evanescente.
El estanque me devuelve el cielo, las nubes
cielo y tierra en él se besan
confluyen.
cielo y tierra en él se besan
confluyen.
Yo dibujo allí una imagen, la sueño
mas no la alcanzo.
mas no la alcanzo.
De El circo roto (1996)
Dios y el poema
Dios
me quedo todo el tiempo posible
ante un poema
para que salga bien.
me quedo todo el tiempo posible
ante un poema
para que salga bien.
Es como una oración
Una invocación.
Una invocación.
Agosto 1991
~
Estos poemas fueron seleccionados deObras completas de Hanni Ossott
(bid & co. editor, 2008)
ISBN: 980-6741-55-3
(bid & co. editor, 2008)
ISBN: 980-6741-55-3
LA MORDIDA PROFUNDA
Hay una mordida profunda
incisiva
en el centro de mi sexo
por la cual yo me erijo como yo misma
y soy,
y poseo y dono.
Regalo mi cuerpo y mi ansia.
Hay una mordida en mí
que doblega al otro
lo arrodilla, lo inclina
por esa mordida se abre un vasto mar de vacíos
vértigos
precipitaciones
abismos
Me cruza una pendiente
me traza un precipicio
en el amor...
y en todas mis secretas junturas
con cuido, con recelo, tú te avienes a mí
y no me sabes.
POESÍA
A mis alumnos y a Lotty Ipinza,
cantante de óperas y poeta...
Quien vive la poesía. vive la tensión.
El cielo, la tierra. los hombres les resultan extraños.
Calla: aquí vive un Angel... ¡un pájaro!
La serenidad y la tormenta conciernen al poeta.
El cielo naranja sobre una colina azul
La sagrada voz del Requiem de Brahms
El plenilunio. La melancolía.
Al poeta le gusta el abrazo
el roce, los besos llenos de licor
y la caricia, la última caricia
la caricia final
susurrada
infinita
¿Qué es ser poeta?
Llorar.
Llorar. Infinitamente.
Y escuchar una voz de hombre
silente y viril
por su feminidad perdida
porque la poesía es feminidad.
Y los hombres poetas deben ser femeninos.
Y las mujeres poetas deben ser masculinas
Y esta es ley de Dios
Ley sagrada
LAS PASTILLAS
A los médicos psiquiatras
Una pastilla
dos pastillas
tres pastillas
seis pastillas
Dayamineral
Carbonato de Litio
Haldol
Neubión
Oranvit
Rivotril 2 mg
¿y el médico?
Deambulando por ahí... ahí como en la Luna
Sin saber de la verdadera enfermedad
La enfermedad es el vivir
la única
La enfermedad es el cuerpo
y las pastillas no sirven de mucho
Sólo sirve el alma
haciendo cuerpo
y el cuerpo haciendo alma
¡Fuera el Lexotanil!
Ciao bambino...
POR SALIR DEL CHARCO
A Washington con Manuel
En algún lugar del mundo
una mujer se sentaba todas las mañanas
a contemplar un viejo edificio.
Y había ventanas, sí
plenas de sombras
hombres, mujeres, monstruos.
Esa casa estaba deshabitada
no había amantes, no.
Sólo aves que a veces cruzaban el horrendo paisaje.
En algún lugar del mundo
había una lámpara rota
que no era de ella.
También un diccionario.
Eso no podía resolver su soledad.
Había tres árboles, cuatro árboles
y ruidos, la calle, los automóviles.
En algún lugar del mundo ella
no pudo hablar con quien podría
ser su amante.
El placer estaba vedado.
Las ambulancias pasaban
El fastidio cundía.
En algún lugar del mundo
ella se detenía
a ver un enchufe
un sofá
una mesa repleta de libros y de centavos
y al marido: mustio, callado, leyendo...
También había pastillas, muchas pastillas
y un avión que pasaba.
Llevando a gente que sí tenía lugar.
En algún lugar del mundo
ella rezaba
por salir
por salir
del charco.
EL CIRCO ROTO
A todos
<<Toda la vida es un drama>>
Rafael Cadenas (En una conversación.)
He muerto
he trascendido la muerte
he trascendido la vida
más allá de mí no queda nada
sólo rastrojos
penas
La fiesta se ha apagado
las luces del teatro ya no existen
estoy en la nada
del Circo no queda sino un traje raído
cansado
descolorido.
—
Poemas pertenecientes a El Circo Roto (1993, Monte Ávila).
Memoria de la tierra
Lento, muy lento se teje la trama del agua de la fuente
suavemente se prepara cada vez, cada vez la misma caída
Lento arde la milenaria cacerola sobre los hondos fuegos
y otra vez, obstinada, la antigua insistencia
Nada nuevo para decir, nada extraño que anunciar.
En el más viejo cuaderno, lleno de borrones y sin cuentas nuevas
la repetición del arcaico cuerpo
hojas allí
flores, vientres, deseos, impulso
y el amor que es crimen, sangre y celebración
lo mismo abismándose en lo mismo
Horror cuánto odio
Horror cuánto celo
Horror cuánto ahorro
Abajo, muy por debajo, en lo remoto
inmortal
el tejido circular
el vientre único
la herida que es presencia haciendo presente
Abajo y adentro
la vida ciega
las vísceras de la fuente
Nutricia inmortalidad, el amor nos desgarra
«adónde voy»
«adónde voy»
Soy una trayectoria, la mido a diario, la comparo, la presento.
Soy contra el letargo, me opongo, realizo.
La aguja cede, se comba, tiempla el hilo, tuerce la curva final
Circular es el repaso de la memoria, atento a la repetición.
El mismo dibujo, la misma historia
fluyen
En lo hondo tierra madre
el volcán, la lava, la quema, el quehacer
una y utra vez, siempre lo mismo
La abuela teje sin piedad
Tierra, memoria de la tierra, reiteración de hoja, árbol, fuente
sangrados, desangres, aguaderos
Hondo se mueve el pez, Némesis
centro de aguas
hondo se despliega el inmortal cuaderno
sucio, tachado, rectificado
hondo se deshace el vivir
«Yo me distraigo con una pequeña visión en el camino,
yo me distraigo entre tu reiterado énfasis»
Se vacía y se llena el bastidor... Yo bordo sobre él mis matices...
no ya un rostro... sólo fulgores, rastros
El guego inicial cunde, incisivo, nos repone a la única memoria
centro de oscuridad.
Cedo, cedo a diario, también tú y los otros
secretamente, en la intimidad, porque avergüenza
—da pena tanto perder y enriquecerse.
Lento, muy lento se teje la trama del agua de la fuente
suavemente se prepara cada vez, cada vez la misma caída
Lento arde la milenaria cacerola sobre los hondos fuegos
y otra vez, obstinada, la antigua insistencia
Nada nuevo para decir, nada extraño que anunciar.
En el más viejo cuaderno, lleno de borrones y sin cuentas nuevas
la repetición del arcaico cuerpo
hojas allí
flores, vientres, deseos, impulso
y el amor que es crimen, sangre y celebración
lo mismo abismándose en lo mismo
Horror cuánto odio
Horror cuánto celo
Horror cuánto ahorro
Abajo, muy por debajo, en lo remoto
inmortal
el tejido circular
el vientre único
la herida que es presencia haciendo presente
Abajo y adentro
la vida ciega
las vísceras de la fuente
Nutricia inmortalidad, el amor nos desgarra
«adónde voy»
«adónde voy»
Soy una trayectoria, la mido a diario, la comparo, la presento.
Soy contra el letargo, me opongo, realizo.
La aguja cede, se comba, tiempla el hilo, tuerce la curva final
Circular es el repaso de la memoria, atento a la repetición.
El mismo dibujo, la misma historia
fluyen
En lo hondo tierra madre
el volcán, la lava, la quema, el quehacer
una y utra vez, siempre lo mismo
La abuela teje sin piedad
Tierra, memoria de la tierra, reiteración de hoja, árbol, fuente
sangrados, desangres, aguaderos
Hondo se mueve el pez, Némesis
centro de aguas
hondo se despliega el inmortal cuaderno
sucio, tachado, rectificado
hondo se deshace el vivir
«Yo me distraigo con una pequeña visión en el camino,
yo me distraigo entre tu reiterado énfasis»
Se vacía y se llena el bastidor... Yo bordo sobre él mis matices...
no ya un rostro... sólo fulgores, rastros
El guego inicial cunde, incisivo, nos repone a la única memoria
centro de oscuridad.
Cedo, cedo a diario, también tú y los otros
secretamente, en la intimidad, porque avergüenza
—da pena tanto perder y enriquecerse.
Lo cotidiano
Hemos visto modos, movimientos, gestos muy breves
la infinita circulación de instantes
Hemos andado por calles que un día aparecen luminosas
y otras alcanzadas por la opacidad
Hemos percibido el temblor, la presencia inminente
de aquello que va haciéndose
conservándose como cosa o hálito
Hemos visto hombres, casas, tierras, no del todo comprensibles
hemos sido extrañados
puestos a un lado
por lo nuevo y lo raro
Hemos inventado formas de amor para atacar lo solo
Hemos bebido con placer puesto que no nos está negada la fiesta
—la necesaria fiesta aún desde la precariedad
Respiración nos circunda
y poseemos ojos para mirar lo innumerable
ojos del alma
capaces de contener heridas y noticias
De realidad estamos inundados
hay una montaña que nos atraviesa
hay un ruido golpeante de mar
hay siempre en nosotros un vestigio, una huella
ferviente
animal
vibrante
Eternidad de ser se anda entre nosotros
río siempre sonoro
fuente siempre encendida
apego a saber que algo, alguien, sea una cosa
querencia a una forma
Y decimos esto es, y lo llenamos
no importa de qué suposiciones
Hay lo posible: el azul del cielo
la calle los muros
los sueños
las cosas ahí
asaltando con su presencia.
Ah rara brevedad, de tu misterio y tu goce no queremos la vacancia
¿A qué se podrá después decir: he visto, he palpado?
¿Quién hará de nosotros la otra historia?
Hemos visto querellas
casas en fuego
bibliotecas que acumulan sudor de presencia
documentos insuficientes
apócrifos inútiles
excusas
Hemos dicho haber visto el fluir y lo estable
poseemos datos claros de cada movimiento
también en nosotros se anda la precaución
edificada por la memoria
la experiencia de antiguos dolientes
Ah oscuridad... y queremos llevar hacia ti el jardín
la casa
la corriente
la luz que ilumina la habitación.
¿A qué podremos decir que hemos visto?
Espacios para decir lo mismo
Por eso ahora y aquí
Por eso ahora y aquí, en estas habitaciones, solemos codificar nuestros vacíos
Cuerpo: no sabemos de ti porque en este exceso lo hemos dado
Mira: ahora escuchas otras habitaciones
sueños sin luz
únicamente de viento
allí, en esas regiones de escasos otros cuerpos menos excedidos y dichoss
Cuerpo ahora en unas manos otras que esperan resurrecciones en hechos tangibles y sólidos
Cuerpo hoy en manos que amasan transformaciones
manos de deseo siempre aplazado para lo que tal vez nunca vendrá
(Avergüenza este lujo de conocer la dispersión
Ante aquellos
para quienes una tarde es un reloj y una línea recta que
debr ser cumplida «a cabalidad»
Tampoco el medio favorece: decirlo. ¿Acaso no se está diciendo desde siempre?
Desde ese primer rostro volcado sobre texturas admirables
o sobre tros rostros)
Nuestro tiempo contado en años, codificado en inmensidad,
antepuesto a esa otra inmensidad largamente deseada
revestida
de mil distintos lenguajes
Y todavía
permanece
un hombre solo en una habitación vacía
aterrado
hecho de palabras siempre devueltas
Cielo, tu arco grande
Una memoria
Viene, viene
y es lo mismo, se devuelve
son las mismas palabras, miedo
enumeraciones que llegan de atrás
el aguamanil, el platero, la joya
las sábanas de seda de un egipcio.
La platabanda cayendo con la lluvia
y el desastre...
Viene
se viene diciendo
desde hace largo, adentro
ya casi sin premuras
cantinela de amor
Viene, salta y golpea
Dicho
Proferir
Llanto
Y tú lo sientes, en la piel
repetitivo
entre poro y poro
de alma
erizándote
para que recuerdes
para que recuerdes y sepas
Es el canto
La canción
La escuchada siempre
entre resquicios
Siempre una y otra vez
fastidiosa insistente
Hasta que se va.
Formas en el sueño figuran infinitos
Deseo repartir esta memoria que me dirige a otras estaciones.
Si una mañana, sobre puentes y avisos luminosos, juego
a unas manos de cinco años atrás, tengo el valor de entregarlas en
cualquier confitería: tiempo de desperdiciar el Tiempo.
Esta tarde he vendido hasta la última palabra y ahora atesoro
vacuidades.
Si las cosas brillan o dejan de brillar, apenas logro distinguirlo
Atravieso un sonido único de trompeta para borrar toda sensación
El hilo que me ata a la realidad son los gritos de una conserje
cuando llega el basurero. Y esta tristeza de auera hacia adentro,
como venida. Y los dibujos de paredes viejas contanto,
pálidas de esperar la lluvia.
¿O es que esperaban lo contrario?
¿acaso es natural este mutismo?
También estos pliegues de cemento preguntan
El tiempo de pasar pasa como cualquier hoja
Todas las mañanas
Para caer
sobre cualquiera de los lados
y en los bordes
de alguna puerta
Tal vez
abra de nuevo la posibilidad
de ese esplendor
Allí y no en otra parte están las cosas
subsanan las heridas de sus nombres devueltos
Y es un viaje eterno
para tocarlas
Tal vez
Después reconoces y recuerdas donde hallar el cielo
En cualquier estación permanece
sólo para ver
y nombrar que pueden existir cosas brillantes
Estallan en la falacia
y este juego iluso también permanece
sobre todos los rostros
Hace temblar los asideros
Debe decirse vuelo en lo inmóvil
y nada como todo puede avenirse en cada quien
y todo se devuelve
a sí
Formas en el sueño figuran infinitos
El obstinado empeño
Magnificente y luminoso es este empeño. Mil brazos tensos, innumerables
fuerzas. Hilos que cruzan una calle y la juntan a otra. Miradas
aferradas a un resquicio. Intensidad. Encuentros. Abandonos.
Y el ruido expande sobre la atmósfera su cuerpo. Es gris, es pardo.
Es denso para quien desee penetrarlo. Concentrado acumula los gritos
y la voz siempre aplazada. Sobre las edificaciones y sobre los árboles,
más alto aun que la cumbre de una montaña, espeso y vibrante, el ruido...
toda nuestra tensión allí acumulada...
Los rezos, la piedad, la petición última todavía no hecha lenguaje
Allí a convocatoria, y el recuerdo; los bordes de un rostro apenas dibujado
Y la conversión, y naturalmente, la duda, el equívoco
También lo ahora pétreo
todos los antiguos libros ahora deshojados
y del paso de otros hombres ni un encuentro ninguna memoria
apenas vestigios inconclusos,
El ruido: esa aspiración a sobrevivir
Y la página todavía prearia, la llena de aberturas, la incendiada
en la vejez
Colmada, llena, sólida está la atmósfera
a través de las ventanas corren y se devuelven en magnífico intercambio
las señales de los vivos y de sus fuerzas; y allí también algo de
aquellos sustraídos al espectáculo
Escucha la antigua voz, ella viene ahora a asegurar el caer:
esa extraña desvetaja, irracional incomprensible hoy, que signa el
estar aquí. La voz, aquella aminorada en el ritmo, escasamente audible
y sin embargo viene, cuida y protege el doloroso descenso...
Y allí donde ella sume en hondura las cosas las deshabita,
en ausencia, vacía y desaloha lo amable.
Pero si en redención no hay dioses, hay un resquicio, un pedazo de
barro adherido a cualquier espacio para llevarnos atrás y adentro,
para decir: He allado lo más propio de mi geografía, se diluye, sí,
se ensombrece cada vez más pero mi brazo se tensa para recuperar el
dibujo de una forma
Y surgen entonces los perfiles de un techo desmembrado y la silueta
de otro erigido, y luego su caída, y luego el erigir... No importa ya
el techo.
Los rostros se suceden, las casas se suceden... Mudanza
Y los hombres reciben viga sobre viga
y adentro, en el fondo de la teierra, se excavan aberturas para sostener
lo habitable, para permitir el cuadro en la pared, el olor, un pedazo
de tela sobre una mesa.
Entre el espesor de las cosas, sobre la solidez de los cuerpos, viajan
los otros: objetos olvidados, gestos, un mirar incompleto que en desvío
señaló una reja. También allí, en desesperada conservación del recuerdo
se asienta una forma de asumir un traje a cuya adecuación exigimos la
presencia de los otros.
La unidad de los olores y la desarmonía... todo
allí preparado para la futura acción
Y esto hace compacta la tierra
Peso que activa nuestra decisión. Gravitar.
Empeño en el proseguir
Y el nudo, esa piedra dura e inevitable que concentra los matices.
Memoria para la esperanza, como si siempre tuviésemos que regresar allí:
centro extraño, inabordable enteramente, propio para todos los regresos,
nudo que ata a lo pripio. Isla. Extraña suerte de atadura que obliga a
volver, como si allí aguardara un origen, inicio de una historia escasamente
conocida. Como si hubiese un principio, una letra inicial que incida sobre
los futuros caminos.
Es ese empezar desde ahí quien permite la elección de una instancia
Es el comienzo que da acceso entre la innumerable condensación de formas,
a un rostro, a un estar...
Terner un rostro:
arquitectura de la obstinación y de la desgarradura
dibujo para un instante
Tener a la mano la piedra dura, el centro,
escindirla o no
pero tenerla
contra lo fragmentario.
Cielo, tu arco grande
Quise mi casa
aun en medio de la disolución y de la quiebra.
Sus ritmos se acrecientan en mí
cada cosa allí es sagrada
para mi única memoria.
Soy la casa
sus sombras
sus dolores.
Entera mi persona se ha hecho de ella.
Poseo una identidad
un límite
un cuerpo
una estructura en temblor.
*
Ahora que esa casa vuelve a mí
entera
por lo que ahora pierdo
por lo que gano en la reconstrucción
veo mi infancia
y la aojo
en el cántaro de mi alma
para ser lo mismo y otra.
Ella está aquí, nutriendo
regando
cada cosa que sé.
Realmente allí
casi no hubo orfandad
sino riqueza.
tomado de: Contra el olvido: Diez poemas de Hanni Ossott ~ Poesía desde Valencia
No hay comentarios.:
Publicar un comentario