Un hombre triste su barco...
un hombre triste su barco
Un hombre triste su barco...
Un hombre triste su barco: Alegre, ése fue Jim. Dulce
conmigo, mas no risueño; qué corazón.
Jim en el parque, y sin sombrero. Ay dios, qué miedo si
es un matón. Ay dios qué pena, si un día parte como llegó.
Tiene los ojos rojos y en el mar mira como un traidor.
¿Serás payaso?, dije, y sobre el césped se revolcó. Y eso que no soy niña que
con desconocidos antes hablara yo.
Cortaste lirios en las praderas y a Johnny mataste en
Nueva York. Fue por amor: bailaba en Broadway Nancy Flor.
Ah, Dulce Jim qué consuelo cuando los adolescentes se
enamoran y de esquina en esquina les nace en el pecho un corazón.
Dulce Jim vendrá mañana
y nos
trae la ilusión.
Un amor
tiene cualquiera
pero
Dulce Jim, no.
Una ilusión es la quimera de su roto corazón: que, con
la primavera a puerto su barco arribará y, en los parques de las ciudades,
historias a las muchachas cantará: la del príncipe y la chica fea, la flor de
Nancy, la habanera, y Johnny el Prometedor.
Un amor tiene cualquiera
mas
Dulce Jim, jamás.
¿Si muere Jim, llorarás tú? Va preguntando a las
mujeres, arrabaleras, niñeras, quinceañeras.
Parte su barco, rojo por dentro, antes de oír el sí o el
no. Ya las respuestas no Je interesan. Ya nunca baila en Broadway Nancy Flor.
Es
Dulce Jim un alma en pena,
mi gran
amor,
es un
farsante,
un
caminante,
un
peripuesto hablador,
un
traficante de corazones,
un
triste amante de Nancy Flor.
Y tiene un perro que ladra fuerte cuando regresa de
madrugada al barco que fue de Johnny y de su amor.
Mujeres de carne y verso.
Antología poética femenina
en lengua española del siglo XX.
Edición de Manuel Francisco Reina.
La esfera literaria. 2002
Andando el tiempo se verán las caras...
Andando el tiempo se verán las caras, esos que gritan
por las esquinas viva la revolución. Degeneramos, compañeros. Preguntad al mozo
de telégrafos si le gusta la historia de Rossy Brown.
Rossy partió bajo la luna, una noche de fiesta en casa
de Míster Brown. Un caballero la envolvió en su capa y a sus sueños la llevó.
Regresó luego, triste y perdida, y a los pies de la mamá
sollozó: Yo no sabía qué me decía aquella noche, verbena de San Juan, cuando
dije estoy cansada y tengo sueño, mañana ya os veré. Tengo una herida y un hijo
muerto. Sólo su capa Jim me dejó. Era mi dueño, y aunque lo digan, Jim nunca
fue salteador.
Lo saben Rossy y la cocinera que en el ajo estuvo en la
ocasión: Jim vuelve siempre. De madrugada su canción canta a las muchachas de
negros ojos y dulce voz:
Un amor
tiene cualquiera
pero
Dulce Jim, no.
Y es que el mozo de telégrafos está enamorado, y no sabe
qué hacer para que la hija de la portera entienda que no es muchacho del
montón.
Mujeres de carne y verso.
Antología poética femenina
en lengua española del siglo XX.
Edición de Manuel Francisco Reina.
La esfera literaria. 2002
El asesinato se produjo a mediodía...
El asesinato se produjo a mediodía, en plena calle y
bajo el sol. De la otra acera empezaron a disparar y caí en redondo, tratando
de imaginar que clase de pájaro saldría de mi pecho cuando se acercara un
compañero para recibir mi último mensaje: que el muchacho que vendía periódicos
en la esquina llegaría a ser rey en Nueva York.
Mujeres de carne y verso.
Antología poética femenina
en lengua española del siglo XX.
Edición de Manuel Francisco Reina.
La esfera literaria. 2002
Tomado de:
http://www.poemaspoetas.com/ana-maria-moix
Baladas del dulce Jim (fragmentos)
Lo descubrí con la frente apoyada en el escaparate de la
pastelería y en los ojos blancos, increíbles, le reconocí: era Dios y estuve a
punto de decírselo: Te ves más viejo desde la última vez. Pero me pareció tan
triste que hice como si no lo conociera.
*
Un pájaro azul y el horizonte lejos. El mar que
regresaba despacio a mis espaldas, sin alcanzarme nunca. Recogeré las flores en
la arena como si fuera la primera vez que sueño sobre la playa.
*
Las gaviotas volvieron al mediodía y bajo el sol nos
asesinaron con razón: habíamos echado a perder la playa con tantos sueños.
*
Tembló el mar como una golondrina cuando por fin
comprendimos que no podíamos hacer otra cosa que vivir. Pero las ciudades
estaban lejos y, como si una gran heladería hubiera caído a mis espaldas y me
fuera imposible regresar, no puedo decir cuántos días tardé en averiguar que
todas las calles desembocan en los muelles y qué triste es tener que abandonar
las casas para que las paredes y los libros no nos ven llorar.
*
Ay madre, ya soy como la España; ni chicha ni limoná,
loquita del corazón y dura como la caña.
NANCY FLOR BAILARÁ SIEMPRE
Nancy Flor bailará siempre
porque Johnny ya murió.
Un bribón le dio la muerte,
nadie sabe a dónde huyó.
Fue testigo un pistolero
rey en los bares de New York,
pasado luego a carcelero
contó la historia en un block.
Jim, Johnny y Nancy Flor
tres personajes de antología,
de apología,
extraña historia del terror.
Ella tenía los ojos grises,
Johnny pintaba flores de azahar,
Jim era dulce, un soñador.
Ella bailaba todas las noches,
Jim la soñaba en un bazar
rodeada de otros muñecos
que la adoraban por su candor.
Eran hermanos los dos adoradores de Nancy Flor.
Por la calle caminaban
los tres en silencio,
mas el corazón no calla, traidor.
Y Jim lo supo.
Daban las doce en el cuco.
Caía el sol en la acera
y Dulce Jim vio un gran amor
en las dos sombras de Johnny y Nancy Flor
unidas a ras de tierra.
El dolor apenas quema
cuando nada queda en el hueco
de un antiguo corazón.
El asesino huyó de la justicia
pero le persigue el eco
de una loca ilusión
que con diabólica malicia
persiste en tener razón.
Una flor era Nancy para Jim,
mas una flor pintada antaño
por un solo enamorado
que no fue Jim, sino John.
Tomado de:
http://bitacoraparalugaresreencontrados.blogspot.com/2015/05/poemas-de-ana-maria-moix.html
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