Esos cabellos de oro los lazos son, Señora...
Esos cabellos de oro los
lazos son, Señora,
en los que fue al principio
mi libertad tenida;
amor prendió su llama por
todo el corazón,
y esos ojos fueron el rayo
que atravesó mi vida.
Fuertes los nudos son, la
llama áspera y viva,
la saeta, de mano a tirar
aguerrida,
y con todo, amo, adoro y
quiero
a la que me estrecha, me
quema y lastima.
Para romper entonces, apagar
o curar
el duro lazo, el ardor o la
herida,
no quiero hierro, licor ni
medicina:
La dicha y el placer que en
sucumbir recibo
de tal mano, no permiten que
intente
ni cortante puñal, ni
frialdad, ni pítima.
De
"L'Olive" 1549
Visor 1985
Versión de
Luis Antonio de Villena
Feliz quien tras la muerte se le sigue la gloria...
Feliz quien tras la muerte se
le sigue la gloria,
y aún muy más feliz si la
inmortalidad
para él no principia con la
posteridad
sino que antes de la muerte
ya fascina su alma.
Tú gozas, Ronsard mío,
incluso ahora en vida,
del inmortal honor que mucho
has merecido:
y aun antes de morir
(felicidad bien rara)
tu muy feliz virtud triunfa
de las envidias.
Ánimo pues, Ronsard, que la
victoria es tuya,
y de tu lado tienes el favor
de tu rey:
De victorioso laurel ya
coronan tus sienes,
y ya la espesa turba
alrededor de ti
semeja a esos espíritus que
en el ínfero un día
rodearon al tracio sacerdote
de gran sobrepelliz.
Nota del
traductor:
Soneto
obviamente dedicado a la gloria de Ronsard. Pierre de
Ronsard
(1524-1585), dos años menor que Du Bellay, fue en seguida
considerado
como jefe de fila de "La Pléiade".
De "Les
Regrets" 1558
Visor 1985
Versión de
Luis Antonio de Villena
¡Hermosos cabellos plateados, dulcemente revueltos!...
¡Hermosos cabellos plateados,
dulcemente revueltos!
¡Frente serena y rizada! ¡Y
tú, faz toda de oro!
¡Ojos de cristal hermosos!
¡Grande boca honorada,
que con ancho repliegue
levantas tus extremos!
¡Lindos dientes de ébano! ¡Oh
tesoros preciosos,
que con sonreír solo
enamoráis al alma!
¡Damasquina garganta con cien
pliegues ornada!
¡Y vosotros pezones, dignos
de tan gran cuerpo!
¡Bellas uñas doradas! ¡Mano
rolliza y breve!¡
¡Oh muslo delicado! ¡Y vos,
redondas piernas!
¡Y eso que honestamente a
nombrar ni me atrevo!
¡Bello y transparente cuerpo!
¡Miembros de vidrio bello!
¡Oh, beldades divinas!
Perdonadme, os lo ruego,
si, pues que soy mortal, a
amaros no me atrevo.
De "Les
Regrets" 1558
Visor 1985
Versión de
Luis Antonio de Villena
Nota del
traductor:
Soneto
paródico. Du Bellay distorsiona e invierte el tono y los topoi
habituales
en la poesía petrarquista. En esto (que llevaron más lejos
Quevedo o
Lope de Vega, por ejemplo) Du Bellay es barroco o mejor
-por su
modo- manierista. Ciertas distorsiones de la amada petrarquista
la recuerdan,
en pintura, a los retratos-bodegones de Giuseppe Arcimboldo,
contemporáneo
de nuestro autor.
Los que están enamorados, cantarán sus amores...
Los que están enamorados,
cantarán sus amores,
los que buscan honor,
cantarán de la gloria,
los que están junto al Rey
dirán de su victoria,
los que son cortesanos
ensalzarán favores:
Los que gustan de artes,
hablarán de sus ciencias,
los que son virtuosos se
harán tomar por tales,
los que frecuentan vino,
parlotearán de vinos,
los que viven en ocio, escribirán
las fábulas,
los que son maldicientes irán
a maldecir,
los menos enojosos hablarán
de reír,
los que son más valientes
pregonarán hazañas,
y los que se estiman mucho
cantarán su alabanza,
los que sin tino adulan harán
ángel al diablo:
Yo que soy desgraciado,
lloraré en mi desgracia.
De "Les
Regrets" 1558
Visor 1985
Versión de
Luis Antonio de Villena
No escribo ya de amor, no estando enamorado...
No escribo ya de amor, no
estando enamorado,
no escribo de belleza, pues
yo no tengo amada,
no escribo de dulzor,
gustando la rudeza,
no escribo de placer,
hallándome en dolores:
no escribo de la dicha, pues
que soy desgraciado,
no escribo de favor, no
viendo a mi princesa,
no escribo de tesoros, no
teniendo riquezas,
no escribo de salud, siendo
ya melancólico:
no escribo de la Corte, tan
lejos de mi príncipe,
no escribo de Francia, en
ajena provincia,
no escribo del honor, pues
que aquí no lo encuentro:
no escribo de amistad,
hallando fingimiento,
no escribo de virtud, si
tampoco la veo,
no escribo de saber, entre
gentes de Iglesia.
De "Les
Regrets" 1558
Visor 1985
Versión de
Luis Antonio de Villena
No pienses, Robertet, que esta Roma de ahora...
Florimond Robertet, Barón de Alluye.
Cortesano francés, amigo de Do Bellay y de Ronsard.
Se sabe que estuvo en Roma -al menos- en 1555.
No pienses, Robertet, que
esta Roma de ahora
es aquella otra Roma que te
placía tanto.
No dan crédito ya, como
solían darlo,
ni se hace ya el amor como
entonces se hacía.
Ni paz ni bonanza gobiernan
ya aquí,
la música y la danza han
debido pararse,
corrompido está el aire, y es
Marte quien manda,
la turbación, la pena y el
hambre cada día.
El corrompido artesano ha
cerrado su tienda,
el ocioso abogado abandonó el
oficio,
y el pobre mercader lleva
solo talega:
No ves sino soldados, morrión
a la cabeza,
sólo tambores oyes o parejo
estruendo,
y Roma cada día espera otro
saqueo.
De "Les
Regrets" 1558
Visor 1985
Versión de
Luis Antonio de Villena
No quiero escudriñar de la natura el fondo...
No quiero escudriñar de la
natura el fondo,
no quiero rebuscar la esencia
universal,
no quiero sondear los abismos
cubiertos,
ni dibujar del cielo la
hermosa arquitectura.
No pinto yo mis lienzos con
tan rica pintura,
y argumentos tan altos no los
busco en mis versos:
Mas del lugar siguiendo los
accidentes varios,
sea del bien o del mal,
escribo a la ventura.
A mis versos les lloro, si
tengo una tristeza:
y me río con ellos y les
cuento el secreto,
pues son del corazón muy
fieles secretarios.
Así es que no pretendo
peinarlos o adornarlos,
ni con sonoros nombres los
quiero disfrazar
sino de notas íntimas o
propios comentarios.
De "Les
Antiquités de Rome" 1558
Visor 1985
Versión de
Luis Antonio de Villena
Tomado de:
http://amediavoz.com/bellay.htm
NO APETEZCO HOJEAR LOS GRIEGOS EJEMPLARES…
No apetezco hojear los Griegos
ejemplares,
ni volver a escribir con los
trazos de Horacio,
ni aún menos imitar de
Petrarca la gracia,
o la voz de Ronsard, en mis
Lamentaciones.
Los que en verdad de Febo son
poetas sagrados
gustarán en sus versos de una
mayor audacia:
A mí, que me agita un furor
más liviano
apenas entro algo en secretos
tan vastos.
Y me contentaré con decir
llanamente
lo que escribir me haga tan
solo la pasión,
sin buscar más allá más
graves argumentos.
No he intentado pues imitar
en mi libro
a los que en su escritura se
glorian de otra vida
y de quedarse vivos fuera del
monumento.
Lamentaciones,
1558. Traducción de Luis Antonio de Villena.
Tomado de:
Soneto XXXI – Feliz quien como Ulises…
Feliz quien, como Ulises, fin da a su
travesía,
o como el argonauta que
conquistó el toisón,
y de regreso, lleno de
experiencia y razón,
entre los suyos vive el resto
de sus días.
¡Ay! ¿Cuándo hacia mi aldea
retornaré la vía?
(La chimenea espera, humeando),
¿en cuál sazón
veré otra vez las vallas de
mi pobre mansión,
esa provincia íntima que a
nada más se alía?
Me place más la casa que
hicieron mis abuelos
que los audaces frontis en el
romano suelo.
Me placen no los mármoles,
sino pizarra fina.
Más mi Loira de los galos que
el Tíber de latinos;
Más mi aldea, Liré, que el
monte Palatino;
Más que el aire de mar, la
dulzura angevina.
(Traducción de Juan Carlos
Sánchez Sottosanto)
Tomado de:
http://lenguavempace.blogspot.com/2017/08/sonetos-de-joaquin-du-bellay.html
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