TODOS LOS CUENTOS TERMINAN CON LA VIDA
O CON LA MUERTE
I
El campo siega los corazones jóvenes
y éstos ya no se parecen a las garzas
o a los patos volviendo de la laguna
mojados y despreocupados del frío de la tarde.
Tú eras libre y pequeña en la provincia
antes de la ciudad
solías descorrer las tranqueras
que detenían las ovejas
para verlas trotar
por los callejones de tierra.
Solías aprovechar tu día
viendo el crecimiento vertiginoso de los trigos
Las manzanas por detrás de la casa.
La ciudad es melancólica y familiar
pero en el campo de mi corazón
ríes y saltas por entre los tabiques
hasta reventar de alegría.
Morir en la sangre de mi corazón.
He caminado y violado en los alrededores de tu piel mi
[juventud
deteniendo y deteniendo
el hilo de tu virginidad.
He corrido como los caballos de tu infancia
que te excitaban y temías
para llegar un poco antes
en el mismo momento al límite de la noche
por no haber creído
en el crecimiento de las flores de tu pueblo.
Ahora vuelvo mi rostro y las oraciones de mi niñez hacia
ti
para convencerte de la soledad de los hombres
Puedo agitar las banderas de las discordias y la
cordialidad
para vencer tus años de padre y madre
venidos de un país extranjero o de la provincia.
Hemos estado juntos en la ciudad
tan cerca de mi oficio como de la maldad
tan cerca de mi oficio como del amor
y sin embargo ahora
adiós querido mío estoy cansada
te descubro
me ahogan las habitaciones de tu casa
debajo de las casas
y tú no eres el misterio ni el alga ni el junco
que turba o desborda la soledad.
Me ahogan tus diálogos con el viento
y las conversaciones desenfadadas y violentas.
ALGUNAS DE ELLAS
Ellas se vestirán livianamente para apurar la tarde
se despeinarán
encenderán cigarrillos en nuestra pieza
leerán por primera o segunda vez
nuestro nombre impreso en papel ilustración
Se quedarán esa tarde y la siguiente
hasta que tengamos que salir como las putas
a la calle
a cambiar de pensión y de familia.
TODOS LOS CUENTOS TERMINAN CON LA VIDA
O CON LA MUERTE
II
El musgo crecía en las piedras
de la orilla del río de tu pueblo
y el deseo en tu corazón.
Tus piernas te acercaban a la seriedad
y en las tardes de silencio y excitación al río.
Las primeras aguas en llegar a las piedras
también llegaban a tus muslos desnudos
humedeciendo y alegrando
tus maneras del ocio y la ternura.
Las pensiones de la ciudad no son el río
Las mujeres se duermen y se levantan solas
y cuentan o cantan su soledad a la noche
y a los carteles luminosos.
Amada, aquí no hay río que humedezca y alegre tu piel
Aquí en la soledad y el tiempo del invierno
el humo y el olor de los hombres
cubre y desgarra las pieles de las niñas.
Y tú mi amada casi nunca demasiado estupenda y ágil
cubierta y desgarrada por mí
en el comienzo de las frutillas y el verano
no puedes entenderlo.
Entonces mi querido me ahoga tu calor
el poderoso cielo de tus caminos interminables
me ahoga el vagabundo
que nos perteneció de rabia y júbilo en la ciudad
el mismo que gime o ruge cuando se queda solo.
Tomado de:
http://www.miguelmenassa.com/poesia/1963/portada.htm
LA REALIDAD JUEGA
JUEGA CON NOSOTROS
Yo he pagado mi boleto
he sacrificado mi nombre
exijo mi viaje de placer.
He hecho muecas feroces en lo real.
pero ella no se aleja de mí
más que la longitud de tu rostro.
El hombre vuelve siempre, siempre vuelve el amor.
Estupendo
los solos mueren solos
los acompañados los tercos
los sacerdotes vagabundos
los suaves mueren solos.
Nosotros, los poetas,
que guardamos aliento
para pegar sin respeto a Dios
para escupir los rostros
no debemos morir.
Morimos solos.
ULTIMO CANTO
El tiempo pasa para los niños.
No se detiene.
Áspero golpea
de soledad en la ciudad tremenda
los corredores de la infancia.
Madre se queja por amor. Limpia el verano.
Amada vuelca su contenido en la tierra.
Esta realidad no tiene parecido.
CARTA
Bienaventurados los que no creen porque de ellos depende
la paz.
Bienaventurada tu piel porque de ella depende mi
juventud.
Amor mío:
En esta ciudad donde la confusión se encuentra detrás de
cada puerta, detrás de cada oscuridad, amor mío; en esta ciudad donde vos y yo
vivimos, es decir, donde vos y yo sabemos, está nuestra historia, nuestra
infancia, nuestros desagradables brutos interiores, en esta terrible ciudad
quiero decirte alguna palabra, mostrarte algún hecho enloquecedor, algo que
nunca puedas olvidar.
Decirte, por ejemplo, que cuando era adolescente vendía
fantasías en el mercado Inclán, que tomaba bebidas alcohólicas y me masturbaba
sin ninguna preocupación. En tanto el amor me acechaba.
Después o antes, en verdad no puedo precisarlo
correctamente, escribí mi primer poema. Decía de claridades amenazantes después
de la noche, claridades de temor, permanentes claridades y un beso, eso sí lo
recuerdo bien un beso en medio de la muchedumbre. Quiero decirte yo le daba un
beso a una mujer y la muchedumbre estaba ahí para mirarme, para decirme, que a
esa edad, la mía, estaba muy mal que yo besara a una muchacha.
Pero yo sé bien que todo esto no es lo suficientemente
terrible para que te parezca misterioso. Vos conocés todas mis palabras.
Antes de nosotros el silencio, después fue fácil aprenderlo
todo.
Qué decirte entonces, qué poder mostrarte, para que
rías, amor mío, tan fuerte, como para que ya nadie pueda perdonarte.
Cuando tenía ocho años tomé la comunión y me sacaron una
fotografía.
Después mi madre, colgó la fotografía en el patio y
debajo de la fotografía un cuadrito con flores que decía, nunca te olvidaré.
A esa misma edad jugaba con las niñas de mi barrio, al
doctor, al papá.
Los sábados a la noche dormía con mis hermanas y nos
mordíamos el culo (este juego, recuerdo, nos hacía reír como locos).
Los animales que más me gustaban eran los caballos.
Tomado de:
http://www.miguelmenassa.com/poesia/1966/22poemas%20y%20la%20maquina%20electronica/indice.htm
CRECIENDO ME FUI DANDO CUENTA
Creciendo me fui dando cuenta
que vivir no era suficiente.
En principio comencé por cambiar
algunas horas de mi vida
por algunas palabras.
Esas cuestiones del sexo y del oro
de la pequeña y simpática libertad
de la política sombría.
Las palabras se unían unas a otras
como pesadas redes
y en esa soledad fue necesario amar
conocer el amor
amar el amor
ser para el amor
como si el amor fuera uno mismo.
Matarse por amor.
Envolverse en la tristeza
de un crimen por amor.
Soñar y ser soñado
siempre por la misma persona
y tener la valentía por amor
de despeñarse
por el desfiladero de las sombras
cada vez que lo amado deje de soñar.
Y el amor con tanta locura
trae el movimiento de los astros.
Soles quietos
enamorados de bailarinas lunas
lunas ciegas
bailando por la obligación del amor.
Después aún
entregando otras horas de mi vida
ingresé en el
cosmos.
Los soles quietos giraban a su vez
alrededor de otras cadenas.
La luz
era sólo el reflejo de su búsqueda.
MI PADRE HA MUERTO
A pleno silencio es cuando escribo
los versos más hermosos.
Hoy hubiese querido abrazar a mi padre
y no fue posible.
Mis hijos tironeaban de mí
para que no cayera
en el abismo de sus brazos.
Hicimos ejercicios de fuerza y los vencí.
Ellos fueron alegres por mi juventud
y por qué no decirlo
antes de los juegos
el mayor dudaba de mis fuerzas.
No fue fácil vencerlo
hubo un instante
donde lo que reinaba
era el equilibrio.
Después
su brazo fue cediendo
lentamente y comenzamos a reír
a festejar
con amplias risas cristalinas
haber comprendido
que la conversación que manteníamos
aún no había concluído.
Después de los juegos
yo también estaba contento
y mientras me bañaba
tuve fantasías
de viajar con mis hijos al mar.
Dejaba que el agua cayera sobre mí
hasta confundirme con ella.
Mi cálida espuma tocaba
levemente los pies de los pequeños
y grandes oleadas de inmensidad
jugaban con los grandes
alegremente pero con firmeza
el juego de la vida:
Vencer y con la misma pasión
ser vencido.
Ha nacido el padre de mis hijos
y en ese remolino
semejante a la propia locura
donde mañana no habrá nada de hoy
en esa alegría
mi padre ha muerto.
15 de Junio de 1977
Tener un lugar
para llorar
por nuestros muertos
en paz.
Ésa es la razón
TODO RUIDO ME RECUERDA EL PASADO
Guitarras rasgadas con odio.
Balas disparadas con odio.
Tambores de locura.
Rauda armonía de la muerte
estás aquí
te siento
en el intenso
calor de mis ojos
detenida
casi sin deseos
atareada
como confundida
por mi manera de vivir.
http://www.miguelmenassa.com/poesia/la%20poesia%20y%20%20yo/lapoesiayyo/INDICE.htm
COMIENZO POSIBLE
Apago la luz
para que una triste luciérnaga sobre mi piel
me anuncie el universo de la locura.
Deseo en mis jardines
las perfumadas rosas de la pasión.
POEMA CERO
Perseguido por todos los universos
más que satanás, distinto de dios
enfriaré con mi maldad
los fuegos sagrados del infierno
y encenderé pasiones
allí
donde la luz del bien refleje en mi mirada.
Diferente entre ángeles, superior entre demonios,
no tendré paz.
INVOCACIÓN A LOS DEMONIOS
Dónde están los demonios
Aquellos que me fueron anunciados
en el santo bautismo.
Aquí conmigo todos los pecados
y aquellos que vendrían por las noches
a vigilar mi sexo,
enamorados de mis ojos.
ENTRE LA MUERTE Y LA LOCURA
De la locura, tendremos que decirlo por fin,
ella es nuestra máscara.
Suprema máscara en las más ambiciosas ceremonias.
Diosa del olvido
dame tus palabras, tu tono mayor
el tono para arrancar una sonrisa del idiota,
el tono de los Andes nevados,
la
luz
que enceguezca definitivamente a los ciegos.
QUERIDO
El hombre debe tener pensamientos acerca de su
locura y de su muerte, No digo de ninguna manera,
que deba volverse loco o matarse.
2 de octubre de 1976, Madrid.
Ajenos sabores y desconocidas mujeres
anuncian la novedad del exterminio.
Emborrachemos la palabra
Bañemos al poeta en blancos y antiguos y ásperos
vinos de la colina donde el sol
enciende sus colores.
Ajenjos del olvido y nada de amor,
sólo la muerte esperará al poeta en la ciudad.
En la ciudad de piedra donde descansan
y se pudren
los muertos por la patria,
para el cantor
sólo los vahos de la muerte.
Tomado de:
No hay comentarios.:
Publicar un comentario