viernes, 12 de abril de 2024

POEMAS DE ILÍAS KEFALAS

 

VÉRTIGO

 

En tus ojos se ahogan los pájaros.

 

Se estancan aguas de prolongadas lluvias

 

y arrastran canciones

 

de recuerdos debilitados.

 

 

 

En tus ojos tiemblan

 

bosques hundidos.

 

Levitan extraños aromas

 

y el murmullo profundo del náufrago

 

que te busca

 

resuena de hoja en hoja.

 

 

 

En tus ojos me cobijo

 

como caminante anochecido

 

que contiene la respiración.

 

 

 

Completamente solitario, desnudo y sin hogar.

 

 

 

Asustado

 

en tus vacíos vertiginosos.

 

 

 

Por eso no me conoces

 

y no me encuentras

 

 

 

nunca.

 

 

CUERVO DE CARBÓN

 

En el solitario álamo

 

un cuervo de carbón

 

se queda petrificado

 

mirando la nieve.

 

Como marcas dactilares del destino

 

ensucia el árbol

 

subraya la nada.

 

Cuervo de carbón

 

como bala de la oscuridad

 

borra el paisaje.

 

Todo es una mentira:

 

La montaña espectral

 

y el río solitario

 

y el suspiro que se pierde

 

en el recuerdo.

 

Nievan los años negros.

 

Nievan dentro de mí.

 

Me ahogan.

 

 

¡QUÉ AURORA ÉSTA!

 

Buenos días, señor Filópulos [1]

 

¡Qué aurora ésta!

 

El alba asomó de repente por un camino equivocado

 

La lluvia pasó con podaderas de acero

 

El día tragó nubes y follajes

 

Y tú desconcertado tomaste las pendientes de la niebla

 

Flotando sobre barriles y viejas cajas de madera

 

¿Me oye, señor Filópulos?

 

¿Llueve aún, señor Filópulos?

 

Al final, displicente vecino, ¿es o no es un hombre?

 

 

 

Esta mañana no contesta a nadie.

 

 

 

[1] Filópulos: Nombre propio que significa el hijo de las hojas.

Tomado de:

https://www.omni-bus.com/n50/sites.google.com/site/omnibusrevistainterculturaln50/antologia-poesia-griega-1940-2015/ilias-kefalas.html

 

 

DEMONIO MERIDIONAL

 

Era mediodía, nadie en la casa, intenté dormir, pero era el sueño de las malas ensoñaciones. Me levanté y me lavé: de lo profundo de la casa llegaba el sonido ahogado como si cepillaran la piedra. Di una vuelta por las habitaciones, el ruido, tupido e ilocalizado, subía desde abajo. Indeciso, bajé la escalera del sótano. Abrí. Tras el ancho escalón, en dos taburetes carcomidos, estaban sentados el abuelo y la abuela, muertos hace años. La abuela descascarillaba judías en una antigua bandeja. El abuelo con nuestro cuchillo largo cortaba tabaco en una plancha. En un momento levantó el encendedor para afilar la lámina comida. Entonces me vio, empujó a la abuela, se levantaron los dos y se perdieron por otra puerta que daba más abajo a otro subterráneo desconocido. Sé que los vi seguramente como también sé que no había un segundo subterráneo en la casa, y no siquiera el primero al que bajé.

 

 

ESCRITURA

 

Escribo con una pluma bisturí

De las entrañas del blanco papel

Salen las negras palabras

Como nube palpitante

Maqueta del poema y exorcismo

O quizás soy prestidigitador

Y con mis dedos saco estas

Letras hormigas

Que al mezclarse y jactarse

Se convierten en árboles y aves

Prados y barcos

Pero entonces otra vez quién soy yo que escribo

Si realmente soy yo el que actúo

Y dónde están las palabras que no se escriben

Dónde se ocultan dónde patalean

Dónde está el llanto cuando no viene

Y cómo se humedece el papel

Cuando las palabras lloran

Quién soy yo que digo esto

Y si no ¿quién me las dice?

¿Yo escribí esta palabra

 O quizás soy yo también una palabra dudosa

¿Que escribió cualquier otro en secreto?

 

 

DIÁLOGO MATINAL

 

“Envejecí ya”, dijo el gorrión

Temblando sobre el membrillo desnudo.

“Este invierno

Esta bala

Quizás sean los últimos

Por eso miro bien la mañana

por eso miro tus ojos con compasión

Olvidando nuestras viejas enemistades

No tiene ya sentido que lo evites…”

 

“Pero ¿cómo has envejecido?”

Gritaba bajo el membrillo mi abuelo

Hablando en su lento cerebro

Y con todo el peso de sus ochenta años

“¿Cómo envejeciste

Si no tienes arrugas en el rostro

No deliras

Y ni siquiera necesitas muleta o acompañante

En tu vuelo”.

 

“No mires todo eso

Son circunstancias y engañan”

Respondió el silencioso gorrión

“” La vejez golpea primero el pensamiento

Aja las sensaciones

Hace pesados los impulsos

La vejez vuelve los ojos al suelo

Transforma en lentos los sentidos

Y cuanto vacío encuentra en la cabeza

No tiene fuerza para llenarlo de optimismo

La vejez es vencida por el viento vacío

Sabe cagarte de renuncias

Y como no estás saciado de vida

Tanto menos deseas hacer”

 

“Eso” dijo el melancólico gorrión

“Eso” respondió mi pensativo abuelo

Sin tener el coraje de decirle

Que la vejez

Se aburre incluso de los desacuerdos

Tomado de:

https://hecatepoesia.wordpress.com/poesia-grieja/

 

 

JACK

 

Jack, ¿está nevando ahí arriba?

Jack, ¿está lloviendo?

 

¿Quién ha tendido sus sábanas blancas como la nieve?

que se extienden y ondean en el cielo?

Como las aguas de un mar blanco se elevan

cuando espuma con los restos de los sueños

alarmándonos con su rugido.

 

Entonces, Jack, dímelo. ¿Está nevando allá arriba?

 

Aquí es un verano fresco y alto

Aquí es de noche

Aquí sopla el viento de la desgracia

Quiero irme

Los caminos están cerrados

Nuestros huertos no tienen frutos

Algo invisible nos asusta y nos preocupa.

 

Jack, Jack, Jack,

el dragón está aquí.

¿Dónde está tu tallo de frijol?

Tose, estornuda, ríe y déjame escucharte, Jack.

 

 

LA SILLA

 

Todo el mundo sabe

que este hogar

está de luto por sus muertos.

 

Porque ahora, por las noches,

en el patio fulminante

acecha su

silla olvidada.

 

 

DOMINGO

 

Mira las montañas

y los precipicios

 

Los precipicios

y las altas montañas

 

porque hoy es

domingo

 

El día más cercano

a la muerte.

Tomado de:

https://www.poiein.gr/2015/07/14/ilias-kefalas-celestial-and-earthly-poems-translated-from-the-grrek-by-yannis-goumas-editions-gavrielides/

 

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