(4 de agosto de 1924, Asunción, Paraguay - 1985, Buenos Aires, Argentina)
BANDOS
Se prohibe,
al hambre comer
a la boca hablar
al oído oír
a la sed beber
al fuego calentar
al miedo correr
al frió tiritar
a la alegría reír
al amor querer
al poeta cantar
al herido gemir
a la primavera florecer
a la pólvora explotar
al hambre comer
a la boca hablar
al oído oír
a la sed beber
al fuego calentar
al miedo correr
al frió tiritar
a la alegría reír
al amor querer
al poeta cantar
al herido gemir
a la primavera florecer
a la pólvora explotar
Después
los fusilaron por no cumplir.
los fusilaron por no cumplir.
LA CANCIÓN DEL PROGRESO
Camino a la cordillera,
suelo enemigo,
llevo un burrito cargado
de verde olivo.
suelo enemigo,
llevo un burrito cargado
de verde olivo.
Camino de vuelta vengo
llorando lemas;
traigo el burrito lleno
de viejas penas.
llorando lemas;
traigo el burrito lleno
de viejas penas.
He de tornar mañana,
cortando olvidos,
con un cuchillo con ojos
y un ciego niño.
cortando olvidos,
con un cuchillo con ojos
y un ciego niño.
¡Y he de encontrar un día
en la cordillera,
entre mares de espigas,
piedras de seda!
en la cordillera,
entre mares de espigas,
piedras de seda!
He de ir.
He de volver.
¡Yo no me canso de ser!
He de volver.
¡Yo no me canso de ser!
MÁS PALABRAS MÍAS
Perdonadme,
amigos literatos,
mis queridos amigos
académicos, perdonadme.
No seguí la «carrera» de poeta.
Crecí nomás con esta
vocación de recoger calandrias,
pero nunca supe
amaestrarlas.
Son incultas,
no hacen reverencias.
Son salvajes,
no pulen sus violines.
Son sencillas,
no se adornan con plumas alquiladas.
Por eso -perdonadlas-
su canto ineducado
es vivo e imperfecto.
¿Qué voy a hacer?
Si recojo palabras de agonía
no me fijo si suenan musicales,
y si encuentro esperanzas,
las reparto,
por más que no posean
las medidas exactas.
Entonces,
¡dejadme así!
amigos literatos,
mis queridos amigos
académicos, perdonadme.
No seguí la «carrera» de poeta.
Crecí nomás con esta
vocación de recoger calandrias,
pero nunca supe
amaestrarlas.
Son incultas,
no hacen reverencias.
Son salvajes,
no pulen sus violines.
Son sencillas,
no se adornan con plumas alquiladas.
Por eso -perdonadlas-
su canto ineducado
es vivo e imperfecto.
¿Qué voy a hacer?
Si recojo palabras de agonía
no me fijo si suenan musicales,
y si encuentro esperanzas,
las reparto,
por más que no posean
las medidas exactas.
Entonces,
¡dejadme así!
Dejadme allí, en las calles,
con ellos, los sencillos.
Que Juan, María y Pedro
repitan mis canciones,
las lleven al mercado,
las metan en las fábricas,
las manden al obraje.
Dejad que las repitan
ahora y mientras tanto
les sean necesarias.
Después, mañana, pronto,
las habrán olvidado.
Y está bien así.
con ellos, los sencillos.
Que Juan, María y Pedro
repitan mis canciones,
las lleven al mercado,
las metan en las fábricas,
las manden al obraje.
Dejad que las repitan
ahora y mientras tanto
les sean necesarias.
Después, mañana, pronto,
las habrán olvidado.
Y está bien así.
Y entonces,
perdonadme.
Perdonadme
que en medio del combate,
que en medio de las cárceles,
que en medio de las bestias que torturan,
que en medio de la noche y su acechanza,
que en medio de las víctimas y el miedo,
que en medio de la mugre y la vergüenza,
que en medio de la pólvora y el fuego,
que en medio del hambre y los lamentos,
y en medio de este mundo dislocado,
a veces pierda el ritmo
¡y no cuente con los dedos cada verso!
No tiene eso remedio.
¡No sé medir la sangre!
¡No sé contar las lágrimas!
¡No sé rimar el llanto!
perdonadme.
Perdonadme
que en medio del combate,
que en medio de las cárceles,
que en medio de las bestias que torturan,
que en medio de la noche y su acechanza,
que en medio de las víctimas y el miedo,
que en medio de la mugre y la vergüenza,
que en medio de la pólvora y el fuego,
que en medio del hambre y los lamentos,
y en medio de este mundo dislocado,
a veces pierda el ritmo
¡y no cuente con los dedos cada verso!
No tiene eso remedio.
¡No sé medir la sangre!
¡No sé contar las lágrimas!
¡No sé rimar el llanto!
SANGRE CAUTIVA
Sangre india, sangre india hay en
mi pueblo.
¡Arde!
¡Arde!
En el quebracho herido de mis
selvas.
¡Sufre!
¡Sufre!
En el infierno verde del minero.
¡Gime!
¡Gime!
En la boca de quejas sofocadas.
¡Hierve!
¡Hierve!
Ha mordido las entrañas de mi
tierra.
¡Sube!
¡Sube!
Masticando lentamente sus
cadenas.
¡Ruge!
¡Ruge!
Impulsando la vida que amanece.
¡Grita!
¡Grita!
Su derecho sagrado de ser sangre.
¡Libre!
¡Libre!
Sangre india, sangre india hay en
mi pueblo.
¡Lucha!
¡Lucha!
PENAS ENCIMADAS
Voy a decirlo de entrada
para el que quiera entender:
son penas muy encimadas
el ser pobre y ser mujer.
Trabaja toda la vida
apenas para comer.
Tiene las penas del pobre
y más las de ser mujer:
La rica tiene derechos,
la pobre tiene deber.
Ya es mucho sufrir por pobre
y encima por ser mujer.
Está tan desamparada
y es madre y padre a la vez.
Derechos, ni el de la queja,
por ser pobre y ser mujer:
Se hacen muchos discursos
sobre su heroísmo de ayer:
En el papel la respetan.
Pero sólo en el papel.
Y lo repito de nuevo
para el que quiera entender:
Son penas muy encimadas
el ser pobre y ser mujer.
EN LA TEMPESTAD
A Miguel Ángel Soler
por su heróica vida al servicio
del pueblo paraguayo.
Detenido-desaparecido
en Asunción
por la dictadura fascista de Stroessner;
desde el 30 de noviembre de 1975.
ASUNCIÓN
Mi ciudad es de arena y viento espeso
con pedazos de luna en las esquinas,
medallones de sombra en los jardines
y un aire de terror sobre los techos.
Nadie acudirá por más que grites.
Nadie responderá por más que llames.
Ha levantado muros de silencio
que ahogan las palabras en el aire.
Mi ciudad es de calles infinitas
y de ella no saldrás por más que andes.
El temible Taú-taú* de fuego fatuo
te hará perder el rumbo si es que partes;
te transformará en fantasma inquieto,
te hará vagar por patios y zaguanes,
te enredará en las cuerdas de arpas indias
y en idioma dulce de panales.
Mi ciudad te habrá envuelto en sus encajes
como el hilo y la espuma de una araña**
y querrás reaccionar y será tarde.
Serás un preso más entre sus presos
o la sombra gris que se deshace
en el río profundo que la abraza.
Pero como es de arena y viento espeso
habrá volado entera en la mañana.
* Taú-taú: pájaro de fuego que engaña a los hombres
en el bosque,
haciendo que siga caminos falsos.
** Ñandutí: encaje que parece lo que su nombre
indica:
nido de araña.
RÍO PARAGUAY
A Antonio Maidana*,
resumen de lo que es pueblo y patria.
Ancho y poderoso padre nuestro
que fluye majestuoso por su cauce.
Río de las Coronas agoreras
que bajan de los altos manantiales.
Columna vertebral de nuestra tierra
camino de luz serpenteante;
memoria azul que vino con la vida
desde la oscura selva hasta los valles.
Habla de un Dios antiguo suplantado
por el dios extranjero que robara
las vidas, las ofrendas, y hasta el nombre
que dejó confundido en la palabra.
Conoce el dolor acumulado
en siglos de opresiones y violencias
y sabe que arrastramos como un fardo
historia de grandezas y miserias.
Sabe que no vimos la cosecha
aunque la siembra fue bien prolongada.
Y el miedo que solo broten huesos
porque esa siembra ha sido la más larga.
Conoce las costumbres que tenemos
de siempre, de parecer de piedra,
de contar las heridas en silencio
y de pronto estallar como tormentas.
Sabe cuánto amor quedó enterrado
cuánto odio suelto, y nos muestra
su curso poblado de cadáveres
que año tras año se acrecientan.
Habla de cada crimen cometido,
conoce al asesino y sus secuaces;
ha visto a los hijos mutilados
y a las madres dolientes y leales.
Sabe que la lucha es prolongada,
que requiere sacrificio y riesgo.
Que no basta una chispa volandera
para el fuego que tiene que encendernos.
Conoce la tierra que abonamos
aunque roben sudores y trabajo.
Conoce la siembra clandestina
y cómo cuida el pueblo cada grano
para avanzar camino hacia el futuro
para buscar la luz y aprehenderla
porque debe llegar, porque no somos
esta trágica noche que nos puebla.
Por eso nos repite nuestra historia
la vida de los héroes calumniados
ejemplos de honradez y patriotismo
que vienen con su fuerza y su milagro.
Y extendidos los brazos fraternales
nos enseña con su ejemplo claro,
a unir todas las aguas en un cauce,
a ver en cada pueblo a nuestro hermano.
Es un río de vida nuestro río;
convoca y llama con su eterno avance.
Guía tenaz de tiempos venideros
va empujando la vida hacia adelante.
*20 años en las prisiones de Stroessner.
Detenido desaparecido en Buenos Aires
desde el 27 de agosto de 1980.
ALGUIEN CANTA
A Obdulio Barthe
Bajo los cielos ásperos
sobre la tierra violenta
alguien canta.
Allí donde jamás avisa el día
ni existe un atisbo de los ruiseñores,
alguien canta.
Allí donde el silencio
se rompe solo a gritos
y las palabras de amor
se dicen en secreto,
alguien canta.
Allí donde los hombres están desnudos
y amarrados a los cepos,
alguien canta.
Frente al pelotón de los fusilamientos,
alguien canta.
¡Escucha!
¡Levántate!
Alguien canta.
NDE REJHE JHÄSË
A Lilí, ejemplar esposa y madre.
A sus veinte años de fidelidad y espera a su esposo,
Ananías Maidana *,
que tanto la amó.
Guaimingüe, guaimingüe
nde rejhe jhäsë.
Cuarajhî oikéro
rejehndú i tasë.
Cuarajhî osëro
o kiririetë.
Îvipora ári
jha ore ruguîre
oguata i tasë.
Guaimingüe, guaimingüe
cuña paraguay jha'e.
Lilí:
nde retä jhe jhe'i:
Che rîvî jhäsë
nde rejhe.
* Ananías Maidana Palacios estuvo 20 años
en los calabozos de Stroessner.
CONDENADAS
A todas las mujeres
que pasaron por este calabozo
Recuerdo a Berta Singerman*
diciendo aquellos versos:
¡Botas! ¡Botas! ¡Botas!
Están pasando ahora
¡Botas! ¡Botas! ¡Botas!
Como una marcha fúnebre
¡Botas! ¡Botas! ¡Botas!
ahucando la voz imito a Berta
y recito en voz alta
que lo oigan:
¡Botas! ¡Botas! ¡Botas!
El oficial grita
los guardias se apresuran
y yo sonrío
porque sé perfectamente
que éstas
acabarán como las otras.
*Berta Singerman, admirable y personalísima
recitadora argentina,
que durante la Segunda Guerra Mundial
dio innumerables recitales de poesía antifascista.
SALA DE TORTURAS
A Esther Ballestrino,
detenida-desaparecida
Allí están sin amarras
los barcos infinitos.
Es un viaje extraño
en ese mar de gritos
espeso y sofocante
girando como ruedas
de un molinete brujo
en ese horror kafkiano
en ese absurdo obtuso.
Después llega el silencio.
Un silencio que plancha
el alma contra el piso.
Que allí todo es silencio
cuando todo no es grito.
VIDA CLANDESTINA
A Rosa, a Isabel, a María
(Asunción)
Pierdes el color
cambias el rostro
la manera de ser
y de portarte.
Te observas y eres otra
a tal punto
que un día te preguntas:
y yo,
¿cómo era antes?
SIN LÍMITES
El cinismo no tiene límites.
Te apresan, te golpean,
te aíslan en mazmorras de castigo
con ratas, cucarachas
y otras porquerías
y encima se quejan
porque gritas.
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