lunes, 1 de julio de 2019

POEMAS DE ACO ŠOPOV


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(20 de diciembre de 1923, Štip, -  20 de abril de 1982, Skopie, República de Macedonia)

Sol negro

I
Sol negro sin levante ni poniente
sin cielo para orar, sin tierra que incautar

Quien desea abrevar de tu esplendor
está exilado del Gehena, exilado del Edén.

Las hierbas se arrodillan, los árboles corren descalzos
ante tu flor en llamas, portadora de cenizas negras.

Sol negro, pájaro disfrazado de astro
quien cree haberte captado no sabe qué es el abismo.

Sol negro, negro, sin levante ni poniente
sol negro para sedientos que se acercan a la orilla.

II
De qué país desconocido, de dónde vienes
oh sol negro, pájaro que picoteas el árbol vivo

¿Qué hechicero te envió, por qué secretos poderes
arcoiris sobre trescientos Volgas y trescientos Nilos?

¿De dónde viene este arnés celeste, cinta engalanada
entre las galaxias oscuras y nuestros dos universos?

Mi dolor es acaso anterior incluso al sufrimiento
anterior incluso a verte erigido como una barricada astral.
Oh sol negro, ¿quién te posa sobre mis hombros
para que te porte, poema, en lugar de mi cabeza?

III
¿Dónde me llevas ahora, qué antro sordo
sabrá conservar todos nuestros secretos?

Las estrellas nos miran, pero las estrella son ciegas.
Sólo nosotros en el mundo, dos arrecifes confundidos

¿Pero quién nos acecha, quién es el arquitecto
que nos tapia vivos en una pirámide muerta?

Oh poema, tierra, mujer, o vida y muerte a la vez
me saciaré hoy todo cuanto me ofreces.

Sol negro, sin levante ni poniente
en vano te formulo una plegaria guerrera.

(Traducción de Luisa Futoransky)

Nacimiento de la palabra

Nudo a nudo.
Piedra sobre piedra.
Bosque petrificado.
Escarcha.

Nudo a nudo.
Piedra sobre piedra,
de piedra también nosotros dos.
La noche humea.
La palabra se desprende de la oscuridad.
Carbón azul quema en sus entrañas.
Oh tú que no existes sino por tu ausencia,
tú meces el cielo
tú haces girar la tierra.
Oh tu que no existes sino por tu ausencia,
la tierra gime bajo las losas de piedra.
Ebria de sus propios muertos,
surge la palabra
que quiebra todas las sienes.

Nudo a nudo.
Piedra sobre piedra.
Día a día cavo mi sepultura.
Destrípame
maldición
tú, ciudadela de piedra,
que me quema el carbón
de la palabra, y me fundo.

Traducción de Luisa Futoransky

Estigma

Sangre, te encerré en nueve jardines
en nueve quebradas encarcelé,
¿qué quieres aún, por qué me acosas,
por qué sangre, la amenaza de tu negro casco
por qué tan voraz?

En nueve jardines te encerré, en nueve quebradas,
cálmate, sangre, fluye a lo profundo de tu negror
donde desde hace mucho tu rojo jabalí
busca un antro para descansar.
Sangre fluye a lo profundo de tu negror,

sin volver tu mirada,

no habrá otro sitio más propicio para domeñarte
que estos nueve jardines, estos nueve jardines
que viven de tu verdor
que estas nueve quebradas, estas nueve quebradas
celebrando la primavera de tus cantos.
Sangre, fluye a lo profundo de tu noche

y no me digas:

escuchar rodar a lo lejos,
escucha rugir el bosque,
vienen caballos por caminos de luna y estrellas,
vienen caballos, caballos, caballos, pura sangre,
vienen caballos para pisotearme,
vienen, vienen, me pisotearán.

Pero yo me arrojaré sobre ellos y mi casco
les golpeará en medio de la frente
para que no me olviden y que hablen de mí,
que en la noche brille su estigma
y en sus noches sin luna,
y en sus día sin luz,
por sus caminos bajo los saucos.

Calla, sangre. Sangre, cálmate,
encerrado en nueve jardines
encarcelados en nueve quebradas
como un soberano todopoderoso
en su fortaleza, en su prisión.

(Traducción de Luisa Futoransky)

EN SILENCIO

Si llevas dentro de ti algo no dicho,
algo que duele y quema,
enterrarlo en las profundidades del silencio -
El silencio lo dirá por ti.


AL SEAGULL DENTRO DE MI CABEZA

Gaviota mía,
No caigas sobre mis ojos.
No hay manera de capturar esas olas separadas.
Desciende a todas las profundidades,
Elevarse a todas las alturas
y me permite ver.
Ya no tengo ojos
Gaviota mía.
No aterrices en mi corazón.
Mi corazón ya no es mío,
Gaviota mía.
Volar más allá de todas las regiones desconocidas
A todos los vivos, desconocidos, muertos.
Ver lo solitario, lo alienado,
Los picos helados, los campos verdes.
y escucha -
Mientras tus alas tiemblan pacíficamente arriba,
Mi corazón late inquietamente con ellos.
No bajes mi gaviota,
Pero vuelve otra vez a tu rebaño.
Soy un barco a la deriva solo
En el desconocido desconocido.

LEYENDO LAS CENIZAS

Quema dentro del fuego, poema,
que te enciendes
Las palabras se dispersan y desaparecen.
Dentro de las cenizas de los pedernales.
Lector de las cenizas,
ves el drama histórico allí,
que viene desde el fondo de esa oscura primavera.
Te rescaté, poema, del pico de un pájaro,
que vuela por mi sangre,
por el cielo rojo de mis venas ardientes,
a través de los cables de dos mundos contradictorios,
A través de amaneceres de cambio desconocido.
Te rescaté de la ira de los iconos;
esos espectros despreciativos,
capturando el rayo mientras golpea
la lanza de un guerrero de piedra,
y de los sueños de aquellos.
¿Quiénes son más grandes que los sueños que los atraen?
y renacen en cuanto se extinguen.
Ahora somos dos mundos, dos enemigos,
dos lados en conflicto,
que ahora están en guerra sin tregua;
Daga contra daga.
¿Quién es derrotado? ¿Quién es el ganador?
¿Quién surge con cicatrices significativas?
Quema dentro del fuego, poema, que
te enciendes


MUJER EN IVERNAZ


La noche se desborda. Lluvia vehemente.
Noche y lluvia. Lluvia y noche. Ivernaz
y una mujer sola en la noche y ivernaz.
bajo el trueno distante de los tom-toms
como serpiente ella se retuerce bajo la lluvia
Como en los brazos de un hombre.
Una mujer en la noche; un coche viejo y chirriante,
una mujer despertada por la lluvia ruidosa,
una mujer loca de placer
bailes en la noche, en la lluvia,
desnudo y solo
Y la lluvia cae como cura.
para heridas severas;
Una cura de los oscuros poderes y pasiones.
La lluvia cae como un murmullo, una caricia.
Levántate y crece!
La lluvia cae y ahi
No hay final para el ivernaz.

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