sábado, 30 de marzo de 2024

10 POEMAS DE ROLANDO REVAGLIATTI DE SU LIBRO ‘INFAMÉLICA’


El monstruo 

 

¿Me recordás

monstruoso

avasallándote

mudo

 

y silenciándote?

 

 

Se fue 

 

Cuando se fue

se fue por esa puerta

Tardó esa puerta

en cerrarse

Tanto tardó como yo

tardé en decidir

y ejecutar la acción pertinente

 

Tardé, pero lo hice

Sucedió

Obtuve encierro

al irse.

 

 

Neurótico

 

 

Melina es rica

Yo

     me la como

pero

NO me cae bien

 

Es rica

No ceso de comérmela

No cesa de NO

caerme bien

 

aunque

es rica.

 

 

La Corona complica

 

 

Esquivaría las formalidades

como un mortal cualquiera

si no tuviera que adiestrarme para Rey

 

La enoja mi recelo

a la nueva delfina de Francia

No sabría qué hacer con esa rubia

 

Prefiero al herrero con el que lucho

Es más fuerte que yo

Y me enseña.

 

 

Daría lo que soy, etc.

 

 

Nadie

ha querido jamás

tanto a Analía

como yo la quise

casi

 

Soy

quien ha batallado inclaudicablemente

en pos de la obtención de las más altas reivindicaciones

casi

 

Daría mi fortuna

y hasta la propia vida

apenas me las reclamaran

para justas causas

casi

 

Analía

me ha querido tanto

tanto, pero tanto

como yo la quise

casi.

 

 

Introito 

 

¡Tengo tantas cosas

estúpidas para decirte!

 

A tu volubilidad

exasperada

mi barniz lechuguino

le otorga una proyección

conservadora

 

Beberás

el transparente néctar

de mi inconsistencia

con la deliciosa imprecisión

de tu ansiedad

parasitaria

 

Confío en que

me captarás

perfectamente.

 

 

Así me atraes 

 

Incoercible como mi atracción por los desfalcos

a las mega-empresas privadas del Imperio

 

Irrefrenable como mi fascinación por los sabotajes

y variopintos atentados a las instituciones

públicas del Imperio

 

Así me atraes y así me fascino

 

No te prives de instalarme en tu vida

privada

¡mujer, mujer!

pública.

 

 

Frente

 

 

Mordisqueo tus labios de frambuesa

atrapo el lóbulo de tu deliciosa

orejita derecha

y así

        incitado

                       beso

con extrema dulzura

tus dos dedos de frente.

 

 

¡Me lo tenías que decir!

 

 

Nunca pude

con alguien

que me lo diga

 

Ahora

ya

no

se

(me)

produce

 

Ahora

ya

no

llego

 

¿Por qué tenías que decirme tanto?

 

 

 

Especialista

 

 

Soy un reconocido especialista

en eso de hacer sufrir

a las mujeres

 

por lo cual me requiere

sólo una pequeña infinidad

de mujeres ansiosas

por cierta manera

acaso

no tan especialísima

 

de sufrir.

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