EL JUSTO
Al
borde del abismo, el roble erguido,
del
huracán resiste al recio embate,
y
su lozana copa no se abate
ni
aun al golpe del rayo que lo ha herido.
Así,
la condición que le ha cabido
sufre
el justo, en su vida de combate:
exento
de temor su pecho late,
y
el dolor no le arranca ni un gemido.
EL ZORRO Y EL PERICO LIGERO
Es
necedad de marca
tragarnos
el elogio
mentido
de algún pillo
que
después dice «! tonto!»
y
ríe en nuestras barbas:
Vaya
al caso un apólogo:
A
un perico-ligero
así
le dijo un zorro:
«Tu
agilidad, perico,
excita
grande asombro:
dicen
que bien mereces
el
epíteto honroso
de
LIGERO; que corres
mas
que el galgo y el potro;
que
saltas mas que el tigre;
que
brincas mas que el mono.
Haz
que tu ligereza
yo
admire, y este arroyo
salva,
y en cambio te hago
el
mas cumplido encomio».
El
pobre animalejo
da
un salto, y en el lodo
se
mete hasta las cejas.
El
pillastrón del zorro
se
ríe a carcajadas y le dice «Molondro»,
si
ya has vuelto a tu juicio,
sabe
que por apodo
se
te llama LIGERO:
tu
nombre es PEREZOSO.
El
odio inmerecido no le espanta;
de
sus contrarios el ultraje olvida;
el
rencor en su pecho nunca impera.
Del
deber acatando la ley santa
ve,
imperturbable, el drama de la vida,
y
el desenlace en otra Vida espera.
Tomado
de:
https://diarioinca.com/poemas-de-manuel-jose-cortes
AL CIPRÉS
¡Oh
ciprés! nuestra suerte es parecida.
Tú
en el aura al nacer diste un quejido:
Yo
al ver la luz primera de la vida
Del
punzante dolor lancé un gemido.
De
la tormenta al horroroso embate
Abrasado
del rayo te has sentido;
Y
yo mi corazón siento que late
Por
la pasión y el infortunio herido.
Nunca
en tu estéril copa se ha mecido
Del
céfiro al aliento ni una flor:
Así
mi corazón no ha producido
Más
que la espina aguda del dolor
Eres
tú más feliz, porque tu suerte
Es
morir en el suelo do has nacido;
Mas
yo ¡infeliz! Tal vez halle la muerte
Lejos
del patrio suelo apetecido.
A UN TACAÑO
Yo
conozco un tacaño… tan canalla
Que
el aire escatimara muy contento:
No
piensa por guardar su pensamiento,
O
por guarda su voz si piensa calla.
Contra
la ciencia misma de Dios falla,
Y
en los astros del rico firmamento
Y
en las olas del mar que impele el viento,
Ostentación
y lujo inútil halla.
El
menguado que todo lo cercena
Y
pasa días tristes, infelices,
Sufriendo
los tormentos del infierno,
¿Cómo
a ser mutiladas no condena
Sus
narices que son más que narices
Deforme
yuca ó retorcido cuerno?
LA CIEGA
I
Todo es noche, noche oscura!
Ya
no veo la hermosura
De
la luna refulgente;
Del
astro resplandeciente
Tan
sólo siento el calor.
No
hay nube que el cielo dora,
Ya
no hay alba, no hay aurora
De
blanco y rojo color.
Ya
no es bello el firmamento,
Ya
no tienen lucimiento
Las
estrellas en el cielo;
Todo
cubre un negro velo;
Ni
el dia tiene esplendor;
No
hay matices, no hay colores,
Ya
no hay plantas, ya no hay flores,
Ni
el campo tiene verdor.
Ya
no gozo la belleza
Que
ofrece naturaleza
Lo
que el mundo adorna y viste;
Todo
es noche, noche briste
De
confusión y pavor!
Do
quier miro, do quier piso,
Nada
encuentro y no diviso
Sino
lobreguez y horror!
Pobre
ciega, desgraciada,
Flor
en su Abril marchitada,
¿Qué
soy yo sobre la tierra?
Arca
do tristeza encierra
Su
más tremendo amargor;
Y
mi corazón enjuto,
Cubierto
de negro luto,
Es
el trono del dolor.
En
mitad de su carrera
Y
cuando más luciente era
De
mi vida el astro hermoso,
En
eclipse tenebroso
Por
siempre se oscureció.
De
mi juventud lozana
La
primavera temprana,
En
invierno se trocó.
Mil
placeres halagüeños,
Bellos
dias y risueños
El
porvenir me pintaba,
Y
seductor me mostraba
Por
un prisma encantador.
Las
ilusiones volaron,
Y
en mi alma sólo quedaron
La
amargura y el dolor.
Cual
cautivo desgraciado
Que
se mira condenado
En
su juventud llorida
A
pasar toda su vida
En
una horrenda prisión,
Tal
me veo, de igual suerte:
Sólo
espero que la muerte
De
mi tendrá compasión.
Agotada
mi esperanza,
Ya
ningún remedio alcanza;
Ni
una sombra de delicia
A
mi existencia acaricia;
Mis
goces son el sufrir:
Y
en medio á tanta desdicha
Sólo
me queda una dicha,
Y
es la dicha de morir.
Tomado
de:
https://rincondepoetasmajo.blogspot.com/2013/05/manuel-jose-cortes.html
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