#PróximoMercado
Como si el mercado no fuera de repente
alegoría para valores cambiantes
movido por una mano sin cabeza
como si el mercado fuese ahora
un sofá en Panamá o la sala de música
parte de la decoración en todo caso
como si el mercado fuera un lugar
de descanso un centro de rehabilitación
con losas estériles
como si el mercado fuese
la nueva salida
un sitio de encuentros
como si fuera una lista
de cosas no adquiribles
un espacio futuro o cambio climático
como si el mercado fuese
de una vez concebible
sin vivanderos…
y yo
corro por el mercado
con un delantal manchado de sangre
buscando un repuesto para los conductos biliares
el
espaldar de belfos de los compradores
el alboroto de mercado las avispas las ratas
las cornejas la santa trinidad de guardianes
de la
depravación en el rincón
uno que aún cree en el merc-sismo
lee páginas amarillentas
desde
la memoria que resulta corta
que desmonta largas ondas
en ciclos veloces
en
algún lugar de este planeta
habrá siempre mercado y el maestro del mercado
asigna puestos slots espacio web
opciones y chances
para un futuro cuya imagen está colgada
arriba de nosotros
espejo de chapas onduladas
en el Mercado Central de San José
coma Costa Rica
Músicos urbanos
Siempre me inspiran ternura
los músicos
por más miserable que sean.
Con sus rastas y pulseras
tejidas. Cuando están
en el paso subterráneo
con su oboe de tono
tajante y agudo
tocando la Oda a la alegría
o Highway to Hell,
con el birimbao delante
de las puertas de la ciudad
o con la mandolina sobre las rodillas
debajo de un memorial de guerra,
con esa versión gitana
de una de Katy Perry.
Los músicos siempre
me inspiran ternura;
no hace faltan que estén tumbados
con el contrabajo
o que aleteen aplastados por su fagot
como la cucaracha de Kafka.
Basta con un cuello
que se abulta, una mancha amarilla
donde descansa el violín
o estas mejillas de sapo
de tanto soplar y soplar
la trompeta o el trombón.
Ustedes me animan, músicos
a la velocidad de paso;
detrás del sombrero y sobre los puentes,
cobran apenas
lo que gastan para mantener
el ritmo.
Tomado de:
EL AMANTE DE MISILES
Estuviste en El Paso, Wernher,
en un complejo habitacional
bajo observación
saltando a una pileta
desde una altura de tres
quizás cinco metros
hacía atrás
las pruebas balísticas
los muertos en los alrededores
de un pueblo polaco, el campo
de despegue
un niño, con el verso
que ya de niño tuvo la idea loca
de viajar a la luna
el satélite bien arriba
de todo
y los Estados Unidos abajo
las tropas ocupantes
recibien a los científicos de Peenmünde:
diez años más avanzados
que el resto del mundo, sabían
hacer explotar un cohete
a control remoto
y no eran chinos ni japoneses
que con el polvo negro
crean flores de fuego en el cielo, no
las diez toneladas
de explosivos vuelan
más rápido que el sonido
de noche unas flechas letales dan
en unos edificios de los alrededores de Amberes
en los jardines de barrios burgueses
de Londres.
Wernher Magnus Maximilian Freiherr von Braun**,
además de barón, you are a fucking
bastard!
No pasó un año desde el fin de la Segunda Guerra,
y ya despegan los wunderwaffen de vuelta
desde White Saints
como guardianes del Free World.
Los hombres de los misiles aprenden
inglés en el desierto…
Wernher sigue tocando
el piano, le encanta la música
clásica y su corte de pelo
un legado del régimen nazi.
Se siguen desarrollando el motor
y la conducta, Wernher
te veo radiante
en blanco y negro…
En la cinta de décadas pasadas
se borró tu participación en las SS
pero te llevaron a los E.E.U.U.
en una operación clandestina…
Wernher, querías ser el hijo pródigo
proponiendo el misil de dos compartimientos
con una bomba atómica
en la cúpula
Wernher… sabes cómo afinar
precisión y efectividad
de su destino
Wernher sabes cómo hacer vibrar
las cuerdas hasta las del celo
para volvernos una sonatina
de un compositor olvidado…
Eso, ¿qué tiene que ver?, reclama el encargado
militar de la sección lanzamisiles
en El Paso…
Mientras en el desierto explotan las bombas
el hombre en la luna da tres vueltas
saltando alrededor del módulo lunar
en la superficie de los sueños de Wernher.
Así se cuenta la historia
y ¿quién quiere hablar
de los miles de cuerpos en la fosa común
escondida en las minas de Turinga?
Provincia en que se fabricó
el arma milagrosa…
¿Quién quiere hablar
del tic de Wernher
de sus ojos aniñados
que miran el cielo
contando las estrellas
y sus posibles destinos?
Pregunta a Oppenheimer, el padre
de la bomba atómica: ¿cuán fuerte
tiene que ser el mecanismo
de activación?
Wernher, borrada
de tu biografía toda
incursión hitleriana
sos ahora un héroe nacional
El hombre que manda
al hombre a la luna
también borrada
por la bruma nocturna.
El prócer que hace posible
que su nuevo país defienda
al mundo libre
misil por misil
artefacto por artefacto
de los rusos tan temidos
y superando la vergüenza
del Sputnik…
No tienen la culpa, dice Speer
en los juicios de Nuremberg
sobre los ingenieros de Peenmünde
con su knowhow…
como si la tecnología fuese
lo que defendía Mallarmé
L’art pour l’art
y no una herramienta
en un contexto dado.
Wernher, te casaste con tu prima
(otro contexto dado)
la Von Quistorp… y la llevaste a bailar twist
a Nueva York…
Pero nunca saliste de un bien definido
largo y lúgubre corredor
de ideas, la súper-arma,
la estación espacial para vengarse
tras los más que probables ataques soviéticos
desde el cosmos…
O con tu hermano espiritual
Walt Disney
dibujando nuevos modos de usar
armas y espacios
pinceles y especies…
En un barrio de Huntsville
una colina llamada Sauerkraut Hill…
se fundan familias, aparecen niños…
Él amaba a sus niños, era un padre
tierno…
Más tarde, su esposa
diría en una entrevista
con una leve mueca de disgusto:
Tuve la impresión
de haberme casado
con un misil…
Yes, en algún momento hubiéramos reached the moon
without Von Braun…
Jamás la historia depende de un solo hombre…
Pero recién ahora estaríamos
llegando a la luna
y él saluda desde Marte…
Tomado de:
https://www.vallejoandcompany.com/poema-amante-de-misiles-por-timo-berger/
Costa Verde
En el Óvalo de Miraflores
encontraste tu musa, Miguel,
con dentadura de caballo y un cuerpo
blando, amasable,
en un día que –amanecido en
lluvia– besaba vidrieras, allí
estaba en la entrada del Cine Pacífico
y tú le tapaste los ojos
con las manos y se rió
y dijo, déjalo, Miguel,
te reconoció por tu olor
y la ternura de manos
que nunca trabajaron.
El Parque del Amor, Miguel
era tu destino preferido,
su cabeza en el corazón
de ladrillos, te valía una foto,
sus dedos sobre tu muslo,
las piruetas de los skaters
y de los dealers
en los arbustos cortados
en forma de delfines
una despedida provisoria
y el rencuentro como casual
en la puerta de una pensión.
El tiempo suplementario, Miguel,
en una pieza sudada que daba
al pozo de luz.
(de Microclimas (Ediciones VOX, Bahía Blanca/Argentina,
2014)
Escrito originalmente en español.
Pueblo joven
Este plano lleno de colores no
representa el límite actual
entre la ciudad y el desierto
tampoco desparece la planicie
de arena de un amarillo lavado,
se acomoda entre casitas
tiradas como dados recién arrojados,
pueblos adolescentes
que crecen carcomiendo el último
gajo de la cordillera
más allá de la ruta interregional
del radio de la planta eléctrica
los usurpadores no regalan
ni una capa de pintura sobre el ladrillo
de sus mansiones en progreso
cuestión de impuestos, dicen
falta de cultura, dicen otros
pero sorprende que a pesar
de la aparente falta de organización
las edificaciones se alinean
como anticipando al urbanista
que con trazos generosos
sobre mapas heredados
moldeara un futuro
que nunca llega ni llegará
sino más allá
de cualquier plano de la ciudad
acá arriba y lejos del centro
Celinda, sus tres hijas y el perro
no amanecen en la bruma costera
que en Chile se llamaría Camanchaca
y acá no tiene nombre aún
como tantas otras cosas.
(de Microclimas (Ediciones VOX, Bahía Blanca/Argentina,
2014)
Escrito originalmente en español.
Magdalena del Mar
Ahí escribí un poema
y lo perdí en el camino
Pasando el viejo convento
el cuartel de policía
la plazoleta con esa estatua
grosera, fruto de las ansias
de un gobernador local
de perdurar. Mi poema
escrito sobre el dorso
de una factura se lo llevó
la brisa salada de la costa
en Magdalena del Mar.
Hablaba de una pareja
de un policía en moto
para ser exacto que frenaba
en la bajada al Pacífico
y lo que parecía primero
un acoso –policía parando
al lado de una muchacha
de falda corta –con el beso
confianzudo se convirtió
en novela. Agarrada
de su espalda en el vehículo
tras la vuelta en u, subieron.
Me acuerdo que en el escrito
original hablaba del claxon
que tocaba el oficial
lleno de ilusión.
(de Microclimas (Ediciones VOX, Bahía Blanca/Argentina,
2014)
Escrito originalmente en español.
El standbye del beso
No me gusta salir en las fotos
esa maña la tengo desde chiquito
desde antes de la adolescencia
la edad en que los adultos se vuelven complicados.
En las fotos
que me sacaron el día
que nació mi hermano
demuestro cierta incomodidad
yo apenitas cuatro y algo de años
afilando el hacha
Después las fotos para la abuela que agonizaba
¿Por qué no te quedás quieto un momento?
Para la tía padrina que me hundía en sus besos mojados
y el marido de mi otra tía que dicen que le gustaban
los chicos
la foto que nos sacaba el rígido fotógrafo
después de la confirmación
todas las chicas con faldas negras
salían en primera fila no me molestaba
medio que me escondía detrás de las cabezas
de las hermanas Sattig, gemelas mellizas
que inspiraban mis sueños durante un rato
Igual en un momento, mi papá de tanto
yo rebelarme, perdió el interés
de perseguirme con la reflex
que cada vez caía más en desuso
en un último intento de registrar mis pasos
por el mundo se volvió pionero en nuestro pueblo
comprando una cámara de video.
Igual no era lo mismo
ver un bebé en pañales o directamente desnudo
en una playa de la Costa Brava
registrado en Súper 8
y en tomas bien cuidadas
(porque el rollo duraba apenas 3 minutos)
que ese delirio pixelado de más de dos horas
que nunca se editaba y se solía mostrar
a deshoras, comiendo sanguiches
con pepino y queso, con mi madre borracha
y mi hermano peleador como un perro pastor.
Mi papa y yo nos perdimos el rastro
Él ahora se está muriendo de una enfermedad
que lo carcome desde adentro
yo hace meses que le debo
una foto de mi pareja y yo
con nuestro bebe.
La verdad, no me gusta verme en las fotos
siempre parezco alguien que quiere
estar en otra parte.
Pero tengo una
en que poso
con mi hermano recién nacido
lo abrazo desde atrás
pero parece que lo estoy ahogando.
Y tengo otra foto
que me acaba de llegar
por facebook
de una joven autora
que conocí hace poco
que se cortó el pelo
y ahora me manda una foto
con los cachetes rasurados
y una boca que tira un beso
el standbye del beso.
No sé cómo contestarle.
Sé solo que no me gustan las fotos
en que
de alguna manera
aparezco yo.
(inédito)
Escrito originalmente en español
Tomado de:
https://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/Festival/27/News/Berger.html
Sexo y tiempo
Imagínate que fuera verano y ninguno abandona
la cama, el hombre títere, por ejemplo, sobre mi
estantería de la cocina, ese que se aferra, por lo
general,
al oso bebé o se esconde detrás de una caja de velas,
baila, baila, de repente, con la banda sonora
de Mauricio Kagel. ¿Quien será ese Kagel?
La tormenta sobre un lago cercano da la vuelta,
un rayo perdido desvía todavía los mocasines,
más ningún capricho, ninguna granizada bate
en el patio, solo vecinos con unos dados diminutos
tomando caña al son de los gemidos. Pero este verano
debe, debería una vez por todas terminarse, nos vamos
a volver todos padres y madres de hijos que con otro
tiempo hubieran permanecido sobre los estantes;
sus cabezas de pelusa escondidas detrás de una caja
que guarda las velas consumidas en noches de invierno.
(para Martín Solares)
2
Músico emergente
Su banda no se llama Cyber Camus, ni su estilo
Psychedelic Pop, son gemelos falsos
de los nichos de mercado
una teñida, la otra con Piercing
en medias rayadas y en alemán
haciendo el soundcheck
o como decimos nosotros prueba de sonido
y él, el auténtico, al collar de remache
rompe los palillos sobre el bombo
los corazones, el propio, en el camino hondo
entre barrios y boliches
salta, la lengua paseada por los hongos, el tranvía
el combo de Pankow del carril al talento
en el backstage enciende un vaso de vino
y a Los Natas, el día apunta
y cuerpos que se necesitan
van dejando manchas.
(para David Magnus)
3
Coquetería capitalina
Pasea la ciudad hacia el oeste
(está orientada)
estampándose manzana por manzana
en la pampa
una planta siempreviva, clara
como el día, anything goes
en el compás de la
urbanización (la ciudad es
una culebrilla,
su vestido una campera
de corderoy neo-
colonial, el barroco de moda
es hypermodernity
elevado a dos, a tres torres).
La ciudad aprendió nuevos pasos de baile
¿descuido o cálculo?
se podría mirar profundo
en su escote (el más cotizado
terreno de Baires: la
reserva erótologica)
un juncoso abismo más allá de antiguas orillas
acá lo llamaron Bajo
grava y légamo
sellado, obstruido con edificios
desdoblado para la oración:
La ciudad se desenvuelve
sobre una grieta capital –
el embalaje como siempre
lo más costoso.
Tomado de:
https://laseleccionesafectivas.blogspot.com/2006/07/timo-berger.html
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