María de Gaza
La paz de la tierra no es con nosotros
ni con mi hijo o el tuyo,
María le dijo a María...
Hermana de mi tierra y mis pasos sobre ella,
mi hermana de espíritu y oración
hermana del alba al clarear, de este aniquilamiento
y de la muerte y la vida que aún nos queden
La paz de la tierra no es con nosotros
Este cielo de ahí arriba
¿no nos ve?
¿O es que la cruz que cargamos a la espalda
por tantos campos de sangre amarga nos oculta?
La paz de la tierra no es con nosotros
La paz es con nuestros enemigos, Señor,
con los aviones y con la muerte descendiendo, la muerte
ascendiendo,
la muerte hablando, mintiendo, bailando
Nada le basta
Ni nuestra sangre de luto
o nuestra sangre de fiesta
Ni nuestra sangre en el mar, el valle o la montaña
Ni nuestra sangre en el barro o la arena
Ni nuestra sangre en la respuesta o la pregunta
Ni nuestra sangre en el Norte o en el Sur
Ni nuestra sangre en la paz o la guerra
La paz es con nuestros enemigos, Señor
Con sus guardianes en países lejanos
Con sus guardianes en países vecinos
Con cada hermano que como un enemigo nos sitia
Con cada hermano que pasa por encima de nuestra muerte
para después
asentar su trono sobre nuestras ruinas
No hay sitio para la mariposa donde una niña
perdió los
pies
Ni para un enamorado muerto por amor, no por los
aviones,
Ni para que el poema se gloríe del poeta que escribió
"Cuando
yo muera, tú
has de vivir para contar mi historia"
El mar no es para los pájaros o las amadas,
y el cielo nos ha dado la espalda, como los países
extranjeros
La paz de la tierra no es con nosotros
La paz es con los demás y con los hijos de otros
Con el silencio después de que nos masacren
Con el silencio antes de que nos masacren
Con el silencio mientras nos masacran
Con el silencio si gritábamos
Con el silencio si callábamos
Con la voz cuando nos apuntan:
Matadlos, y con silencio nos matan
La paz de la tierra no es con nosotros
Es con los tiranos, los gobernantes gallitos y todos
los
ejércitos de
polvo
Con la devastación y los fantasmas de quienes mataron a
pequeños o
grandes...
Con los soldados y quienes pusieron grilletes al
horizonte
Con los que hicieron correr la sangre, odiaron a la
víctima
y mataron a
los testigos
La paz es con un tirano por aquí...
y otro por allí
La paz es con colas ladrando por acá...
con silbidos de mil armas por allá
La paz es con quien ahora me arranca los ojos para que
no te vea
Señor, llévate todo y deja aquí mismo, junto a nuestro
mar, las
tumbas de los que amamos y nuestras casas
No desapareceremos, nos quedaremos juntos...
O llévanos si quieres... o déjanos
Haz lo que quieras cuando quieras
Nos tienes cerca del ojo de Tu corazón
O… Señor, sé nuestra fortaleza, no huiremos —si cae la
noche— de
nuestra muerte
Déjanos, Señor, a las puertas de Tu espíritu:
de la iglesia, la mezquita y el mar;
del barro y las palmeras;
de la vida, si vida sigue existiendo aquí
O... Llévanos, Señor, y deja algo de nuestro espíritu
aquí
mismo,
como despojos junto a las ruinas de las escaleras de
nuestras
casas
Y que la paz sea con la tierra que no es nuestra
La paz que anhelamos, que amamos, que soñamos, que
deseamos...
no es con nosotros
La paz tan sencilla como las lágrimas de mi madre en
las
bodas y los
duelos no es con nosotros
La paz que como una pluma vuela
La paz que como una pluma se posa
La paz tan bella como una canción,
tan dulce como como nuestras risas
y como nuestra gata antes de que la mataran...
Pero, ay, Señor, desde que murió nos sigue hambrienta,
maullando y
asustada,
desde una habitación en el Norte a los campamentos del
Sur
La paz de la tierra no es con nosotros
No es con Gaza cuando en primavera es tan feliz como
los
niños
Ni con Acre, mil años en vela, guardándonos como una
abuela
Ni con Yaffa la Bella
Ni con Jesús, sangre de nuestra sangre, carne de
nuestra
carne, tierra
de nuestra tierra, resucitado de
nuestras
resurrecciones
La paz de la tierra no es con nosotros
La paz de la tierra no es con nosotros ni con Tu
Jerusalén,
ensalzada por el Profeta y nuestro Corán
*
La paz de la tierra tiene que ser conmigo, Señor,
conmigo
y luego
contigo
Con las mariposas que revolotean entre los dedos de mis
hijos del
alma,
que ascendieron a los cielos contigo
y solo me quedan sus despojos, un día que gime
y plumas de paloma sobre sus nombres y las escaleras
Sus dedos son el sol de estas mariposas y la herida del
horizonte
Nada les he dicho a las mariposas
Las he dejado revolotear como si fueran mi espíritu,
viajando
entre la ceniza y el rocío
A ellos les cantaré en nombre de los veinte... treinta
mil...
que sobre nuestra tierra vivieron...
Jamás diré: La paz sea con quienes asesinan,
desarraigan,
incendian
La paz de esta tierra fue con nosotros antes de que
ellos
llegaran
Y la paz de esta tierra será con nosotros cuando se
vayan
Que la paz sea con nosotros... Con nosotros
Traducción de Luz Gómez
Tomado de:
https://mahmuddarwix.blogspot.com/2024/03/ibrahim-nasrallah-maria-de-gaza.html
Confesión
Sí
La casa es una tumba con una puerta y una ventana
La camisa de dormir es mitad mortaja
Y la cama, mitad ataúd
Usted, señora, y nadie más
Puede cambiar la escena
Desconcertado
Al principio
Los caballos dijeron, nosotros necesitamos las
planicies
Las águilas dijeron, nosotras necesitamos las cimas
Las serpientes dijeron, nosotras necesitamos las
madrigueras
Mas los humanos permanecían desconcertados.
Fe
Cada vez que oigo hablar acerca de un tigre
Que devora a su entrenador en el circo
O a su guarda en el zoológico
Me elevo en alegría
Dentro de mi jaula
Inmigrante
A todos lados adonde sus pies caminaron
ellos llegaban,
pero él
no.
Maternidad
Una gota de sangre
tropieza en la oscuridad;
Una lágrima se apresura
para iluminar su camino.
Deseos
Para soñar con él
no con nada más,
la pequeña niña se fue a dormir finalmente.
… …
Asustado
de que sus heridas rasgarían la inocencia de sus
sueños,
y que ella despertaría,
el espectro
se yergue ante la puerta sangrante
y llora.
Esperando
La mujer joven
circunda altivamente alrededor de la flor
y silenciosamente
en las ramas
los cuchillos crecen.
Una pregunta
… …
¿Qué encolerizó a los árboles
para que excavaran sus raíces
como garras
en el cuerpo de la tierra?
Imitación
En vano los alambres
alrededor del jardín tratan de imitar a los árboles.
Espinas crecen en ellos
hiriendo más intensamente
mas siempre
sin flores.
Tomado de:
https://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/Revista/ultimas_ediciones/71_72/nasrallah.html
EXTRANJEROS
¡Qué oscuros son!
¡Qué tontos son!
¡Qué cabreo tienen sus pequeñas y las mujeres!
¡Éstos han venido extranjeros!
Y han vuelto a sus casas extranjeros.
Así, se han sentado a pensar tranquilamente.
Los asientos.
Al atardecer.
RESIDENCIA
Un asiento
paseando
entre la gente,
y la gente en el autobús.
El asiento se alegrará igual que yo
cuando venga
y lo elija de entre muchos asientos
para que habite en él
una mujer impresionante.
ADVERTENCIA
Hay algunos asientos
quizá no les gusten algunos poemas pegajosos
ni la riada de las charlas pesadas.
Prestad atención,
quizá van a tirar a los sentados.
A quienes se sienten encima de sus corazones,
los tirarán hasta el fondo del infierno
dentro de poco.
SEPARACIÓN
Un asiento en el jardín
y un frío negro.
Un silencio inmenso ha caído
desde la altura del espacio,
llegando al sorprendido momento.
Estaban aquí los dos,
hace cinco minutos,
han hablado mucho
y no han dejado
más que el frío de dos manos en su pecho
y el llanto de una rosa marchita.
UN FIN
Unos asientos de piedra
en la arena.
Aquí… desde hace siglos
ha pasado por encima de ellos la oscuridad,
y han pasado épocas.
¡A cuántos reyes y emperadores vieron entronar
como si el tiempo no fuera a cambiar!
Eran unos asientos orgullosos de la seda
y de las nubes de perfume,
ahora sueñan con cualquier gente,
gritan…
lloran.
MUERTE
Los asientos se reirán
cuando los abandonemos
seguros de que estamos de acuerdo.
Los asientos
nos perseguirán para ver nuestro silencio
en las camas
o alrededor de las mesas.
Tomado de:
https://ficciondelarazon.org/2016/02/08/ibrahim-nasrallah-ocho-poemas/
Días
El primer día
sostuve mi mano mientras dibujaba un ataúd
Entonces me enviaron una corona
Al segundo día
Sostuve mi mano al dibujar una flor
Entonces me enviaron un ataúd
Al tercer día grité a plena voz
Quiero vivir
Entonces me enviaron un asesino
La mano
Es la mano
La bella rama del día
Floreciendo con dedos
Suave como el arrullo de la paloma
Que ni atrapa el viento,
Ni arresta el agua.
Pero se aloja en el espacio
Y abraza la tierra
De la flor salvaje
Al árbol de palma.
Es la mano
La que nos conforta en nuestra fractura,
Nos consuela cuando lloramos,
Nos da solaz en nuestro cansancio.
Es la mano
El milagro del sueño
La leyenda de la creación
Las columnas de luz
O un manojo de ascuas
Que vivifican o menguan.
Es la mano
Un campo, y un ramillete de canciones infantiles,
Y un planeta.
La mano no es un libro, o líneas.
No escrutes los detalles
No leas su silencio
Ni sus contornos
No encontrarás nada.
Todas las líneas que la han invadido
Todas las curvaturas
Son nuestras culpas
De las primeras aberraciones
Al advenimiento de la miseria.
Es la mano
No la leas
Lee lo que escribirá
Lee lo que hará
Y levántala
Levántala
Hasta que se haga un cielo
Tomado de:
https://franciscocenamor.blogspot.com/2019/08/poema-del-dia-dias-de-ibrahim-nasrallah.html
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