seneca, el cordobes
El viejo animal vierte sus carnes en la lluvia que
duerme en la alberca. Se siente desnudo, como la
música, y cree que todo le sobra, hasta el aire del
pecho.
La oscuridad lo acompaña, y usurpa las formas
que vienen a ser su rostro.
Otros tiempos no entenderán la servidumbre de
este hombre a su destino, pero no hoy, pero no
ahora, cuando las primeras sombras deshonran la
mirada, y el mundo queda abolido.
lo que nadie sabe
Mi madre aseguraba que una taza de ruibarbo
podía curarlo todo, hasta los males del amor.
Mi padre pensaba que un poco de dinero era mejor
que el ruibarbo y el amor
(además, podía comprar mucho más que eso).
Cuando yo tenía fiebre o estaba triste ella me daba
Ruibarbo.
Mi padre me dejaba algunas monedas.
Cuando ella murió él se metió en su cuarto,
apago
la luz y sentí que lloraba bajito. Jamás lo había
visto hacer esas cosas y el aire empezó a faltarme.
Toqué la puerta y cuando me abrió
dejé en su mano una moneda.
el búho
El celador dormita con la
radio pegada al oído. El
locutor está hablando
sobre el bolero y cada cierto
tiempo hace preguntas
sobre el tema. El celador se
las sabe todas pero no
puede moverse de su puesto
y llamar por teléfono, los
supervisores pueden
llegar en cualquier
momento y no quiere ganarse
una sanción por un premio
tan exiguo como los
que ofrece el locutor.
Es una emisora pobre, los
patrocinadores no dan
gran cosa pero la música
es buena. Él tiene doce
años de trabajar como
celador y tres cuidando la
fachada de aquella
empresa.
Todo el día pasa durmiendo
y
a las ocho vuelve a
trabajar.
Las noches serían
insoportables sino fuera por la
radio, con ella el tiempo
se desvanece en forma de
música. A las ocho de la
mañana entrega el turno.
déjà vu
Él trabaja en el puerto
descargando los barcos
que arriban llenos de
peces, a veces también los
acompaña en la rutina de
armar anzuelos e izar
las redes.
Hay instantes, frente al
mar, en que no está
seguro si está viviendo
una vida o intentando
recordar otra; como si sus
pies caminaran junto
a una equívoca sombra.
Entonces, respira hondo
varias veces, y se ocupa
de nuevo en afilar su
cuchillo.
No sabe que allá, en el
fondo de las horas, alguna
vez se llamó Miguel de
Cervantes.
Tomado de:
http://www.uexternado.edu.co/wp-content/uploads/2017/01/33-aquA%CC%83-Estuve-JJJunieles.pdf
LOS EXTRAS
A fuerza de costumbre los
extras de las películas parecen fantasmas,
parientes del humo y del
cero a la izquierda.
La camarera que lleva los
platos, los borrachos que pelean en el bar,
el cartero a quien
persigue un perro (y el perro también)
Alguien grita: ¡corte!:
Los extras toman sus
chaquetas, algunos son metidos en jaulas,
mientras que otros se
cuelgan el bolso, y se marchan calle abajo.
NO ME HAGAS REÍR BUSTER KEATON
QUE TENGO LOS LABIOS ROTOS
A dónde vas Buster Keaton
con esa sonrisa de
relojero ciego,
y esos ojos de barrilete
suelto al que
la brisa empuja hasta las
ramas de un árbol muerto
en un patio remoto.
Recién nacido y diciendo
adiós desde siempre.
Hay poco de militante en
tu mirada,
siempre pareces un niño
que llega tarde
a su primer día de
colegio.
Por eso los jarabes de tu
madre
no mitigaron la angustia
de sentirte
como un planeta con
fiebre.
La historia no sabe a
dónde ponerte,
porque eres como una
estatua de dignidad
en la plaza central de la
muerte.
NOTICIA DE JAMES DEAN
Paseando bajo la lluvia
en Time Square,
das un desamparo
que no tiene la muerte.
Te aqueja la soledad,
muchacho,
esa extraña enfermedad
de los que van solos al
cine.
Jinmy, apenas hablas,
sabes que no hay regreso,
te tocó ser una de esas
aves.
Tus manos ahogadas en los
bolsillos,
llevan la única tierra a
donde perteneces,
la que se lleva bajo las
uñas.
UN VIEJO VECINO DE LONGUEVILLE INVITA A NICOLE KIDMAN
Ven desde tu tierra roja,
desde tu refugio allá en
la vieja casa de Longueville,
donde mordías la tela de
una muñeca pensando en cosas lejanas.
Entonces yo era tu vecino,
un patio y dos mundos más
allá.
Aparta la cortina que te
separa, asómate, deja que la luz se arrodille
y el mundo se abra como un
mantel ante tus ojos,
que hacen olvidar el paso
de las nubes.
No es el cielo que cae a
pedazos,
son tus ojos,
la delgada marea de sus
párpados;
es como ver el mar, y el
mar nunca es igual dos veces.
Mis pies conocen el
paisaje de tu espejo,
soy la sombra que ves
pasar mientras te peinas.
Soy quien te llama cuando
nadie te está llamando.
No tengas miedo, yo también
leí a Emily Dickinson en voz baja,
y aprendí a no cerrar los
ojos de la nuca en ciertas calles.
Un hombre que va solo al
cine te está esperando.
Existe en este mundo una
ciudad, una esquina, una puerta
que espera tus nudillos.
Nadie recuerda el nombre que
pronuncia mientras sueña,
yo sí, es tu nombre,
que suena como el viento
en valles y estaciones apacibles.
Ven y dile adiós al frío,
a tus mejillas color de tarde derrotada.
Te enseñaré como se cazan
las mariposas,
y haré que nazcan plumas
en tu espalda.
INVITACIÓN A WINONA RYDER
Y yo sé querida Nani que
también tienes frío
(y eso es un lugar común),
que sufres de melancolía,
que más allá de la luz
eres una mujer temblando.
Dicen que mereces el Oscar
por cada gesto,
ante la cámara, yo
vislumbro otras escenas
algunas risas y mucha
melancolía,
afectos frustrados y
mentiras envueltas en papel
Blomingdales’s.
Yo sé, querida flaca,
que si estuvieras en este
bar, justo enfrente mío,
aceptarías una copa,
podríamos contarnos intimidades,
y por qué no, llegar a
algo.
Lo harías por mí y lo
paralelo de nuestras vidas,
por las sutiles
diferencias,
por las escasas
casualidades que nos separan;
sobre todo, por todas esas
lágrimas
en aquellos rincones,
aquí en el tercer planeta
más cerca del sol.
PALABRAS DE CONSUELO PARA JOHN CAZALE
(1935-1978)
Qué diablos vas a hacer
con ese pan que tienes por
alma,
muchacho.
Lo bueno de los golpes
(ay, los duros golpes,
muchacho,
los del alma) es que por
fin
descubres que no estás
hecho de
porcelana.
Sigue tirando los dados,
muchacho,
cuando el destino cierra
una
puerta siempre abre una
ventana:
lo que hace vivir y lo que
hace morir
son plumas del mismo
pájaro.
Habrá un después:
lo que vamos dejando atrás
es lo que nos hace ir
hacia delante.
Muchacho,
recuerda siempre que vivir
a cada quien le cuesta lo
suyo.
Tomado de:
https://www.laraizinvertida.com/detalle-2113-j-j-junieles-poemas-sobre-el-mundo-del-cine-
Como aire que se lleva el mundo
A la memoria de mi
padre
A dónde tu pecho y las
viejas palabras
hoy que los muros y el
bronce publican tu nombre,
hoy que me dan ganas de
tirarle piedras a Dios,
y casi puedo verte, mi
viejo,
lejano y triste, como un
santo sin milagros ni día de fiesta.
Cordero mudo ante el
pastor que lo ha esquilado.
Que los vivos griten lo
que los muertos callan,
padre (incomprensible
rostro del amor),
te imagino en un lugar
donde los caminos ya no tienen orillas,
donde la hierba no se
dobla cuando la pisas.
De allá vienes, alma de mi
alma,
como aire que se lleva el
mundo,
un fantasma atravesando
paredes para llegar hasta esta página:
tú, para limpiarte las
cenizas,
yo, para calmar mi pena.
Los años se llevan tanto
de nosotros,
pero dejan la respuesta
para todas las preguntas:
que nada importa, viejo,
que todos somos inocentes,
que ya podemos dormir
tranquilos.
Levanta tu rostro contra
el viento oscuro
¿Por qué parece que fueras
pateando el alma
mientras caminas?
Hasta las viejas se
santiguan cuando te ven pasar.
No vives en la falda de un
volcán,
y tu cara tampoco está
en el cartel de “Se busca
vivo o muerto”
La vida va sentada en el
autobús extraño que llega
cuando has perdido la ruta
de siempre.
Todavía quedan refugios
que desconoces,
Y alguien te espera en esa
ciudad (impronunciable)
bajo tu índice en el mapa.
Ahora, levanta tu rostro
contra el viento oscuro,
sal de los jardines
vallados.
Recuerda que existen
lugares donde hay cosas
que despertaron hoy, pero
mañana ya no estarán.
Tomado de:
https://revistapingpong.blogspot.com/2017/04/tres-poemas-de-j-j-junieles.html
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