DISERTACION SOBRE LA CONSONANCIA
Aunque a veces parezca por la sonoridad del
castellano
que todavía los versos andan de acuerdo con la
métrica;
aunque parta de ella y la atesore y la saquee,
lo mejor que se ha escrito en el medio siglo
último
poco tiene en común con La Poesía llamada así
por académicos y preceptistas de otro tiempo.
Entonces debe plantearse a la asamblea
una redefinición que amplíe los límites
(si aún existen límites);
algún vocablo menos frecuentado por el invencible
desafío
de los
clásicos.
Un nombre, cualquier término (se aceptan
sugerencias)
que evite las sorpresas y cóleras de quienes
-tan razonablemente- leen un poema y dicen:
"Esto ya no es poesía."
No me
preguntes como pasa el tiempo
AUTOANALISIS
He cometido un error fatal
-y lo peor de todo
es que no sé cuál.
No me preguntes cómo pasa el tiempo
NOMBRES
El planeta debió llamarse Mar
Es más agua que Tierra
Desde entonces
TRADICION
Aquí yacen tus pasos:
en el anonimato de las huellas
Desde entonces
LOST GENERATION
Otros dejaron a la "posteridad"
grandes hazañas o equivocaciones
Nosotros
Nada dejamos
Ni siquiera espuma
Desde entonces
Tomado de:
A quien pueda interesar
Que otros hagan aún
el gran
poema
los libros unitarios
las
rotundas
obras que sean espejo
de
armonía
A mí sólo me importa
el
testimonio
del momento que pasa
las
palabras
que dicta en su fluir
el
tiempo en vuelo
La poesía que busco
es como
un diario
en donde no hay proyecto ni medida
Aceleración de la historia
Escribo unas palabras
y al
mismo
ya dicen otra cosa
significan
una intención distinta
son ya
dóciles
al Carbono 14
Criptogramas
de un pueblo remotísimo
que
busca
la escritura en tinieblas.
Alta traición
No amo mi patria.
Su fulgor abstracto
es
inasible.
Pero (aunque suene mal)
daría
la vida
por diez lugares suyos,
cierta
gente,
puertos, bosques de pinos,
fortalezas,
una ciudad deshecha,
gris,
monstruosa,
varias figuras de su historia,
montañas
-y tres o cuatro ríos.
Caverna
Es verdad que los muertos tampoco duran
Ni siquiera la muerte permanece
Todo vuelve a ser polvo
Pero la cueva preservó su entierro
Aquí están alineados
cada uno con su ofrenda
los huesos dueños de una historia secreta
Aquí sabemos a qué sabe la muerte
Aquí sabemos lo que sabe la muerte
La piedra le dio vida a esta muerte
La piedra se hizo lava de muerte
Todo está muerto
En esta cueva ni siquiera vive la muerte
De "Islas a la deriva, 1973-1975"
Copos de nieve sobre Wivenhoe
Entrecruzados
caen,
se aglomeran
y un segundo después
se han dispersado.
Caen y dejan caer
a la caída.
Inmateriales
astros
intangibles;
infinitos,
planetas en desplome.
Contraelegía
Mi único tema es lo que ya no está
Y mi obsesión se llama lo perdido
Mi punzante estribillo es nunca más
Y sin embargo amo este cambio perpetuo
este variar segundo tras segundo
porque sin él lo que llamamos vida
sería de piedra.
El mar sigue adelante
Entre tanto guijarro de la orilla
no sabe el
mar
en
dónde deshacerse
¿Cuándo terminará su infernidad
que lo
ciñe
a la
tierra enemiga
como
instrumento de tortura
y
no lo deja agonizar
no le otorga un minuto de reposo?
Tigre entre la olarasca
de su
absoluta impermanencia
Las
vueltas
jamás
serán iguales
La
prisión
es
siempre idéntica a sí misma
Y cada ola quisiera ser la última
quedarse
congelada
en la
boca de sal y arena
que
mudamente
le está diciendo siempre:
Adelante
El pulpo
Oscuro dios de las profundidades,
helecho, hongo, jacinto,
entre rocas que nadie ha visto, allí, en el
abismo,
donde al amanecer, contra la lumbre del sol,
baja la noche al fondo del mar y el pulpo le sorbe
con las ventosas de sus tentáculos tinta sombría.
Qué belleza nocturna su esplendor si navega
en lo más penumbrosamente salobre del agua madre,
para él cristalina y dulce.
Pero en la playa que infestó la basura plástica
esa joya carnal del viscoso vértigo
parece un monstruo; y están matando
/ a garrotazos / al indefenso encallado.
Alguien lanzó un arpón y el pulpo respira muerte
por la segunda asfixia que constituye su herida.
De sus labios no mana sangre: brota la noche
y enluta el mar y desvanece la tierra,
muy lentamente, mientras el pulpo se muere.
Indeseable
No me deja pasar el guardia.
He traspasado el límite de edad.
Provengo de un país que ya no existe.
Mis papeles no están en orden.
Me falta un sello.
Necesito otra firma.
No hablo el idioma.
No tengo cuenta en el banco.
Reprobé el examen de admisión.
Cancelaron mi puesto en la gran fábrica.
Me desemplearon hoy y para siempre.
Carezco por completo de influencias.
Llevo aquí en este mundo largo tiempo.
Y nuestros amos dicen que ya es hora
de callarme y hundirme en la basura.
La diosa blanca
Porque sabe cuánto la quiero y cómo hablo de ella
en
su ausencia,
la nieve vino a despedirme.
Pintó de Brueghel los árboles.
Hizo dibujo de Hosukai el campo sombrío.
Imposible dar gusto a todos.
La nieve que para mí es la diosa, la novia,
Astarté, Diana, la eterna muchacha,
para otros es la enemiga, la bruja, la condenable
a la hoguera.
Estorba sus labores y sus ganancias.
La odian por verla tanto y haber crecido con ella.
La relacionan con el sudario y la muerte.
A mis ojos en cambio es la joven vida, la Diosa
Blanca
que abre los brazos y nos envuelve por un segundo
y se marcha.
Le digo adiós, hasta luego, espero volver a verte
algún día.
Adiós, espuma del aire, isla que dura un instante.
La flecha
No
importa que la flecha no alcance el blanco
Mejor así
No
capturar ninguna presa
No
hacerle daño a nadie
pues lo importante
es el vuelo
la trayectoria el impulso
el tramo de aire recorrido en su ascenso
la
oscuridad que desaloja al clavarse
vibrante
en
la extensión de la nada
La gota
La gota es un modelo de concisión:
todo el universo
encerrado en un punto de agua.
La gota representa el diluvio y la sed.
Es el vasto Amazonas y el gran Océano.
La gota estuvo allí en el principio del mundo.
Es el espejo, el abismo,
la casa de la vida y la fluidez de la muerte.
Para abreviar, la gota está poblada de seres
que se combaten, se exterminan, se acoplan.
No pueden salir de ella,
gritan en vano.
Preguntan como todos:
¿de qué se trata,
hasta cuándo,
qué mal hicimos
para estar prisioneros de nuestra gota?
Y nadie escucha.
Sombra y silencio en torno de la gota,
brizna de luz entre la noche cósmica
en donde no hay respuesta.
Las flores del mar
A la memoria de Jaime García Terrés
Danza sobre las olas, vuelo flotante,
ductilidad, perfección, acorde absoluto
con el ritmo de las mareas,
la insondable música
que nace allá en el fondo y es retenida
en el santuario de las caracolas.
La medusa no oculta nada,
más bien despliega
su dicha de estar viva por un instante.
Parece la disponible, la acogedora
que sólo busca la fecundación,
no el placer ni el famoso amor,
para sentir: ÂYa cumplí,
ya ha pasado todo.
Puedo morir tranquila en la arena
donde me arrojarán las olas que no perdonan.
Medusa, flor del mar. La comparan
con la que petrifica a quien se atreve a mirarla.
Medusa blanca como la X'Tabay de los mayas
y la Desconocida que sale al paso y acecha
desde el Eclesiastés al pobre deseo.
Flores del mar y el mal las Medusas.
Cuando eres niño te advierten:
Limítate a contemplarlas.
Si las tocas, las espectrales
te dejarán su quemadura,
la marca a fuego, el estigma
de quien codicia lo prohibido.
Quizá dijiste en silencio:
ÂPretendo asir la marea,
acariciar lo imposible.
Nunca lo harás: las medusas
no son de nadie celestial o terrestre.
Son de la mar que no es ni mujer ni prójimo.
Son peces de la nada, plantas del viento,
quizá espejismos,
gasas de espuma ponzoñosa
En Veracruz las llaman aguas malas.
El reposo del fuego
(Don de Heráclito)
Pero el agua recorre los cristales
musgosarnente:
ignora que se altera,
lejos del sueño, todo lo existente.
Y el reposo del fuego es tomar forma
con su pleno poder de transformarse.
fuego del aire y soledad del fuego.
al incendiar el aire que es de fuego.
Fuego es el mundo que se extingue y prende
para durar (fue siempre) eternamente.
Las cosas hoy dispersas se reúnen
y las que están más próximas se alejan:
Soy y no soy aquel que te ha esperado
en el parque desierto una mañana
junto al río irrepetible en donde entraba
(y no lo hará jamás, nunca dos veces)
la luz de octubre rota en la espesura.
Y fue el olor del mar: una paloma,
como un arco de sal,
ardió en el aire.
No estabas, no estarás
pero el oleaje
de una espuma remota confluía
sobre mis actos y entre mis palabras
(únicas nunca ajenas, nunca mías):
El mar que es agua pura ante los peces
jamás ha de saciar la sed humana.
Éxodo
En lo alto del día
eres aquel que vuelve
a borrar de la arena la oquedad de su paso;
el miserable héroe que escapó del combate
y apoyado en su escudo mira arder la derrota;
el náufrago sin nombre que se aferra a otro cuerpo
para que el mar no arroje su cadáver a solas;
el perpetuo exiliado que en el desierto mira
crecer hondas ciudades que en el sol retroceden;
el que clavó sus armas en la piel de un dios
muerto
el que escucha en el alba cantar un gallo y otro
porque las profecías se están cumpliendo: atónito
y sin embargo cierto de haber negado todo;
el que abre la mano
y recibe
la noche.
Tomado de:
http://amediavoz.com/pacheco.htm
Pompeya
La tempestad de fuego nos sorprendió en el acto
de la fornicación.
No fuimos muertos por el río de lava.
Nos ahogaron los gases. La ceniza
se convirtió en sudario. Nuestros cuerpos
continuaron unidos en la piedra:
petrificado espasmo interminable.
Homenaje a la cursilería
Amiga que te vas:
quizá no te vea más.
Ramón López Velarde
Dóciles formas de entretenerte, olvido:
recoger piedrecillas de un río sagrado
y guardar las violetas en los libros
para que amarilleen ilegibles.
Besarla muchas veces y en secreto
en el último día,
antes de la terrible separación;
a la orilla
del adiós tan romántico
y sabiendo
(aunque nadie se atreva a confesarlo)
que nunca volverán las golondrinas.
(No me preguntes cómo pasa el tiempo)
Otro homenaje a la cursilería
Dear,
dear!
Life’s
exactly what it looks,
Love
may triumph in the books,
not
here.
W.H.
Auden
Me preguntas por qué de aquellas tardes
en que inventamos el amor no queda
un solo testimonio, un triste verso.
(Fue en otro mundo: allí la primavera
lo devoraba todo con su lumbre.)
Y la única respuesta es que no quiero
profanar el amor invulnerable
con oblicuas palabras, con ceniza
de aquella plenitud, de aquella lumbre.
Introducción al psicoanálisis
Don Segismundo Freud,
tras arduo estudio,
descubrió lo que al otro le costó un verso:
el delito es haber nacido.
(Irás y no volverás)
Carnada
Pasamos la vida
llevando a cuestas un desconocido: nuestro cuerpo. Tomamos la parte por el todo
y de él sólo conocemos la superficie, el revestimiento.
El verdadero cuerpo está por dentro,
invisible. No adquirimos conciencia de su estar hasta que la enfermedad nos
obliga a percibirlo. Antes nadie se imagina el corazón, el cerebro, los
pulmones, el páncreas… secretas maquinarias que lo sostienen en vida y de cuyo
arbitrio depende tanto como del azar exterior. Toda esa ordenación sin reposo
será al final carne de la nada, carnada de la muerte.
(Desde entonces)
A la orilla del ganges
A la orilla del Ganges aguardé,
por espacio de cuatro siglos,
el cadáver de mi enemigo.
Vi pasar en el agua restos de imperios,
pero no los despojos de mi enemigo.
En el proceso me volví piedra, planta, raíz
y luego un poco de basura flotante
que se llevó entre sus ondas el Ganges.
Qué decepción: jamás me vi pasar,
nunca supe que yo era mi enemigo.
(Miro la tierra)
Tomado de:
https://circulodepoesia.com/2014/01/poemas-de-jose-emilio-pacheco/
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