lunes, 13 de enero de 2025

POEMAS DE ANTONIO TRUJILLO CELEBRAMOS -SU RECONOCIMIENTO-.


Gulima *

Aquí el agua

es más alta

 

casi conversa

en el cielo

 

también es un río sagrado

hacia la casa del hombre

 

aquí la niebla

 

es una hoguera blanca

que no incendia los árboles

 

es una tribu antigua

que regresa a la tierra

 

* Nombre indígena de San Antonio de los Altos

 

 

 Un pájaro antes de morir

insiste a pico y sonido

 

cruzar no la fronda

sino el árbol que lo sostiene

 

esta obsesión

lo vuela a otra verdad

 

y su nervio

 

ya no mira los campos

ni espera el oro

de aquellos árboles

 

un pájaro antes de morir

vuela por dentro

 

hasta la rama

de su propio destello

 

 

a Armando Hernández

 

Mientras el mar golpea

y devora la isla

 

he vuelto

a soñar la casa

 

muy cerca

alguien riega las matas

 

y brillan como

si hubiera llovido

 

insiste el sueño y el mar

sobre la ciudad que nombro

 

de nada el vino servido

 

la luz de algún mes

y sus duraznos negros

 

sólo en sueños

esquivamos la muerte

 

 

 

 

 

Señor

no alumbres

 

sobre mi mesa

palabra mal habida

 

si nunca fue dolida

en alma misma

 

no permitas

lo infame

 

sobre el deseo

de tu misterio

 

borra la sombra

y dame la rama

 

que guarda el cedro

amargo del universo

 

el ave hundida

en tu sagrado ramaje.

 

 

 

*

 

Si la niebla

se mudara a esta hoja

 

a vivir

con yerbas y árboles

 

incluyendo a los que

no le sabemos el nombre

 

ni el uso

 

y soplara

viento de aquellas palabras

 

nacidas

mientras cruzamos el valle

 

si una rama

una brizna

 

algo de lo inmenso

 

si lo invisible

hiciera el bien

 

sobre estos riscos blancos

 

 

 

En las aguas del sueño

viajan los muertos

 

son ellos sus ropas

limpias intacta la carne

 

y los botones de nácar

aún sostienen el ser

 

puedo ver el río

donde viajan

 

ninguno nada

todos flotan

 

de espaldas

a la tierra

 

amable es el agua

y la zarza

 

que los protege

 

 

 

 

 

Una mesa

de trabajo

 

siempre es

algo ruda

 

le esperan

demasiados golpes

 

vive arisca

 

y suele hablar

mal del gobierno

 

del rey

y los suyos

 

sobre esta mesa

se inclina el hombre

 

nunca el alma

 

 

 

 

 

De cedro

es Dios

 

cuando impide

y ofrece

 

la palabra

de su reino

 

cuando

tu hoja en blanco

 

no tiene oficio

 

y te obliga

descalzo

 

a mirar

tanta niebla

 

 

 

 

 

En la imprenta

un árbol

 

ese instinto

de Dios

 

vacía

su savia

 

más palabra

era antes

 

 

 

¿Quién oye a un ser

como si fuera otro bosque

 

y tala una palabra y otra

hasta ver el desierto?

 

¿Dónde se aprende

a vaciar un espíritu

 

a colmarse

en los despojos

 

como si Dios no existiera?

 

 

 

 

 

Vuelve el nudo

ese quinto mandamiento

 

y el taller

muestra lo herido

 

son años con esta astilla

dentro de una república

 

no puede

salir de ella

 

y corta

 

esos muertos

los paga alguien

 

una guerra

nunca muere

 

 

 

a Juan Sánchez Peláez

 

Corté la rama

sesgada hacia la tierra

 

eso impide lo fatal

protege el tejido

 

y las hojas

regresan de la muerte

 

para lo nuevo

la luna hace lo suyo

 

y Dios

guarda el misterio

 

A Patricia Guzmán

 

Somos de otro tiempo

del reino del lino blanco

 

cuando Dios

era más alto que estos bucares

 

y el Nazareno

en la semana Mayor

 

trabajaba con nosotros

en el corte de la yerba

 

moviendo el estiércol

 

guardando los animales

y ajuntando la leña

 

el Jueves y el Viernes Santo

imposible mover una espiga

 

el sábado era

cantar el aleluya

 

y en la luz de las ramas

se vencía a la muerte

 

sin dejar de pensar

que alguien no pueda morir

 

bañando unos caballos

o mirando unas aves

 

cualquier cosa ocurre

en la muerte de abajo

 

hablamos de la otra muerte

la que nunca llega

(Este poema continúa en la página siguiente)

 

 

 

 

 

pues para ella

no tenemos cuerpo

 

 

 

somos de la niebla

y Dios lo sabe

 

de allí

 

que nuestras vidas

sean tan relucientes

 

 

 

Al mirlo

de esta hondonada

 

le tumbaron su país

 

un pomarroso

en la espuma

 

ahora

habla solo

 

unos árboles

después

 

baja a los valles

y el nombre de un río

 

es su frontera

 

 

 

 

 

Lava tus palabras

habla con ellas

 

déjalas

en el aire

 

y olvida el brillo

de andar en su luz

 

son cuerpo

del misterio

 

huyen y presienten

 

cuando el hombre

desea su lugar

 

lava tus palabras

 

siempre el agua

es más profunda

 

que nosotros

Tomado de:

https://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/Revista/ultimas_ediciones/84_85/trujillo.html

 

 

§

Entra a tu vacío

sé hostil a toda

 

penumbra

 

en la casa del cielo

gobierna lo invisible

 

no traduzcas

Dios lo sabe

 

y talla en tu alma

nunca en los árboles

 

de afuera

 

*

Vi morir

a uno de los míos

 

suelto ya el ser

liviano sin alma

 

sellando el viaje

con su alfil

 

de madera

 

nos dijo:

se flota

 

en la última palabra

 

 

Kandelarias

Dos de febrero hoy debo

apuntalar esa techumbre

 

no olvido madre

heredamos un desierto

 

el nombre de estas cuevas

 

¡lo sé! tu hijo se llama

Cristo Manuel de Los Reyes

 

Y enciendo lo lejos

otro cielo la sombra

 

de un árbol

la casa de tu espíritu

 

El cedro ya es niebla

 

esta vez busco

la casa del escriba

 

aún vive el que libera

su túnica y ciego

 

de espíritu

 

lapida

mis palabras

 

 

Un artesano devuelve

la espiga a su origen

 

y lo doliente del árbol

(tu silla) reanuda

 

otro silencio

 

se abraza

 

al destino de unas tablas

 

:

……………………………………………………………………A Reynaldo Pérez Só 

:….

:

:

:

Antes de labrar otra palabra

me enigmo en lo blanco

 

el alma siempre vuela

su yerba de intemperie

 

y si la niebla

insiste     lijo

 

en este vacío

 

en lo más áspero del misterio

 

:

Capín melao

Espiga a espiga

cubre el nombre

 

de una tierra

 

ondula la brisa

su lengua

 

nunca escrita

 

y un valle

ya por el cielo

 

tersa el alma

púrpura

 

de esta yerba

 

:

Maitana

Abatida la niebla

tiempo lleva

 

saber de nosotros

 

algo nos muda

en el nombre

 

de una quebrada

 

solo allí Dios

litiga otro celaje

 

lo a ras

de un pájaro

 

sobre las árnicas

Tomado de:

https://poesia.uc.edu.ve/antonio-trujillo/

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