miércoles, 15 de octubre de 2025

POEMAS DE TERESA AMY - DESDE URUGUAY RECORDAMOS SU MUERTE -



Saudade de Knossos

 

a Alfredo Fressia

 

el rey Minos mandó pintar los frescos del príncipe y de

la rosa moderna, rosa magenta, rojo cereza

marfil japonés de María, Blue moon, Altissimo,

Masquerade, Bucaneer amarilla, Parade,

Hansa, Souvenir de Léonie, ramilletes de Cécile Brünner,

Viennot sombreada: Híbridas de Té, aprovechan

las mutaciones con un tallo muy largo, trepadoras antiguas,

costeras, cortesanas, achatadas, heredadas rosas antiguas

de robusta floración damasco aparecen a raíz desnuda,

los vientos fuertes les quiebran las ramas, los deseos,

en la arena gruesa se descomponen, en los conos,

injertos y trasplantes, se ve un pedazo de pie (silvestre)

En la Biblioteca del Emperador (entre seiscientos libros

sobre rosas), sobre la representación de la rosa, en

la estación de variedades de la Malmaison

también está la rosa putrefacta de la herida

la rosa de Hiroshima

la bella rosa audaz, ilícita y estéril amado del poeta

 

(De Cuaderno de las Islas, 2003)

 

 

Palabras en la Estudiantina

 

I

 

a Eduardo Faget, in memoriam

 

- ¿baila? -

y adelantás el cuerpo

para que no me niegue

tensa percibo

olor a brea mezclado con perfume

un cuello de camisa clara, mangas cortas

vestido a lo paisano, pienso,

y Xandre que había dicho

arrastrando con un dejo de envidia:

"la gente de zapatos blancos

baila bien"

miro la llama de la vela, arriba

en la capilla cavada en la pared

no es momento de pensar, pienso,

quién habrá ofrecido ese conjuro

para atraer qué sed

(esta noche voy a preguntarle

a Eduardo);

ponés las manos impacientes

en la mesa,

me levanto y estiro la falda

en la cadera:

en cuanto a vos

no te mimetices nunca,

me gustan a muerte tus zapatos.

 

de Corazón de Roble (Vintén Editor, 1995)

 

 

Postal

 

 

" y tú? "

Único texto (de la tarjeta)

Me cuestiono - a veces ando

cuestionando -

me - que no dice " y vos? "

y que la diferencia

está en dos copas

de vino:.......................uno para la noche, chambré,

otro picante (y pálido); en dos

guantes:...................uno en la mano que me

obliga la nuca,...............................y

otro que me alisa el vello

de la cruz; en

dos niñas:.................una que salta a la cuerda (cuando

paso), otra que se chupa

la mano en silencio. Y me mira. En

el reverso, un brazo desnudo entra

en los pliegues de un sillón. Sin remitente. Razón

de más para no contestar -

te.

 

del libro Corazón de Roble (Vintén Editor, 1995)

 

 

2 re-creaciones de Teoría, de Wallace Stevens

 

I

 

Soy lo que me rodea. El bosque, manchas oscuras, husos, a través del rectángulo abierto en un muro de piedras. El lila de la noche atrás de todo. El zumbido de una flecha desde un caballo en comba por el aire a lo hondo del bosque. Es como lo rodeo. Los pasos callados por la alfombra. Una mirada en el sentido de su puerta. Un vestíbulo negro. La alpaca del collar, en óvalo deslizado en la madera a seis pasos. El lado izquierdo de mi cuerpo al levantar el brazo corriendo los altos cortinados de su lecho.

Estos son retratos del merodeador. Del que es lo que acecha.

 

II

 

Entonces te voy a mostrar unos retratos. Estoy en mi cuarto, percibo con fuerza la lámpara, las vetas de la puerta del armario, los verdes que surgen de pronto del bordeaux de la colcha, el montón blanco de papeles a tres cuartas, una corbata todavía anudada, un zapato negro como un barco manchado hacia un rincón, el cono esmerilado del licor; de pronto: un vaso. Tal vez una de mis manos. Sólo una. Sé que comprendes esto: lo contrario es cuando llegas y está el sombrero con tul en la mesita al lado de la puerta, tu par de guantes suaves, el llavero con emblema brillante. De esos procesos, a ti y a mí nos separa un vestíbulo negro. Y luego nos reencuentra el alto lecho en el que somos "los protegidos por cortinados".

Son sólo ejemplos para no irse.

 

del libro Retratos del Merodeador y otros poemas (Vintén Editor, 1999)

Tomado de:

https://laseleccionesafectivasuruguay.blogspot.com/2007/07/teresa-amy.html

 

 

In memoriam Jack Spicer

 

Yo le dije a Billy, ¿ves?

el lugar donde encontrarnos

The Place, donde te espero todas las tardes

tiene una ventana, Billy,

violeta como un caramelo, oval,

que chorrea luz sobre el mostrador y

sobre mi mano izquierda que se

abre

como una estrella, y entre sus rayos

entran hilos morados del borde de las esculturas delicadas

de arena, que has rondado

noche tras noche

sin descubrir a qué hora se destruyen

de la madrugada

cuando ya estás cansado, Billy,

de tus salvajes paseos y

sueñas con volver a The Place,

mientras oigo que me

dices: Jack, ten cuidado

con lo que dices, por favor.

 

[De "Corazón de roble:, 1995]

 

 

Noche representada

 

no era el momento de velarme:

yo estaba cansada y me arrollé

debajo de una manta después de

un día complicado con

el caso genitivo En la otra punta

de la casa ásperas las copas de pie

en las que habíamos tomado vino

como candelabros apagados

irresponsablemente altos Con una forma

de silencio que me impedía dormir pude pensar

en mi muerte con triste exactitud:

mi dormitorio yacía estrecho de camas coloniales

el canesú de entredós

de mi traje celeste de enfant con cerquillo

arriba de la silla

Ladislao Fejn el relojero polaco

del apartamento uno

que nunca más salió al morir su mujer

y lo encontraron muerto

el recuerdo del yodo intolerable

de las lenguas de erizo

las oblongas grageas marrones

del mueblecito secretaire

que no me atreví a tocar jamás

le mur escrito con grafo en la pared

frente a mi cama Jeannée

con cinturón de cuero

debajo del vestido

cajas de laca japonesas y pinceles de marta

restos de marquetería en el apartamento nueve

mi hula hup amarillo detrás de la puerta y

la locomotora de metal en su caja de cartón gastado en el ropero

la terracita con murito quebrado

la cortina azul del cuarto de mi madre

mi madre

En la otra punta de la casa

sentado velabas pensando en

copas como mástiles abandonados:

las cortinas de dibujos egipcios

no tapaban

bastante

los últimos reflejos de la tarde

que podían resucitarme

Con un raro pudor yo no quería

romper la ilusión de mi muerte

el mundo privado de mi madre

tu cuidado Una malla indecible

me cerraba la boca

ya no había luz

pero yo respiraba

 

[De Cuaderno de las islas, 2003]

 

 

Isla de Jersey

 

(a Ya ar O˘guzcan)

 

en la ciudad vieja de Rodas te busqué

luego en el jardín de Durrell

luego en una calle de Rangoon

luego en el hotel del león de piedra

luego en el mercado de Hvar

pero en la isla de Jersey te esperé

en mis oídos el rumor de la orilla del mar:

eras como cuchillos afilados en mi tiniebla

eras un cuerpo lejano

quizás eras un puñado de cal en mi garganta

me dabas tanta sed

ni el agua del mar, ni de los viejos ríos recorridos

me saciaban

encontré pescadores que me enseñaron sus artes

y dormí con ellos

estaba recelosa

estaba abatida

tenía miedo

era yo hasta mis huesos

me transformé en una cueva junto a la casa de mi abuelo

y en la marea

los pulpos y mi zorro no pueden consolarme

 

[De Jade, 2011]

 

 

Hacia Javier Héraud

 

pisa fuerte y sereno

la noche una metralla de alquitrán

una lluvia feroz de partículas divinas

un cauce sin saberlo un túnel

francotirador muerte furtiva

joven brillo /estalactitas estalagmitas/

malaquita ermitaña

todo huele a noche inconclusa

para el rebelde que atrocha los caminos

fugaz alud de carne joven

en magnífica espera

ebrio de enardecido corazón

reproduce la esquirla /será así en esta noche/

experto en sombras resplandeces/

obsidiana en lo oscuro/

conquistas con tu ungüento

pectorales de cuero crudo no sirven sólo exhalan

y recibes sin más el disparo en la espalda

 

[De Jade, 2011]

 

 

Cortejo mínimo II

 

llevaban su cortejo

en las tardes y en las noches nunca

al alba que enloquece las almas

que transforma la brea roja en sangre

que apasiona los nardos nunca

al alba que prohíbe el sesgo

llamado cuerpo

la navaja llamada beso blanco:

llevaban su cortejo casi a solas

con las copas del marrasquino del

viejo armario del vaso de Dubrovnik

y el caminar en el monte

ella obsesionada en su deseo

él sosteniéndola /leve penacho de roble en primavera/

ella creía en un corazón ardiente

creía especial el amor de un corazón ardiente

daría cualquier cosa por un poco de corazón ardiente

como a una alhucema él la sostenía

llevaban su cortejo de vestido de seda

/la saluda desde lejos desde

la carretera roja/

(promesa de corazón ardiente):

sería un refugio de mirada efímera

sería como el comienzo de una llama

 

[De Jade, 2011]

Tomado de:

https://www.laotrarevista.com/2017/02/mas-poemas-de-teresa-amy/

 

 

En el hotel de Xania

Una lámpara nocturna, una noche iluminada con su claridad constante

para alumbrar el libro de San Juan.

Una soledad inconcebible esta noche, un cerrojo, un cortejo inesperado,

la persiana cerrada sin permitirme ver el mar, los barcos desde lejos

donde sonará como en casa, la música atrapada

mientras imagino que caiga despacio el atardecer en el Trópico.

 

Levanto la cortina: me iluminan de lejos las luces de la borda.

En la mesa dos cuencos: arroz hindú, fruta, pescado.

Dos copas de vino, tallado

del cristal, una más alta que la otra, bosque de bambú

donde estarse perdido por un tiempo, crisol solar de la casa,

núcleo, fuego encendido, esfera. Metales que funden,

dos peces saltan juntos en la red, noche arremolinada.

 

Una pareja en una habitación

por una noche deslumbran el faro

los barcos de la borda encendida

Dos estrellas fugaces, espejismos

de esa hora, contraluz de línea oblicua.

 

Sombra de mi soledad, se termina una época,

no temas alma mía ya nunca estarás sola:

caigo abajo y profundo

 

                                    (tomado de Jade, Yaugurú, 2011)

Tomado de:

https://brecha.com.uy/viaje-la-poesia/

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