Saudade de Knossos
a Alfredo Fressia
el rey Minos mandó pintar los frescos del príncipe y de
la rosa moderna, rosa magenta, rojo cereza
marfil japonés de María, Blue moon, Altissimo,
Masquerade, Bucaneer amarilla, Parade,
Hansa, Souvenir de Léonie, ramilletes de Cécile
Brünner,
Viennot sombreada: Híbridas de Té, aprovechan
las mutaciones con un tallo muy largo, trepadoras
antiguas,
costeras, cortesanas, achatadas, heredadas rosas
antiguas
de robusta floración damasco aparecen a raíz desnuda,
los vientos fuertes les quiebran las ramas, los deseos,
en la arena gruesa se descomponen, en los conos,
injertos y trasplantes, se ve un pedazo de pie
(silvestre)
En la Biblioteca del Emperador (entre seiscientos
libros
sobre rosas), sobre la representación de la rosa, en
la estación de variedades de la Malmaison
también está la rosa putrefacta de la herida
la rosa de Hiroshima
la bella rosa audaz, ilícita y estéril amado del poeta
(De Cuaderno de las
Islas, 2003)
Palabras en la Estudiantina
I
a Eduardo Faget, in
memoriam
- ¿baila? -
y adelantás el cuerpo
para que no me niegue
tensa percibo
olor a brea mezclado con perfume
un cuello de camisa clara, mangas cortas
vestido a lo paisano, pienso,
y Xandre que había dicho
arrastrando con un dejo de envidia:
"la gente de zapatos blancos
baila bien"
miro la llama de la vela, arriba
en la capilla cavada en la pared
no es momento de pensar, pienso,
quién habrá ofrecido ese conjuro
para atraer qué sed
(esta noche voy a preguntarle
a Eduardo);
ponés las manos impacientes
en la mesa,
me levanto y estiro la falda
en la cadera:
en cuanto a vos
no te mimetices nunca,
me gustan a muerte tus zapatos.
de Corazón de Roble
(Vintén Editor, 1995)
Postal
" y tú? "
Único texto (de la tarjeta)
Me cuestiono - a veces ando
cuestionando -
me - que no dice " y vos? "
y que la diferencia
está en dos copas
de vino:.......................uno para la noche,
chambré,
otro picante (y pálido); en dos
guantes:...................uno en la mano que me
obliga la nuca,...............................y
otro que me alisa el vello
de la cruz; en
dos niñas:.................una que salta a la cuerda
(cuando
paso), otra que se chupa
la mano en silencio. Y me mira. En
el reverso, un brazo desnudo entra
en los pliegues de un sillón. Sin remitente. Razón
de más para no contestar -
te.
del libro Corazón
de Roble (Vintén Editor, 1995)
2 re-creaciones de Teoría, de Wallace Stevens
I
Soy lo que me rodea. El bosque, manchas oscuras, husos,
a través del rectángulo abierto en un muro de piedras. El lila de la noche
atrás de todo. El zumbido de una flecha desde un caballo en comba por el aire a
lo hondo del bosque. Es como lo rodeo. Los pasos callados por la alfombra. Una
mirada en el sentido de su puerta. Un vestíbulo negro. La alpaca del collar, en
óvalo deslizado en la madera a seis pasos. El lado izquierdo de mi cuerpo al
levantar el brazo corriendo los altos cortinados de su lecho.
Estos son retratos del merodeador. Del que es lo que
acecha.
II
Entonces te voy a mostrar unos retratos. Estoy en mi
cuarto, percibo con fuerza la lámpara, las vetas de la puerta del armario, los
verdes que surgen de pronto del bordeaux de la colcha, el montón blanco de
papeles a tres cuartas, una corbata todavía anudada, un zapato negro como un
barco manchado hacia un rincón, el cono esmerilado del licor; de pronto: un
vaso. Tal vez una de mis manos. Sólo una. Sé que comprendes esto: lo contrario
es cuando llegas y está el sombrero con tul en la mesita al lado de la puerta,
tu par de guantes suaves, el llavero con emblema brillante. De esos procesos, a
ti y a mí nos separa un vestíbulo negro. Y luego nos reencuentra el alto lecho
en el que somos "los protegidos por cortinados".
Son sólo ejemplos para no irse.
del libro Retratos
del Merodeador y otros poemas (Vintén Editor, 1999)
Tomado de:
https://laseleccionesafectivasuruguay.blogspot.com/2007/07/teresa-amy.html
In memoriam Jack Spicer
Yo le dije a Billy,
¿ves?
el lugar donde encontrarnos
The Place, donde te espero todas las tardes
tiene una ventana, Billy,
violeta como un caramelo, oval,
que chorrea luz sobre el mostrador y
sobre mi mano izquierda que se
abre
como una estrella, y entre sus rayos
entran hilos morados del borde de las esculturas
delicadas
de arena, que has rondado
noche tras noche
sin descubrir a qué hora se destruyen
de la madrugada
cuando ya estás cansado, Billy,
de tus salvajes paseos y
sueñas con volver a The Place,
mientras oigo que me
dices: Jack, ten cuidado
con lo que dices, por favor.
[De "Corazón
de roble:, 1995]
Noche representada
no era el momento de velarme:
yo estaba cansada y me arrollé
debajo de una manta después de
un día complicado con
el caso genitivo En la otra punta
de la casa ásperas las copas de pie
en las que habíamos tomado vino
como candelabros apagados
irresponsablemente altos Con una forma
de silencio que me impedía dormir pude pensar
en mi muerte con triste exactitud:
mi dormitorio yacía estrecho de camas coloniales
el canesú de entredós
de mi traje celeste de enfant con cerquillo
arriba de la silla
Ladislao Fejn el relojero polaco
del apartamento uno
que nunca más salió al morir su mujer
y lo encontraron muerto
el recuerdo del yodo intolerable
de las lenguas de erizo
las oblongas grageas marrones
del mueblecito secretaire
que no me atreví a tocar jamás
le mur escrito con grafo en la pared
frente a mi cama Jeannée
con cinturón de cuero
debajo del vestido
cajas de laca japonesas y pinceles de marta
restos de marquetería en el apartamento nueve
mi hula hup amarillo detrás de la puerta y
la locomotora de metal en su caja de cartón gastado en
el ropero
la terracita con murito quebrado
la cortina azul del cuarto de mi madre
mi madre
En la otra punta de la casa
sentado velabas pensando en
copas como mástiles abandonados:
las cortinas de dibujos egipcios
no tapaban
bastante
los últimos reflejos de la tarde
que podían resucitarme
Con un raro pudor yo no quería
romper la ilusión de mi muerte
el mundo privado de mi madre
tu cuidado Una malla indecible
me cerraba la boca
ya no había luz
pero yo respiraba
[De Cuaderno de las
islas, 2003]
Isla de Jersey
(a Ya ar O˘guzcan)
en la ciudad vieja de Rodas te busqué
luego en el jardín de Durrell
luego en una calle de Rangoon
luego en el hotel del león de piedra
luego en el mercado de Hvar
pero en la isla de Jersey te esperé
en mis oídos el rumor de la orilla del mar:
eras como cuchillos afilados en mi tiniebla
eras un cuerpo lejano
quizás eras un puñado de cal en mi garganta
me dabas tanta sed
ni el agua del mar, ni de los viejos ríos recorridos
me saciaban
encontré pescadores que me enseñaron sus artes
y dormí con ellos
estaba recelosa
estaba abatida
tenía miedo
era yo hasta mis huesos
me transformé en una cueva junto a la casa de mi abuelo
y en la marea
los pulpos y mi zorro no pueden consolarme
[De Jade, 2011]
Hacia Javier Héraud
pisa fuerte y sereno
la noche una metralla de alquitrán
una lluvia feroz de partículas divinas
un cauce sin saberlo un túnel
francotirador muerte furtiva
joven brillo /estalactitas estalagmitas/
malaquita ermitaña
todo huele a noche inconclusa
para el rebelde que atrocha los caminos
fugaz alud de carne joven
en magnífica espera
ebrio de enardecido corazón
reproduce la esquirla /será así en esta noche/
experto en sombras resplandeces/
obsidiana en lo oscuro/
conquistas con tu ungüento
pectorales de cuero crudo no sirven sólo exhalan
y recibes sin más el disparo en la espalda
[De Jade, 2011]
Cortejo mínimo II
llevaban su cortejo
en las tardes y en las noches nunca
al alba que enloquece las almas
que transforma la brea roja en sangre
que apasiona los nardos nunca
al alba que prohíbe el sesgo
llamado cuerpo
la navaja llamada beso blanco:
llevaban su cortejo casi a solas
con las copas del marrasquino del
viejo armario del vaso de Dubrovnik
y el caminar en el monte
ella obsesionada en su deseo
él sosteniéndola /leve penacho de roble en primavera/
ella creía en un corazón ardiente
creía especial el amor de un corazón ardiente
daría cualquier cosa por un poco de corazón ardiente
como a una alhucema él la sostenía
llevaban su cortejo de vestido de seda
/la saluda desde lejos desde
la carretera roja/
(promesa de corazón ardiente):
sería un refugio de mirada efímera
sería como el comienzo de una llama
[De Jade, 2011]
Tomado de:
https://www.laotrarevista.com/2017/02/mas-poemas-de-teresa-amy/
En el hotel de Xania
Una lámpara nocturna, una noche iluminada con su
claridad constante
para alumbrar el libro de San Juan.
Una soledad inconcebible esta noche, un cerrojo, un
cortejo inesperado,
la persiana cerrada sin permitirme ver el mar, los
barcos desde lejos
donde sonará como en casa, la música atrapada
mientras imagino que caiga despacio el atardecer en el
Trópico.
Levanto la cortina: me iluminan de lejos las luces de
la borda.
En la mesa dos cuencos: arroz hindú, fruta, pescado.
Dos copas de vino, tallado
del cristal, una más alta que la otra, bosque de bambú
donde estarse perdido por un tiempo, crisol solar de la
casa,
núcleo, fuego encendido, esfera. Metales que funden,
dos peces saltan juntos en la red, noche arremolinada.
Una pareja en una habitación
por una noche deslumbran el faro
los barcos de la borda encendida
Dos estrellas fugaces, espejismos
de esa hora, contraluz de línea oblicua.
Sombra de mi soledad, se termina una época,
no temas alma mía ya nunca estarás sola:
caigo abajo y profundo
(tomado de
Jade, Yaugurú, 2011)
Tomado de:

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