lunes, 6 de marzo de 2017

POEMAS DE RAFAEL JOSE MUÑOZ

Resultado de imagen para poeta RAFAEL JOSE MUÑOZ

Visa hacia los astros

Visiones a base de hongos,
a base de ojos de serpiente,
de mirar fijamente el número 1 en un astro;
visiones de no ver nada, celesteando solamente,
lloviendo como si se arrastrara una soga seca.
Vamos a ver lejos, vamos a cerrar los ojos,
vamos a quedarnos solos,
como quien resucita a un muerto;
vamos a sonar todos estos escapularios
en sacaputilos pelados,
vamos a sonambular
con los misterios trús trús.
Vale la pena que esperemos
mientras la bella visa
de su sazonado corazón
remonta el vuelo,
como cantando en la niebla
una canción de vientos y de piedras.
Es necesario esperar qué.
estemos de luto y nos quedemos sin botón.
Caracas, 24 de junio de 1964.


Visiones entre los lunares del vidrio

La materia se mueve por entre estos lunares
del vidrio que ahora veo, a muchos kilómetros de billones.
Contemplemos: son dos dimensiones,
cinco estados de la materia,
seis espacios de formas veís.
Lo cual no introduce la velocidad de aproximación
al Vux de Vux.
Es decir:
0,00077 multiplicado por el cuadrado 
de la velocidad de la luz captada a un rombo
de un viejo raquis,
expresada a su vez en centímetros,
lo que equivale a:
Zeta Energía.
Huevo de Trucksucks.
Caracas, 7 de octubre de 1964.

Génesis

En sueño me dijo: ahora comenzará:
Y aparecieron varitas de papel, músicas
de truquñuqkes, cálidos;
Y aparecieron relámpagos sobre las índigas
demostraciones de espigas
que eran arterias después de crecer en la muliedra.
Y partieron como gusanos aindiados
y mordidos en su fuego de lopis,
del Ludus Perorum.
Y se negaron a ser hermafroditos, como el sol y la luna,
y se llamaron Rebis y Milius.
Después, nada, un secreto de actividades
en su billón de raquis franco furtis
y en el Jacob Huran, Hile und Coaly.
Luego el rojo bendito y házla venir
a la Radio.
Mens convertio ipsis.
Desembocando por la Madre Vieja.
Caracas, 18 de diciembre de 1964.

Fúnebre también

No puedo soportar, mis lágrimas corren como un venado,
el día está gris, se parece a la tipografía garrido;
hoy me pregunto si yo soy un rey o un alfil,
hoy, que estoy vestido con estas cintas moradas,
cuando me digo: muy bien, señor soñador de máquinas izquierdas.
No puedo soportar tanto signo extraño ante mí,
esas paredes que arrastran rostros y gusaneras que se ríen de vivir
y que parecen papeles de polos contrahechos por el café;
no puedo soportar esto en mis ojos,
mejor tener un corazón de indio sin arcilla,
mejor es sentarse sobre esa piedra y ver hacia allá.
¿Cuántas faltas juntas he cometido?
¿Cuántos pasos insondables di hacia la espalda mortal?
No lo sé, hoy es un jueves gris, atónito de penas,
hoy viviré parado en la otra esquina, a la derecha de la muerte.
Y contaré mis horizontes, téngalo por seguro,
y comprenderé al fin que son no más tres:
El domingo, el que reza y, el que camina.
Caracas, 9 de abril de 1964.

Pastorales

Déjame, quiero deslizarme por el mundo abstracto
por la colina sueña perros, en olores ancianos;
déjame, (y el trueno y las cascadas)
no quiero reemplazar este sol de medianoche,
mejor estoy en esta cueva, amarrando los misterios.
Oigo cómo suenan las clavellinas,
cómo bailan las nieblas en sus moños oscuros,
en su profundidad de muerte a bajo nivel;
contemplo este llano y aquella sequía
que inventa fantasmas hasta bajar
a la cumbre donde se cenicientan los retoños.
Déjame, las flores caen
sobre el inflamado invierno. Es tarde.


1
Ya es, tarde para subir al prado,
para ver la vaca, lanzar sus humos
hacia el viento negro que viene de la colina;
ya es tarde, se acercan los duendes,
traen manojos de rosas antiguas
y cuervos para asustar el corazón.
Ya es tarde, es doloroso ver la pradera
vencida por estos meses de invierno.
2
Adiós, recuerdos a Boll, mi hermano oscuro,
mi hermano que regaba la tierra en tardes neblosas
y lanzaba sus cantos hacía el horizonte
donde la tempestad abría garzas lúgubres.
Adiós, no es necesario que vuelvas,
lleva el caballo a pastar,
detrás de las nubes aquellas,
donde se reúnen los animales
a contemplar las piedras
el silencio de la hondonada gris.
Adiós, no hagas caso de las gaviotas:
ellas titilan en el crepúsculo como rosas viejas.
Caracas, 26 de abril de 1964.

Lección de matemáticas

Denomínase veinte dimensión
la que pasando por el meridiano Grénwiche
toca los pulsos de la menina;
denomínase así cuando tiene 3 x 3,
3 x ≠ º£ 26) Igual una koloka macesa.
Es decir, dimensiónéen 24 a 3 x 2
y vuélvanlo a la luna, mientras su perigeo
indica la región donde Urania se oculta
y asoma sus lomos blancos desde el 3.000000000000.
7. 000000 834 x 17
millones;
y resten lo que encontraron, el Siglo Luz 5 16 a las 7ª
Y elévenlo a Simatías de Dex,
a Solinas de Cucesinas Locruz.
Es claro que daría la fórmula encontrada
en el Cajón del Yurro Solar.
Z mayúsculas,
Z
1.0000000000.9876543210123567890.1234. por Beta en Alfa
2.0000000000.34567890123456789098769.0 = XYW;OJO de A.
Caracas, 28 de setiembre de 1964.


La vida entera se me fue en su día,
En su hora blanca, en su pefil rocío.
La vida, ese cotejo que fue mío,
Se la dejé a su flor y a su rocía.

Ella, que se empinaba de grandía,
de perfumes akaba en mi dordío;
y se vuela y se va. Y en llanto orío,
reza una llama de perunnas ías.

La vida entera se me fue en sus gaires,
mas, remontando un monte, unos desgaires
del mar que me interpuso a sunto vuelo.

pude alcanzarla, le toque su bluma,
pero ni era de flor ni era de pluma:
Era de origen natural del cielo.

Fecundándola tuve unos minutos
y era muchacha párroca de pobre
Su lengua era dorada, era salobre
como brisa de pez que hace morutos.

Estuve fecundándola, en guayutos
por donde víase algo como un sobre;
mas sentí unos perpentos, duros cobres
que tocaban en clítoris canutos.

Y encontré que un rosario parecía
aquella sombrea, luna y mediodía
de un paraje abismal, lejano y mudo.

Y estuve allá, torcido y constelado,
como un jueves o un miércoles colgado,
como perdido en un celeste yudo.



LOS PAISAJES DE LEAFAR

Leafar se fue por el sendero, vio el pollino
volteando una laja, vio los juncos
parecidos a mueryos, vio en trigal.
Vio que los leones conversaban con las rocas
en un lenguaje jurcio, y se vio a sí mismo
desde aquellas lomas, arriando el ganado,
oliendo las guayabas detrás de las piedras.
Virgen era, —dijo,—y si paso el río
virgen soy.
Detrás de los ceibos están los fantasmas
Arrugando estos dédalos, con Stefanía,
Están las cóitoras y los manzanos y las queseras.
Volteo hacia Loma Colorada, vio que capaban toros.
Invocó el recuerdo de Agustín y se fue hacia la carpa:
Allí, entre las sombras, un hombre blanco
se escurrió tras el espejo, dejó un 3
gamado con luces fantásticas, dejó un 7
y una ladrillo sobre una topia y una morocota azul.
Bajó hasta las mayas, allí estaba Agustín
con Baltazar, curando las gusaneras a los toros.
Miró hacia las extrañas hondonadas
y sintió que una soga larga se arrastraba entre los peñascales.
Invocó al Anima del Taguarpire
y le puso 13 velinas y se fue a reposar entre los burros.
Era que estaba en la sabana sola
donde se despluman los gallos sexuales
en medio de la laguna donde no hay nadie.
Era la muerte de Agustín, su Padre.
que venía desde la soledad
a traerle una camaza de jobos y un olor a praderas.
No obstante; algo había en el perfil de su nariz,
una cosa ajena, una piedra de extraño.

Abril 14, 1965.



pastoral


Ahora esta chicharra canta hacia dentro,

ahora busca el monte más oscuro, quiere llorar;
ahora esta chicharra se para en mis ojos
y está siempre aquí suspirando y levantando trencitas;
ahora esta chicharra quiere decirme algo
de lo que ve sobre el lomo del caballo.

Qué animal tan oriundo, como se ata a mi cuello,

cómo camina por mis codos, levantando cintas negras,
y duele real efectivamente,
y se sacia de luto mi corazón y me come las lágrimas.
Ella surge del paisaje como una niña,
ella que dice ser una monjita que se murió.

Aún no tiene centro, porque desciende de la hojarasca,

pero aquí mismo anda, en la constelación de mis sombras,
suspensa en destino de eterno sillón.
Esta chicharra déjame paz de montaña,
se ve que proviene de la piedra situada al otro lado del sol.




Su rostro Keno


" Su rostro tiene un sol en el muro;
Tiene un destello que viene de las piedras
Desde las costas moliedras númicas;
Su rostro de caballo que sueña,
Que acaricia el tornillo, que está detrás
Del Espejo, más allá de la Pared Oscura.

Su rostro- y lo veo-, tiene un Ojal
Debajo de la muela derecha, a 18 sulejas
Y tiene una variña en ángulo 2.
Éste es su rostro: se llama Casini
Visto desde el Observatorio de Cofinague
Con un esfuerzo de mi halo mental.
Puedo decir que es así:
Signo Azul en su Escrófula Dorada.
Amarillo Oro en su etcétera de melancolía.
Cabeza de Cola Brillante
Donde se ríe de las coordenadas telescópicas. "

No hay comentarios.:

Publicar un comentario