Puntos luminosos
Podrías creer que el arte es como un espejo
sobre la superficie del pulgar que gira
pequeño entre ideogramas luminosos
pero los gatos
sentados entre las piernas de las hermosas
modelos te contradicen.
Ellos son un tema general abstractos como las abejas
en la lluvia como las catástrofes submarinas
el cabello de Odiseo sobre la arena
enumeraciones que no alcanzan jamás la concentración:
esa sabiduría visual de transformarnos
en puntos luminosos
dispersos dolores en la punta del pulmón
que nada tiene que ver con la concentración de la historia.
Mi casa es una parte del universo
Los que la vieron dicen que la tierra
es una esfera en el espacio, un planeta
más bien pequeño
del tamaño del dedo pulgar de los astronautas.
Yo no lo dudo porque he visto las fotografías
y porque ahora estoy a casi medio planeta de mi casa.
Lo mejor de todo esto es que en ese pulgar
también mi casa es una parte del universo.
Cómo no serlo si en el patio del fondo
hay un filodendro de gigantes hojas y también gusanos bajo
la tierra
aptos para la pesca, y ahora que me acuerdo
el olor de los helechos contra la pared
la cara de Delfina o Federico entre los árboles
y aquel canario que se nos voló de noche.
Rainy taxi
Llueve sobre las mujeres solitarias
cometas de plantas hechizadas
vienen corriendo entre los
gigantes gemidos
delirios fúnebres
bocas pintadas en forma de corazón
y al mismo tiempo
no sé por qué —alegres, empapadas—
con un paraguas negro
y unos guantes deliciosamente muertos las manos adentro
sus uñas violetas sus espaldas comidas por los caracoles.
¿Desde qué antiguo esplendor viene este taxi
bajo la lluvia
en la desnudez de las dos mujeres solitarias?
Podría decir que van para un museo
si no fuera que naufragan constantemente en los círculos
[del Dante.
Nada se pierde todo se transforma
Deja que se vayan igual volverán
cabalgando en otros caballos más briosos
las riendas hay que dejarlas sueltas
no las
tires hacia atrás hacia tu pecho
y verás que vuelven
(los
paladares los tigres los fetos
el ocio y los engranajes)
Si escoges un huevo de perdiz
tendrás el
rumor del vuelo
Si pierdes la costumbre del agua
adquirirás
de pronto la humedad
Si esperas
podrás
ocupar un sitio de tu preferencia
Si corriges
más vale quemar los papeles.
Poema levemente descriptivo
Me limitaré a describir el polvo por las calles
que emerge
soplado por el viento norte en una
desobediencia pertinaz
de sapos muertos
en el sol
y esta
pregunta
municipal
¿nos tapará
la polvareda
con
sus edificios sacramentales
este mediodía
en el
pueblo?
Espiemos desde las
ventanillas de
las casas que se fugan
seamos
hábiles en el trance de poner
el viento en sus
dominios
el calor en
los bolsillos de los disidentes
y
desde luego
aprendamos a leernos en la sequedad de
esta
geografía
en donde permanecemos
hasta alcanzar cierto grado de locura
los
informes meteorológicos anuncian grandes
[lluvias
en el Chaco
pero las
tribus nos arrojan sus granos de arena
sobre los ojos
ni alegres
ni tristes estamos en el claustro
codiciando el desperfecto de la máquina solar sentados en
el calor.
Explosivos
Estoy cargado como un cañón a bordo un viejo y
[herrumbrado
armatoste que de pronto se pone unas mariposas en
las orejas
un tatuaje en los brazos o
un beso que me dejaron en el estómago
sin para
qué que tuvo su porqué de
gris y de llovizna
cuando
remamos en el mar de los corales
y un marinero se ponía la mano a manera de visera
y oteaba “el proceloso”
el ruido
que hacían las mariposas
no sé pero me cuido muy bien de prender la mecha
por ahora
los delfines nos siguieron durante
varios días recorriéndonos las bocas
los peces voladores fueron amables
contertulios desde el fondo de sus
ojos miré el largo cuerpo de Ayesha
que no llegaba que no llegaba
nomás, “los corazones no dejaban casi respirar”
mientras,
pienso que pronto tendré que empezar a
dibujar un
nuevo mapa del universo y también el
Diccionario
La temperatura del cuerpo es normal
la humedad ambiente alcanza 100 grados
el cigarrillo se consume en el cenicero o en los bronquios
el papel donde revuelvo este disparo
es de color azul como mi camisa
(meticulosamente desabotonada)
y aquí en
el Chaco llueve desde hace varios días.
Tomado de:
Vestido folk
Ajeno a las modas de los vestidos de Alemania o de Francia
desconocedor superficial de lo que se usa en esta temporada
no pude dejar de caer rendido a tus pies desnudos
cuando te vi esta mañana con esa blusa folk
calcada de dibujos aztecas llena de flores
de la guerra de los antiguos mexicas o quizá
con esos pájaros azules que volaban sobre
los volcanes de Guatemala pero allí,
atada levemente a tu cintura
ese huipil ese canoro blanco ese bordado de la
era manual alcanzó en mis retinas y en mi pecho
dolorido el nivel de un terremoto de ternuras
simplemente porque debajo de él cabían unos
pechos altos como volcanes y más abajo
una desnudez de océanos no pacíficos solamente comparables
con
los colores de sombra de los bananeros tropicales
y con aquellas algas olorosas que enloquecían a Drácula.
(De Historia natural, 1980)
El próximo eclipse se producirá dentro de 360 años
Esta vez lo vimos sobre la ruta
entre palmeras negras que oscilaron levemente
sus duras hojas enhiestas
al oscurecer
opacamente, en la mañana del año mil novecientos
sesenta y seis.
Yo tenía dos hijos pequeños, una mujer rubia, una
casa en el norte
y una confusa marea de sentimientos que nos unían al
mundo. Mariposas apasionadas
en el fondo del pecho, oscuras como tordos
dormían en su anillo de silencio.
Los chicos corrían frente a la máquina
fotográfica que utilizaba el padre
angustiado y despierto frente al tiempo, pero
todo será inútil. El próximo eclipse se producirá
dentro sesenta años y allí no quedará
de ellos, de mí, de las mariposas azules muertas
en el trópico
ni un destello, ni una palmera, ni un recuerdo, ni un
zorzal frente al río.
¿Comprenderán ahora lo que cuesta pararse
encima de la curva del equinoccio lejano?
¿Comprenden ahora lo que duele
mirar el país como si fuera una vieja hoja de gomero
que puede apretarse en la mano, o mirar al sol
cuando la luna lo enfría de golpe y sombras frías
como tumbas caen entre los niños y los cohetes?
Comprendimos ahora el pavor de estar ya
mirándose desde el lado oscuro
de ese sol negro
desde el sueño de unas fotografías
amarillentas, desde un polvo que tuvo sus rostros,
sus huesos.
Aquí la primavera ese año fue un poco fría
y la monogamia comenzaba a extinguirse sin protestas,
es cierto, pero saliendo por la ruta pavimentada
fuera de las ciudades, todavía los
caballos movían sus crines libres y las palmeras
crecían como ajenas al movimiento del planeta.
Quiero decir que había lámparas
en algunas casas todavía
donde nadie observaba las constelaciones con temor
o creía haber salido de la sombra del patio materno.
Había multitudes
que ignoraban que ese momento
tenuemente elaborado por
la inconsciencia de cada uno
no volvería ya más hasta después
de trescientos sesenta años de eclipse solar
que en medio de la mañana provocó algunos
temores en los animales del monte.
Los chicos corrieron entre la luz y la sombra
almorzamos luego con felicidad en el campo.
Antipanfleto arrojado por los Harriers sobre las Islas Malvinas
Muchachos ¿recuerdan a los Beatles?
¿No se acuerdan de John Lennon?
Un día su hijo trajo del colegio un dibujo titulado
“Lucy en el cielo con diamantes?, Lucy su compañera de
banco
la de las trenzas rubias como el oro del Perú
estaba volando por un cielo color azul pintado que no era
el de las islas
¿por qué ponerle título a todo mi querido Paul? ¿Por qué no
pensar
que algún día tendrás sesenta y cuatro años?
Esos detalles que ustedes saben de la música de
los Beatles con los cuales crecieron; y los que escucharon
“Lucy in the sky with Diamonds” tradujeron
simplemente LSD, él lo niega en sus memorias ahora que ha
cumplido
40 años y no sabe que pronto lo asesinarán en Nueva York
frente a Central Park.
Conscriptos argentinos de 19 años
¿recuerdan a los Beatles?
Entonces ¿qué hacen ahí en esas trincheras de agua casi
muertos de frío
lejos de sus casas tibias y musicales?
Ríndanse obstinados.
¿Qué harán ante el cuchillo de los gurkas mercenarios y la
fuerza del imperio?
Ríndanse insensatos.
Posdata: El perverso panfleto de la guerra no dio
resultado, porque ninguno
de los chicos se rindió (aunque los mayores los obligaron a
entregar
las gastadas armas calientes de heroísmo) y ahora algunos
todavía
sonríen bajo la nieve con John el de Liverpool
cuando ven a Lucy por el cielo con sus trenzas rubias de
diamantes,
en los mares del Sur.
Nunca más
Nunca más los gordos caballos de la muerte entrarán a la
plaza
a destrozar los canteros de plantas y de flores (amarillas)
de las tipas asustadas; nunca más los bastones
golpearán con esa furia las cabezas ensangrentadas de los
que ahora corren
bajo las nubes cirros, estratos, cumulus o nimbos; nunca
más estas flores
de lapachos temblarán en la noche su color rosáceo al oír
los aullidos;
nunca más esos aullidos cruzarán la calle subiendo desde el
sótano
en el subsuelo de la madrugada.
Nunca más esos gritos terribles descarnarán la corteza de
los murales
de la plaza desnuda, nunca más explotarán entre los
intestinos
o las bocas del cuerpo / las convulsiones de la
electricidad violenta;
(nunca más llamarás gritando a tu mamá en la violácea
oscuridad lila
y azul que oyeron solamente los jacarandaes florecidos de
la plaza)
¿Solamente?
¿Nunca más? No lo sé
porque hoy he visto a un tigre de Bengala correr a una
gacela por la
llanura, a una boa constrictora devorar a una ranita
saltarina,
a una araña correr sobre la tela al oír un zumbido.
(De Radar en la tormenta, 1985)
Tomado de:
https://literariedad.co/2019/01/27/alfredo-veirave/
POEMA CON COLOR LOCAL
Pintan a tu aldea y serás universal.
Tolstoi (citado de oído)
Vivo en el Chaco en la ciudad de Resistencia y conozco
el
quebracho, el algodonal y el viento norte
en las
siestas del verano
sus templos sacramentales y las lluvias interminables
no obstante eso ojeo la enciclopedia que en fascículos
llega a los quioscos
y leo sobre “La infancia de la humanidad”
“La
estructura de las máquinas”
Soy de la primera generación de Tarzán y el
Tit-Bits fui
Sobrino del Capitán y ahijado de Fantomas
y no veré
seguramente
la colonización del planeta Marte
no obstante
eso miro los lapachos florecidos
con cierta nostalgia becqueriana.
15. QUÉ ES POESÍA ME PREGUNTAS MIENTRAS
CLAVAS EN
MIS OJOS TU PUPILA AZUL
Un delirio naufragante de las memorias recuperadas
en un galeón perdido en el mar de los Sargazos
es decir
la calle de los Muertos bajo el escándalo del sol
en Teotihuacán
(y los bichitos del jardín)
La
respuesta de los abismos en el asma de Marcel
los
trabajos de oficina de Franz Kafka
la
despedida de Cruz y Fierro en el desierto
(las asociaciones interminables)
y
tú.
16. TAMBIÉN LA POESÍA ES DESACUERDO CON EL MUNDO
Puede haber un cuervo
en el
subterráneo imperio de las sombras:
sin comparaciones obligadas él rechaza la palabra
"conocimiento"
como una prueba paciente de las fórmulas.
No sé tampoco por qué insistimos en perseguirla
con signos cuneiformes
o si somos acaso perseguidos por ella como un mar de
adentro
en las despedidas de Odiseo
o
someternos. Al fin y al cabo
no somos antenas de la raza (pararrayos celestes) sino
una poca cosa falsificadora
suave en los instrumentos
corolarios
innecesarios
doctores de
la vanidad personal
incompatibles con el mundo.
De: Radar en la tormenta (1985)
17. YA NO HAY LUGAR PARA LA FRIVOLIDAD
Todos poseen un límite; las lecturas en el jardín
absorben el deseo de las plantas húmedas y el mundo
visionario
había allí únicamente con algunos seres animados de ojos
abiertos y profundos.
(Entre los helechos y los tiernos animales inocentes el
espacio pasa
como un equilibrista que abre su sombrilla para no caer en
el vacío.) Hay
diferentes formas de fracaso cuando el trapecista joven
sufre el miedo
en las cárceles de la pesadilla,
aunque en el fondo sabe que los victimarios y los
torturadores
se juntan en el infierno de la historia, y que las hojas
caen sobre ellos
para convertirlos en tierra deleznable. Por eso canta ahora
y mira
solamente hacia adelante/ no dará explicaciones de la vida:
el cuerpo sabe
esquivar los dardos venenosos del rencor, quizás, una forma
cerrada del amor
que no fue correspondido. A veces los límites se abren y
comienza el vuelo;
entonces, ya no hay espacio para las frivolidades como
saben
los que vuelven de la guerra, o del errático exilio (del
poema).
18. SERPIENTES VENENOSAS
José Jolís S.J. nos habla de las serpientes venenosas
y de los cascabeles (tintinean en los platillos de oro de
las bailarinas
de las cortes florentinas, danzas de salones barrocos)
nos describe su color / rojo /
(búfalos de Altamira cuando uno puede ver las
oscuras cavernas paleolíticas de la mujer amada)
y cómo esas víboras de ojos fosforescentes alumbran de
noche
el paso de los indígenas perdidos en la selva de sus
pesadillas,
y aunque Plinio dudaría más o menos escéptico o envidioso
Jolís describe una grande del tamaño de un buey o de
un gomero de la India
sobre el cual durmieron con el Cacique Tellogotí de la
Nación Giapitallagá
y el Cacique Aglaiquí de la Nación Toba.
Durante varios siglos se creyó que todo era una mentira
una exageración de los chronistas
hasta que en 1970 dos astronautas que regresaron del
espacio
habían crecido 4 centímetros y medio de estatura.
19. HISTORIA CLÍNICA CON DATOS VERDADEROS Y PROSAICOS
No hagas poemas con problemas personales.
Drummond de Andrade
Hace años me hicieron un personal injerto de tibia
en la columna (Mal de Pott), y luego me extrajeron un riñón
(órgano que no es fácil de colocar en un poema)
hace poco
me pusieron un marlex en el cuerpo:
ya parezco el Vizconde Demediado de Calvino.
Pero esa razón, quizás, él resucita y ama más la vida
y el sol del jardín rejuvenece y tranquilo
y feliz como el destino sereno de las plantas,
yo pienso a mis amigos, a la enferma Katherine, y se llena
de energías vitales subterráneas y abro al azar
por ejemplo
las cartas de Herman Hesse o los versos de Ortiz.
Y todo lo que saludablemente leo o invento o confundo
en el Chaco o Nueva York (perdonen los lectores
la experiencia) son discursos simulados
de la imagen / "Puesto que estos misterios nos rebasan
finjamos ser sus organizadores" (¿y por qué no agregar
que la poesía
es una abreviada forma personal de la ansiedad?)
Yo bebo en consecuencia a grandes sorbos en la copa
transparente
que me sirve la vida, en el rosado vino
(médico-científico) del amor natural.
20. REPORTAJES SOBRE LA REALIDAD
Al ver caer las
flores rosadas del lapacho sobre las
[imágenes
de este árbol que anuncia en sus cielos la actividad de la
mirada sentimental, el elogio simple de un espectáculo
[que
no es sintáctico, cualquier novelista diría que ellas (las
[flores)
son personajes delicados, seres emergentes de voces que
[descubren
la realidad de los objetos, en este caso hermosos para la
[escritura
de las estaciones del año, el recuerdo guardado en el
[pecho
de sus criaturas
inventadas. El poeta que transgrede los géneros literarios
cerraría los ojos y en sus frases respondería con otros
[resultados
a la ansiedad de sus lecturas compartidas en un reportaje
circular: ¿qué es lo que veo, qué es lo que quiero ver,
[qué es lo que
no puedo ver de estas flores del lapacho sobre
la alfombra rosada de la vereda, que aquí se ha formado
[hoy como
una metáfora de la vida o de la muerte?
La idea simple de una alfombra tejida de rosadas flores
[volátiles
es una antimonia de la realidad, una respuesta posible al
[cuestionario,
una metáfora de la imaginación o de la inteligencia,
[quizás,
simplemente, un homenaje al amor distante de quien las
[mira:
—El significado de un poema sólo puede ser otro poema,
[pero ¿cómo
diferencia usted a la poesía de estas flores del lapacho?
—Es muy simple, porque el poema tiene el aspecto
[geométrico
de la poesía.
—¿Y cómo la reconoce?
—A primera vista, por el sonido mental de ese momento,
[y además
porque la poesía nos enriquece la realidad, como el
[lapacho.
21. ESCUELA O MOVIMIENTO AL CUAL PERTENECE
Pertenezco a la escuela o movimiento denominado
[“Repentismo”,
inventado por mí que por supuesto en este instante
no soy Huidobro ni menos aquel francés ladrón de fuego,
sino argentinamente (simplemente) un poeta repentista:
una especie de ebrio momentáneo que después corrige
[sus (alcoholes)
—lo que está entre paréntesis se puede intercambiar
y las comillas indican otro texto:
“la energía verbal de un hombre rechazado
por tus hermosas piernas de gata complicada”
un acuático
camalote de la especie
en una gran laguna del Gran Chaco
que sinceramente les advierte:
no tiren sobre el agua ni una hoja del infierno
porque las ondas concéntricas son capaces de inventar
[un
Paraíso, y ya verán
de pronto en esas selvas Roussonianas las razones por
[las cuales
la pareja es arrojada del Edén; así lo menos,
para no explicar ahora
a cuáles modos en el uso de las hojas pertenecen
los vestidos desnudos de ella y él, o el rapidísimo festín
de las imágenes que inventamos ahora en este cine.
Perplejos y abismáticos
espectros que la vida borra con el codo. Sí, yo también
[entre ellas
pertenezco
solamente al movimiento de las hojas.
22. LA ÚLTIMA CENA O EL JUEGO DE LO POSIBLE
Yo cumplo un luminoso y secreto destino,
lejos, en un país solar joven y extraño.
Raúl Gustavo Aguirre
Aquella noche fue:
(cómo diría)
inolvidablemente dócil a los afectos
porque nadie habló de la circulación de los planetas.
Y la situación al terminar otro año
era simplemente común a cualquier reunión de poetas
que han crecido juntos
según las condiciones de la época.
Conversaciones
en los espacios del departamento
(también se habló de algunos premios
que favorecían a las circunstancias, no a la poesía)
lejanías
que nos trasladaban hacia otros tiempos/oscuridades
y también risas de la amistad
que cuando es así nos dice todo
sin preguntar desde afuera
¿Quiénes son éstos?
Espejos,
organismos emotivos, borrosas fronteras de un país
[político.
Todos sentiríamos quizás
el goce de esta certidumbre ¿no es acaso una forma
[privilegiada
de la edad no tener que explicar a los demás quiénes
[somos?
Por supuesto, había copas de vino blanco, una de pie
entre los libros, otras con las
piernas cruzadas, inocentemente desprevenidas
entre los giros de la luz a la deriva, y al no sentarnos
a una mesa, picábamos como pájaros esto y aquello,
dando vueltas a la llave
de las anécdotas o de la inteligencia vital del poema no
[escrito.
La alegría
quizás fue la culpable, o la invención del porvenir
la situación desventajosa porque sin que nadie lo
[advirtiera
¿cómo
podría habérsenos ocurrido?
ella también estaba en esa cena,
mirando entre el juego de lo posible esas cabezas
—algunas medio calvas, otras canosas, más bien
experimentadas— y entre la fusión
de las palabras de la reunión que se iba terminando
(cuando algunos amigos se despidieron con un beso de
[hombre
como se hace en la ciudad, porque uno nunca sabe si se
[volverá
a encontrar), ella, la oscura y desdeñada,
eligió a uno de nosotros y dijo,
con su dedo largo: éste.
Creo que lo hizo delicadamente para que
nuestras mujeres no se dieran cuenta. Cosa rara
porque ellas siempre saben antes que nosotros,
aunque sea en sueños.
El cuerpo del poema en cambio, el organismo del
[poema,
la acomodación del poema en cambio, seguramente
sintió un roce que ninguno de nosotros advirtió.
El poema sabe más que nosotros de la vida
y percibe antes que nosotros el dedo de la muerte.
23. DESCENSO A LOS INFIERNOS DANTESCOS
Cuando Beatrice se bajó de sus coturnos griegos
de sus frívolos zapatos con plataforma
y quedó balanceándose a la altura de mis hombros
vi sin las trampas de las modas femeninas
por qué razón Virgilio se quema en los infiernos
24. LOS LAPACHOS HAN VUELTO A FLORECER
Los lapachos han vuelto a florecer en este mes de agosto
como si fueran el eje de la historia, y la explosión de
sus flores rosadas un movimiento circular de suaves
[rotaciones
¿qué
piensan dentro de sus ramas (aparentemente
imperturbables)
sobre
lo que pasó este otoño en los mares del sur bajo un
manto
[de
neblinas?
Pero de pronto los lapachos florecieron y luego dejaron
[caer
sus flores en el sueño de esa llovizna sin noticias,
y los albatros quedaron sepultados en las Islas.
Y los padres nos quedamos mirando en el aeropuerto
cómo nuestros hijos subían a los aviones de transporte
con armas y cascos y mochilas y fuertes
borceguíes para el frío del sur abajo del planeta que se
iba cantando la marcha de San Lorenzo pero a él no lo
[podíamos distinguir
cuál era desde la terraza porque
ya no era nuestro hijo sino un soldado que iba hacia la
[guerra
y a mí se me cruzaron todas las palabras
rotas
tartamudas
y todavía siento que en aquella madrugada
cuando los aviones se perdieron en el cielo a las seis de
la
[mañana
supe que ya podía escribir rabiosamente
la palabra cibilización con be larga, por lo menos.
Y como si nada hubiera ocurrido, en agosto los lapachos
[han vuelto a florecer
sobre nuestros corazones con armas de papel “igual que
[sobrevivientes
que vuelven de la guerra”.
De: Laboratorio Central (1991)
25. ARTE POÉTICA COMO CIENCIA DE LA NATURALEZA
Yo, Bertolt Brecht, vengo de los montes negros...
César Vallejo ha muerto, le pegaban/ todos sin
que él les haga nada...
Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas...
No sé cuál de los dos escribe esta página
Las ciencias etimológicamente nacen del saber
y se dividen en
teóricas, prácticas y poéticas
Las poéticas son ensoñaciones cósmicas
Bachelard dice de
sus fenomenologías
que las imágenes son novedades
o sea, abren un
futuro en el lenguaje
y,
una de las
últimas verdades desde la
Poética de
Aristóteles,
que el mundo real es comido
por el mundo imaginario.
Así en el futuro se denominará
Ciencias
Naturales
a todo texto que sea un invento geométrico
de la nueva vida de los hombres.
¿Y el método?
No podrá exigírselo a quienes hayan comido del fruto
del inconsciente.
De esa manera, querido lector, estos poemas son
incursiones
Robinsoncruceanas
el viaje en el
mar por la ruta azarosa de Moby Dick,
por las selvas del texto que contiene la codicia de
Hernán Cortés
ante los tesoros del oro,
en suma
una expedición
encabezada por un cazador de
especies exóticas
que le han sido
encargadas para un museo de las
mutaciones,
para un circo de animales naturales en el laboratorio
de la
imaginación
con algunas
ciencias y cartas personales.
26. EL MUDO O LA INVASIÓN DE LOS PERSAS
Cuando recupere
el habla voy a escribir un ancho
poema
sobre los Persas que invadieron el continente de tu
cuerpo
soplando, así empezó la cosa, tu flequillo para que se
abriera y
dejara tus ojos
en una posición fetal antes de que huyeras por las
hondas campiñas
verdes, en un
caballo donde montabas
exquisitamente.
Sólo me
ocuparé entonces
de la risa que te provocaba en esos momentos el juego
de la silla
entre las piernas
mientras yo desde el suelo, bajo los sicomoros del
momento, disparaba
mis flechas contra tu corazón metido como un
músculo elástico debajo de la camisa.
El espacio del
poema
será ancho pero no ajeno a la fiel servidumbre que
una mujer
mundial merece según las reglas de la objetividad
o del deseo como
fuerza positiva de los tajamares
que adornan la
polémica sobre el
color local;
será inconcluso
porque creo que el poeta cuando
rompe
su mudez
escribe como Orfeo de esas sombras del Hades que se
mueven entre
la neblina, sobre
el campo de golf o en el
aeropuerto.
Y Eurídice
arrastra la
mortaja de los infiernos
que cubre su sexo
dormido "como un capullo en el
atardecer"
con una complejidad que nace de los arcos
y las flechas
persas del subconsciente.
Mudez, tartamudeo, registro de las angustias de una
conversación
que nadie
escucha, la poesía.
Conocimiento desbocado y loco, como un
galope tendido
hasta que el caballo se cansa y al
rodar
arroja al jinete como una perdiz muerta de cuyo pico
surge
el último
silbido.
27. POEMA DEL DOMINGO
Hacía tiempo mucho tiempo que no escribía un poema
el día
domingo
como si los poemas tuvieran un solo día de descanso
como si la poesía fuera un sonido hebdomadario de
las vértebras
o de ese
imaginario real que ahora anda fantasmal
entre
las plantas
del último día de la semana.
¿Y todo por
qué? Respondo a tu pregunta
joven profeta:
porque esta
mañana me puse a leer los poemas de
un griego
contemporáneo
y he advertido
que estos descendientes del
Peloponeso
jamás se han olvidado de sus dioses, de la guerra de
Troya,
o de la muerte de Aquiles.
Y extrañamente, cronológicamente a-histórico, he
pensado en
los tesoros y en la riqueza de nuestro pasado remoto
de
nuestra
edad de piedra
o de la mítica Edad Media;
que tenemos en
nuestros genes argentinos unos
seres mitad reales mitad autoinventados de tiempo
actual,
casi sin pasado y sin maquillaje.
Y en traducción directa del griego o en simple versión
francesa
alguien nos lee en una voluminosa antología de poetas
del mundo.
latino, y
pregunta, como ahora tú:
¿por qué
escribes un poema el día domingo?
Y responderé
con sentimientos del exilio, quizá,
porque hoy es un buen
día para
recordar el río local que nada tiene para
ofrecer
o vender en el
extranjero, sino es solamente, la
versátil
claridad de sus aguas,
que fluyen heracliteanamente como todo río de aldea o
de
pueblo, y en el cual nunca se hundieron los caballos
de Troya, no
cantado por homéricos ni tirios,
sino por otros poetas mayores que vivieron y
murieron
en este mismo siglo, y que ahora están en el
cementerio de
Gualeguay
flotando por
estos domingos de poesía
y de preguntas
que, algún día,
otros poetas
contestarán sin mirar el dibujo
que hacen sus
letras entintadas de
signos
ideográficos; despojos de la operación
que se llama
el inconsciente colectivo: esa suma de
arenas blancas
de la
costa-que se mueven al compás de un día
domingo,
con el ritmo de un movimiento de aguas que corren
naturalmente
hacia la curva
del molino,
hacia este milagro del mediodía, en este fugaz instante
en que los dioses griegos me han permitido hablar
por otra boca.
28. AVISO A LOS NAVEGANTES
Escribe el
poema y déjalo dormir entre los otros
colócalo en el freezer, de costado para que no ocupe
mucho
lugar en la
heladera como aconsejaba Catulo;
después de un tiempo, una mañana cuando te levantes
con
electricidad en los cabellos y sientas que él
te llama con
una voz que se oye en la cabeza
y que es la de otro poeta más querido que tú,
vuelve a
leerlo como si fuera ajeno
y sabrás si
vale la pena corregirlo o romperlo,
o tocarlo para saber si aún está vivo.
No dejes que interfieran los otros escritos bajo
otras
circunstancias psicoanalíticas de lo real, lo
simbólico
o lo imaginario,
y sabrás qué
cosas dice de aquello que no está
escrito.
Entonces si ese espacio vacío está lleno
sálvalo de la
destrucción y engendra una fuerte
convicción sin
pensar
en otra cosa
que no sea el ritmo sagrado de los
planetas.
29. PALABRA CAZADA AL VUELO
No he sido nunca un cazador de perdices porque la
muerte de
un animal
pequeño me sacude como el viento del
campo a los
pastos extraños,
pero soy cazador de la palabra en vuelo, lo cual
constituye una estética desdeñada por Valéry entre
otros.
¿De dónde viene esta cetrería sin halcones?
Debe ser, supongo, una fuerza que sale de la propia
voz callada
que comienza a
hablar dentro de uno, en cualquier
momento;
el lujo de
la bandada que cruza el cielo en una
tarde espectacular,
cuando el
papel en blanco nos mueve los dedos,
articulados
en una mano
que golpea las teclas.
Quizá la poesía no esté allí, sino en los entresueños
cuando
despiertos,
miramos con los ojos cerrados
una ceniza que
se llama tiempo, quizá la mentalidad
del oído que oye murmullos entre los muertos.
Por eso nada
habrá cuando me haya caído en la
sombra
ya que todo es
instantáneo, súbito,
y los poemas inéditos se han roto para
siempre.
Como poeta repentista asumo estas obligaciones y
también
esos defectos.
Quede para otra ocasión la posibilidad de que la vejez
dicte en otras
personas el murmullo de una flor de
coral
que asoma
debajo de las aguas.
30. LA LLOVIZNA DE RACO EN TUCUMÁN
Antes de enviarte la carta-poema, ensayo estas
atribuladas
palabras
convertidas en un tejido de lloviznas en las
tenues
alturas de
Raco, un domingo de éstos que el planeta
risa tiene de la vida;
un viaje que empezó como todos por el poema y
terminó
voluntariamente al costado de la piscina del invierno
donde los
sapos engendraban silenciosos
sus extraños huevos en cadena
y estaban en
contacto bajo el agua,
quizá porque la flor de los cerezos
les contagiaba
una energía muda,
eficaz para que la temperatura
del agua,
sirviera de
apoyo al sapo
(macho) subido a la sapa (hembra)
en una relación interminable
como el
ladrido del perro. Una siesta tucumana
donde yo soñé con tus poemas y la puerta de la otra
dimensión se abrió
una vez más,
el jazmín del amigo muerto que ahora florecerá
en la tierra
de los vivos,
de los sapos
silenciosos,
del universo
que gira
entre otras galaxias.
Sólo nos faltó aquel grillo que hacía en tu poesía
que la pareja
dormida fuera
un trío de
enamorados.
Antes de enviarte la carta prometida ensayo este
lenguaje de
signos
y símbolos y
animales
donde se unen
los extraterrestres rusos
los
contaminados del espacio
los recuerdos
de un amor perdido para siempre.
31. CALÍMACO (I)
Como en los epigramas de Calímaco dejo esta breve frase
entre los dientes del gato: no me lloréis
y
buscadme en el jardín en tardes como ésta
cuando
el verano está quieto como un felino embalsamado entre las
hojas.
Yo fui y yo soy lo que pude mientras viví en la tierra.
Ustedes saben que esta urna funeraria guarda cenizas
de recuerdos felices y de palabras felices
que me
hicieron volar fuera del espacio en otro tiempo
que volverá
cuando los extraterrestres desciendan otra vez sobre Machu
Picchu.
32. CALÍMACO (II)
Como en los epigramas de Calímaco dejo esta breve frase
entre los dientes de la antigüedad: buscadme en el
jardín
de
las sombras
y como consuelo pensad que yo atravesé al fin el túnel
y lo supe todo mientras llegaba a la luz del otro lado.
Tomado de:
https://actaliteraria.blogspot.com/2013/03/alfredo-veirave.html
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