viernes, 31 de marzo de 2023

POEMAS DE YA'AKOV CAHAN


Canción de los Rebeldes:

Nos levantamos, volvimos jóvenes vigorosos

Nos levantamos, volvimos nosotros los rebeldes

A redimir nuestra tierra, en la tempestad y en la guerra

Abrazamos nuestra heredad con mano levantada.

En sangre y en fuego cayó Judea

En sangre y en fuego se levantará.

Guerra por la libertad, guerra por la tierra

Y si muere la libertad viva la venganza.

Si no hay justicia en la tierra, que la espada juzgue

Y si caemos en la arena, no renunciamos a nuestro derecho.

 

Canto al hierro

Canto al hierro, al hierro mudo

Que detiene y protege, que rechaza y venga.

Cuando el mundo está cubierto por la oscuridad

El hierro da seguridad

En el hierro hay consuelo

La tierra es para nosotros roca

Y todos nuestros caminos están cerrados

Con alambre de púa.

El aire está cargado de plomo

No se puede respirar ni se puede vomitar

No hay verdad, ni justicia, ni piedad,

Sólo fuerza. No hay refugio,

Canto al hierro, al hierro mudo

Si nuestros enemigos son hierro

Con hierro los enfrentaremos

Si duro es el mundo,

Más duros seremos nosotros

Todos nosotros seremos hierro

Nuestra carne hierro, nuestros nervios hierro

Y un solo pensamiento en nuestros corazones

Rebelión.

 

 

Ultimo deseo

Si en mis vagancias en el extranjero

de repente caigo y me agoto,

llevad, hermanos míos, mis huesos

a la tierra de mis padres,

a la cima de la montaña

al lado de una aldea, mirando al este

dispongan el lugar para mi eterno reposo

Plantad allí palmeras y cultivad rosales

Poned un verde cerco de viñas salvajes,

Que allí vuelen aves y pequeños querubines,

Y que a escondidas mantengan amores.

Que sobre mi tumba se plante un sauce solitario

Del cual cuelgue un violín con cuerdas de oro,

Y cuando el viento agite las cuerdas

Se oigan mis nostalgias y mis quebrantos

Muchachos y muchachas, hijos de mis sueños

Vendrán y cantarán mis tristes canciones

Y en silencio colocarán sobre mi tumba

Hojas de laurel y flores perennes.

De noche, de noche con la tercera vigilia

Cuando un viento madrugador

Salga a pasear por las montañas

Subirá con él, volando, una voz silenciosa:

Mi alma, flotando sobre campos y aldeas

Vuela, extiende sus sueños sobre carpas tranquilas

Sobre almohadas donde aún duermen

Agitará el rocío las canciones

Con los últimos resplandores de las altas estrellas

Con los primeros cantos de los pájaros

Y cuando el clarín llame a la libertad y a la redención

Reinará el furor en la tierra y el ruido de los sables

Y todos los héroes judíos, que reposan bajo tierra

Se levantarán para luchar por la tierra de los padres

Entonces también yo tomaré rápido mi violín

Me cubriré con el fuego de mi ira

Y con mi cólera iré al combate.

Frente mío estará mi canto de libertad

Y le responderá el rugido de mis luchadores

 

 

La canción y la espada

El pueblo albano es libre con su rey en el trono

El pueblo grande de Israel es fugitivo en toda tierra

Lo seguirá siendo si no toma su destino en sus manos

Y si no triunfa en el combate, nunca será soberano.

¿Qué es lo que da independencia a un pueblo?

Primero: la fuerza de sus bellas canciones

Segundo: la fuerza de su ejército en el campo.

La canción y la espada. No hay una sin la otra.

Así apareció la poesía en todas las generaciones

El canto del divino Ibn Gvirol en España

Tenía sensación de dominio porque rigió la espada

Pero nosotros, sin majestad - perdimos la espada

¿Acaso se da la espada? La espada se toma

y sobre ella se santifica a todo joven del pueblo.

Si lo entendemos, gobernaremos y si no

Seremos molidos en el mortero del Islam

 

 

Soldados anónimos

Somos soldados anónimos, sin uniformes.

Alrededor nuestro el terror y la muerte

Todos estamos enrolados por toda la vida;

De las filas sólo la muerte libera

En días rojizos de sangre y asalto

En noches oscuras de desesperación

En pueblos y aldeas la bandera levantamos

Y ella dice: defensa y conquista

No nos moviliza el látigo cual a bandas de esclavos

Para derramar nuestra sangre en tierras extrañas

Nuestra voluntad: ser siempre hombres libres

Nuestro sueño: morir por nuestro pueblo.

En días rojizos de sangre y asalto…

Miles de obstáculos en todas partes

Puso el destino cruel en nuestro camino,

Pero enemigos, espías y cárceles

No podrán detener nuestra marcha.

En días rojizos de sangre y asalto…

Y si nosotros caemos, en calles o en casas

Nos enterrarán de noche, en silencio

Entonces vendrán otros millares

A defender y cuidar por la eternidad

En días rojizos de sangre y asalto…

Con lágrimas de madres que perdieron sus hijos

Y con la sangre de niños inocentes

Como cemento juntaremos los cadáveres -

Y levantaremos el edificio de la patria

En días rojizos de sangre y asalto

 

 

A nuestras hermanas en las filas

Tú eres la madre de la vida, la madre de la muerte.

Tú eres el amor y tú eres el odio

En días de lucha, en noches oscuras

Estás con nosotros en el peligro.

Venció el enemigo - tu espada vengará

Eres Judith, Yael, Sara

Inútil será la mano del verdugo

Su espalda perforará tu disparo secreto

Vive, aprende de la hija de Nili

Luchar y morir muerte heroica

Hiere al impío, mátale

Como a Holofernes y a Sisro

Para Yair la mujer era una luchadora más.

Tomado de:

https://www.raoulwallenberg.net/wp-content/files_mf/5222.pdf

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