miércoles, 22 de marzo de 2023

POEMAS DE LUIS JAVIER MORENO


SALZKAMMERGUT: ALGUNOS CAMINOS

 

 

Luis Javier Moreno, poeta invitado, Ancile

                Para Adrián Nicolae por afinidad espacial

 y otras proximidades de más y mejor tiempo

 

 

 

Veo desde el camino el accidente

suyo, su allá más próximo: unas flores,

la bajante sonora del arroyo,

música donde escucho deletrear mi nombre

en una tregua entre mis tempestades

y exigidas renuncias renuentes,

papel indefectible que no cambia

más de lo justo, pese a mis esfuerzos

por deshinchar la luz de sus tormentas

y acomodar su ausencia a mi silencio.

 

Puede que haya paisajes en el mundo

(limbos en un diluvio de linajes)

igual de hermosos pero más, no creo.

¡Ese aire, de Bad Ischl a St. Wolfgang,

bajo la claridad del cielo frío,

riza el azul del agua azul del lago,

alargado, de Stobl a St. Gilgen!

El futuro, se sabe, de estas formas

será lo que ya fuera: un armisticio

entre celeridad y parsimonia,

como nuestro pasado y su presente.

De los manzanos cae fruta madura

ante el desdén del vecindario ahíto.

¿Por qué no las recogen? les pregunto.

Miran y no contestan. Allí cerca,

en la Im Weisses Rössl, las camareras

disponen en las mesas primorosos,

manjares por si acaso en esta noche

vuelve el emperador, como aquel día,

a ser de nuevo el rey de la taberna

antes de que la fiesta se termine

y el agua se oscurezca por echarle

las píldoras de plata de las sobras

desde la loza de las alacenas.

 

 

LINZ AN DER DONAU


Por su naturaleza no deberían los sitios

asumir culpas, responsabilidades

de quienes humillaron sus espacios-rostros

con cicatrices que los maquillajes

sutiles-cuidadosos no revocan.

Detrás de los espejos, en su óxido,

un arrebato de tragedia alienta

en el umbral de su enmascaramiento.

En la cara de Linz un surco cruza

de verde pus: ser la ciudad de Hitler,

ese engendro, acuarelista pésimo,

que cuando empezó malva acabó malva,

muro sobre las flores arrumbadas

en el insomnio de su horror-pintura,

visible mordedura de la fiera.

Desconozco si el río-azul-Danubio

lo ha sido en Linz... Jamás en esta zona

de su margen derecha, hacia la altura

de Nibelungenbrücke, frente al puente,

en el nº 6 de Untere Donaulände,

por donde 20 chinos huían de 2 chinos

y veía "el bastardo" el curso lento

de las aguas pacíficas del río

con los reflejos-Hitler en 100 bolas

de un reluciente abeto navideño,

mientras planificaba el fin del mundo

a la deriva de un futuro impávido.

 

Se asomaba la noche a sus pupilas

ratificando oscuros vasallajes

y entregar el planeta a fieras ratas,

untado de una crema de queso,

para que no quedase casa indemne.

Inquiere Lucifer-Hitler: ¿Hay alguien

que se atreva a contar los días de mi vida?

Sistemático máximo, el imbécil

de Linz temía... Había ya agrietado

los frescos de Altomonte en una de sus bárbaras

visitas a St. Florián de turista palurdo,

tan germánico (cuánto) y decidido

a convertir a Linz en la moderna

y más monumental ciudad del Reich,

deshaciendo sus círculos de bóveda.

Ni siquiera Anton Bruckner, voz ardiente,

neutralizó esos humos ácidos con su obra,

donde la transitoria eternidad no cambia

una realidad en otra... ¿Cómo hacerlo

(Treue um Treue, dementes compasivos)

si la fiera legaba basuras y ceniza,

latas mugrientas, cáscaras de huevo,

el modo en que los sádicos quebrantan

el frágil cuello de las aves frágiles?

¡Cuanto, Linz infeliz, has soportado,

austroalemana, que te arrojó Hitler

hacia la vejación de su ignominia

como si del paisaje un rito fuese,

demostrador de cuanto puede un loco,

decidido a matar, poner en jaque

con sus chinches al manto de la tierra,

como quien baila un vals frente a la galería

entre los desperdicios que la rondan!

Tomado de:

https://franciscoacuyo.blogspot.com/2011/03/luis-javier-moreno-y-el-hemisferio.html

 

 

UNO

Los poetas ancianos, cuando cierran

en verano la escuela donde estudian las chicas,

reptan tras los placeres que esas vírgenes

pudieran conferirles, ellas, a estos obsesos

(rostros que los espejos no retienen),

al abrir éllas el desván del sueño

donde el ardor del pubis las empapa

(trono de sombra oscura) el medio cuerpo.

La pasión de los viejos es un témpano

de hielo sucio entre perdidos pájaros

de una rama a otra rama por las verdes

alamedas de junio en donde el canto

ablanda la cadencia de su sangre

al ritmo del sopor en el que olvidan

éllos su nombre, obscenos onanistas,

dañinos al crecer de las muchachas.

Éllos además sueñan con aplausos

sobre un blando sillón, bajo las cúpulas

más rotundas del arte neoclásico

donde sus distinguidos convecinos siguen

(entre un bostezo y una cabezada)

el ritmo lateral de la voz de sus versos

que, antiguos como éllos, se desplazan

bajo un palio de miasmas coetáneos

a uncir lo bello-suyo a su rústica herencia.

El límite difuso del recuerdo

genera dudas que parecen reales

sobre el brillo angular de un diamante

que orienta su lascivia hacia el instante

desnudo en que la chica en el desván

se prueba los corpiños de una tía

que había muerto, joven y soltera,

con un ramo de lirios en los brazos.

 

DOS


Absorto en el absurdo de un día laborable

se obstinó en recordar el nombre que no tuvo

a la sombra liviana de una forma

de entrevistos, malignos, panoramas del lado

de acá de su ventana. Los describe

como asomado al mar, buscando suerte,

y hacerlos verso y mapas con ovarios

que alumbren flores, corazón, aroma...

El se hunde entre tabaco sobre un libro,

y levanta del suelo una cortina

de lívido amarillo que le aísle

de la suma idiotez de sus paisanos:

unos lerdos devotos sometidos

a las sargas oscuras, guardapolvos

donde, debajo, sube y baja, asoma

un pájaro que aspira a liberarse.

La tinta abruptamente se despeña

por las arrugas blancas del cuaderno.

El muchacho suspira, llega junio

y no tiene florero donde pueda

desparramar sus rojas peonías

que entre ambas ingles ha ido cultivando:

los pétalos, la grana, el polvo de oro

de los estambres de sus mariposas

cada vez más hinchadas, más espesas,

mientras que se pregunta por qué el sábado

me despierto en la sucia luz del lunes,

cuando no ha amanecido ni aún es lunes?

 

 

TRES


Disfrutaste el destello de la llama del oro

en la parte amarillo-trasera de los patios

frente a la risa de las amapolas?

Huyen y después vuelven... Son palabras

redondas cual la masa de la tierra

difuminadas en el horizonte

en que la niebla agrede el perfil del deseo.

Te interesa, quizás, aún algo de ellas?

Piénsalo antes de hablar, la mano a veces,

cuando logra bajar la cremallera

no encuentra lo que ansia, sólo roza

una pálida mancha desteñida

de rojo sobre el centro, húmedo-frío,

de unas bragas baratas, sintéticas, de lycra.

 

 

CUATRO


Desnuda era más joven que vestida.

En cuanto se ponía el camisón

aumentaba de edad y le brotaban

de las caderas unas raras flores

de un penetrante aroma a fresas frescas.

El vértigo ascendía y entre tanto,

desde abajo, la fiebre de los loros

les enzarzaba en un soez coloquio,

sobre lo que han oído e imaginan,

respecto a la manera en que eyaculan

en su época de celo los mamíferos...

Una póstuma amnesia que ya no se desdice.

 

 

CINCO


Los amarillos dedos del tabaco,

mojados son más dulces que encendidos.

Lo supo pronto el chico, acostumbrado

a la tierna humedad de las tabernas

en donde los alcohólicos orinan

en el rincón más próximo a la sombra

que la lejía no desluce nunca

a la luz turbia del amanecer.

El soñaba caminos sobre escarcha

que, desde octubre, la Osa Mayor sella

contra el espejo liso de la fiebre

mientras se convalece de la gripe

y se acercan las botas, más que nunca,

al corazón de las adolescentes,

rebosante de lágrimas perfectas

en las que van los cuerpos conformándose

para ocupar un lecho con las sábanas limpias.

Tomado de:

https://www.cervantesvirtual.com/obra/a-frondibus-poemas-ineditos-de-luis-javier-moreno/

 

 

La forma del poema

 Lo que sucede tras de las palabras

suele estar ya previsto

en las mismas palabras

y en su casa encantada

de muñecas de trapo de colores

para el teatro de sus marionetas.

Comienza a molestar esa seguridad

de andar siempre sobre la pista…

Tras de las bambalinas del idioma

hay un apuntador que boicotea

la parte más brillante del discurso

introduciendo versos que no nos pertenecen

y echa a perder con sus imitaciones

de timbre, voz y tono, lo mejor del poema.

 Los queridos y viejos detectives privados

consumieron sus días en enigmas análogos:

los del rastreo de mil pistas falsas…

Ya no son necesarias esas medias de seda

que se encuentran a veces

en el lugar del crimen.

(En contra y a favor, 1980.)

 

 

Los Poetas

Los poetas protestan…

Muchos de ellos confirman

la dimensión moral que tiene el hecho lírico.

Su límite, aseguran, es otro signo

de la limitación universal.

La mayoría aspira a ser considerados

por las revoluciones…

Suelen viajar a Francia una vez en la vida.

(324 poemas breves, 1986.)

 

Juan Gris

La mañana es la forma de una taza humeante

de café muy cargado, que es lo que desayuna

la luz mientras espera que Juan Gris la reciba.

Ella, azul toda, espera por la música,

la cadencia aritmética de cámara,

que Juan Gris le ha pintado para cuerda…

La melodía a dúo cruza un puente en el barco

de la naturaleza pasajera

del amor y la vida y el recuerdo del agua.

 

Hace tiempo que llueve por la fruta que él pinta,

las cerezas le aman y las uvas ajustan

el racimo a la forma de sus fruteros planos.

Los extremos del mundo

concurren en la línea de su abierta ventana:

se han convertido en aire las cortinas

para el triángulo ocre del velero

que aproxima la seda azul de la bahía

al borde de su mesa fragante de manzanas…

El corazón del horizonte crece

en la mirada, GRIS, que le da forma.

Tomado de:

http://elblogdejcgc.blogspot.com/2016/03/favor-de-luis-javier-moreno.html

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