SALZKAMMERGUT: ALGUNOS CAMINOS
Luis Javier Moreno, poeta invitado, Ancile
Para
Adrián Nicolae por afinidad espacial
y otras proximidades de
más y mejor tiempo
Veo desde el camino el accidente
suyo, su allá más próximo: unas flores,
la bajante sonora del arroyo,
música donde escucho deletrear mi nombre
en una tregua entre mis tempestades
y exigidas renuncias renuentes,
papel indefectible que no cambia
más de lo justo, pese a mis esfuerzos
por deshinchar la luz de sus tormentas
y acomodar su ausencia a mi silencio.
Puede que haya paisajes en el mundo
(limbos en un diluvio de linajes)
igual de hermosos pero más, no creo.
¡Ese aire, de Bad Ischl a St. Wolfgang,
bajo la claridad del cielo frío,
riza el azul del agua azul del lago,
alargado, de Stobl a St. Gilgen!
El futuro, se sabe, de estas formas
será lo que ya fuera: un armisticio
entre celeridad y parsimonia,
como nuestro pasado y su presente.
De los manzanos cae fruta madura
ante el desdén del vecindario ahíto.
¿Por qué no las recogen? les pregunto.
Miran y no contestan. Allí cerca,
en la Im Weisses Rössl, las camareras
disponen en las mesas primorosos,
manjares por si acaso en esta noche
vuelve el emperador, como aquel día,
a ser de nuevo el rey de la taberna
antes de que la fiesta se termine
y el agua se oscurezca por echarle
las píldoras de plata de las sobras
desde la loza de las alacenas.
LINZ AN DER DONAU
Por su naturaleza no deberían los sitios
asumir culpas, responsabilidades
de quienes humillaron sus espacios-rostros
con cicatrices que los maquillajes
sutiles-cuidadosos no revocan.
Detrás de los espejos, en su óxido,
un arrebato de tragedia alienta
en el umbral de su enmascaramiento.
En la cara de Linz un surco cruza
de verde pus: ser la ciudad de Hitler,
ese engendro, acuarelista pésimo,
que cuando empezó malva acabó malva,
muro sobre las flores arrumbadas
en el insomnio de su horror-pintura,
visible mordedura de la fiera.
Desconozco si el río-azul-Danubio
lo ha sido en Linz... Jamás en esta zona
de su margen derecha, hacia la altura
de Nibelungenbrücke, frente al puente,
en el nº 6 de Untere Donaulände,
por donde 20 chinos huían de 2 chinos
y veía "el bastardo" el curso lento
de las aguas pacíficas del río
con los reflejos-Hitler en 100 bolas
de un reluciente abeto navideño,
mientras planificaba el fin del mundo
a la deriva de un futuro impávido.
Se asomaba la noche a sus pupilas
ratificando oscuros vasallajes
y entregar el planeta a fieras ratas,
untado de una crema de queso,
para que no quedase casa indemne.
Inquiere Lucifer-Hitler: ¿Hay alguien
que se atreva a contar los días de mi vida?
Sistemático máximo, el imbécil
de Linz temía... Había ya agrietado
los frescos de Altomonte en una de sus bárbaras
visitas a St. Florián de turista palurdo,
tan germánico (cuánto) y decidido
a convertir a Linz en la moderna
y más monumental ciudad del Reich,
deshaciendo sus círculos de bóveda.
Ni siquiera Anton Bruckner, voz ardiente,
neutralizó esos humos ácidos con su obra,
donde la transitoria eternidad no cambia
una realidad en otra... ¿Cómo hacerlo
(Treue um Treue, dementes compasivos)
si la fiera legaba basuras y ceniza,
latas mugrientas, cáscaras de huevo,
el modo en que los sádicos quebrantan
el frágil cuello de las aves frágiles?
¡Cuanto, Linz infeliz, has soportado,
austroalemana, que te arrojó Hitler
hacia la vejación de su ignominia
como si del paisaje un rito fuese,
demostrador de cuanto puede un loco,
decidido a matar, poner en jaque
con sus chinches al manto de la tierra,
como quien baila un vals frente a la galería
entre los desperdicios que la rondan!
Tomado de:
https://franciscoacuyo.blogspot.com/2011/03/luis-javier-moreno-y-el-hemisferio.html
UNO
Los poetas ancianos, cuando cierran
en verano la escuela donde estudian las chicas,
reptan tras los placeres que esas vírgenes
pudieran conferirles, ellas, a estos obsesos
(rostros que los espejos no retienen),
al abrir éllas el desván del sueño
donde el ardor del pubis las empapa
(trono de sombra oscura) el medio cuerpo.
La pasión de los viejos es un témpano
de hielo sucio entre perdidos pájaros
de una rama a otra rama por las verdes
alamedas de junio en donde el canto
ablanda la cadencia de su sangre
al ritmo del sopor en el que olvidan
éllos su nombre, obscenos onanistas,
dañinos al crecer de las muchachas.
Éllos además sueñan con aplausos
sobre un blando sillón, bajo las cúpulas
más rotundas del arte neoclásico
donde sus distinguidos convecinos siguen
(entre un bostezo y una cabezada)
el ritmo lateral de la voz de sus versos
que, antiguos como éllos, se desplazan
bajo un palio de miasmas coetáneos
a uncir lo bello-suyo a su rústica herencia.
El límite difuso del recuerdo
genera dudas que parecen reales
sobre el brillo angular de un diamante
que orienta su lascivia hacia el instante
desnudo en que la chica en el desván
se prueba los corpiños de una tía
que había muerto, joven y soltera,
con un ramo de lirios en los brazos.
DOS
Absorto en el absurdo de un día laborable
se obstinó en recordar el nombre que no tuvo
a la sombra liviana de una forma
de entrevistos, malignos, panoramas del lado
de acá de su ventana. Los describe
como asomado al mar, buscando suerte,
y hacerlos verso y mapas con ovarios
que alumbren flores, corazón, aroma...
El se hunde entre tabaco sobre un libro,
y levanta del suelo una cortina
de lívido amarillo que le aísle
de la suma idiotez de sus paisanos:
unos lerdos devotos sometidos
a las sargas oscuras, guardapolvos
donde, debajo, sube y baja, asoma
un pájaro que aspira a liberarse.
La tinta abruptamente se despeña
por las arrugas blancas del cuaderno.
El muchacho suspira, llega junio
y no tiene florero donde pueda
desparramar sus rojas peonías
que entre ambas ingles ha ido cultivando:
los pétalos, la grana, el polvo de oro
de los estambres de sus mariposas
cada vez más hinchadas, más espesas,
mientras que se pregunta por qué el sábado
me despierto en la sucia luz del lunes,
cuando no ha amanecido ni aún es lunes?
TRES
Disfrutaste el destello de la llama del oro
en la parte amarillo-trasera de los patios
frente a la risa de las amapolas?
Huyen y después vuelven... Son palabras
redondas cual la masa de la tierra
difuminadas en el horizonte
en que la niebla agrede el perfil del deseo.
Te interesa, quizás, aún algo de ellas?
Piénsalo antes de hablar, la mano a veces,
cuando logra bajar la cremallera
no encuentra lo que ansia, sólo roza
una pálida mancha desteñida
de rojo sobre el centro, húmedo-frío,
de unas bragas baratas, sintéticas, de lycra.
CUATRO
Desnuda era más joven que vestida.
En cuanto se ponía el camisón
aumentaba de edad y le brotaban
de las caderas unas raras flores
de un penetrante aroma a fresas frescas.
El vértigo ascendía y entre tanto,
desde abajo, la fiebre de los loros
les enzarzaba en un soez coloquio,
sobre lo que han oído e imaginan,
respecto a la manera en que eyaculan
en su época de celo los mamíferos...
Una póstuma amnesia que ya no se desdice.
CINCO
Los amarillos dedos del tabaco,
mojados son más dulces que encendidos.
Lo supo pronto el chico, acostumbrado
a la tierna humedad de las tabernas
en donde los alcohólicos orinan
en el rincón más próximo a la sombra
que la lejía no desluce nunca
a la luz turbia del amanecer.
El soñaba caminos sobre escarcha
que, desde octubre, la Osa Mayor sella
contra el espejo liso de la fiebre
mientras se convalece de la gripe
y se acercan las botas, más que nunca,
al corazón de las adolescentes,
rebosante de lágrimas perfectas
en las que van los cuerpos conformándose
para ocupar un lecho con las sábanas limpias.
Tomado de:
https://www.cervantesvirtual.com/obra/a-frondibus-poemas-ineditos-de-luis-javier-moreno/
La forma del poema
Lo que sucede tras de
las palabras
suele estar ya previsto
en las mismas palabras
y en su casa encantada
de muñecas de trapo de colores
para el teatro de sus marionetas.
Comienza a molestar esa seguridad
de andar siempre sobre la pista…
Tras de las bambalinas del idioma
hay un apuntador que boicotea
la parte más brillante del discurso
introduciendo versos que no nos pertenecen
y echa a perder con sus imitaciones
de timbre, voz y tono, lo mejor del poema.
Los queridos y viejos
detectives privados
consumieron sus días en enigmas análogos:
los del rastreo de mil pistas falsas…
Ya no son necesarias esas medias de seda
que se encuentran a veces
en el lugar del crimen.
(En contra y a favor, 1980.)
Los Poetas
Los poetas protestan…
Muchos de ellos confirman
la dimensión moral que tiene el hecho lírico.
Su límite, aseguran, es otro signo
de la limitación universal.
La mayoría aspira a ser considerados
por las revoluciones…
Suelen viajar a Francia una vez en la vida.
(324 poemas breves, 1986.)
Juan Gris
La mañana es la forma de una taza humeante
de café muy cargado, que es lo que desayuna
la luz mientras espera que Juan Gris la reciba.
Ella, azul toda, espera por la música,
la cadencia aritmética de cámara,
que Juan Gris le ha pintado para cuerda…
La melodía a dúo cruza un puente en el barco
de la naturaleza pasajera
del amor y la vida y el recuerdo del agua.
Hace tiempo que llueve por la fruta que él pinta,
las cerezas le aman y las uvas ajustan
el racimo a la forma de sus fruteros planos.
Los extremos del mundo
concurren en la línea de su abierta ventana:
se han convertido en aire las cortinas
para el triángulo ocre del velero
que aproxima la seda azul de la bahía
al borde de su mesa fragante de manzanas…
El corazón del horizonte crece
en la mirada, GRIS, que le da forma.
Tomado de:
http://elblogdejcgc.blogspot.com/2016/03/favor-de-luis-javier-moreno.html
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