ESCARCHA Y NIEVE, EN CAÍDA
Es decir, una cualidad del hombre y su devenir,
bello, o la decoración de una decisión ligera e
inamovible, no menos fluida que el río
que custodia su nombre. El amparo
de la recomendación, respetando cierto orden,
dentro de la divina familia de designios. El nivel
de la nieve está donde cayó y de este modo el límite
de una larga cadencia, la estepa volviéndose blanca
con la distancia y el clima de invierno.
La caída de la nieve, como la del hombre en el cubo
de hielo
y su gran estruendo al fracturarse, es una cortesía;
no exigiremos la espiral oscura, siendo gentiles
y de nuestra especie. Bajamos a las profundidades,
cancelamos
la inundación, regresamos al camino y lo que antes
era
conocido como planicie. Nos detenemos alejados de la
orilla
aun cuando recurrimos a nuestras mejores y más
serias
raciones de tiempo. Juzgo eso como nivel de nevada
pero igualmente en la pastura o placer de estación,
o
mientras se presenta el rival con barro en sus
zapatos.
¿Cuán lejos has llegado y cuán larga fue tu
travesía? Personas así están hambrientas; el rival
arriesga su vida en agua profunda, el oro rojizo
resplandece en las sombras de nuestra impúdica
soledad.
De modo que cuando la nieve vuelve a caer la tierra
se vuelve más y más liviana. La superficie conspira
con nosotros, somos sus primogénitos. Aun
en esta era moderna dejamos huellas, a medida
que avanzamos. Y avanzamos, caminamos, damos
zancadas o trepamos
fuera de él, la dejamos atrás, nuestro ecuánime
contemplación del mundo. El monje
Dicuil anota que en el solsticio de verano
en Islandia un hombre podía ver a través de la
noche, y desde luego que podía. Esa también es una
cualidad, una cierta ligereza que le brindamos
al rival cuando aparece. Las huellas
son borradas, el resto de las cosas bajo tierra.
El 9 de mayo de 1247 se lanzaron al viaje
de regreso. “Viajamos todo el invierno, a menudo
durmiendo en el desierto sobre la nieve excepto cuando
fuimos capaces de despejar un sitio con nuestros
pies.
Cuando no había árboles, pero solo tierra abierta
nos vimos muchas veces completamente
cubiertos de nieve guiada por el viento”. Eso
me suena a mí como un privilegio excepcional,
observar
el descenso por sobre la cornisa. Cada hombre
posee su propio rincón, esa pregunta
a la que le da vueltas. Es su naturaleza, el
atributo
que tiende hacia el mundo, así como su estatura
es su “dignidad real”. Y sin embargo Gregorio no
creía en la peregrinación hacia un lugar: Jerusalén,
dice, está demasiado lleno de rapiña y lascivia para
ser
una orientación para el espíritu. El resto es una
suerte
de llama, el peregrino es otra vez un atributo, y
su extensión es el camino que toma a través de estratos
que lo toleren. El viajero con su
grueso bastón: a quién le importa si es un vividor
analfabeto —es nuestro único rival. Sin esto
la familia divina es una simple bufonada, toda
la mutabilidad del Pleistoceno terminará por
derretirse como la nieve, urgida hacia la tierra.
PRIMEROS APUNTES SOBRE LA LUZ DEL DÍA
La paciencia es mi verdadera herramienta, mientras
aguardamos
que el pasado suceda, es decir que aflore
al aire libre. Como espero que lo haga, diariamente,
y la pre-
gunta es realmente en qué tamaño estamos, qué
fracción de él
es la medida. La paciencia es
la suma de mi inercia, por medio de la cual la línea
de base
se presenta al tacto
como la flor en
el cielo, cada guijarro
graduado en ocre. Cómo
desplegar, o si no disminuir la retórica
de la ocasión, con la cual la secuencia que regresa
de un cierto final se vuelve a todas luces
predecible. Le
debemos esa parte de la teoría a la historia de la
persona
como requisito absoluto del paisaje —esa
clase de despliegue, para empezar. Atravesamos
los campos, nos conducimos por medio del orden
ritual, aun cuando dormimos en la biblioteca.
El rezagado, es decir,
cuya paciencia
es el escudo
protector, del verdadero
límite del tamaño.
“El uso ceremonial de la cosa descrita”,
los sicomoros o el espejo de metal blanco, formas
de la paciencia, ah sí, y cada vez que incluso
me muevo, la forma estrófica muscular es el uso, en
ningún otro sentido. El mundo en común, cuán lejos
llegamos, los límites prácticos de la luz diurna. Y
mientras
pienso incluso en la línea de base la vibración
es potente, la secuencia entera de la persona como
su propia historia es no más que ceremonial,
la concentración
de la intersección: des-
cubrimiento de regreso
al camino de ida, el
cruce completo un tejido abierto, que llevamos
puesto o en la mano. Que esto pudiera
realmente ser así, y utilizable, es mi consigna
actual,
quemándose igual que el humo, antes de que el fuego
se encienda.
LA BALADA DEL VIERNES
Esta mañana el niño cruel se entusiasma
con la perspectiva de cuidadosos recuerdos. Cómo se
dirige
afectuosamente hacia la sombra, cómo le gustaría
arriesgar su brazo izquierdo. Es sabio
también inspeccionar el jardín de verano, los
pájaros están tan ocurrentes gracias al musgo verde.
El niño cruel se entrega a lo antiguo y
presiente los terceros canales escondidos. Líquidos
fluyen como una cresta en la cocina, ahora
tuerce su pie en el borde de la acera. Su mente
está en perfecto orden, Arco de Tito,
el libro ensamblado con cinta pegajosa.
Por qué está renuente a regresar. Quién
suspirará profundo frente al reformatorio,
huésped del ensamblado de dormitorios, construido
con retazos de Field Southernwood. Una intensa
calma inunda su pecho, su humor aún
está lejos de una recompensa o la perseverancia
promedio.
La polilla de mercurio comienza su canción —una
cancioncita sentimental desprovista de malicia. El
niño
cruel escucha la canción y sigue el ritmo
golpeteando
su delgado antebrazo. Los ojos le queman, pero
no por la envidia: no hay una oportunidad tan
generalizada
como para impedirle avanzar calladamente hacia el
núcleo.
Las nubes se despliegan y el niño cruel es
recogido para protegerlo. El clima lo malcría,
excesiva luz de sol. El precio del zinc
se mantiene constante. A orillas del
río Orwell miramos en torno con rostros despojados
de
asombro, no tenemos nada que no sea nuestro.
Tomado de:
https://www.vallejoandcompany.com/poemas-de-j-h-prynne-por-rafael-espinosa/
Tan
Hasta cuando preguntan, preguntamos nosotros, esa
es la cuestión. Hay tanto tiempo para
viajar o detenerse y, sin embargo, el corazón
es tan lento y reacio
a dejarlo, ese es un
camino: allí, en el
suelo. Te amo
tanto, aquí pero cuánto tiempo más, la
historia de lo que permitimos, se nos permite
tener. Una vida para esta
rama, dividida en los faros
que esperan, el haz en
prisma, el juego o el sonido
en un gran arco para el
mundo, es un fuego abierto, un hogar de
piedra para la condición de confianza.
Nunca esperes por eso. Gírelo
, pliegue y luego corra hacia
la puerta: debemos
tener el sentido divino
de la entrada. La forma
de entrar es lo que es, no cuál entonces ni
cuánto tiempo es la pregunta. Así
son las cosas, el mundo que es fuego, arde
en todos los horizontes. Es
el corazón, Donde estamos.
Te amo mucho.
Como esto, como
esto, que es incluso más de lo que
podría decir. La noche parpadea y
llega el día; ha, vendrá. Ésa es
la cuestión, la marca atada a
las manos; no los
ojos. Confía en ellos, el
fuego de la mente, la lujuria
del ciudadano puro, en todos los senderos
de la tierra. La tierra, el asfalto, la hierba,
el remordimiento, el mar, el amor están en el aire
que respiramos. Fuego en el hogar. La vida
en lo que ahora tengo
y escucho, mientras
estemos.
©
por el propietario. proporcionado sin costo para fines educativos
Cómo está hecho
Siempre quien gira es más que
el mismo, siendo en el deseo el eje
de lo que más desearía: o
el punto de hecho, dicen,
conduciendo durante la
madrugada, para ir a ello.
Y esto es, por tanto, cierto en el sentido
en que la luz lo permite. Nos despedimos
de él, con la perspectiva de que se nos permita, tal
como están las rocas, los pliegues
dejados en la silla, cortados
a cualquier esperanza, adquirida.
Toda la furia del corazón llega
entonces a este punto elevado: una moda del
espíritu: una cosa hecha.
Para esto no hay más nombre que el acontecimiento
de su partida. No hay
celosía, no nos sentamos junto a
los semáforos bañando
el alma en los eslabones del tiempo. El lugar
se levanta, como un punto de cambio. Hay
rocas y árboles como parte de él, ninguno como
evidencia. Dentro de
límites esta arena es
donde a cada uno le permite
estar: el movimiento que se encuentra, en la
distancia es el sonido que yo también espero,
aquí en la punta de la roca, del mundo.
©
por el propietario. proporcionado sin costo para fines educativos
Tomado de:
https://allpoetry.com/J.H.-Prynne
Rico en Vitamina C
Este poema va seguido de un comentario de John
Kinsella.
Bajo su frente, el ala nevada
ofrece
verdaderamente la sorpresa
de los días que se deslizan bajo la luz del sol
a
través del vidrio suelto de la puerta
hacia el
reflejo del honor extendido
a través de lo incompleto, lo confiable. Tan
oscuramente la mancha salta como librea
de tu pausa como una pepita de manzana,
el amado
báltico que duerme.
O como almíbar en una nube, abajo en
la copa,
disculpas cada
grito plegado del ingenio del pinzón, este rubor
esparcido sobre nuestra inclinación del
día
mecido en el agua, dices
esto.
Una vacilación de atención en
la superficie, muestra el arco allí y
el
propósito que realmente cortamos;
una onza
junto al agua, que
en el fuego cruzado de una injusticia demasiado
grande
para
sostenerla deja deslizarse
entre dedos estrellados
notando
la sacudida herbácea de la cordita
y su eco: ¿es esta nuestra pantalla, en alguna
calle
que apenas imaginamos que podría marcar
una idea generada? a la idiotez por las claras
líneas
de visión que tenemos por delante. Entras
por
la misma puerta, llevas
lo que no puede dejarse por su
dulce
brillo de razón, su sangre falsa;
el mismo tinte lo escucho con el pulso que toca
y no se
derrite. Tal sombreado
de la rosa hasta su base inclina el rayo
del
cielo, elevándose en su efecto de lo que
llamamos conversaciones de paz. Y sí, el
silencioso cambio de página es el día
que
se inclina, desvanecido en la luz.
John Kinsella: sobre el poema "Rico en vitamina
C" de JH Prynne
Una charla transmitida por BBC4 en el Reino Unido en
1998
Este poema pertenece a
la sección "Diez poemas no recopilados" de la próxima publicación
Poems de JH Prynne, que recopila treinta años de trabajo y se publicará a
principios del próximo año y se recopiló originalmente en los primeros
Poemsvolumen publicado en 1982. Es un claro ejemplo de la lírica de Prynne en
la que entran en juego las tensiones entre las fuerzas sociales, políticas y
económicas externas y la experiencia interior, personal, emotiva y reflexiva.
El tono es casi el de un poema de amor, pero también hay una oscura ironía en
juego. Hay una sensación de connivencia y ligereza en "el caso del ala
nevada", "tu pausa como una pepita de manzana", "el dulce
resplandor de la razón", pero todo está contaminado por el "fuego
cruzado de la injusticia". Hay una metáfora militar en juego: "de los
dedos estrellados/ notando la sacudida herbal de la cordita/ y su eco" que
en sí misma se desestabiliza por el gesto lírico de "estrellado" y la
referencia a lo natural en "herbal". Parece haber una alianza impía
entre el sigilo de la incursión militar y los procesos del mundo natural.
"El amado báltico que duerme" podría ser en realidad un submarino que
se esconde y "hace eco" en aguas territoriales, con "el lema que
llamamos conversaciones de paz", una especie de sugerencia de la Guerra
Fría. ¿Es un precursor o incluso un himno irónico de algo como los Tratados de
Limitación de Armas Estratégicas: el ciclo de interacción amor/lujuria entre
enemigos? Sea como sea, nos arrulla el lenguaje melifluo y la belleza
inquietante de la pieza. Pero la sensación de amenaza nunca está lejos.
El título es interesante en este
contexto, ya que "Rico en vitamina C" es un hecho científico que
tiene ramificaciones particulares en lo que respecta al crecimiento saludable:
"¡se supone que protege contra los resfriados!" - y un eslogan
publicitario. Prynne parece estar cuestionando la comercialización del amor
personal, así como el diálogo político-militar. Las referencias a una
"pantalla", "líneas de visión" y "pulso" también
sugieren una interacción o colusión, incluso una combinación de actos del
cuerpo (ver, visualizar, bombear sangre) y los procesos de las esferas
económica, militar, y máquina social. Todo esto está magníficamente unido en
cuatro apretadas estrofas métricas de nueve versos. Para Prynne, el campo de la
página, o tal vez el espacio de los márgenes, la posición del texto, las
medidas de sangría, etc., son enfáticos para el significado. Afectan cómo se
dice algo y cómo se lee.
Para Prynne, la producción de un poema,
la producción de un libro, forman parte de los ciclos de fetichización
comercial tanto como la creación del poema mismo. Por tanto, es responsabilidad
del poeta (y del lector) trabajar para disminuir un grado de irresponsabilidad
moral que eclipsa la creación y producción de arte. Lo que explica por qué la
mayoría de las obras de Prynne han estado disponibles en forma de folletos de
tiradas pequeñas publicados por imprentas para las que el beneficio no es un
motivo. Los próximos poemas serán publicados por una combinación de las
editoriales australianas Folio y Fremantle Arts Center Press.y Bloodaxe,
manteniendo los costes bajos y evitando, en la medida de lo posible, los
dictados habituales del mercado.
Muchos consideran a menudo que la obra de
Prynne es difícil, tanto por su lenguaje como por sus referencias aparentemente
herméticas. El significado parece ser flexible, el habla se desestabiliza y los
lectores se enfrentan a preguntas relativas a su propio estatus -incluso
complicidad- en la relación entre la palabra mediada, el texto elaborado y el
mundo externo, sin el cual no puede existir. Es la idea del yo como centro, el
llamado yo lírico lo que aquí se cuestiona. "Rico en vitamina C"
muestra cómo cada interacción humana, reflexión personal y meditación sobre el
tiempo y el lugar involucra a otros, afecta y está influenciada por cambios
macro y micro en el clima social, económico y político. Por encima de todo, las
preocupaciones de Prynne son morales y éticas: cree incluso que, en la
intimidad del momento lírico, tenemos la obligación de reconocer lo que está
sucediendo en el mundo en general.
Una anécdota personal. Hace seis o siete
años estaba haciendo autostop en el suroeste de Australia, viviendo en hoteles
y acampando, en busca de un silencio en el que escribir, para descubrir una
nueva voz en mí. Sólo llevaba un libro en mi mochila, lo cual fue una
experiencia nueva para alguien que normalmente tiene al menos media docena de
libros a la vez. Fueron los primeros poemas de JH Prynne. Era como un manual de
guía técnica, un libro de mapas de nuevos territorios poéticos, además de ser
una colección de poemas de un lirismo sublime y desafiante. Mientras leía estos
poemas en mi soledad, me di cuenta de que mi necesidad de "escapar",
de encontrar una nueva voz, era un autoengaño, que esa voz es interactiva; los
traumas y preocupaciones del mundo mayor todavía estaban ahí; simplemente
estaba evitándolos. Fue entonces cuando me di cuenta de lo política que es la
voz de Prynne y de cómo, de hecho, la mía siempre lo ha sido. Empecé a escribir
de nuevo, afrontándolo, en lugar de evitándolo. Un nuevo ángulo, la misma voz.
John Kinsella
Tomado de:
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