jueves, 16 de mayo de 2024

POEMAS DE IVAN ŠTRPKA


¡Ámame y muérdeme!

 

En una fotografía desenfocada y borrosa estamos sentados

 

uno junto al otro, sin movimiento y sin expresión. Durante todo el invierno

 

miramos al frente como en el cine, cuando la película

 

bruscamente para por un instante. Tus piernas son largas,

 

tu falda corta. En una pequeña ventana redonda detrás,

 

como en el angosto sollado, nada sucede y nada hay.

 

Todos los días y noches de este invierno deslucido

 

respiramos sin mediar palabras. Sin luz.

 

Y la lámpara, en ninguna parte.

 

Y nada se mueve. Nada cambia.

 

 

La bandera invisible / niños en fuga

 

Los nudos de las agujetas están desatados. Los niños están en fuga.

 

Sus ojos azorados iluminan los fragmentos del mundo en la premura de la gente,

 

los cuales emergen de vez en cuando y resplandecen en las fisuras

 

entre los días que fluyen de prisa. Todos son

 

como uno mismo, la ciudad silba su adelante. La máquina teje llanamente,

 

no se detiene. Nadie nos busca. Somos náufragos aquí.

 

Los nudos de las agujetas están desatados –

 

muelles de piedras – ¡terminaremos con ustedes! La ola

 

se está levantando. Y el aire chapotea. Tras cada paso arrastramos

 

la nave ebria.

 

 

El puente que no es

 

Tantas veces lo hemos atravesado juntos

 

de día y noche, de uno a uno, como un perro sin perro

 

completamente solo. La oscuridad lentamente

 

desarmó aquel puente, hasta que desapareció,

 

y después construyó otro en el mismo lugar,

 

con cambios poco claros y una ligera distorsión.

 

Ya nadie fusionará en él todos nuestros rumbos

 

cambiantes, todos nuestros paseos ardorosos de

 

primavera, verano, otoño e invierno.

 

Desde entonces nadie ha puesto un pie en él. Aquel puente

 

es ahora solo una nada visible, una nada visible

 

sin un nombre o rumbo permanente, sin ancla en el idioma

 

de la ciudad incluso en el mapa de la memoria & de las redes

 

en una búsqueda sin piedad. Hoy, aquel puente

 

se llama de un lado Diurno,

 

del otro Nocturno. De una orilla De nadie,

 

de la otra también. De una orilla Ayer, de otra Mañana.

 

¿Dónde está el Hoy?

 

En un Allá, en otro En ningún sitio. Y viceversa.

 

En un extremo un Ahora, en el otro un Nunca. Nunca. Nunca.

 

Nunca entraremos. Aquel posible placer dura –

 

pero ¿dónde, dónde en él, en qué lugar, en el cual

 

no estamos, se pueden encontrar nuestros pasos?

 

No busques nada, no esperes nada. Y no mires atrás. Da un paso.

 

¿De dónde? ¿A dónde? 

 

 

Sueño profundo

 

Cuando el viento terminó de escribir las últimas palabras

 

no había nadie

 

quien prestara oídos.

 

*

 

Desapareció también el silencio, en el cual monótona

 

golpetea una rama hueca de un cierto árbol asilvestrado

 

sobre una pared desnuda.

 

*

 

Desperté en medio del sueño

 

en la noche profunda

 

y de nuevo concilié el sueño, acostado sobre mis brazos.

Tomado de:

https://edargonautica.wordpress.com/2019/04/07/cinco-poemas-de-ivan-strpka/

 

 

Nerviosismo en las ciudades

 

En la fotografía desenfocada por el movimiento

puedes ser cualquiera. La serenidad hueca

sacude nerviosamente el follaje verde de la copa

indefinible en medio del estacionamiento. Y el aire está lleno.

¿Quién busca tus ojos? Una rubia de pelo corto,

por la repentina falla de una doble exposición

se descubre pelilarga, y tienta su indefinible pelo fantasmagórico

y las caras nebulosas de los transeúntes, que pasan con indiferencia.

Casi llegarás a creer que justo ese algo ambiguo y tenso entre

las extremas posibilidades del hacinamiento de una figura que baja

las escaleras (sin una idea clara) podrías ser (la verdadera) tú.

Los frenos en el cruce (hacia la angustia de la realidad) chillan.

¿Qué se nos escapa? Algo mecánico como un retumbo difuminado

sube todas las entradas del metro de la tarde sin salida.

Los movimientos se mueven solos, casi fuera

de cada objeto: solo un dibujo apresurado en el vacío sin la mano.

Algo chispa. Anda en el vacío.

Se corre. Se habla. En tu cabeza haces llamadas telefónicas.

Pero tu teléfono no tiene con quién.

Tomado de:

https://periodicodepoesia.unam.mx/texto/tres-poetas-eslovacos/

 

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