Canción de la prostituta
1
Señores míos, con diecisiete años
llegué al mercado del amor
y mucho he aprendido.
Malo hubo mucho,
pero ése era el juego.
Aunque hubo Cosas que sí me molestaron
(al fin y al cabo también yo soy persona).
Gracias a Dios todo pasa deprisa,
la pena incluso; también el amor.
¿Dónde están las lágrimas de anoche?
¿Dónde la nieve del año pasado?
2
Claro que con los años una va
más ligera al mercado del amor
y los abraza por rebaños.
Pero los sentimientos
se vuelven sorprendentemente fríos
si se escatiman tanto
(al fin y al cabo no hay provisión que no se acabe).
Gracias a Dios todo pasa deprisa,
la pena incluso; también el amor.
¿Dónde están las lágrimas de anoche?
¿Dónde la nieve del año pasado?
3
Y aunque aprendas bien el trato
en la feria del amor,
transformar el placer en calderilla
nunca resulta fácil.
Pero, bien, se consigue.
Aunque también envejeces mientras tanto
(al fin y al cabo no siempre se tienen diecisiete.)
Gracias a Dios todo pasa deprisa,
la pena incluso; también el amor.
¿Dónde están las lágrimas de anoche?
¿Dónde la nieve del año pasado?
Cuatro canciones de amor
I
Cuando, más tarde, me alejé de ti
al hoy enorme
vi, cuando empecé a ver,
gente alegre y cabal.
Y desde aquella hora tardía,
tú sabes de cuál hablo,
tengo una boca más hermosa
y unas piernas más ágiles.
Más verde hay desde entonces
en árbol, ramo y prado
y es el agua más fresca
cuando me la echo encima.
II
Cuando me haces pasármelo
tan bien, a veces pienso:
si me muriera ahora
habría sido feliz
hasta el final.
Cuando tú seas vieja
y me recuerdes
piénsame como hoy
y tendrás un amor
que siga siendo joven.
III
Siete rosas tiene el ramo,
seis se lleva el viento,
una queda para que
me la encuentre yo.
Siete veces te llamé,
seis no respondiste,
a la séptima promete
que me dirás algo.
IV
Mi amada me dio una rama
con hojas amarillas.
Se está acabando el año
y comienza el amor.
Tomado de:
https://www.poemas-del-alma.com/bertolt-brecht.htm
Jamás ma soeur, te he amado tanto
Jamás, ma soeur, te he amado tanto
como cuando me fui de ti en aquel crepúsculo.
Me engulló el bosque, el bosque azul, ma soeur,
sobre el que los pálidos astros quedaban para siempre ya
al oeste.
No me reí ni lo más mínimo, nada nada, ma soeur,
yo, que jugando me dirigía a mi oscuro destino-
mientras que ya los rostros tras de mí
lentos palidecían en el atardecer del bosque azul.
Todo fue hermoso en aquella tarde única, ma soeur,
y nunca más después; tampoco antes-
claro que solo me quedaban ya los grandes pájaros
que al atardecer tienen hambre en el oscuro cielo.
Como era II
Tus penas eran mis penas,
las mías, tuyas.
Si no estabas tú contenta,
yo no lo estaba.
Debilidades
No tenías ninguna,
yo solo una,
que amaba.
Quiero ir con aquel a quien amo
Quiero ir con aquel a quien amo.
No quiero calcular lo que cuesta.
No quiero averiguar si es bueno.
No quiero saber si me ama.
Quiero ir con aquel a quien amo.
RECUERDOS SENTIMENTALES
ANTE UNA DEDICATORIA
1
Entre papeles amarillos alguna vez valiosos,
cuando uno bebe los lee... borracho es mejor...
Una fotografía. Algo escrito sobre ella;
se me humedecen los ojos: LIMPIA. PRÁCTICA. FEROZ.
2
Se lavaba siempre con jabón de almendras.
Aquel toallón de baño, ella lo compró.
La receta de vino dulce y la pipa de oriente
eran recursos contra los vahos del amor.
3
Tomaba las cosas en serio. No navegaba. Era toda
reflexión.
Exigía sacrificios para el arte.
Tomado de:
https://www.eternacadencia.com.ar/blog/libreria/lecturas/item/tres-poemas-de-bertolt-brecht.html
Sobre la denominación de emigrantes
Bertoldt Brecht
Bertolt Brecht 'Poemas y canciones'. Alianza Editorial,
1968. Traducción: Vicente Romano
Siempre me pareció falso el nombre que nos han dado:
emigrantes.
Pero emigración significa éxodo.
Y nosotros no hemos salido voluntariamente eligiendo otro
país.
No inmigramos a otro país para en él establecernos, mejor
si es para siempre.
Nosotros hemos huido.
Expulsados somos, desterrados.
Y no es hogar, es exilio el país que nos acoge.
Inquietos estamos, si podemos junto a las fronteras,
esperando el día
de la vuelta, a cada recién llegado, febriles,
preguntando, no
olvidando nada, a nada renunciando, no perdonando nada de
lo que
ocurrió, no perdonando.
¡Ah, no nos engaña la quietud del Sund!
Llegan gritos hasta nuestros refugios.
Nosotros mismos casi somos como rumores de crímenes que
pasaron la frontera.
Cada uno de los que vamos con los zapatos rotos entre la
multitud la
ignominia mostramos que hoy mancha a nuestra tierra.
Pero ninguno de nosotros se quedará aquí.
La última palabra aún no ha sido dicha.
Tomado de:
https://www.amnistiacatalunya.org/edu/2/dudh/dudh-b.brecht.html
Loa del estudio
¡Estudia lo elemental! Para aquellos
cuya hora ha llegado
no es nunca demasiado tarde.
¡Estudia el "abc" !No basta, pero
Estúdialo. ¡No te canses!
¡Empieza! ¡Tú tienes que saberlo todo!
Estás llamado a ser un dirigente.
¡Estudia, hombre en el asilo!
¡Estudia, hombre en la cárcel!
¡Estudia, mujer en la cocina!
¡Estudia, sexagenario!
Estás llamado a ser un dirigente.
¡Asiste a la escuela, desamparado!
¡Persigue el saber, muerto de frío!
¡Empuña el libro, hambriento! ¡Es un arma!
Estás llamado a ser un dirigente.
¡No temas preguntar, compañero!
¡No te dejes convencer!
¡Compruébalo tú mismo!
Lo que no sabes por ti,
no lo sabes.
Repasa la cuenta,
tú tienes que pagarla.
Apunta con tu dedo a cada cosa
y pregunta: "Y esto, ¿de qué?"
Estás llamado a ser un dirigente.
1933
Versión de Jesús López Pacheco
Sobre la traducción del alemán por Vicente Romero
Pero en la fría noche
Pero ya sólo el hielo, en la fría noche, agrupaba
los cuerpos blanquecinos en el bosque de alisos.
Semidespiertos, escuchaban de noche, no susurros de amor
sino, aislados y pálidos, el aullar de los perros
helados.
Ella se apartó por la noche el pelo de la frente, y se
esforzó
por sonreír,
él miró, respirando hondo, mudo, hacia el deslucido
cielo.
Y por las noches miraban al suelo cuando sobre ellos
infinitos pájaros de gran tamaño en bandadas procedentes
del Sur se arremolinaban, excitado bullicio.
Sobre ellos cayó una lluvia negra.
Preguntas
¡Escríbeme qué llevas puesto! ¿Es cálido?
¡Escríbeme en qué duermes! ¿Es también blando?
¡Escríbeme qué aspecto tienes! ¿Sigue siendo el mismo?
¡Escríbeme qué echas de menos! ¿Mi brazo?
¡Escríbeme cómo te va! ¿Te respetan?
¡Escríbeme qué andan haciendo! ¿Tienes bastante valor?
¡Escríbeme qué haces tú! ¿Sigue siendo bueno?
¡Escríbeme en qué piensas! ¿En mí?
¡La verdad es que sólo tengo preguntas para ti!
¡Y espero con ansiedad la respuesta!
Cuando tú estás cansada, nada puedo llevarte.
Si pasas hambre, no puedo darte de comer.
Así que estoy como fuera del mundo,
perdido, como si te hubiese olvidado.
Recuerdo de Marie A.
1
En aquel día de luna azul de septiembre
en silencio bajo un joven ciruelo
estreché a mi pálido amor callado
entre mis brazos como un sueño bendito.
Y por encima de nosotros en el hermoso cielo estival
había una nube, que contemplé mucho tiempo;
era muy blanca y tremendamente alta
y cuando volví a mirar hacia arriba, ya no estaba.
2
Desde aquel día muchas, muchas lunas
se han zambullido en silencio y han pasado.
Los ciruelos habrán sido arrancados
y si me preguntas ¿qué fue de aquel amor?
entonces te contesto: no consigo acordarme,
pero aun así, es cierto, sé a qué te refieres.
Aunque su rostro, de verdad, no lo recuerdo,
ahora sé tan sólo que entonces la besé.
3
Y también el beso lo habría olvidado hace tiempo
de no haber estado allí aquella nube;
a ella sí la recuerdo y siempre la recordaré,
era muy blanca y venía de arriba.
Puede que los ciruelos todavía florezcan
y que aquella mujer tenga ya siete hijos,
pero aquella nube floreció sólo algunos minutos
y cuando miré a lo alto se estaba desvaneciendo en el
viento.
Versión de Jesús Munárriz y Jenaro Talens
Tomado de:
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