viernes, 10 de febrero de 2023

POEMAS DE BERTOLDT BRECHT REVISITANDO SU OBRA


Canción de la prostituta

1

Señores míos, con diecisiete años

llegué al mercado del amor

y mucho he aprendido.

Malo hubo mucho,

pero ése era el juego.

Aunque hubo Cosas que sí me molestaron

(al fin y al cabo también yo soy persona).

Gracias a Dios todo pasa deprisa,

la pena incluso; también el amor.

¿Dónde están las lágrimas de anoche?

¿Dónde la nieve del año pasado?

 

2

Claro que con los años una va

más ligera al mercado del amor

y los abraza por rebaños.

Pero los sentimientos

se vuelven sorprendentemente fríos

si se escatiman tanto

(al fin y al cabo no hay provisión que no se acabe).

Gracias a Dios todo pasa deprisa,

la pena incluso; también el amor.

¿Dónde están las lágrimas de anoche?

¿Dónde la nieve del año pasado?

 

3

Y aunque aprendas bien el trato

en la feria del amor,

transformar el placer en calderilla

nunca resulta fácil.

Pero, bien, se consigue.

Aunque también envejeces mientras tanto

(al fin y al cabo no siempre se tienen diecisiete.)

Gracias a Dios todo pasa deprisa,

la pena incluso; también el amor.

¿Dónde están las lágrimas de anoche?

¿Dónde la nieve del año pasado?

 

 

Cuatro canciones de amor

I

Cuando, más tarde, me alejé de ti

al hoy enorme

vi, cuando empecé a ver,

gente alegre y cabal.

 

Y desde aquella hora tardía,

tú sabes de cuál hablo,

tengo una boca más hermosa

y unas piernas más ágiles.

 

Más verde hay desde entonces

en árbol, ramo y prado

y es el agua más fresca

cuando me la echo encima.

 

II

Cuando me haces pasármelo

tan bien, a veces pienso:

si me muriera ahora

habría sido feliz

hasta el final.

 

Cuando tú seas vieja

y me recuerdes

piénsame como hoy

y tendrás un amor

que siga siendo joven.

 

III

Siete rosas tiene el ramo,

seis se lleva el viento,

una queda para que

me la encuentre yo.

 

Siete veces te llamé,

seis no respondiste,

a la séptima promete

que me dirás algo.

 

IV

Mi amada me dio una rama

con hojas amarillas.

 

Se está acabando el año

y comienza el amor.

Tomado de:

https://www.poemas-del-alma.com/bertolt-brecht.htm

 

 

Jamás ma soeur, te he amado tanto

 

Jamás, ma soeur, te he amado tanto

como cuando me fui de ti en aquel crepúsculo.

Me engulló el bosque, el bosque azul, ma soeur,

sobre el que los pálidos astros quedaban para siempre ya al oeste.

 

No me reí ni lo más mínimo, nada nada, ma soeur,

yo, que jugando me dirigía a mi oscuro destino-

mientras que ya los rostros tras de mí

lentos palidecían en el atardecer del bosque azul.

 

Todo fue hermoso en aquella tarde única, ma soeur,

y nunca más después; tampoco antes-

claro que solo me quedaban ya los grandes pájaros

que al atardecer tienen hambre en el oscuro cielo.

 

 

 

Como era II

 

Tus penas eran mis penas,

las mías, tuyas.

Si no estabas tú contenta,

yo no lo estaba.

 

 

 

Debilidades

 

No tenías ninguna,

yo solo una,

que amaba.

 

 

 

Quiero ir con aquel a quien amo

 

Quiero ir con aquel a quien amo.

No quiero calcular lo que cuesta.

No quiero averiguar si es bueno.

No quiero saber si me ama.

Quiero ir con aquel a quien amo.

 

 

RECUERDOS SENTIMENTALES
ANTE UNA DEDICATORIA

 

 

 

1

 

Entre papeles amarillos alguna vez valiosos,

cuando uno bebe los lee... borracho es mejor...

Una fotografía. Algo escrito sobre ella;

se me humedecen los ojos: LIMPIA. PRÁCTICA. FEROZ.

 

 

 

2

 

Se lavaba siempre con jabón de almendras.

Aquel toallón de baño, ella lo compró.

La receta de vino dulce y la pipa de oriente

eran recursos contra los vahos del amor.

 

 

 

3

 

Tomaba las cosas en serio. No navegaba. Era toda reflexión.

Exigía sacrificios para el arte.

Tomado de:

https://www.eternacadencia.com.ar/blog/libreria/lecturas/item/tres-poemas-de-bertolt-brecht.html

 

 

 

Sobre la denominación de emigrantes

Bertoldt Brecht

Bertolt Brecht 'Poemas y canciones'. Alianza Editorial, 1968. Traducción: Vicente Romano

Siempre me pareció falso el nombre que nos han dado:

emigrantes.

Pero emigración significa éxodo.

Y nosotros no hemos salido voluntariamente eligiendo otro país.

No inmigramos a otro país para en él establecernos, mejor si es para siempre.

Nosotros hemos huido.

Expulsados somos, desterrados.

Y no es hogar, es exilio el país que nos acoge.

Inquietos estamos, si podemos junto a las fronteras, esperando el día

de la vuelta, a cada recién llegado, febriles, preguntando, no

olvidando nada, a nada renunciando, no perdonando nada de lo que

ocurrió, no perdonando.

¡Ah, no nos engaña la quietud del Sund!

Llegan gritos hasta nuestros refugios.

Nosotros mismos casi somos como rumores de crímenes que pasaron la frontera.

Cada uno de los que vamos con los zapatos rotos entre la multitud la

ignominia mostramos que hoy mancha a nuestra tierra.

Pero ninguno de nosotros se quedará aquí.

La última palabra aún no ha sido dicha.

Tomado de:

https://www.amnistiacatalunya.org/edu/2/dudh/dudh-b.brecht.html

 

 

Loa del estudio

 

¡Estudia lo elemental! Para aquellos

cuya hora ha llegado

no es nunca demasiado tarde.

¡Estudia el "abc" !No basta, pero

Estúdialo. ¡No te canses!

¡Empieza! ¡Tú tienes que saberlo todo!

Estás llamado a ser un dirigente.

 

¡Estudia, hombre en el asilo!

¡Estudia, hombre en la cárcel!

¡Estudia, mujer en la cocina!

¡Estudia, sexagenario!

Estás llamado a ser un dirigente.

 

¡Asiste a la escuela, desamparado!

¡Persigue el saber, muerto de frío!

¡Empuña el libro, hambriento! ¡Es un arma!

Estás llamado a ser un dirigente.

 

¡No temas preguntar, compañero!

¡No te dejes convencer!

¡Compruébalo tú mismo!

Lo que no sabes por ti,

no lo sabes.

Repasa la cuenta,

tú tienes que pagarla.

Apunta con tu dedo a cada cosa

y pregunta: "Y esto, ¿de qué?"

Estás llamado a ser un dirigente.

                                                                         1933

 

Versión de Jesús López Pacheco

Sobre la traducción del alemán por Vicente Romero

 

 

Pero en la fría noche

 

Pero ya sólo el hielo, en la fría noche, agrupaba

los cuerpos blanquecinos en el bosque de alisos.

Semidespiertos, escuchaban de noche, no susurros de amor

sino, aislados y pálidos, el aullar de los perros helados.

 

Ella se apartó por la noche el pelo de la frente, y se esforzó

por sonreír,

él miró, respirando hondo, mudo, hacia el deslucido cielo.

Y por las noches miraban al suelo cuando sobre ellos

infinitos pájaros de gran tamaño en bandadas procedentes

del Sur se arremolinaban, excitado bullicio.

 

Sobre ellos cayó una lluvia negra.

 


Preguntas

 

¡Escríbeme qué llevas puesto! ¿Es cálido?

¡Escríbeme en qué duermes! ¿Es también blando?

¡Escríbeme qué aspecto tienes! ¿Sigue siendo el mismo?

¡Escríbeme qué echas de menos! ¿Mi brazo?

¡Escríbeme cómo te va! ¿Te respetan?

¡Escríbeme qué andan haciendo! ¿Tienes bastante valor?

¡Escríbeme qué haces tú! ¿Sigue siendo bueno?

¡Escríbeme en qué piensas! ¿En mí?

¡La verdad es que sólo tengo preguntas para ti!

¡Y espero con ansiedad la respuesta!

Cuando tú estás cansada, nada puedo llevarte.

Si pasas hambre, no puedo darte de comer.

Así que estoy como fuera del mundo,

perdido, como si te hubiese olvidado.

 

 

Recuerdo de Marie  A.

 

1

En aquel día de luna azul de septiembre

en silencio bajo un joven ciruelo

estreché a mi pálido amor callado

entre mis brazos como un sueño bendito.

Y por encima de nosotros en el hermoso cielo estival

había una nube, que contemplé mucho tiempo;

era muy blanca y tremendamente alta

y cuando volví a mirar hacia arriba, ya no estaba.

 

2

Desde aquel día muchas, muchas lunas

se han zambullido en silencio y han pasado.

Los ciruelos habrán sido arrancados

y si me preguntas ¿qué fue de aquel amor?

entonces te contesto: no consigo acordarme,

pero aun así, es cierto, sé a qué te refieres.

Aunque su rostro, de verdad, no lo recuerdo,

ahora sé tan sólo que entonces la besé.

 

3

Y también el beso lo habría olvidado hace tiempo

de no haber estado allí aquella nube;

a ella sí la recuerdo y siempre la recordaré,

era muy blanca y venía de arriba.

Puede que los ciruelos todavía florezcan

y que aquella mujer tenga ya siete hijos,

pero aquella nube floreció sólo algunos minutos

y cuando miré a lo alto se estaba desvaneciendo en el viento.

 

Versión de Jesús Munárriz y Jenaro Talens

Tomado de:

http://amediavoz.com/brecht.htm

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