jueves, 16 de febrero de 2023

POEMAS DE EDOUARD GLISSANT


Para Mycéa

Ay tierra, si es tierra, ay toda-de-luz donde hemos llegado. Ay sumida

en el resplandor de agua y la palabra arada. Mira cómo tus palabras

me han sacado de este largo sueño donde tanto azul sobre tanto ocre

se ha puesto. Y mira cómo desciendo de esta noche; oye

 

*

 

Si la noche te deja en lo más alto del mar

No ofendas en ti al mar por el escollo de los dioses antiguos

Sólo las flores saben cómo se escala la eternidad

Te llamamos tierra herida ay qué breve será

nuestro tiempo, así como el agua cuyo lecho no vemos

Canción de agua apilada sobre el agua de la triste tarde

Eres suave con aquel que alejas de tu noche

Como una grava muy pesada hundida en las playas de medianoche

He llevado mi remo entre las islas te he nombrado

Mucho antes de que me designaras para asilo y aliento

Te he nombrado Inasible y Toda-huida

Tu risa ha separado las aguas azules de las aguas desconocidas

 

*

 

Te he nombrado Tierra herida, cuya fisura no es gobernable, y te he

vestido de melopeas extirpadas de los recovecos de ayer

Triturando polvo y desplomando mis palabras hasta los cercados y

empujando hasta los bordes los grises toros mudos

Te he consagrado pueblo de viento donde zozobras por silencio para

que tierra me puedas crear

Cuando eleves en tu color, donde es cráter para siempre frondoso,

visible en el porvenir

 

*

 

Escribo en ti la música de toda rama grave o azul

Aclaramos con nuestras palabras el agua que tiembla

Tenemos frío por la misma belleza

Brizna por brizna el país ha desamarrado lo que ayer

Llevabas como carga en tu río desbordado

Tu mano congrega esos rumores como novedad

Te maravillas de arder más que los viejos inciensos

 

*

 

Cuando el ruido de los bosques se agosta en nuestros cuerpos

Sorprendidos leemos esa ala de tierra

Roja, en el ancla de la sombra y del silencio

Con cuidado cosechamos en la flor de agave

La quemadura de agua donde ponemos las manos

Tú más lejana que el acoma loco de luz

En los bosques donde él aclama todo el sol y yo

Que sin tregua me ensaño con ese viento

Adonde he llevado el pasado feroz

 

*

 

El agua del cerro es más grave

Donde los sueños no derivan

Todo el verde cae en desnuda noche

Qué hoja arriesga su petulancia

Qué pájaros aletean y chillan

Tupido clamor de lodos mi país

Estación arrancada que vuelve a su origen

Sólo un viento rojo empuja a lo alto su flor

En el oleaje que no tiene profundidad y tú

Entre las flores de mayo lacia cansada

De dónde traes esas palabras que coloreas

Con una sangre de tierra sobre la corteza desvanecida

Gritas tu fijeza a todo país maldito

Es ay navegadora el recuerdo

 

*

 

Más triste que la noche donde el agutí se detiene

Su pata derecha está lacerada con una espina

En el momento en que llega el día se enconcha y se empeña

Cierra la noche y lame la herida

Así me inclino hacia mis palabras y las reúno

En la ventolera donde venías a apoyar la cabeza

En ese silencio al que dedicas tantas fiestas

Tu vigilia tu desazón tu sueño tus tormentas

El vuelo donde juegas con lo inconcluso

Los destellos azules del tiempo con que nos salpicas

Entonces las palabras me hacen quemar la cobilla

El barranco donde duermo es un brasero que se artiga

El día esta noche pone aquella que nos hizo: la herida

 

*

 

No escribo para sorprenderme sino para darle medida a este pleno de

impaciencia que el viento llama tu belleza. Lejana, cielo de

arcilla, y viejo limo, real

Y el agua de mis palabras fluye, mientras no la detiene la roca, donde

desciendo río entre las lunas que se pavonean en la ribera. Allí

donde tu sonrisa es del color de las arenas, tu mano más

desnuda que un juramento pronunciado en silencio

 

*

 

Y no hay sino ceniza en matorrales apretada

No hay sino extravío donde da a luz el cielo

El agua de agave no apacigua a la flor tímida

Las estrellas cantan como una ahora que no se oye

En la encrucijada donde fue triturada la savia

A tantos que gritan inspirados en el viento

Llamo inesperada andanza

Tú sales de las palabras, huyes

Eres país de antaño dado en recompensa

Invisibles conducimos el camino

Sólo la tierra entiende

 

Traducción de Mónica Mansour

Tomado de:

https://www.isliada.org/poetas/edouard-glissant/

 

 

I

Sobre Génova se abrirá el prado de las campanas de la aventura,

oh lira de bronce y de viento, en el aire lírico de las partidas, ¡

El ancla está al día!... Y el dulcísimo aturdimiento, ¡

Que se seque! Lejos de otra salazón.

Oh, la sal del mar es más propicia aquí que el agua bendita del obispo,

Mientras la multitud calla, y escuchan el resto de la historia...

Ciudad, escucha, y sé piadoso La religión se te hará en nuestro corazones,

que sabía el movimiento y la brújula y otros trabajos en la vela.

 

II

El hombre detiene el gesto, dice, guardando la espuma: “Esta lucha

“Fue de espuma, de fe, de sol y de sangre.

“¡Donde el oro tiñe de sangre, tuvo su parte esencial, y la locura su parte! »

Dice... A nosotros, en la playa, nos dan licencia

Para juntarnos en la proa de la voz, para gritar,

En la playa, el Relámpago, único motivo de rayadores.

 

III

Dice, y el lugar no sabe, a este principio, ¿de qué espuma será

Sagrado o saqueado? Nadie sabe, descalzo sobre la arena desnuda, ¿

De qué Indias aquí es el acercamiento y el elogio, o cuál este capitán

(¿Cegado por los vientos o por los diamantes?)

Que la voz en la playa todavía llama a partir, soltando el lazo del páramo?

Pero esta ciencia es más profunda.

 

IV

Como el negro, en las colinas, que predice

El vuelo cercano de un barco que lleva mujeres nuevas y cacerolas

(Mujer de La Rochelle y cacerolas de hojalata, dice)

Y que sufrió de un cura salmuera y pimientos - ¡despellejado vivo!

¡Pero no llegó el barco al muelle, acariciando con su lona húmeda

la tierra de la carne y de la muerte!

Indias , Umbral, 1965

Tomado de:

https://lachansondelacigale.wordpress.com/2015/08/06/edouard-glissant-lhomme-du-tout-monde-el-hombre-del-mundo-todo/

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