Luz
Yo tallo mi diamante,
yo soy mi diamante.
Mientras otros gritan
yo enmudezco, yo corto, yo tallo;
hago arte en silencio.
Y en tanto otros se agitan
con los ritmos batallo
y mi nombre no agencio.
Yo soy mi diamante,
yo tallo mi diamante,
yo hago arte en silencio.
Las bóñigas
Entre el siena húmedo
con olor agrario de las boñigas,
son amapolas inquietas
las crestas de las gallinas,
chispas del iris las moscas,
carbón con patas las hormigas.
Constelaciones
Con las sedantes horas de la tarde
que arropan en matices las distancias
la luz mueve sus débiles prestancias
ante la pira que en ocaso arde.
Vibra en la claridad póstumo alarde;
azuza el resplandor sus arrogancias;
fugan olas y frondas en fragancias
y se abre un bruno tornasol cobarde.
La noche, por ingente poderío,
cuaja su toga heráldica de estrellas
mientras que predispone a meditar.
En tanto que la lumbre del bohío
es _de la sombra en las azúreas huellas_
otra estrella que sube de la mar.
La fiesta galante de mi choza
Como yo la esperé, también mi choza
con su alma sin vida la esperó;
y la ausente –esperanza vagabunda–
para hacerme poeta retornó.
A la puerta insegura de mi choza
la esperada viajera se acercó;
y, elevando su espíritu a lo Eterno,
por el juro olvidado suplicó.
Y sus pasos sonaron en mi choza
como la cadencia de un rondó,
y vino estremecida hasta mi lecho
como ave que el vuelo fatigó.
Sintióse renacer toda mi choza
amparando a la ausente que llegó:
vestía un traje rojo, que encuadraba
su cuerpo en una cárdena visión.
Fue la fiesta galante de mi choza
cuando a la viajera recibió;
hubo entre sus tabiques alegría,
de su techo la dicha descendió.
Fue la fiesta galante de mi choza,
y a la suspirada amiga dio
apartado recinto para el culto
natural y candente del Amor.
Cuando hubo oficiado de mi choza
el semidiós pagano del Dolor
y llevé a la Anhelada hasta el sagrario
del Lecho –que su carne consagró;
cuando la Vida era sólo espasmo
y gemido y protesta y conmoción,
de las blancas paredes de mi choza
un himno a su belleza se elevó:
epitalamio para el Rito oculto
y aleluya triunfal para el Amor!
Erotismo
Frente a la luna argentada
del espejo, se retoca
el carmín que da a su boca
los tintes de la granada.
Frente a la luna argentada
del espejo, se está en pie;
y, desnuda, es rosa-té
sobre la alfombra encarnada.
Frente a la luna argentada
del espejo, le provoca
el carmín que da a su boca
los tintes de la granada.
Sobre la luna argentada
del espejo… ¡yo bien sé
que ella besuqueó el muaré
de su piel inmaculada!
En la barbería
Así que la aurora deja caer su car
mín en las nazarenas mejillas del
alba fugitiva, el mar se riza las cren–
chas cabe el verdegueante toldo de los
manglares, a los que las tijeras del
tiempo les ha recortado al ras la pe–
lambrera encrespada.
Para tu piel sensual
Mirándote desnuda junto al lecho,
como un ensueño que se hiciese vida,
pongo un beso de amor –ala encendida–
entre las prominencias de tu pecho.
En tanto bebo la fragancia suave
que tu piel de fémina hace heliotropo
pienso (parce que desciende un copo)
pienso y macsullo: (se levanta un ave).
“Afrodita surgió de entre la espuma,
rompiendo los cendales de la bruma,
al son de los vibrantes caracoles;
y tú, más blanca de la concha misma
para tu piel sensual hiciste un prisma
que trueca el nácar en fugaces soles...”
Tomado de:
https://www.poeticous.com/regino-e-boti?locale=es
ANSIAS
Se me van los ojos buscando las lindes.
¿Por qué no estar en todas
partes a la vez?
Querría sentirme en las sierras,
en los valles y llanuras,
en los ríos y el mar a la vez.
Nacer y morir en el Todo
entrando en las cosas inermes y ser
grosera materia ignorante y fecunda,
Átomo pensante y consciente a la vez.
Guijarro e idea, brazo y ala,
instinto y sien,
celaje y pantano y voz y silencio
y odio y amor a la vez
CIELO CARNAL
(Proemio)
Solos con nuestras cuitas en la alcoba,
frente a la blanca luna del espejo,
la atraje hasta mi hombro con un mimo
y la retuve con la miel de un beso.
Tendió sus dulces alas el abrazo;
y en la doble clausura comprimidos,
mudos, con el silencio de los éxtasis,
como un junco a otro junco nos torcimos.
La voluptuosidad, onda de fuego
que se quiebra en las playas de la vida,
puso la somnolencia en nuestros ojos,
borró de nuestros labios la sonrisa.
Como el loto que dobla su penacho
mustiado por el tedio de la tarde,
rendida a mis palabras inclementes
con mano inquieta desciñose el traje.
Profanando su olímpico arrebato,
la acompañé en la erótica tarea
hasta que vi brotar bajo el encaje
la rósea malla de sus carnes tersas.
En torno a aquel mutismo religioso
recitaba el placer su canto obsceno,
y nos estremecimos asustados...
de vernos en la luna del espejo.
Tomado de:
http://www.poesiaselecta.com/poereginoeboti.html
ÁNGELUS
Rayas sombrías y luminosas.
Verticales: los postes. Horizontales: la playa,
los raíles y los regatos. El día
preagoniza. El crepúsculo palia
con sus rosas los grises.
En la salina
el molino de viento que, en el negror, es dália
gigante y giratoria.
Y en el ángelus hay ruido
como el de las alas de la Victoria.
FICCIÓN DE LA MADRUGADA
El cosmos íntegro está en mí.
En la madrugada, mientras leo,
me acompañan la luna y el jardín
Un ruído lejano que recuerdo, un ruido
audaz y propulsor. Inquiero
también con la mirada. En el bruñido
manojo de cuertillas una mariposa
que aletea, con el mismo ruído
lejano, lejanísimo, de un aeroplano
en su marcha caudalosa.
Tomado de:
http://www.antoniomiranda.com.br/iberoamerica/cuba/regino_e_boti.html
No sé por qué te amo
Buen tiempo después,
del gran cataclísmo
que te extraña mente
confusa y desesperada
entre tu amor y el mío creara,
rompo poco a poco
mi agobiante y triste silencio.
—No sé por qué.
Así tan simplemente
como lo diría un niño cohibido
por una amenazante pregunta de su padre,
yo me digo: —No sé por qué te amo,
no sé por qué aún te amo.
No creo que tan solo sea
porque eres muy hermosa,
pues, no tengo gustos tan superficiales.
Tampoco creo que sólo sea
por tu pequeño y delgado cuerpo,
pues ahora es más estrecho.
No creo que solo sea
Por la combinación que una vez,
tu corto y suelto peinado,
tu encendido y fresco rostro,
con tu cuerpo bien torneado
abrazado por tu perfecto vestido,
para mi posaron.
No,
no creo que sólo sea por eso.
¿Por que qué se haría mi alma
cuando tu pelo no esté apagado,
cuando las suaves curvas de tu cuerpo,
por el tiempo hallan volado,
y cuando ya no esté
ese vestido encantado?
No me inclinaría a pensar
que tan sólo sea
por las pocas y hermosas veces
que a mi lado
me dijiste querer estar.
Porque nunca te tuve así
y porque más que tú, soy yo
el que a tu lado, aún quisiera estar.
No creo que sólo sea
por las cosas que te he brindado
o que te quiero brindar,
pues a otras mujeres
también se las podría dar.
En fin encanto,
no sé por qué, yo, aún te Amo.
En este día
Hoy siento que te necesito atada a mi cuerpo por mis brazos.
Te necesito hoy más que nunca a mi lado.
Hoy puedo pensar en dos bellas y encantadoras mujeres;
pero prefiero pensar solamente en una, en ti.
Hoy estás infinitamente lejos de mi alma
y sin embargo, te siento inmensamente cerca.
Hoy es martes 14 de febrero, un día cualquiera
porque en todos los días te quiero, te recuerdo, y te amo.
Hoy me siento sin alma, inseguro y muy deprimido
porque no sé si quiero ser tu amante o quiero ser tu amigo.
Hoy sé, que un sábado el destino me empujó a conocerte
para que sólo en la calle, algún día, nuestros ojos se vean.
Hoy he escrito los versos más tristes de esta vida,
más porque soy un tonto, y más porque aún, te amo.
Humo fui para ti
El humo, es aspirado a tus pequeños pulmones
sin que tu alma note diferencia alguna
en cada porción que tu estrecho pecho absorbe.
Porque solo quieres, con transparente humo, colmarte.
El humo es el lento, silencioso y fino enemigo
que todo llena en tus monótonos pulmones.
Y tontamente, en tu cuerpo, lo dejas entrar,
porque prefieres como amiga de tu enemigo, quedar.
El humo deja su oscuro y candente veneno
en tu roja y estrepitosa sangre de mujer ardiente.
Y sin embargo, tú, sientes entrar la vida,
porque ingenuamente prefieres vivir en la muerte.
Yo, también, fui humo en tu joven y llamativa existencia,
porque con fuerza y disimulo agrado, en tu vida me colé.
Pero al contrario, el viejo veneno lo pusiste tú en mí.
Luego al aire, como si no me quisieras, me dejaste salir;
para disolverme,
por siempre en esta vida,
frente a ti.
Sin título
Estaré donde me sientas.
Si me sientes lejos estaré aquí,
escribiendo un poema para ti
porque sé, que no me quieres ya.
Si me sientes cerca, entonces estaré a tu lado,
estaré mudo, o talvés hablando
como muestra, de tu poca sinceridad.
Pero si me sientes muy cerca, entonces
estaré dentro de ti.
Y sólo así, me sentirás de veras.
Sentirás en tus venas
las cosquillas de mi sangre,
estrepitosa, alegre y caliente
mezclándose con tu sangre,
también alegre, pero aún, más caliente.
Sentirás tu corazón latir
a un ritmo más rápido y seguro,
porque en cada uno de sus pulsos
irá plasmado el vigor de mi latir.
Sentirás mis labios frotando en tu boca
como serían en un largo beso,
tratando de hurtar el perturbador sabor a hembra,
que en tu lengua reina.
Sentirás mis deseos bajar locamente
por tus brazos, camino a tus manos.
Manos que ya no serán las tuyas
sino, manos que se tornarán en las mías.
Quizás, como pudo haber sido en tu primera vez
sentirás miedo: ¿Qué hará? Pensarás.
Pero luego, sedada por mis tiernas palabras
sobre el lecho blanco, y, mucho más que entregada:
dejarás caer tu nítido y añorado cuerpo desnudo.
Para que con una mano,
tus pequeños pechos hinchados,
poder acariciar con loca pasión y deseo.
La otra, mi derecha,
correrá en tu liso vientre, hasta enredarse
en el oscuro y espeso monte de Venus,
que camufla tu deseada vulva.
Allí sentirás el excitante juego
de mis traviesos dedos,
hurgando y buscando, la extreme explosión
de tu pequeño y gran cuerpo.
Cuerpo de mujer, y cuerpo de diosa.
Si me sientes muy cerca, entonces
estaré dentro de ti.
Y solo así, me sentirás de veras.
Tomado de:
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