EL POEMA
Llamadlo sólo agua
libre
de todo inútil nombre pasajero.
Dejad luego que siga
su lento respirar ensimismado.
Conciencia,
1961.
LAS PALABRAS
Las palabras están vivas, y por lo
tanto traicionan; lo que expresan
hoy como verdadero y puro, ma
ñana es falso y está muerto.
(L. CERNUDA.)
Acaso no debiéramos escribir nunca más
sobre una página
pues las palabras son
mayores que la vida
y como a ellas tendríamos
que sostenerlas con el brazo
hasta que llegue el día que el cansancio lo
doble.
Las palabras son siempre más anchas que los labios,
mayores que la ausencia y que la infamia.
Tal vez debamos siempre escribir en los aires,
que el sol en los caminos las incendie un momento
y las vuelva a la nada,
al silencio
y al polvo,
las integre a la noche
y a su germen,
intocables y puras como una antorcha viva.
Conciencia, 1961.
EL POEMA
Ramo de sangre, arpón en todo el pecho, lengua que
propiciaba el corazón voraz. Su estirpe apasionada nos arrojó a la vida; no se
someten ni el amor ni el mar.
Rosa fiel que el tiempo no ha secado, mayor que el
celo, no menor que el vacío, sudor o sangre, o vida, o tierra, o muerte; nunca
nos faltes; el hueco de tu ausencia huele a miedo.
No menor que el vacío, 1988.
POETA ANÓNIMO
No sé quién eras; puede que yo mismo;
fui plural una vez.
Al leerme me leo;
en la rueda del tiempo vuelvo a ser.
Cuchillo casi flor, 1989.
Tomado de:
https://poeticas.es/?p=3187#more-3187
A la lenta caída de la tarde
A la lenta caída de la tarde
amar la vida largamente es todo
el oficio del hombre que respira.
Alzar la mano y detener el cielo.
Destino de la luz, nunca te acabes.
Poeta anónimo
No sé quién eras; puede que yo mismo;
fui plural una vez.
Al leerme me leo;
en la rueda del tiempo vuelvo a ser.
A una muchacha
Si alguien sabe qué puede destruir a la muerte,
qué puede cercenar su mano vengativa,
venga ahora y lo diga cuando estamos a tiempo
de rechazar su fuego que cada vez se aumenta.
Si alguien supiera detener al tiempo
lo diga en este instante.
Cuando toque tu piel el daño no hay remedio;
será como el aceite que se extiende
y no puede volver al vaso donde estuvo.
Donde vivió la rosa vivirá para siempre
una raíz callada.
Donde el rumor de guijas por el río
silbará sólo el aire llorando por los huesos.
Que nadie escuche el ruido de lo que se destruye
si nada puede hacer por evitar la ruina.
Mejor venga la muerte y te corte de un tajo
y te transplante así donde nadie te vea
que no este grano a grano deshacer tu hermosura.
Tomado de:
https://www.isliada.org/poetas/luis-feria/
EL POEMA
Si después de leerlo sientes sed
es que el discurso es fértil;
léelo aún, y más: la sed engendra sed.
Qué error el del saciado;
no conoce la sed de la sed que no acaba.
UN AMOR
Si sientes un aroma que persiste
súmelo en ti, adéntralo en tu pecho;
un amor nunca acaba; se recobra.
Un amor: un dolor;
agradece: pervives.
Tomado de:
https://www.academiacanarialengua.org/archipielago/luis-feria/textos/104/
BAJO LOS ÁLAMOS
Pues fue en vano el dolor,
delito la inocencia, si sientes que la brisa que anda
entre los álamos
se entrevera de sol,
te busca el corazón, se adentra en él,
y su rumor te aqueda, y te acendra y te colma,
fuera razón de amor asumir ese instante,
última soledad, álamo tú también.
Arras
LUNA clara por el aire limpio;
la inocencia es posible.
CANTA la alondra alto; vuelos.
Calla y aprende, vida. Y dime.
CUANTO más prodigo más me colmo:
sólo el mar es mi semejante.
TAJADOR, todavía no:
hay palabras que no tengo dichas.
Casa común
CANARIO
Cuidado, gardelito, que te tragas el sol.
Ahora te dará la perlesía,
todo el día amarillo, echado, sin bullir,
la farmacia de guardia, qué desgracia,
y si fuera ictericia,
abre el pico, la fiebre, a ver la lengua,
de treintaitrés, ten, calomelanos,
un buche toronjil,
pero si es mal de amores, un suicidio,
sufre, canejo, sufre y no llores,
que un ave macho no debe llorar.
COCINA
Otra vez, sin razón, azúcar, dientes bellos,
aprontas a mis huesos tu rescoldo mi infancia,
me llevas de la mano al mantel orfanante
para qué, pues que el niño ha muerto,
el padre dónde, dónde,
sus espejuelos truncos, su clara dioptría.
Alpiste macareno, lumbre púas de oro,
no cantéis nanas tristes;
sal siemprenieve, agua madre oca,
a qué acordarnos
si en guerras y en amor siempre se pierde.
Ahora, sin llorar, muy niños en silencio,
estémonos aquí, igual que entonces,
sin mentirnos, qué solos.
Más que el mar
LAS BUGANVILLAS
Quien esgrimió el puñal contó con ellas. Nacieron de
reyerta, cauterio o sajadura, y su sangre profusa, al enramarse,
negó el vacío, aceptó el espacio, llenando la tiniebla,
la soledad, el hastío, de una fiebre violenta, que al ir contra la muerte
nos hizo invulnerables.
Su ramo enmarañado se opuso al rigor del de la rosa, no
arriesgó el ademán, acorde y sosegado, de una
meditación;
ávido se sumó al hervor del relámpago.
Día a día velábamos sus armas. Sus púas nos punzaron:
tan rojas como ellas nuestra sangre.
Conciencia
EL MAR
He venido hasta el mar; aquí he sumado
tanto fracaso, tanta esperanza inútil,
al movimiento eterno, a su frente estrellada,
a la de tantos niños que no han nacido nunca
y en el fondo del agua esperan las palabras
del levántate y anda de un inmortal que crea.
Sobre los pies del agua descanso cuanto he sido.
Le sumo mi tristeza, mi airado preguntar,
como un soldado solo que después de la guerra
sobrevive y pregunta de qué valió la sangre
y llora sobre el pecho enmudecido
de cualquier muerto amigo que ya no le responde.
He venido
al mar que se destruye para no morir nunca.
Tomado de:
http://www.trasdemar.com/home/poesia/mas-que-el-mar-poemas-de-luis-feria/
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