(Moscú, 1933- 2010)
La Nariz
La nariz crece durante toda la vida de uno
(de fuentes científicas)
Ayer me dijo mi doctor:
Usted puede ser muy diestro, sin embargo
Su hocico está helado.
Así que no salgas al frío,
Nariz!
En mi, en ti, en los monjes capuchinos,
De acuerdo a reconocidas leyes médicas
Implacables como relojes, sin pausa
Triunfalmente crecen las narices.
Durante la noche crecen ellas
En cada ciudadano, alto o bajo,
En porteros, ministros, ricos y pobres,
Currucuteando sin parar como búhos,
Heladas y fuera de forma,
Brutalmente golpeadas por un boxeador
O suciamente aplastadas por una puerta,
Y aquellas de nuestras féminas vecinas
Como brocas son astutamente atornilladas
En más de un cerrojo.
Gogol esa mística alma inquieta,
Intuitivamente percibió su rol.
Mi buen amigo Buggins se embriagó: en su sueño
Parecía que, como aguja de iglesia
Rompiendo a través de lavabos y candelabros,
Perforando y despertando llamativos cielorrasos,
Empalando cada piso como
Recibos en un suncho,
Más arriba y más arriba
ascendía |
su nariz. |
¿Qué significaría eso? se preguntó a la siguiente mañana.
Una advertencia, dije yo, de un día nefasto: parece
Como si fueran a llamarte a cuentas.
El 30 el pobre Buggins fue capturado y hecho preso.
Por qué, O Creador de las Narices, por qué
Nuestras narices se prolongan, y nuestras vidas se acortan,
¿Por qué durante la noche estas protuberancias carnosas,
como vampiros o bombas de succión,
Nos drenan hasta la resequedad?
Reportan que los Esquimales,
Besan con su nariz.
Entre nosotros eso no ha sido comprendido.
Naturaleza Muerta
Ahora, con tus palmas sobre mis paletillas,
Abracémonos:
Deja que sólo exista el aliento de tus labios en mi rostro,
Sólo, a nuestras espaldas, el zambullir de oleadas.
Nuestras espaldas, que como dos conchas brillan a la luz de luna,
Atrás de nosotros están cerradas;
Aquí yacemos acurrucados, oyendo frente a frente,
Como un doble signo o como una fórmula gemela de la vida.
En el viento necio del mundo entero
Nuestros hombros de la intemperie nos escudan
La calma que ahora juntos alcanzamos,
Como una llama asida entre ambas manos.
¿Tiene cada célula un alma dentro de ella?
Si es así, abre de golpe todas tus pequeñas puertas,
Y todas tus almas aletearán como el jilguero
En las jaulas de mis poros.
Nada oculto está que no haya de ser conocido.
Ni aun por la tormenta de befas nos veremos
Separados de este abrazo, y abandonados
Como conchas mudas olvidadizas del mar.
Entre tanto, Oh carga de molestia y tensión,
Yaz sobre las conchas de nuestras espaldas en un gran montón:
Lo que no hará más que prensarnos aún más, uno con otro.
Estamos dormidos.
ROMANCE
Recordá este instante. Y a la rosa silvestre.
Y la marca que en Tu hombro te dejó.
Yo - soy Tu poeta eterno y Tu amante eterno
Y - nada más.
Recordá este mundo, mientras puedas recordarlo,
y dentro de mil años y un poco más,
gritarás, y por dentro te rasguñará la rosa silvestre...
Y - nada más.
Una irónica elegía nacida en esos momentos más dolorosos cuando... uno no puede escribir
Estoy en una crisis. Mi espíritu está mudo.
"Una línea al día", mi amigo insiste.
Pero no tengo ni
Días ni líneas.
Mis campos están en barbecho;
Mis fábricas en tinieblas.
Mi alma, desempleada,
Boquiabierta, bosteza largamente.
Mi crítico, mi acusador,
Dirá con un gruñido
Qué en esta mayor parte inmune-al sistema-de-crisis
Yo solamente sufro una crisis.
Mi incorruptible compañero hombre del campo,
el vestido es perfecto, pero no adapta.
Todo está claro adentro y afuera-
Pero la poesía no viene...
Me desanimo por completo en el amor,
Quédate a acompañar una puta barata.
Tú no pierdes el control-
Yo sí.
Mi verso era sólido -como cristal;
Un duende hockey, se chamuscó hacia la meta.
Pero no puedo rimar nunca más;
He perdido la destreza.
Un pájaro migratorio
Llorará en vuelo.
Las grullas cantan al unísono;
Un cisne no.
Pájaro gris, de qué te lamentas
En el viento delante del blanco Vladimir?
No puedo captar esas notas;
sufro ataque de nervios.
Siete libros de poesía
Se publican diariamente;
Pero yo huyo de amigos y pueblos,
Un perro rabioso,
En la foresta arrastrando a la helada,
En los amaneceres vuelto entumecido,
Donde la primavera pierde el control
Secretamente rompiéndose en verano.
Y con todo confío en mis colegas-
Los dos mil quinientos quince
Poetas de nuestra federación;
Ellos escribirán poemas aunque yo no pueda;
Ellos nunca sufren ataque de nervios
YO SOY GOYA
Yo soy Goya
sobre el campo desnudo, excavado por el pico del enemigo
hasta que los cráteres de mis ojos boquearon
Yo soy el dolor
Yo soy la lengua
de la guerra, las brasas de las ciudades
en las nieves del año 1941
Yo soy el hambre
Yo soy la garganta
de una mujer colgada cuyo cuerpo como una campana
pendulaba sobre una plaza vacía
Yo soy Goya
¡Ah, viñas de ira!
He arrojado hacia el oeste
las cenizas de un invitado indeseable!
y martillado estrellas en un cielo sin olvido- como clavos
Yo soy Goya
[De la versión en inglés de Stanley Kunitz]
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