- (Colombia, 1937 - 2002)
Hay gentes que llegan pisando duro
que gritan y ordenan
que se sienten en este mundo como en su casa- Gentes que todo lo consideran suyo
que quiebran y arrancan - que ni siquiera agradecen el aire
- Y no les duele un hueso no dudan
ni sienten un temor van erguidos
y hasta se tutean con la muerte - Yo no sé francamente cómo hacen
cómo no entienden PRESENCIA
Cien pasos doy de para atrás- ROGELIO ECHAVARRÍA
- I
Si estoy, está conmigo.
Si me atareo en mis asuntos,
me sigue.
Ojea por sobre mi hombro si leo,
atisba por sobre mi hombro si hago.2
Con un sobresalto,
de un salto,
me pongo de pies.
¿Quién era?
Miro en torno mío.
Nadie, nada.
3
Acaso, cuando giro
sobre mi calcañar,
gira también
con una pirueta,
con un esguince silencioso. - 4
Y si voy va detrás,
si vengo viene,
si me detengo se detiene.
Siento sus artejos en mi nuca,
su acezo en mi oreja. - 5
Hago, pues, que voy y vengo,
hago que estoy,
hago que hago,
que me atareo en mis asuntos. - 6
Y si también esto que digo,
este verso que hago
fuera tan sólo,
y de nuevo, la vieja
mentira del lobo?
HAY GENTES QUE LLEGAN PISANDO DURO
pero la muerte los advierte.
VIENDO DORMIR AL HIJO
1
Qué bello cuando duerme:
de costado, una rodilla recogida,
indefenso.
La mano palma arriba
abierta,
el pelo enmarañado.
2
Pero ahora comienza a agitarse.
La respiración se le ataranta.
Es que sueña.
3
Y esa queja en el sueño,
desconsolada:
¿en qué sueña?
¿de qué se duele?
Yo que soy su padre,
no sé de qué se duele.
4
Es sobre todo, hermosa
su mano palma arriba:
abierta,
vacía.
- Y tras la incertidumbre de un instante
frente al desconocido
que luego por virtud del gesto recordado
vuelve a ser el amigo que después de la lluvia
llama a la puertalo ayudamos a desnudarse
colgamos sus ropas a secar junto al fuego
y oímos el relato de su viaje
reconociéndonos en sus maneras
de náufrago VISIÓN
Tiene algo de felino
cuando está así, sentada
medio desnuda
en su cama revuelta.
Recogidas las piernas,
se abraza las rodillas.
Y va pintándose
–una por una–
las uñas de los pies
con esmero de gata.
Sí, tiene algo
de gata o tigrilla
que se lame la garra.
Y en tanto canturrea
como ronroneando
y mueve la cabeza
marcando un ritmo suyo.
Los pechos aplastados
contra los muslos.
Y ahora acaba de pintarse
morosamente
las uñas de las manos.
Y para que se sequen
las menea en el aire
como indicando un paso
de danza.
COMO DONCELLA que se adentra en el bosque en busca de miel silvestre
y regresa trayendo en el pelo un extraño perfume de parásitas
Así fuiste aquel año en que tu carne entraba en sazón
Cuando en tu vieja ciudad
levantada entre un río y una colina
vi tu cabeza oscura contra el muro de cal
cuando la inminencia del amor apuntaba en tu risa
muchacha amarga
y tus senos latían
maduros casi para ser acariciadosIXvagó toda la noche por calles desiertasmaldiciendoalguien lo llamó por un nombre que no era el suyopero sabía que era a él a quien llamabanXIen la mansafamiliaridad de las callesla sombra de un árbol cuelgainmóvil sobre el muro blancoyde prontosin raiz, el deseode quedarse en este día, siempreXVIIFÁBULA
para que mi deseo la sigacon la fúria de um verano tardíoy la devasteuna muchacha viva pasaah tejer una fábula maravillosadelante de sus ojos abiertosXVIIIahora que las niñas se desvistenco um secreto temory en el fuego bailan duendecillos azulespor calles que tienen nombres de batallasvoy, solitario y vanoy pienso en la dulce saliva de la doncellaque en algún lecho madura y gimey visita otro duro laberintocomo de una ahogadaveo su frente a través del águadel sueñode noche, en este parque donde tengo cuatrosombrasbajo el antiguo insomnio de las estatuasXXen el mercado, entre sus jaulasel vendedor de pájarosvocê la lengua de los vencedorespero trás su habla sibilantey las cópulas sorpresivasde palabrasse recata la antigua lengua armoniosamás clara, máscercana de las tortugas y el fuegoque piensa en ély le da otro orden al mundoy cuando en la Plazareal por un instante en el mediodíacoge los pájaros em su dedoy les hablatal acto encubre otros actosde más viejo sentidoya su mágico gesto de encantadorlos pájaros mueven los ojos doradosXXIIRONÍA
ante el obstinado embate del pájarocontra el cielo falso de la vidrierano cabeironiaXXV
NEGRURA AMENAZANTE
DETRÁS DE LOS PÁRPADOSentreel cerrary el abrir los ojosla nadade nuevoeste desolado estuporXXXIII
PRESENCIASsigues morosamentela curva orilla del lagoel silencio está en torno tuyoy dentro de ti, em tus huesoslos pájaros te lanzan a los ojossus figuras sucesivassobre la hierba nuevacae la luz como una espadaXXIV
PARAÍSOinfanciavuelta a encontrar, al morder uma frutaen su sabor olvidadoXXXVI
a vecesveo en mis manos las manosde mi padre y mi vozes la suyaun oscuro terrorme tocaquizá en la nochesueño sus sueñosy la fria furiay el recuerdo de lugares no vistosson él, repitiéndosesoy él, que vuelvecara detenida de mi padrebajo la piel, sobre los huesos de mi caraHolderlin
Quizá la locura
es el castigo
para el que viola un recinto secreto
y mira los ojos de un animal
terribleEscritura
la noche, como animal
dejó su vaho en mi ventana
por entre las agujas del frío
miro los árboles
y en el empañado cristal
con el índice, escribo
esta efímera palabraEl poseído
A veces
siento en mis manos las manos
de mi padre y mi voz
es la suya
un oscuro terror
me toca
quizá en la noche
sueño sus sueños
y la fría furia
y el recuerdo de lugares no vistos
son él repitiéndose
soy el que vuelve
cara detenida de mi padre
bajo la piel sobre los huesos de mi cara.EN CAMINO.
Para Gustavo Zuluaga.1Y, a lado y lado del camino,ralos matojosde helechos,en este mes del año requemados,resecos..2Un alud, en invierno,en el lomo del montedejó algo así como una dentelladade barro rojo..Ahí queda por meses,tal vez por años.Es una cicatrizbermeja..3O manchones—aquí y allá—de un pardo rojizo.Allí donde la pobrevegetación de zarzasy malezas se agosta,.como si un terco malde la tierra, un matizdel rojo de la tierrasubiera por sus tallosy se mezclaran al brunode la maleza ardida..4Un ronroneo de colmena:lo oye el caminante..Más allá,entre musgos,hay un nacimiento..5Que el caminante bajehasta aquella hondonada donde el verdese hace más oscuro..Encontrará, entre piedras,un hilo de agua fría,podrá beber un puño de agua fríapara la sed..6Y después el caminose pierde en un parajearbolado de búcarosy más allá reaparecepara trepar por un costillar mondo..Sólo un camino: una delgadaincisión en el lomode la montaña: un arañazoo la huella de un arañazo..7Ese huevo sonrosado entre la maleza.El caminante lo alza pararemirarlo contra la luz..8y, por fin, una redondez.Pero de ningún modo la redondez de un seno..Más bienalgo como un muñón,como el esbozode un cráneo..Quizá una giba,sí: una giba rocosa..9Y otra cumbre.Otra hermosa perspectivade despeñaderos..
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