jueves, 31 de marzo de 2016

Poemas de Ibrahim Tuqan


 (1905-1941)

OPTIMISMO Y ESPERANZA

Enjuaga tus lagrimas, pues no te beneficia llanto ni sollozo.
Levántate, no te quejes de la vida, solo se queja el perezoso.
Abre con tu voluntad el sendero, y no preguntes donde está el sendero
Un hombre esperanzado nunca se extravía si se afana y es juicioso
??No!!..., ni se frustra el hombre si su objetivo es honroso.
Consumiste tu vida entre quejas y tristezas, pobrecito de ti.
Te has sentado con los brazos cruzados clamando :la vida lucha contra mi
Si tu no asumes la carga ¿quien lo hará por ti ?.
Tanto que clamas:"!la patría sufre de muchas enfermedades!", siendo tu una de ellas.
"Su mal radica en el pesimismo", ¿acaso indagaste sus síntomas?.
Tu, que eres quien empuñaste el pico para reducirla a escombros.
Siéntate, pues no eres tu el que se afana por levantarla.
Y pasivamente sigue observando los lobos saciándose en sus estanques.
El pesimismo ya forma parte de tus palabras como por instinto,
cual cuervo que anuncia la ruina de la morada
haciendo que su graznido sea oído por el todo mundo.
Esta es la verdad, y los enfermos de espíritu les hiere la
verdad.
Se vislumbra el destello de una esperanza, guíate por su destello.
Tu vivir no seria estrecho si te afanaras por el y si su estrechez
dejaras de lamentar.
Pero te figuraste la enfermedad,
hasta que la imaginación al cuerpo pudo enfermar.
Y creíste que ya eras débil, hasta que la debilidad en tus huesos se pudo instalar.
Al hombre le aterroriza la muerte si a la mortaja no deja de mirar.
+++++
Traducción:Said Alami


EL MARTIR

Sonría, cuando el infortunio encoleriza.
Irrumpió, cuando el horror se desbordo.
Templados el valor y el animo,
firmes el corazón y el pie,
hizo caso omiso del padecimiento,
y el súbito dolor no le doblega.
Su alma esta a merced de su voluntad
que a otras voluntades anonadadas deja,
y en cuya mixtura se encuentran
huracanes y lavas,
mas junta lo revuelto e inmenso
con lo salido y descollante,
esta hecha del elemento del sacrificio
y de la esencia de la generosidad,
y es de la Justicia su ascua
cuyo calor a naciones liberes.
Por la senda de la grandeza caminaba
su morada en la eternidad avistaba
conseguirlo esposado o aniquilado, no le importaba,
presto a cumplir su empeño estaba.
Quizás la muerte le sorprenda
en la cárcel prisionero,
sin familia,
sin haber sido despedido ni llorado por un amado.
Quizás sea metido en tierra
hasta de su mortaja despojado
sin que sepamos si lo ocultan
sus cuencas o sus cúspides.
No importa donde su cuerpo esta
pues su nombre la eternidad llenar?. Es el, el lucero guía
que se vislumbra en las tinieblas del desastre,
proyectando su luz en los ojos
que ya no concilian el sueño,
y arrojando fuego en los corazones,
que ya no conocen el rencor.
Que rostro mas resplandeciente,
que con decisión aborda la muerte.
Expira? enviando su melodía
que ya canta la gente:
"Soy de Díos y de la patria"
*****
Traducción: Said Alami


MIL 

Hay un número negro que no es trece,
pero que le supera en fechorías:
Es el número mil.  Nunca se ha golpeado
con tanta y tanta saña a Palestina.
Hay un millar que emigra...  Otros mil que se escapan...
Y mil turistas que entran, sin retorno.
Hay mil salvoconductos, y también mil maneras
de aliviarles todos los obstáculos.
Y en la mar hay millares... Parece que sus olas
están todas cargadas de navíos.

*   *   *

¡Ay, hijos de mi pueblo!
¿Tal vez después del sueño se despierta?
¿En esta densa sombra habrá algún rayo?
¡Por Dios, que no lo sé!... Y así, desesperado,
¿clamaré por Amín o invoco a Rágueb?


¡VOSOSTROS!...



Vosotros, los devotos patriotas.
Vosotros, los que cargáis con “la cuestión”.
Vosotros, los que obráis sin hablar...
¡Bendiga Dios vuestros potentes brazos!
¡Cuántas “declaraciones” vuestras valen por un ejército
potente, con sus pertrechos bélicos a rastras!
¡Cuántos “congresos” vuestros nos devuelven
un glorioso pasado de conquistas omeyas!
Con las floridas fiestas que se vienen,
el final del país está a la puerta.
Reconocemos – sí – vuestros “favores”,
pero un deseo en el alma aún nos late:
¡Ya que nos queda un trozo de país,
sentaos, no sea que vuele, como el resto!

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