martes, 17 de abril de 2018

BREVE MUESTRA DEL POEMARIO LÓGICAS VITALES DE FABIO DELGADO MICÁN



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Nació en Soacha (Cundinamarca) el 6 de abril de 1985. Hijo de Freddy Fernando Delgado Rojas y Blanca Cecilia Micán Huertas 




LUGAR DE ORIGEN



El eucalipto se cuelga de los amaneceres
a donde van los pájaros.

El campesino desanda los caminos,
silba entre la cebada una canción para sus hijos.
Su mujer se acomoda los cabellos
con esas manos de pan
que llevan consigo la esperanza.

La vaca lame al ternero.
Él mama la leche con los ojos cerrados.
Una tropa de gallinas escarba la tierra,
mueve sus alas como intentando un vuelo.

La plaza tiene el olor del jengibre.
Las abuelas desgranan arvejas, mazorcas y habas,
sonríen en el rostro la evidencia de los años,
algo ya cansadas.

Un río de mariposas oscuras
como un río de cenizas
espera ese perfume de las flores mojadas,
estallar en los parpados de la brisa,
esa que es mensajera de las albas.

Es aquí mi lugar de origen,
en estos arbustos parieron mis raíces.
Las piernas de mi madre se abrieron
al compás de la luz de mis ojos.
Nacieron mis sueños en los labios de mi abuela
recitando universos de palabras.

Luego la arena cubrió los pinos,
el barro penetró las aguas.
La herida es ahora una llaga,
sangra en el rostro de las máscaras.

Mi lugar de origen se ha marchado,
sus huellas las atrapó el asfalto.
Yo recojo las semillas de los años,
con las manos moribundas,
ásperas y rasgadas.

LABRANZAGRANDE


I

La cordillera ha sido testigo fiel de las llamas y los truenos.
El río abrazó a los muertos que el demonio fue dejando a su paso.
Los pájaros gimieron todos los días con sus noches
cada roble caído en el arado.
La plaza
llena de miedo vestía de luto
en un paisaje de colores,
y los hombres les pagaban promesas a las bestias.

Arriba el potro ya no era libre,
le subieron la cerca a balazos,
con mano templada y cobarde lo ensillaron.
El tiempo calló uno a uno los testimonios
que solo le rezaban a Cristo.
Dios intentó proteger lo que quedaba del pueblo,
como probando el amor de sus oraciones.
La fuente lavó las heridas del fruto carmesí,
él contuvo la última lagrima
hasta que lo destajaron.

Hoy
todo es distinto,
del fuego quedaron cenizas.
Hoy todos caminan tranquilos
de pánico invadidos.

Este lugar
enfermo de pecadores,
blasfemando justos discursos,
aprendió que la vida sigue
aunque la hoguera no pueda apagarla el llanto.

NOCTURNO 9


En cada uno de estos lugares algo me ocurrió, en cada uno de estos lugares dejé un cuerpo muerto con los brazos extendidos. No era yo sino a mí mismo al que estaba dejando atrás.
Henry Miller


Las hebras de tu pelo
se deslizaron por el silencioso roble
dejando la madera al descubierto.
Humedecí entonces dulcemente
el lugar exacto donde
tallaría tus alas y albergaría
mi corazón de celofán.


Los jadeos cubrieron la desnudez
de la desaparecida naturaleza del leño.
El aserrín fue dibujando el follaje
por donde caminarían tus pies vírgenes
y el horizonte se abriría a tus brazos
como la montaña pariendo el sol en el inicio del día.


La línea que se dibuja en tus ojos
afinó la mirada
haciéndose distancia.
Eras preciosa,
parte del mundo que tenías por caminar.
Este viejo taller ya no era tu casa.

LAS TRES VERSIONES DE VENUS

I
Tus ojos cargan la violencia del blues que te suena de cerca. Tu piel habita los costados del ruido y tu danza se precipita como un asesinato y giras, giras, ¡giras! Te retrasan los semáforos, el humo de los cigarrillos, los carros en una línea de angustias, bailas Shocking Blue y eres un río, una cadena de gemidos, una coraza. Crujen tus dientes como si buscaras liberarte en la ausente guitarra que gime sola, te estalla la boca y blasfemas besos hirvientes en los labios de nadie, con tus pasos dibujando cartografías del mundo. Tus caderas trazando músicas, deseos, violencias, la carne y la desolación. En eso tu sombra se va, se larga a la calle y a los días, a hacerse un eco con las sirenas de las ambulancias, con la sangre caliente y el alcohol, los sentidos en desorden y una fiesta de ti misma en la cabeza, saboreando lo que queda de las nubes en tu lengua. Tu piel de hojas secas se levanta en la mañana, bebe un trago de cerveza y se va con el alba.

II
Su voz se descuelga
de un tendido de notas pasajeras
para intentarse historia
en los tejados del México y el rock.
El viento se le anida en los labios un instante,
le crecen moskas en el vientre.

III

La música
desgaja las fronteras.
Hay un sabor de que en la tierra
los dioses siguen siendo los mismos.


USASÁ


Tengo en el vientre
vestidos de musgo,
raíces que apuntan al cielo.

Tengo en las manos
el viento silbando a las bestias,
una geografía borracha de barsalero.

Tengo en un rincón del infinito
imágenes repletas de mariposas
en tus manos.

Tengo en el negro color de la tierra
la respiración contenida
de todas las cosas que me trepan el alma.


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