(10 de septiembre de 1873, Panamá - 19 de junio de 1928, Panamá)
EL ÁRBOL.
A mi hermano
Queriendo acaso darme un buen amigo,
cuando yo vine al mundo, una mañana,
sembró mi padre al pié de mi ventana
un árbol que creció a la par conmigo.
cuando yo vine al mundo, una mañana,
sembró mi padre al pié de mi ventana
un árbol que creció a la par conmigo.
Callado confidente y fiel testigo
de las congojas de mi edad temprana,
prestó su copa, al elevarse ufana,
sombra a mi estancia y generoso abrigo.
Cuántas veces las gotas de mi llanto,
tras de surcar ardientes mis mejillas,
cayeron en sus hojas cual rocío;
Y causa al alma de simpar quebranto
fue el ver cuál se tornaban amarillas
las hojas que regaba el llanto mío.
Nupcial
Siento entonces que mis fuerzas
me convierten en Sansón
y ay! de aquel que en mi presencia
menosprecie a mi nación.
Vio en un cielo de vagos reflejos de amatista
las vidas de las vírgenes del valle terrenal
y, tras de escoger mucho –cual Padre y como artista–
una tomó consigo de albura sin igual.
Tornó a volar mi Padre. Voló también el Santo
a otro cielo de púrpura; y yo vi con espanto
cuál de un varón la vida sacaron de un crisol;
y uniéndolas mi Padre bendijo las dos vidas.
Huyó mi sueño; empero, mañana hallará unidas
vuestras dos existencia, al levantarse, el sol.
La tierna mamá
La dulce y tierna mamá
tiene a la nena en sus brazos,
pobrecita! hecha pedazos
su mano derecha está.
Por asomarse al balcón
cayó la nena a la calle…
la madre, imposible que halle
un consuelo a su aflicción.
Llega el doctor, la importuna
mientras la mano entablilla;
la muñeca llora y chilla
y al fin se aquieta en la cuna.
La mece un pie pequeñito
que calza escarpín de hule
mientras la arrulla quedito
la canción del Rey de Tule.
Gracias a Dios! Se ha dormido,
dice la tierna mamá,
y de puntillas se va,
que el almuerzo está servido.
El Niño Patriota
No es mi patria Portobelo
Ni Santiago ni Natá,
Ni es David, ni es Aguadulce
ni es la propia capital.
Es mi patria cuanto abarca
desde un mar al otro mar,
la bandera panameña
con su rítmico ondear.
Soy un niño… pero istmeño!
y me late el corazón
cuando, lejos de mi patria
pienso en su último rincón.
Siento entonces que mis fuerzas
me convierten en Sansón
y ay! de aquel que en mi presencia
menosprecie a mi nación.
Madres
Quedó en suspenso el brazo al golpe listo
al verlas, denodadas y pujantes,
sembrar entre sus propios semejantes
de la patria y de Dios el amor mixto.
Luchando con tesón antes no visto,
las pequeñas tornáronse gigantes,
por defender la lengua de Cervantes
y conservar la Religión de Cristo.
A qué negar que su labor fecunda
cuando es basada en el amor cristiano
puede ser origen de una paz profunda?
Madres son, madres tiernas igualmente
ya le den a la patria un ciudadano
o hagan brotar la luz de alguna mente.
La Hora Triste
Vé, ligero pensamiento; vuela, rauda fantasía;
tus mil alas bate al viento y remóntate al Cenit.
Suenan bélicos clarines en la amada patria mía
y en los quietos arrozales flota el alma de Judit.
Trueca el himno hoy en guerrera su pacífica armonía;
nos inflama la bandera como el sol en el Cenit;
la profana el extranjero? Castiguemos su osadía
que inviolable es nuestra enseña como el velo de Tanit.
Atraviesa las fronteras; vuela, vuela pensamiento;
en la voz del océano, en el trueno y en el viento
narra al orbe la victoria que reclama el ofensor.
Di que no hubo un solo istmeño que escondiera el noble pecho;
di que todos se aprontaron a morir en el Derecho
y que el alma esta abatida…peso en alto está el honor.
De Ayer a Hoy
Cuántas veces paseándonos del brazo
por el jardín, los dos,
como gentes que saben lo que tratan
hablábamos de amor.
Y él me dijo: está siempre en mis labios
el nombre del Señor;
mi madre eternamente en mi memoria
y tú en mi corazón.
Más tarde (cuando vino del colegio)
me abrió su corazón
y allí tenía ilusiones y esperanzas,
pero...no estaba yo.
Los tres Amores
Quiso un artista hacer una pintura
del amor puro y su misión de gloria
y llevando a su pueblo a la victoria
trazó de Juana de Arco la figura.
No satisfecho de su criatura
busca otro tipo en la sagrada historia:
la penitente que desde la escoria
sube en alas de amor a excelsa altura.
Mas halla éste el pintor infiel retrato
de ese amor que perdona, que redime
al criminal tornándolo un ser bueno.
Y entre abierta la viste con recato
pintó una madre en éxtasis sublime
ante el hijo suspenso de su seno.
Pedacito de Tierra
Pedacito de tierra! Tan alegre y soleado
bajo el azul profundo de tu suelo estival,
tú viniste a la vida como un predestinado,
libre de toda mancha de culpa original.
Talvez te va cansando que a cada nueva aurora
tu sueño se interrumpa al eco de mi voz
como si no bastara la cálida y sonora,
canción con que te arrullan tus mares que son dos.
Noble en la desventura, noble en el sacrificio,
en medio de las naciones del mundo occidental,
fiel al lema que reza "Pro mundi beneficio",
dejaste abrir tus vísceras para hacer el canal.
Pedacito de tierra, cuna de ilustres hombres
que dieron alto ejemplo de abnegación y honor,
digan todos los labios la gloria de sus nombres,
canten todas las liras himnos en su loor!
Cuándo pensaron Fábrega, Arosemena, Herrera,
Durán, Icaza, Hurtado, Urriola y tantos más...
que tras de una centuria hijos del Istmo hubiera
prontos a atar al Cóndor las alas por detrás!...
Pedacito de tierra, tú no has necesitado
del bautizo de sangre casi tradicional
con que al nacer los pueblos de América han lavado
la mancha de un presunto pecado original!
A la bandera panameña
Mantengamos en alto la enseña
que en aurora de suave irradiar
vio la libre nación panameña
bajo un cielo sin nubes flotar.
Veneremos la hermosa bandera
que en los aires invita la union
que el itsmeño mil muertes prefiera
al sufrir un ultraje al pendón.
Al altar de la patria lleguemos
una rama de olivo a ofrendar
los rencores de ayer olvidemos
que el pendón tricolor va a ondear.
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