martes, 9 de noviembre de 2021

POEMAS DE ALEXANDER PUSHKIN

 



¡Adiós mujer oriental amada!

 

¡Adiós mujer oriental amada!

Poco faltó y contra mi extravagancia,

el hábito que me dicta todo o nada

casi me arrastra a las estepas, a la errancia

detrás de las huellas de tu carreta.

Tienes rasgados los ojos,

la naricita rara, la frente amplia,

no balbuceas en francés tus antojos,

los pies no aprietas con seda,

y junto al samovar, a la inglesa,

no sirves el té, ni las galletas,

no suspiras por poetas de moda,

Shakespeare no te inquieta,

no te abrumas de melancolía

cuando la cabeza se queda vacía,

no tarareas ma dov' é,

el baile último no conoces...

Algo ocurrió conmigo, apenas media hora,

mientras alistaban los caballos,

la mente y el corazón los llenaba

tu belleza agreste, tus ojos.

¿No es igual amigo mío:

extraviar al alma, ociosa

entre espejos brillantes, en un teatro

que huir por la estepa, nómada?

                                                                     1829

 

Versión de Rubén Flórez Arcila 

 

 

Apuro sediento tu tierno gemido...

 

Apuro sediento tu tierno gemido,

tu intimidad que me embriaga

y ardiente, la lengua del dulce deseo,

pasión cuyo vino no sacia.

Pero corta con ese relato,

oculta, calla tu sueño:

su llama que quema yo temo,

tengo miedo de saber tu secreto.

                                                                      1828

 

Versión de Rubén Flórez Arcila

 

 

Bajo el cielo de azul de su tierra nativa...

 

Bajo el cielo azul de su tierra nativa

         languidecía ella, se agostaba...*

Al fin se marchitó, y ya de seguro

         su joven sombra sobre mí volaba;

Nos separa una línea infranqueable.

         En vano el sentimiento desperté.

Su muerte oí de un labio indiferente

         y con indiferencia la escuché.

¡Y mi alma la amó con tanto fuego,

         con una turbación tan dolorosa,

con tanto sufrimiento y extravío,

         con tortura tan tierna y angustiosa!

¿Qué se hicieron la pena y el cariño?

         Ni reproches me quedan ya ni llanto

para rememorar su sombra crédula

         ni la dulce memoria de los días pasados.

 

*El poema se refiere a Arnalia Riznich, muerta en Italia en 1825 y destinataria

de algunos de los más hermosos poemas pushkinianos.

 

Versión de Eduardo Alonso Duengo

 

 

 

Como fui en otro tiempo, así soy ahora...

 

                                       Tel j'étais autrefois et el je suis encore

                                                                                       André Chenier

 

Como fui en otro tiempo, así soy ahora,

descuidado, amoroso. Bien sabéis, mis amigos,

si puedo una belleza mirar sin conmoverme,

sin tímida ternura, sin emoción secreta.

¿Jugó poco el amor, acaso, en mi existencia?

¿Bastante no luché cual joven gerifalte

en la red traicionera tendida por la Cipria?*

Pero aún no escarmentado por centenas de ofensas,

ante otros nuevos ídolos elevo mis plegarias...

 

*Afrodita

 

Versión de Eduardo Alonso Duengo

 

 

Del céfiro nocturno...

 

                   Del céfiro nocturno

                         éter fluye.

                            Bulle,

                            huye

                      el Guadalquivir.

 

Salió la luna dorada,

¡silen...! ¡chis!...  guitarra al son.

La española enamorada

se ha asomado a su balcón.

 

                    Del céfiro nocturno

                            éter fluye.

                                Bulle,

                                huye

                        el Guadalquivir.

 

¡Quítate, ángel, la mantilla!

¡Cual claro día muéstrate!

¡Por la férrea barandilla

enseña el divino pie!

 

                    Del céfiro nocturno

                            éter fluye.

                                Bulle,

                                huye

                        el Guadalquivir.

 

Versión de Eduardo Alonso Duengo

 

 

El cantor

 

¿Echasteis la voz nocturna junto al soto

del cantor del amor, del cantor de su pena?

en la hora matutina, cuando callan los campos

y el son triste y sencillo de la zampoña suena,

               ¿no la habéis escuchado?

 

¿Hallasteis en la yerma oscuridad boscosa

al cantor del amor, al cantor de su pena?

¿Notasteis su sonrisa, la huella de su llanto,

su apacible mirada, de melancolía llena?

               ¿No lo habéis encontrado?

 

¿Suspirasteis atentos a la voz apacible

del cantor del amor, del cantor de su pena?

Cuando visteis al joven en medio de los bosques,

al cruzar su mirada sin brillo con la vuestra,

               ¿no habéis suspirado?

 

Versión de Eduardo Alonso Duengo

 

 

El prisionero

 

Estoy entre rejas en húmeda celda.

Criada en cautiverio, un águila joven,

mi triste compaña, batiendo sus alas,

junto a la ventana su pitanza pica.

 

La pica, la arroja, mira la ventana,

como si pensara lo mismo que yo.

Sus ojos me llaman y su griterío,

y proferir quiere: ¡Alcemos el vuelo!

 

¡Tú y yo somos libres como el viento, hermana!

Huyamos, es hora, do blanquea entre nubes

la montaña y brilla de azul la marina,

donde paseemos sólo el viento....¡y yo!

 

Versión de Eduardo Alonso Duengo 

 

 

Fue en su patria, bajo aquel cielo azul...

 

Fue en su patria, bajo aquel cielo azul

ella, la marchita rosa...

Al fin murió, un hálito eras tú,

sombra adolescente que nadie toca;

pero una línea hay entre nosotros, es un abismo.

Intenté, en vano, avivar mi sentimiento:

la muerte dijeron los labios con oscuro cinismo,

y, yo la atendí indiferente.

A quién amé entonces con alma fervorosa,

a quién le di mi amor en vilo,

con tanta infinita, amante tristeza,

con callado martirio, con delirio.

¿Qué fue del amor y la pena? Ay en el alma mía

para la ingenua, la pobre sombra,

para el feliz recuerdo de los perdidos días,

no tengo lágrimas, ni música que la nombra.

                                                                                       1826

 

Versión de Rubén Flórez Arcila

 

 

Se apagó el astro del día...

 

          Se apagó el astro del día;

el mar azul cubrió la niebla de la tarde.

     ¡Restallad, restallad, dóciles velas!

¡Encréspate a mis pies, lúgubre océano!

          Contemplo las orillas apartadas,

el mágico confín del mediodía;

Voy hacia él con emoción y angustia,

          embelesado por recuerdos tantos...

siento que afloran lágrimas de nuevo

           hasta los ojos, y me hierve el alma

y deja de alentar; en torno mío

Un sueño familiar revolotea.

Recuerdo mi amor loco del pasado,

todo cuando sufrí y cuanto fue bueno,

     torturador engaño de esperanza y deseo...

¡Restallad, restallad, dóciles velas!

¡Encréspate a mis pies, lúgubre océano!

Vuela, bajel, condúceme a lejanos

          parajes, al capricho de los mares,

          engañosos, mas no a las tristes costas

          de mi brumosa patria, de mi tierra

          donde por vez primera mis sentidos

ardieron inflamados de pasión,

          donde las tiernas musas me sonrieron

          en secreto, donde entre tempestades

Se marchitó temprano mi perdida

juventud, donde alígera alegría

          me traicionó, y el corazón helado

          entregó al sufrimiento.

          En búsqueda de nuevas sensaciones

de vosotros hui, paternos lares,

de vosotros, alumnos del deleite,

efímeros amigos de mi efímera

juventud; y vosotras, confidentes

de mis pecaminosos extravíos,

a quienes sin amor sacrificara

reposo, gloria, libertad y alma,

y vosotras, a quienes he olvidado,

          jóvenes traicioneras, misteriosas

amigas de mi áurea primavera,

y vosotras, a quienes he olvidado...

Pero del corazón la antigua herida,

la honda llaga de amor, nada curó...

¡Restallad, restallad, dóciles velas!

¡Encréspate a mis pies, lúgubre océano!

 

Versión de Eduardo Alonso Duengo

Tomado de:

http://amediavoz.com/pushkin.htm

 

Capítulo uno

 

Se apresura a vivir y se apresura a sentir.

 

Príncipe Vyazemsky

1.

'Mi tío, que hombre tan digno,

 

Caer enfermo así y morir;

 

Convoca respeto, uno puede

 

Admíralo, como si lo estuviera intentando.

 

¡Sigamos todos su ejemplo!

 

Pero, Dios, qué tedio probar

 

Que sentado junto a la cama todo el día

 

¡Toda la noche, apenas a un pie de distancia!

 

Y la hipocresía, degradante,

 

De mimar a uno que está medio vivo;

 

Inflando las almohadas, te las ingenias

 

Para traer su medicina sin sonreír,

 

Pensando con un suspiro de tristeza,

 

"¿Por qué diablos no puedes morir?"

 

2.

Tal la meditación de nuestro perro joven,

 

Como sus caballos aran el polvo,

 

Heredar, como única relación,

 

Por voluntad de Zeus el Justo.

 

Amigos de Ruslan y Ludmila,

 

Aquí sin una pizca de molestia

 

Conoce a mi héroe del romance

 

Antes que tú, déjalo avanzar ahora.

 

Eugene Onegin, nacido y criado

 

Allí junto a la orilla del Neva,

 

Donde tú también fuiste nutrido o

 

Encontré tu fama, quizás asombrado,

 

Allí también yo paseaba de un lado a otro:

 

Aunque el norte me afecta tanto.

 

3.

Su padre tuvo una buena carrera

 

Y felizmente vivió una vida endeudada

 

Siempre daba tres balones al año

 

Y murió con todo lo que le debía.

 

Pero el destino tomó a Eugene de la mano

 

Primero madame, ¿comprende?

 

Entonces Monsieur enseñó al niño

 

Un muchacho de carácter agradable pero salvaje.

 

Monsieur L'Abbé, francés y delgado,

 

Salvó al muchacho de lecciones fatigosas,

 

Esquivó los sermones moralizantes,

 

Le enseñé todo por capricho,

 

Una leve reprimenda, un comentario agudo,

 

Luego salimos a pasear por el parque.

 

4.

Ahora, cuando Eugene alcanzó la edad

 

De la tumultuosa pasión de la juventud inquieta,

 

Esos años de esperanza y tierna rabia,

 

Monsieur fue despedido de manera enérgica,

 

Y mi Eugene fue libre por fin

 

Un dandy de Londres clasificado con seguridad

 

Su cabello cortado prolijamente a la mode,

 

En la sociedad cabalgó.

 

Francés hablaba y escribía con facilidad,

 

También bailó la mazurca con destreza,

 

Inclinado ante cada nuevo conocido,

 

Hizo todo lo necesario para complacer.

 

¿Qué más se necesita? Todos de acuerdo

 

Eso sí que era ingenio y encanto.

 

5.

Todos hemos adquirido algo de educación

 

Un poco de esto, un poco de aquello,

 

A Dios gracias, alguna imitación,

 

Y todos podemos mostrar éclat,

 

Onegin, fue considerado por muchos

 

(Críticos severos, agudos como cualquiera)

 

Tan bien leído, pero obstinado,

 

Para el arte de la conversación creado.

 

Tenía el don de la charla fácil,

 

Tocando ligeramente cada tema,

 

Entonces como un muy sabio podría parecer

 

Cuando se hablaba de un asunto más grave,

 

Sin embargo, haz sonreír a las damas

 

Con algún epigrama listo.

 

6.

El latín no está de moda ahora

 

A decir verdad, su conocimiento es escaso,

 

Sabía lo suficiente que yo permitiría

 

Para leer un epígrafe, y podría

 

Mencione a Juvenal por cierto,

 

O terminar una carta con vale,

 

Y sabía de memoria, o pensó que lo sabía,

 

Dos líneas enteras de la Eneida.

 

En cuanto a encontrar tesoros antiguos

 

No tenía ganas de cavar el polvo

 

De la historia toda convertida en herrumbre

 

Pero guardé las historias más jugosas de todos los tiempos

 

Desde Romulus hasta nuestros días,

 

En su memoria escondida.

 

7.

Le faltó la pasión y las ganas

 

Dar su vida por la poesía

 

A pesar de todos los esfuerzos, o aspirar

 

Para distinguir el yámbico de la trochee.

 

Aburrido por Teócrito y Homero,

 

Adam Smith era más su tomo, donde

 

Profundo en todas las cosas económicas

 

La riqueza de las naciones fue su tema;

 

En lo que se basa el estado, dijo,

 

De cómo vive, el que y por que

 

Con productos básicos su suministro,

 

No es necesario mantener reservas de oro.

 

Dejó a su padre, aturdido por la teoría,

 

De hipotecar su tierra bastante cansado.

 

8.

La riqueza de las cosas mi Yevgeny

 

Dominado, no tengo tiempo para decir

 

Pero en cuanto al genio, si lo hay,

 

Una sola cosa que estudió bien,

 

Su ocupación primaveral brillante,

 

Su trabajo, tormento y deleite,

 

Que ocupaba cada día y noche,

 

Y mantuvo lejos el aburrimiento

 

La ciencia de la tierna pasión

 

El que solía cantar el pobre Ovidio,

 

Y exiliado por eso mismo

 

Además de otra razón oculta,

 

Terminó en la orilla del Mar Negro,

 

Lejos del encanto de Italia.

 

9/10.

Desde el principio, sembró la confusión

 

Oculta sus esperanzas, finge celos,

 

Gana confianza, o causa pura desilusión,

 

Parezca pinar, estar triste o lúgubre,

 

A veces orgulloso, a veces humilde

 

¡Todos atentos, o simplemente murmurar!

 

Cuán lánguida fue su reticencia,

 

Qué apasionada su elocuencia,

 

¡Cuán veloces son sus cartas del corazón!

 

Respirando una cosa, amando una cosa

 

¡Qué completo olvido de sí mismo!

 

Su mirada ahora atrevida, con arte tierno,

 

Pícaro, tímido, o ver aparecer,

 

¡Brillante, una lágrima obediente!

 

11.

Con qué habilidad fingiría lo nuevo,

 

Y aturdir los ojos de la inocencia,

 

O asustar con una mirada o dos

 

De desesperación, quema incienso de adulación,

 

Atrapa el primer arrebato de emoción

 

Vencido de ingenio y pasión,

 

Ingenua ingenuidad,

 

Espera el toque, involuntario,

 

Suplica, provoca la verdadera confesión,

 

Escuche el primer llanto del corazón

 

Persiga el amor por completo, y por lo tanto

 

Asegure una asignación secreta,

 

Luego, más tarde, encuentro de intimidades,

 

¡Transmita silenciosamente la enseñanza del amor!

 

12.

Aunque joven aprendió la forma de moverse

 

¡El corazón de una coqueta confirmada!

 

Y cuando quiso referirse

 

Para sus rivales, todo ese conjunto,

 

¡Qué venenosas las palabras que usó!

 

¡Qué trampas les tendió a los abusados!

 

Pero ustedes, los hombres en la dicha conyugal,

 

Fueron siempre sus más queridos amigos

 

El esposo cuidadoso tanto como su hombre,

 

Traicionado, un marido de una novela,

 

Como un viejo demonio sospechoso,

 

O cornudo, tonto, de ese clan

 

Contento para siempre con su vida,

 

Su mesa y su esposa.

 

13-15.

Entonces, a menudo, mientras todavía está en la cama,

 

Aparecen tres notas, en una bandeja.

 

¿Qué? Invitaciones Leer rápidamente,

 

Tres casas ofrecen una velada:

 

Una fiesta de cumpleaños, aquí un baile.

 

¿A dónde llamará mi joven holgazán?

 

¿Cuál visitar primero? No importa,

 

Todavía tendrá tiempo para lo último.

 

Mientras tanto, con su traje de mañana

 

Completo con bolívar de ala ancha,

 

Pasea por el bulevar,

 

Desfilando allí con todos los demás,

 

Hasta el timbre insomne ​​de su Breguet

 

Le dice, ahora es la hora de cenar.

 

dieciséis.

A medida que crece el crepúsculo, toma un trineo:

 

¡Despejen el camino! fuerte canta el grito,

 

Su collar de castor brilla

 

Sobre él se encuentran los polvos plateados de Frost.

 

Se va a Talon, calculando

 

Su amigo Kaverin estará esperando.

 

Llega, el corcho estalla, ¡cielo!

 

La cosecha del cometa, año once.

 

Un rosbif, raro, adorna la mesa,

 

Y trufas, lujos de la juventud,

 

La mejor prueba de la cocina francesa,

 

Y pasteles de Estrasburgo, famosos en la fábula;

 

Queso Limburger, suave y picante,

 

Ungüento dorado puro de la piña.

 

17.

Vidrio sobre vidrio para empapar el calor

 

De la grasa ardiente de esa última chuleta,

 

Mientras se repiten las campanadas de su reloj

 

El ritmo del ballet al que debería estar.

 

Este crítico despiadado, legislador,

 

El adulador y traidor del artista,

 

A todos los infieles poco a poco,

 

Habitante de las alas, volará

 

Onegin, al teatro donde

 

Respira el aire de la libertad, en

 

Un instante saluda el entrechat,

 

Abuchea a Cleopatra, sisea Fedra,

 

O grita por su Moina, simplemente

 

Para ser escuchado con mayor claridad.

 

18.

¡Tierra de hechizos! En tiempos pasados

 

El maestro más audaz de la sátira,

 

Allí brilló Fonvizin, amante de la Libertad,

 

Y las rimas imitativas de Knyazhnin.

 

Las tragedias de Ozerov durante años

 

Ganó tributos de lágrimas espontáneas,

 

Aplausos salvajes compartidos, con Semyonova,

 

Y nuestro Katenin además

 

Traducido al sublime Corneille,

 

Shakhovskoy, tan irónicamente,

 

Produjo su colmena de comedia,

 

Allí también Didelot coronó su día,

 

Donde, a la sombra de las alas,

 

Mi juventud huyó, el encanto se aferra.

 

19.

¡Diosas mías! ¿Dónde? ¿Dónde estás?

 

Escuche ahora mi voz triste.

 

¿Eres como eras? Tener nuevo

 

Los ídolos te reemplazaron, ¿una peor opción?

 

¿Escucho una vez más a tu coro cantar?

 

Ver un ala rusa de Terpsícore

 

¿Su camino de nuevo en vuelo conmovedor?

 

¿O debe dejar de iluminar mi mirada aburrida?

 

En cualquier rostro cariñoso en este escenario,

 

Encendiendo la masa alienígena

 

Mi cristal de ópera desencantado,

 

Cansado de la risa de la época

 

Silenciosamente para bostezar y suspirar

 

¿Por todos esos años que pasaron tan rápido?

 

20.

El teatro se llena, las cajas brillan

 

La orquesta, la platea, ven,

 

El círculo aplaude para que todo suceda

 

El susurro de la cortina mientras respiramos

 

Se eleva, reluciente medio etéreo,

 

Al arco mágico esclavo,

 

Una multitud de ninfas a su alrededor, así que

 

Istomina se pone de pie, seria

 

Un pie plantado, piruetas

 

Da un salto y, como hacia abajo, se pone

 

Como si fuera volado por Eolo,

 

Gira su cintura de una manera, de otra,

 

Gira, golpea un pie sobre el otro.

 

21.

Grandes aplausos. Onegin entra,

 

Enhebra las filas entre los pies,

 

Askance su ópera-vidrio ahora se centra

 

En rostros desconocidos, clasificados, completos.

 

Observa las cajas, los lugares apretados,

 

Lo ve todo; las modas, los rostros,

 

Llénelo de insatisfacción,

 

Se inclina ante sus amigos, luego ve la acción,

 

Enciende el escenario ojos indiferentes,

 

Dentro de su resplandor no amanece ningún interés,

 

Luego se vuelve y bosteza,

 

"Todos han pasado, son mejores", suspira;

 

'¿Por qué frecuenta el ballet?

 

Didelot también es bastante aburrido.

 

22.

Luego vienen Cupido, diablillo y serpiente,

 

Pisando las tablas interminablemente,

 

Mientras los sirvientes cansados ​​están medio despiertos,

 

Dormir sobre los abrigos de piel en el vestíbulo,

 

La audiencia, con los pies todavía golpeando,

 

Olfatear, toser, silbar, aplaudir.

 

Mientras tanto en el interior como en el exterior

 

Las linternas brillan a lo largo y ancho,

 

Los caballos de carruaje, fríos, espera,

 

Su arnés rozando, inquieto,

 

Los cocheros junto al fuego libres

 

Sus amos ausentes para reprender.

 

Pero nuestro Onegin se va a vagar

 

Llevado lejos para cambiarse en casa.

 

23.

Ese camerino, todo solitario,

 

¿Debo representar con pluma fiel

 

Donde la fiel devota de la moda

 

¿Está vestida, desvestida y vestida de nuevo?

 

Todo eso, para saciar el capricho ilimitado,

 

Londres ingenioso sin cesar

 

Nos envía a través del comercio báltico,

 

Por madera y sebo, pagados rápidamente,

 

Y todo el gusto parisino,

 

Las artes útiles, pueden idear,

 

Que la moda o los suministros de lujo,

 

Para perder la ociosidad y el sentido -

 

Todo en la celda de nuestro sabio aparece

 

Nuestro filósofo de dieciocho años.

 

24.

Una pipa de ámbar de Estambul,

 

China y bronces llenan la mesa,

 

Y para deleitar a lo sensual

 

Perfumes en cristal finamente elaborado;

 

Peines de acero, limas en varias formas,

 

Pinceles de treinta tamaños diferentes,

 

Para dientes o uñas, se sirven ambos,

 

Tijeras de hoja recta y curva.

 

Rousseau (lo menciono por cierto)

 

No podía concebir cuán arrogante Grimm

 

Se atrevió a limpiarse las uñas delante de él,

 

¡Excéntrico, elocuente, a raya!

 

Campeón de la libertad, siempre fuerte

 

En derechos humanos, aquí estuvo todo mal.

 

25.

No hay razón por la que un hombre de energía

 

Debe ignorar el tema de sus uñas;

 

¿Por qué reñir infructuosamente con la época?

 

La costumbre es un tirano y prevalece.

 

Un segundo Chadayev, mi Yevgeny,

 

Temiendo todas las púas de la envidia

 

Era muy elegante en su vestido,

 

Un pedante en los detalles, nada menos.

 

Unas tres horas completas al menos pasaría

 

Ante el espejo, luego se iría

 

Su camerino, no te engaño,

 

Como Venus si ella se condescendiera

 

En atuendo masculino exhibido

 

Para entrar en la mascarada.

 

26.

Vestida al gusto moderno,

 

Tienes curiosidad por cada detalle

 

Y para ti, raza conocedora,

 

Podría intentar contar toda la historia

 

Pero hay un riesgo en tal ficción

 

Aunque soy un experto en la descripción,

 

No existen términos rusos, confiesa,

 

Para pantalones, chaqueta de vestir o chaleco ;

 

Tal como está, pido perdón,

 

Mi estilo se vuelve bastante absurdo

 

Demasiado a menudo por una palabra extranjera,

 

Está salpicado de ellos en exceso,

 

Aunque he consultado con frecuencia

 

El diccionario académico.

 

27.

Ese no es el negocio que tenemos entre manos

 

Mejor apurarse a la pelota

 

Ya que con un taxi contratado desde el stand,

 

Onegin nos ha superado a todos.

 

A lo largo de las hileras de casas oscurecidas,

 

Por las calles donde la noche se ahoga

 

Las luces gemelas del carruaje tiran

 

Un arcoíris brillando sobre la nieve.

 

Lámparas de aceite brillantes en los alféizares de las ventanas,

 

La suntuosa mansión resplandece,

 

Mientras detrás de la ventana fluye

 

Un flujo de alambiques recortados,

 

Cabezas, de perfil, bordes recortados,

 

De mujer encantadora, petimetre monstruoso.

 

28.

Más allá del portero como una flecha,

 

A través del pasillo, nuestro héroe está ahí

 

Subiendo la escalera de mármol ahora

 

Con una mano se alisa el cabello,

 

Entra. La habitación está girando

 

Orquesta ya cansada,

 

Una mazurca sostiene a la multitud;

 

El enamoramiento es intenso, el ruido es fuerte.

 

Las espuelas de un guardia a caballo tintinean,

 

Las muchachas de pies ligeros pasan,

 

Como miradas ardientes vuelan rápidamente

 

En la persecución, los bailarines se mezclan;

 

Mientras se ahoga con violines frenéticos

 

Las mujeres celosas susurran pecados.

 

29.

En días de ensueño y ardor,

 

La pista de baile era mi pasión:

 

El lugar más seguro para un amante.

 

Pasar una nota de asignación.

 

Oh ustedes, estimados esposos, ahora

 

¡Te lo juro!

 

Presta atención ahora te lo ruego

 

De mis palabras, toma la debida advertencia,

 

Madres, escúchenme también, ofrezco

 

Cuida severamente a tus hijas,

 

Levanta tus orejas, míralas de cerca,

 

O si no… ..o si no, ¡Dios no lo quiera!

 

Me atrevo a escribir sobre eso

 

Porque dejé de pecar hace mucho tiempo.

 

30.

Ay, en cada diversión perdida

 

He perdido demasiadas horas

 

Sin embargo, eran completamente inocentes

 

Todavía deambularía por esas brillantes glorietas.

 

Amo la energía frenética de la juventud,

 

El enamoramiento, las luces, la alegría

 

Las chicas en traje de moda

 

Me encantan sus patitas, confieso

 

Eso, busca toda Rusia sin embargo,

 

No encontrarás tres hermosos pares.

 

Ah, me hicieron desesperar mucho

 

Dos pies delgados ... Ahora tristes y fríos

 

Todavía lo recuerdo, y parece

 

Todavía pueden emocionarme en mis sueños.

 

31.

Pero dónde, en qué playa desierta

 

Loco, ¿podría olvidar tu corazón?

 

Ah, pies pequeños, ¿dónde estás parado?

¿En qué flores de primavera estás puesto?

 

Mimado en el lujo oriental

 

En nuestras nieves del norte, tan sombrías,

 

No dejaste rastro, sino que amaste

 

El toque sensual, sobre alfombras para pisar

 

Y voluptuosidad alfombrada.

 

El llamado de la fama, alabanza, lo olvidé

 

Mi país: el exilio fue mi suerte,

 

¿Fue por ti toda esa angustia?

 

Entonces la felicidad de la juventud debe pasar,

 

Breves como tus huellas en la hierba.

Tomado de:

https://www.poetryintranslation.com/PITBR/Russian/Onegin1.php

 

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